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Ahora o nunca

 

Capítulo 1: sorpresas de la noche

 

Luis

 

¡¡¡Hola!!! Soy Luis, un chico perfectamente normal, o eso creo yo, cumpliré veinte años el próximo agosto, tengo el pelo rizado y me llega casi por los hombros, eso y mi cara no hacen pensar que sea alguien noble, pero la verdad todos los que me conocen se la pasan diciéndome que en mí conocieron lo que es un verdadero caballero… siguiendo con el físico, tengo el pelo negro azabache; al igual que mis ojos, que son profundos, pero con una chispa que dicen que me hace interesante… soy de altura normal: 1,70m y soy delgado, que no flaco, pero como no me paso todas las tardes en el gimnasio no tengo nada de músculos voluminosos, es más, ni siquiera marco nada, aunque se me definen un poco los pectorales… creo que sólo me falta decir que me encanta acampar.

 

Aunque siempre he tenido suerte con las chicas, ninguna me ha durado mucho, porque me aburro de ellas enseguida, no sé, no me llegan a llenar del todo, últimamente no sé qué me pasa, pero he pasado mucho tiempo pensando sobre esto, ¿no será que me gustan los chicos y como nunca me lo había planteado no lo sabía?

 

Ese día era miércoles, pero como el jueves era fiesta, había puente y además, como mi jefe es muy majo, ese día me dio la tarde libre y con cuatro días sin mejor plan, llamé a Fran y a Daniel, un par de colegas, para ir a acampar a una montaña en las afueras, que nos encantaba a Fran y a mí, porque es fresca todo el año y raramente hay gente por allí, la gente de ahora prefiere los hoteles y la calefacción a una tienda de campaña y una buena fogata.

 

Habíamos quedado a las cuatro, pero, como siempre, ellos aparecieron a las cinco y media (viven en la misma calle, así que siempre se esperan el uno al otro, por lo que da igual quién se queda dormido), al menos yo ya tenía todas mis cosas metidas en el coche de mi padre, que como se le había metido en la cabeza que tenía que hacer deporte ya no lo usaba, con lo que yo salí ganando un coche y varias multas por no recordarme de los radares en la M-30. En fin, que me enrollo más que las persianas y no os cuento nada, bueno que al fin partimos y llegamos al sitio y nos instalamos.

 

Tomando en cuenta que, aunque estuviéramos en marzo, todavía hacía bastante frío en la noche y que en un par de horas tendríamos hambre, hicimos una buena fogata (para eso Fran y yo somos Scouts y de los mejores de nuestra tropa) y Daniel se dedicaba a preparar la comida que consistiría en cualquier cosa que esos dos hayan encontrado en sus casas y se pueda cocer directamente en el fuego, la ventaja es que Daniel es buen cocinero y le encanta hacer parrilladas e improvisar recetas que normalmente quedan de rechupete, así que al menos no pasaríamos hambre en esos cuatro días.

 

Después de montar la tienda me apetecía tomar aire y además me dieron ganas de ir al baño, así que me alejé de esos dos, lo que aproveché para llamar por el móvil y avisar que habíamos llegado bien sin tener interrupciones cortesía de ese par que siempre que hablo con una mujer (aunque sea mi madre) se creen que lo que quiero es ligármela…

 

 

 

Fran

 

Me llamó la atención que Luis se fuera “a mear” y que de camino buscara el móvil, porque siempre que hablaba con alguien es porque le llaman y ya lo hemos pillado dejando su número de móvil en los baños de chicas por el puro morbo de ver quién le llama, nosotros no podemos adivinar que la mujer que más le llama es su madre, como sea, que tampoco es que sea un crimen, aunque cómo nos reímos Dani y yo cuando descubrimos que una de sus novias lo había pillado “dejando” su número en el baño de mujeres.

 

Pero bueno, primero me presento: me llamo Francisco, pero todos me llaman Fran, lo que pasa es que no me gusta el tradicional “Paco”, así que lo dejamos en “Fran” y todos contentos. Igual que Luis soy Scout, pero hay un motivo por el que permanezco todavía en el movimiento a mis veintidós sin tener intenciones de ser dirigente: es simple, mis padres se conocieron en el movimiento y se casaron en el movimiento y en el movimiento nací yo y Luis tres cuartos de lo mismo; pero cuando crecimos y yo creí que nos íbamos a terminar yendo cada uno por su camino en la vida, resulta que él se vuelve un guaperas (al menos para mí, pero por cómo le miran algunas chicas creo que es en general) y yo decidí pegarme a él lo más posible.

