Poesía Erótica

Se llamaba Casandra y era una chica fitness que bebía tres litros de agua al día; cuando los evacuaba obligaba a tumbarme en la bañera y recibirlos como correspondía. El perfume a orina de hembra en celo no pasaba desapercibido entre la gente; sobre todo a partir del tercer día...

Llegué a escribir está prosa con la idea de encontrar a una fémina que le diera su voz. Una fantasía de o deseo de escuchar la lectura en una voz femenina. He publicado dos versiones, a ver cuál les agrada más...

Mi hija se entusiasma cuando saca Matrícula de Honor; sabe que como recompensa su padre le calmará el ardor. Ella se recuesta sobre mi torso y colocando sus pies en mis muslos, practica Butt Bridge; me pone tan cachondo, que no puedo negarme a su petición de estudiar en Cambridge...

Un intento de Génesis erótico en versos...

Los mal llamados preliminares en verdad son sexo del bueno; si utilizas con destreza tu lengua, la chica puede en dos o tres ocasiones cantar pleno. Si sufres de impotencia y a tu esposa no quieres perder; bájate al pilón, que no te canse de la Fuente de la Vida el beber...

¡Qué magnífico contraste el ver una polla negra penetrando un chumino blanco! El rabo del chaval parecía hecho de ébano, de lo duro y consistente que se veía; le brillaba como si estuviera barnizado, por los efluvios que Sonia cernía...

Nerea aprovechando que en Carnaval todos los gatos son pardos; sacó a pasear a su esclavo vestido de perro, el muy bastardo; recorriendo el itinerario madrileño planificado por ellos; en Anouk, su chucho, no hay lugar para los celos; un poco de cultura y juerga a partes iguales; y en la alcoba...

En uno de mis viajes en tren conocí a una señora empoderada que me pajeó con decisión y estilo; me estrujaba y magreaba el nabo con fuerza y con sus dedos intentaba medirlo; de la uretra buenas descargas de semen comienzo a destilar; mientras el marido en el andén espera a su amor estelar...

De crucero por las Islas Griegas, mi mujer se empeñó en hacer un trío con una azafata mulata muy hermosa. Nos lo pasamos de lo lindo. A mi esposa le encantan los bollos color chocolate bañados en nata, salida de mi verga. Sus caprichos son órdenes para mí...

Mi esposa y yo buscamos un buen esclavo; que a ella le manduque el higo y a mí el nabo; entre otras lindezas que aquí os narro...