 

Luis no lo sabe, pero intentaré trabajar en la oficina de enfrente a la suya para poder verlo, también me quedé en el movimiento Scout, al menos mientras él se quede también y compro entradas para cada uno de los conciertos que da la orquesta del barrio en la que él toca el clarinete. Bueno, ya os he contado su vida y no os he dicho cómo soy… soy un chico de 1,78m, rubio, de ojos grises, no suelo hacer mucho ejercicio, pero aun así no estoy nada mal, estoy un poco fibrado pero tampoco soy una mole. Una última cosa: soy gay, como ya habréis notado.

 

En fin, que Luis no sabía que yo soy gay y a Dani no le molesta darnos placer de vez en cuando, especialmente cuando creo que nunca tendré oportunidad con Luis y la verdad es que la pasamos bien juntos… así que en cuanto él se fue “al baño” yo aproveché y le planté un beso en los morros a Dani que lo dejó sudando y le prometí que esa noche tendríamos nuestra fiesta particular, porque sabía que, por mucho que lo desease, Luis no me haría ni puto caso y, la verdad, prefiero compartir mi saco de dormir… cuando Luis volvió, Dani indicó que la cena estaba servida.

 

 

 

Daniel

 

Soy Daniel, únicamente Fran puede llamarme “Dani” y sólo porque cuando alguno de los dos lo necesita nos echamos un buen polvo, él es lo más cercano que tengo a una pareja y sólo porque Luis no se ha enterado de nada, que si no me quedo a dos velas… no me considero gay, sino más bien soy bisexual, porque soy incapaz de vivir sin mi verga en un coño ni sin una verga en mi culo… contradicciones de la vida…

 

Yo soy blanco como la leche y tengo los ojos de un impresionante verde y soy pelirrojo, o sea que llamo bastante la atención, sobre todo si voy entre ese par de bajitos, que yo llego a 1,90m y me mato bastante en el gimnasio, no porque quiera parecer una montaña de músculo, sino porque me encanta hacer ejercicio, volviendo al tema, tengo bastante marcados los músculos, sobre todo los brazos y el torso, la verdad es que tengo las piernas un poco descuidadas… además soy el menor, tengo 18 recién cumplidos, aunque suelen ponerme la misma edad que Fran, o sea, que me ven cuatro años más viejos los muy gilipollas.

 

En cuanto hubimos cenado, decidimos ver las estrellas un rato, así que nos tiramos en la hierba del claro y estuvimos identificando constelaciones, bueno, para ser sincero, ellos me contaban cual constelación era cual, total ellos eran Scouts y se supone que las usan para orientarse en la noche o no sé qué rollo.

 

La cuestión es que cuando nos dio sueño nos fuimos a nuestra tienda de campaña, propiedad de Luis y con capacidad para seis personas, con lo que estábamos anchos, aunque bien sabíamos Fran y yo que íbamos a ocupar poco espacio y esperamos a que Luis se durmiera como una piedra (lo que hace siempre, no importa dónde esté ni con quién ni si está sentado o acostado).

 

Así que en cuanto Luis se durmió, Fran se lanzó sobre mí y empezó a besarme ¡y cómo besa el muy cabrón! Nuestras lenguas se reencontraron después de haber estado deseándose desde aquel beso cuando Luis se fue a mear (o lo que fuera) y el reencuentro fue alegre, se acariciaron la una a la otra, mordisqueamos nuestros labios y cuando Fran empezó a sobarme el paquete y besarme la oreja creí estallar, pero no, todavía estaba en este mundo y seguía disfrutando de uno de mis mejores amigos.

 

No sé cómo ni cuándo, pero los dos estábamos desnudos y haciéndonos tremendas pajas que nos hacían ver las estrellas, entonces se me ocurrió avanzar un poco más y me acosté, dándole a entender a Fran que quería comerle el culo mientras él me hacía una de sus mamadas que te dejaban en la gloria.

 

Fran, obediente como siempre, se colocó y se dejó hacer, yo introduje mi lengua todo lo que pude en sus cachetes mientras los separaba con mis manos y llegué a ese agujerito que tanto deseaba, que siempre había estado allí para mí, en fin, que Fran se la estaba pasando pipa con mi beso negro y me lo hacía notar con la mamada que me hacía, que era la mejor que me habían hecho hasta ese momento y se pajeaba y a veces masajeaba mis tetillas como para darme las gracias por todo el placer que sentía.

 

 

 

Fran

 

Estaba a punto de correrme y Dani no me la había metido todavía, así que me levanté y me puse en cuatro, ofreciéndole mi culo y me coloqué de forma que quedara cerca de Luis, total, él duerme como una piedra y nunca se da cuenta cuando follamos; pronto Dani me ofreció su polla para que se la lubricara con saliva y eso hice, su falo de 19 centímetros, grueso, aunque no demasiado, y con un capullo rosado que escupía pre seminal como una fuente invitaban a comérselo sin dudar y, realmente, a no querer soltarlo, pero lo solté nada más porque sabía para dónde iba y que allí lo iba a disfrutar más, tanto él como yo…

 

Dani siempre fue muy delicado a la hora de follarme, primero me metía un par de dedos y después me penetraba despacio y preguntándome cada cierto tramo de polla si estaba cómodo, si me gustaba, etc., y eso a mí me encantaba porque sé que lo hace porque me quiere y que su intención es no hacerme daño ni en broma, a veces creo que está enamorado de mí, pero aunque así fuera no podría corresponderle y eso él lo sabe, por lo que normalmente lo nuestro se limita a sexo y nada más.

 

Esta vez no fue la excepción, Dani fue cariñoso y me penetró como siempre, sin provocarme dolor alguno, pero el haberme colocado tan cerca de Luis que pudiera percibir su olor y el estar imaginándome que él me follaba, hicieron que soltara un suspiro que no pude silenciar y que por un momento temí que despertara a Luis, como realmente sucedió; Dani y yo nos congelamos en el acto, no sabíamos qué hacer, ¡Luis había abierto los ojos! La ventaja es que no había más luz que la de la Luna, así que se veía más bien poco y Luis salió a mear sin siquiera fijarse en nosotros.

 

 

 

Dani

 

-¡Puf! Que nos pilla, tronco -dijo Fran entre suspiros

 

-Y que lo digas, bueno, vamos a acostarnos, no sea que nos pille al volver… -saqué mi polla de su culo y empecé a vestirme

 

Nos terminamos de vestir, y mientras nos metíamos en nuestros sacos de dormir, Fran empezó a hablar de nuevo, entre susurros, por si volvía Luis:

 

-¿Dani…?

 

-Dime, Fran -suspiré más que hablé.

 

-¿Cómo piensas bajarte este calentón de la leche? -su pregunta era una invitación a reanudar lo que habíamos interrumpido o eso me pareció.

 

-Pues así precisamente -le dije con un tono bastante lascivo-, petándote el culo de leche cuando Luis se vuelva a dormir.

 

-Cuando yo me duerma, ¿qué?-dijo un somnoliento Luis que por suerte no escuchó toda la frase

 

-¡¡¡LUIS!!! -gritamos los dos dando un buen bote dentro de los sacos.

 

-¿Quién si no? ¿Batman? -por lo visto Luis no había visto nada al salir, porque si salía con bromas era porque estaba de buen humor y dudo que si hubiera visto algo estaría tan de buenas…

 

-Joder tío, que me has dado un susto de muerte… -protestó Fran.

 

-Lo siento, Fran, pero Daniel decía algo de cuando yo me durmiera y me gustaría saber qué es lo que planeáis hacer, no quiero que me hagáis alguna guarrada… -de nuevo con sus bromas, pero no creo que se imaginara ni de lejos las “guarradas” que hacíamos.

 

-Pues… -empecé, pero no sabía cómo seguir, así que al final decidí decir la verdad- verás, Luis, aquí el amigo está enamorado y no es correspondido y yo me ofrecí a consolarlo…

 

-¿Va en serio, Fran? ¿Estás enamorado? -por lo visto, Luis no podía creerlo, así que lo confrontó directamente, como siempre habíamos hecho.

 

-Er… em… sí, pero es un tema doloroso, por lo que acaba de decir Dani… -Luis lo miraba a los ojos y Fran intentaba mirarlo, pero estaba tan nervioso que casi hace trizas el saco de dormir de cómo lo retorcía…

 

-Bueno, chicos, os dejo, hablad mientras yo me voy a ver porno en el móvil y hacerme una paja… -lo que yo quería era forzar una discusión entre Luis y Fran, a ver si se animaba a decírselo, pero aún así no desperdició la oportunidad para hacerme sentir como un cabrón.

 

-Dani, ¿qué coño crees que haces? ¿Cómo me haces esto? -pero fue inútil, simplemente le guiñé un ojo y me di el piro.

 

-Y bien, Fran, ¿quién es la afortunada? -oí que le decía cuando salía, por supuesto Luis lo decía en el tono que de broma con el que se habla entre colegas, no me pareció ver nada más en esa pregunta, aun así me alejé para no incomodarlos ni enterarme de nada que era mejor que ignorara.

 

 

 

Luis

 

¡Fran enamorado! ¿Cómo es posible? Pero bueno, a ver si le saco quién es, total si es una de las chicas de la tropa será una buena pareja y si no, lo obligaré a presentármela y a lo mejor tiene una amiga disponible, o una hermana. Fran se tomó su tiempo en contestar y cuando lo hizo fue con voz temblorosa, mirando al suelo y con el saco de dormir todavía en sus manos:

 

-Pienso que no vas a querer saber la verdad…

 

-Y por qué no, ¿es que es una chica de la tropa y quieres mantenerlo en secreto? Vamos, cuenta, cuenta… -la verdad me mataba la curiosidad y reconozco que iba a saco para sacarle todo lo que pudiera antes de que reaccionara y se defendiera.

 

-Está bien, te lo diré, pero sólo porque Dani ha forzado la cosa y porque ya no puedo callarlo más: estoy enamorado de alguien desde los 14 años… -Fran hizo ademán de ocultar su cara entre las manos como para no ver qué cara ponía yo, pero le tomé las manos, lo que hizo que me mirara sorprendido.

 

-¿Cómo es posible que estés enamorado desde hace ocho años de alguien y yo no lo sepa? ¿No soy tu mejor amigo? -perdí un poco la paciencia, ¿cómo era posible que me tuviera engañado durante tantos años?

 

-Lo eres, Luis, lo eres, pero esto es algo que he intentado llevar yo solo… -Fran de nuevo intentaba no mirarme y yo no entendía una mierda, aunque cada vez le veía más nervioso, juro que si pudiera, se habría levantado y habría salido corriendo montaña abajo.

 

-Pero, ¿por qué? ¿Es alguien prohibido? ¡Francisco, contéstame! -de nuevo mi curiosidad se impuso a mi prudencia y no pude evitar sonrojarme un poco.

 

Fran también se había sonrojado, pero con un gran suspiro, levantó la cara, me miró a los ojos (nunca había notado la fuerza de sus ojos grises, parecía que querían ver mis sentimientos) y con la voz entrecortada me contestó:

 

-Sí, eres tú.

 

-¿¡Cómo!? -no me lo podía creer, pero ahí estaba la respuesta a mi curiosidad, era cierto eso de que la curiosidad mató al gato después de todo.

 

-Lo que has oído, estoy loquito por ti -yo no sabía qué hacer o decir, nunca tuve prejuicios contra la homosexualidad, pero porque nunca me había tocado de cerca, aunque, bueno, primero satisfaría mi curiosidad y luego veremos…

 

-¿Y por qué no lo dijiste antes?

 

-Porque pensé que ibas a reaccionar mal y plantarme una ostia en toda la boca… -Fran no se equivocaba para nada, lo estaba pensando en ese momento, pero tampoco me parecía justo con él destruir nuestra amistad por eso, así que opté por una vía más diplomática.

 

-Bueno, no creas que no lo pensé por un momento, pero me puede más la curiosidad…

 

Entonces Fran hizo algo que nunca me imaginé: se acercó a mí y me besó. De inmediato lo rechacé, aunque la verdad es que su boca, suave y ávida de mí, me impactó y me gustó más que cualquier otro beso. Le dije que no lo volviera hacer, que no podía con más por el momento, me fui a llamar a Daniel y le canté las cuatro por no ponerme sobre aviso y le dije que entrara, que ya íbamos a dormir.

 

Todos nos metimos en los sacos e hicimos como que dormíamos, aunque yo oía a Fran sollozar, como si tuviera el corazón roto. Miré mi reloj y vi que era pronto, eran apenas las 11 de la noche, tendría tiempo para pensar.

 

Pero no sabía qué pensar, no me gustaban los chicos, sin embargo, Fran me llevó a la gloria. Es verdad que me aburría rápido de las chicas y nunca me duró una novia más de dos semanas, pero dado que nunca me había fijado en un chico creía que era hetero, aunque últimamente no sabía que pensar, entre mi escaso éxito con las chicas y el que me aburriera de ellas hacía que tuviera mis dudas, pero viendo que Fran me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido llegué a la conclusión, cuando amanecía, de que no entendía nada, ni de lo que Fran sentía ni de lo que pasaba conmigo, pero sería fiel a nuestra amistad y, al mismo tiempo, intentaría averiguar si podía corresponderle, si era gay o no.

 

Pero aún así me asustaba lo rápido que me había surgido esa duda, ¿o era algo que siempre había estado y nunca había visto? La verdad me sentía en medio del peor caos, pero era una dulce confusión, tenía dudas de cuánto duraría esta “locura”, pero tenía claro que en una decisión tan seria lo mejor sería esperar y ver si era algo serio o simplemente fue la impresión que me produjo el que en ese momento me besara.

 

 

 

Dani

 

¡La que había liado, joder! No podía creer que por mi culpa los dos mejores amigos del mundo se pelearan, no, no podía ser. ¡No, no, y no! Entonces decidí tomar mis cosas y dormir fuera, al menos les dejaría tiempo para que se aclararan o, al menos, se disculparan con alguna excusa estúpida, pero cuando me levanté Luis me tomó del tobillo y me dijo:

 

-No te vayas, no creo que debamos dejar a Fran solo…

 

-¿Qué quieres que haga? -no tenía ni idea de lo que iba a hacer, pero esperaba que no hiciera daño a Fran, porque aunque no fuéramos pareja, lo quería mucho, somos muy buenos amigos, no permitiría que le hiciera daño.

 

Sin embargo, Luis lo que hizo fue acercarse a Fran, todavía estaba dentro de su saco de dormir y acostarse cerca de él, luego me hizo señas (para no despertarle) de que hiciera lo mismo. Una vez que me hube acomodado, dejando a Fran en medio de nosotros dos, Luis me pasó su móvil donde había escrito:

 

No entiendo nada de lo que pasa, pero una cosa sí tengo clara: Fran va a necesitar a sus amigos cuando se despierte”.

 

Después vi que Luis se acomodaba de medio lado, la única posición en que no roncaba, y se durmió, entonces reflexioné un poco sobre lo maravillosa que es nuestra amistad, que nada ni nadie ha podido separar, hasta que me quedé dormido.

 

 

 

 

 

Capítulo 2: campamento interrumpido

 

Fran

 

Después de haber besado a Luis y de haberle confesado mi amor por él, me sentía muy apenado y a la vez triste porque, a pesar que somos amigos, sabía perfectamente que había traspasado una frontera peligrosa, ahora dependía de él si seríamos amigos o me odiaría hasta el fin de sus días, porque, la verdad, yo no puedo odiarle, por lo que no pude evitar llorar al saber que Luis podría apartarme de su vida en cualquier momento.

 

Cuando desperté me sorprendí mucho de ver que tanto Dani como Luis estaban uno a cada lado mío, pero a la vez se dibujó una gran sonrisa de satisfacción en mi rostro al saber que al menos iba a tener a mis dos mejores amigos para siempre pasara lo que pasara.

 

Al intentar levantarme, mi manó se posó levemente sobre el celular de Luis que Dani había dejado en el suelo de la tienda, cerca de donde estábamos, y fue entonces cuando leí el mensaje:

 

No entiendo nada de lo que pasa, pero una cosa sí tengo clara: Fran va a necesitar a sus amigos cuando se despierte

 

Me quedé pensando en el contenido del mensaje, sabía que mis dos mejores amigos estarían siempre conmigo cuando los necesitara, pero yo quería a Luis de otra forma y Dani… bueno, es Dani, con él ya no es una simple amistad, es algo más, pero yo ya no puedo acceder a ninguno de sus juegos, si quiero luchar por Luis, debo sacrificar todo aquello que pueda apartarlo de mí.

 

Me levanté sigilosamente y me dirigí al exterior a tomar un poco de aire fresco, pasé un buen rato afuera, cuando me sorprendió una voz a mis espaldas.

 

 

 

Dani

 

Cuando desperté, vi que Fran no estaba, y me levanté preocupado, pues imaginaba muchas cosas, no sabía si había serpientes en el bosque, además estaba la situación con Luis, incluso imaginaba que ya se habían peleado y por eso Fran había salido enojado a caminar, motivo por el cual decidí levantarme lo más rápido posible y salir a buscar a Fran, por suerte, Luis estaba profundamente dormido, así que no se dio cuenta que salí.

 

Vi a Fran parado contemplando el paisaje, y le dije:

 

-Hola, ¿por qué no me avisaste que estabas aquí?

 

-Lo siento -dijo tranquilamente- es sólo que no quise despertarte, estabas dormido- me dijo sin apartar la vista del paisaje.

 

-No me vuelvas a hacer eso -le dije- casi me matas del susto.

 

-No lo volveré a hacer, lo prometo.

 

Me quedé pensando en lo que pasó en la noche, y entonces volví a hablar:

 

-Fran, perdón por haberlo hecho.

 

-¿Haber hecho el qué, Dani? -dijo Fran un poco confundido.

 

-Pues lo que le dije a Luis, no creí que fuera a crear un problema entre vosotros.

 

-Dani -empezó a decir Fran- no te preocupes, después de todo, algún día se iba a enterar, ya no se puede llorar sobre la leche derramada.

 

-Fran, de veras que eso de la amistad os lo tomáis en serio los Scouts, mira que deberías odiarme, pero estás buscando la forma de disculparme…

 

-Jajaja, Dani, ahora entiendes por qué siempre digo que la amistad ante todo, verás, no busco disculparte, te digo que tenías razón al actuar así, te has comportado como un amigo de verd… -no pudo terminar la frase porque le di un abrazo que lo dejó sin aire.

 

 

 

Luis

 

Me desperté solo en la tienda y me di un susto de muerte, pero luego pensé que a lo mejor los chicos se habían ido a mear o a preparar el desayuno; cogí mi móvil y vi que tenía algo escrito, iba a borrarlo, pero me di cuenta que no era lo que le había escrito a Daniel la noche antes, sino un nuevo mensaje:

 

No lo entenderás y no me importa que no lo entiendas ni que no me aceptes nunca, el mero hecho de ser amigos compensa lo demás. Siempre Listos. Fran

 

No sé por qué, pero me derretí por dentro al leerlo, nunca me habían dicho nada tan tierno y mucho menos usando frases al estilo Scout. Estaba impactado, en ese momento pasó por mi cabeza intentarlo con Fran, pero no me había decidido del todo cuando me entró una llamada:

 

-Hola, Luis, veo que al menos tú ya estás despierto -sonó la voz de mi padre, lo que me terminó de descolocar, porque mi padre nunca me llama al móvil, odia todo lo que tenga que ver con tecnología, dice que los teléfonos deben estar en las casas y las oficinas, no en los bolsillos, que eso sólo sirve para llevar las broncas de casa y la oficina a todo sitio… cuánta razón tiene.

 

-Hola, papa, ¿cómo están las cosas por casa? -me recuperé pronto, no podía permitir que en casa sospecharan nada, no al menos hasta que hubiera algo serio que sospechar.

 

-Pues verás, hijo, por eso te llamo, ¿te acuerdas de tu amigo Tavo, que habías conocido en aquel campamento en Costa Rica? Pues anda por Madrid y quiere veros, así que tendréis que suspender el campamento -efectivamente, mi padre me llamó únicamente porque no tenía opción, Tavo era un chico muy majo que habíamos conocido en un campamento Scout internacional celebrado en Costa Rica hace un par de años y si estaba por Madrid era urgente que dejáramos el campamento y nos viéramos.

 

-Vale, papá, gracias por avisar, ocúpate de recibirle y ya te llamaremos cuando estemos cerca de casa -nos despedimos y corté la llamada.

 

Así que Tavo por Madrid, mira que era su sueño, pero pensé que nunca lo realizaría, es muy caro volar desde Costa Rica, es un país muy bonito e ideal para el turismo y los viajes de bodas, pero es muy caro para los que viven allí.

 

Salí de la tienda y no vi a los chicos, así que los llamé a gritos, hasta que surgió cada uno de detrás de un arbusto, había supuesto bien, estaban en el “váter”. Les expliqué la situación, desmontamos el campamento y nos vinimos.

 

 

 

Tavo

 

Y yo, ¿quién soy? ¿De dónde salgo? ¿Cómo es que apenas me nombran y ya puedo relatar desde mi punto de vista? Verán, soy Gustavo, pero con la maña que tenemos los ticos de encoger todo, cualquier mae que conozco me llama Tavo antes de que pueda terminar de decir mi nombre… Veo, por sus caras, que no están acostumbrados al acento costarricense, está bien, intentaré hablar en un español más neutro, pero tomen en cuenta que a veces se me saldrá el costarricense que llevo dentro. Les, bueno, vale, intentaré usar el “vosotros”, os aclararé un par de palabrejas: mae es como el tronco vuestro, aunque bueno, también puede ser un insulto, algo así como gilipollas; la otra palabra es tico, es la versión corta de costarricense, un tico es alguien de Costa Rica. Ah, y una maña es una mala costumbre, ¿ahora sí nos entendemos, no? Pues sigamos.

 

Os contaré también como soy: soy un chico de estatura normal, 1,75m, tengo 21 años y soy moreno de piel, con el pelo negro y los ojos de un azul que parecen zafiros. Mi cuerpo es fácil de tonificar y con sólo el ejercicio que hago en mi grupo Scout es suficiente para que esté algo fibrado, pero sin exagerar. Me di cuenta desde los 14 que me gustan los chicos y los más guapos que vi en el último campamento fueron Fran y Luis (en ese orden), así que me moría de ganas de volverlos a ver, dos años cambian muchas cosas y muchos cuerpos.

 

La cuestión es que en cuanto me dejaron encender el móvil en Barajas llamé a Luis, fue el único de la delegación española que vino al campa que me dio su número de teléfono por si algún día iba a España, este chico sí que vive la Ley-Promesa, mira que aprovechar la mínima para ayudar a quien sea.

 

Lo importante es que le llamé, lo que no sabía es que era el teléfono de su casa y no el móvil lo que me había dado, me atendió su padre, un señor muy amable y me obligó a aceptar que me recogiese en el aeropuerto, me indicó como salir de Barajas al parking para que pudiera fumar y me pidió que me pusiera mi pañoleta para identificarme mejor. Así lo hice y en media hora llegó él en un taxi a por mí, eso me sorprendió, aunque luego me explicó que Luis, Fran y un tal Daniel se habían ido de campamento con su coche, así que lo dejaron a pie.

 

Llegamos a su casa y allí estaban los tres, Luis y Fran más guapos que cuando los conocí, pero lo que me dejó sin palabras fue el mae que estaba con ellos, el tal Daniel, que debía ser ateo, porque no estaba como Dios manda, sino como le da la gana, nunca había visto a un chico tan bueno.

 

Nos deshicimos del padre de Luis y salimos por ahí a tomar algo y pronto estuvimos en una terraza sin nadie que nos incomodase y con todo el fin de semana para hablar, porque ya no íbamos a subir a montar campamento otra vez, hay que estar locos, si al menos hubieran dejado la tienda armada.

 

 

 

Dani

 

¿Y este Tavo de dónde sale? Pues me da igual, me ha molado y, ya que por ahora no puedo seguir mis juegos con Fran, al menos me divertiré un rato con él.

 

Nos fuimos a tomar algo y ya me contaron donde se conocieron y demás, todavía recuerdo ese campamento, bueno recuerdo que estuve un mes aburrido porque los chicos, aprovechando el verano, se piraron la semana del campamento y después se dedicaron veranear por todo el país el resto del mes. Cuando veo las fotos hasta que se me revuelve la tripa de recordar que no pude ir con ellos (aunque no asistiera al campamento) porque mi madre no me dejó, como era menor de edad…

 

Bueno, que estuvimos hablando y Tavo nos contó que había logrado su sueño: una beca para estudiar medicina en Madrid, en la universidad que él eligiera, con todo pago y con seguridad de encontrar empleo nada más graduarse, así que venía para quedarse. Un pequeño problema: no tenía dónde quedarse, así que decidimos en que se quedaría en casa de cada uno en tandas de una semana mientras encontraba sitio.

 

Nos fuimos a mi casa y una vez allí le pregunté que si quería usar el ordenador, a lo que accedió, lo que yo no recordaba es que mi página de inicio es el sitio de un autor de relatos eróticos gays, lo recordé cuando soltó una exclamación:

 

-¡¡¡Juemialma, mae!!! ¡Qué heavy esto! ¿De veras te gusta esta página? -primero pensé que se había molestado, pero por lo visto, no.

 

-Er… sí, me gusta, ¿por qué? -no lo podía creer, efectivamente veía mi página de inicio.

 

-¿Lees a este autor? -señaló el nombre del autor, a lo que asentí- entonces, te diré una cosa: soy yo.

 

No lo podía creer, ¡era él! El que me hacía suspirar cada vez que lo leía, no lo podía creer. En cuanto me repuse, le dije:

 

-¿Y besas igual que todos tus personajes?

 

-Averígualo -me dijo pícaramente y se acercó a mí y nos empezamos a besar.

 

Fue un beso muy bueno, de eso no hay duda, pero no tenía la ternura que había entre Fran y yo. Sé que no debía pensar en eso, Fran estaba enamorado de Luis, yo sabía que no estaba enamorado de Fran, pero ya me había acostumbrado a nuestros encuentros y aunque renuncié a ellos para verle intentar ser feliz con Luis y poder ser feliz porque él era feliz, nuestras “fiestas” eran algo que no se puede dejar fácil y además Fran y yo perdimos la virginidad juntos, nunca había estado con nadie más.

 

Mientras todo esto pasaba por mi mente, sin orden ni concierto estábamos desnudos. Ya nos faltaba el aire, así que nos separamos para respirar y entonces vi su tremenda polla: 23 cm y todavía no estaba en todo su esplendor; de inmediato me abalancé sobre ella y cuando me la iba a introducir en la boca, Tavo me detuvo:

 

-Espera, déjame verte la boca -no fue una petición común, era casi una orden, pero de todos modos accedí.

 

Tavo sacó, de algún sitio en su maleta, una linterna de dentista y empezó a examinar toda mi boca, cuando hubo terminado se explicó:

 

-Estás tan bueno que puede ganarme la tentación de correrme en tu boca, por eso te la revisé, para poder hacerlo sin riesgo para ti es necesario que no tuvieras ninguna herida sangrante.

 

-¿Ninguna herida? ¿Eso por qué? -no entendía nada, ¿sería que tenía alguna enfermedad?

 

-Te lo diré a la manera Scout: un día estaba en un bar de mala muerte intentando ligarme a un chico cuando sentí un pinchazo en la espalda, me volví de inmediato para ver a un chico que se decía mi amigo huir con una jeringuilla que tiró en un basurero. Recogí la jeringuilla y me fui al hospital más cercano, allí confirmaron mis sospechas, ese cabrón me inyectó VIH, ahora estoy condenado a nada más que unos besos, porque cuando quiero ir más allá, al explicar esto me dejan solo, incluso me han gritado que lo mejor es que me muera ya, que no tengo nada qué hacer en este mundo que pueda ser de provecho… -no lo dejé seguir, ahora que conocía lo que era la amistad y la lealtad, decidí mostrarle lo que es el amor y simplemente lo besé. No me di cuenta, pero me enamoró su sinceridad.

 

Esa noche no tuvimos sexo porque no teníamos condones, pero dormimos en la misma cama y al verle despertar me salió del alma:

 

-Buenos días, Tavo, ¿quieres ser mi novio? -Tavo abrió sus hermosos zafiros hasta parecer que se le desorbitaban los ojos, luego una lágrima cayó por su cara.

 

-Claro que sí, pero ya sabes lo que tengo, nunca podremos ser felices completamente…

 

-¿Que no? Jajaja, perdona que me ría, pero me parece que ¡tener que usar condón siempre no condiciona el que seamos felices!

 

-No lo digo por eso, lo digo porque estaré enfermo y me moriré pronto, me contagiaron hace un año y no creo que me quede mucho tiempo -Tavo lloraba conforme decía eso y a mí se me partía el alma, porque sabía que podía ser cierto, pero también podía no serlo.

 

-Bueno, ya aceptaste ser mi novio, ahora seremos felices y cuando te enfermes, cosa que será dentro de muchos años ya veremos, ¿te parece? Que estamos en España, la medicina está más avanzada que en tu país, algo podremos hacer… -intenté animarle.

 

-Vale, amor, me has convencido, ahora tenemos que ver como se lo decimos a los chicos… -supiera que eso es lo más fácil…

 

-Yo me encargo, vamos a casa de Fran, que quedamos allí para desayunar

 

De camino me contó que había denunciado al chico y que en el bar lo habían visto varias veces inyectando a diversas personas y lo metieron a la cárcel por un buen tiempo.

 

 

 

 

 

Capítulo 3: y todo empieza a desmadrarse

 

Fran

 

Una vez que Dani y Tavo se fueron, me quedé a solas con Luis, quien estuvo pensando en algo durante unos minutos y luego me dijo:

 

- Oye, Fran, he estado pensando en algo.

 

- Sí, se te nota, estabas en la estratosfera, chaval, ya empezaba a preguntarme si tendría que invitarte y además llevarte a casa…

 

- Pues no, estaba pensando en lo nuestro -¿lo nuestro? ¿teníamos algo? Ahora sí que me descolocó Luis, pero eso no era todo, después de una pausa continuó-: ya sabes, lo que me dijiste en el campamento -asentí-, pues he pensado que no sé qué me pasa, pero estoy dispuesto a intentarlo contigo, pero con una condición -y aunque pusiera mil, las aceptaría todas, pero no podía venderme tan barato, tengo dignidad, aunque no lo parezca.

 

- ¿Cuál? -corto y directo, como había que ser, aunque sin ser áspero, no sea que se arrepienta, hay que saber jugar con la voz.

 

- Que en el momento en que te haga daño me mandes a la mierda, no estoy seguro de lo que siento, me voy a arriesgar contigo, pero no quiero que dejemos de ser amigos por una relación que no funciona.

 

Esa noche Luis durmió en mi casa, en mi cama, pero no pasó nada, él quería ir despacio y yo podría esperarlo el tiempo que sea necesario, lo amo demasiado como para quedarme con la pasión del sexo y nada más, siempre en el amor hay cosas más importantes.

 

A la mañana siguiente cuando llegaron Dani y Tavo nos quedamos viendo los cuatro sin saber qué decir, hasta que Dani dijo “tengo novio” y Tavo soltó un inaudible “tengo que contaros algo, chicos”.

 

Abrazamos a Dani, contentos de verle con alguien, aunque Luis no tenía ni idea que le gustasen los chicos, pero no podía tomarlo a mal, no después de lo que me dijo ayer, no desde que él yo estamos intentando aclarar sus sentimientos, cosa que él decidió hacer con un “algo más que amigos, pero sin ser novios”.

 

 

 

Luis

 

Estoy loco, verdaderamente loco, ¿cómo se me ocurre arriesgarme así con Fran? ¿Y si no funciona? Bueno, la verdad es que no creo que fracasemos, la verdad es que le propuse intentarlo para quitarme la duda de si era gay o no y, después de tres meses juntos, sin sexo, pero juntos, he visto que lo soy y que no me avergüenzo. No me avergüenzo de Fran para nada, es mi media naranja, es el hombre que llena mi vida, si lo tengo a él no necesito nada más, soy plenamente feliz a su lado.

 

Es cierto que al principio hubo una mezcla de todo: curiosidad, lástima y temor a perderle; esto último fue lo que me hizo despertar, siempre sería mi amigo, entonces, ¿por qué miedo a perderle? Ahí me di cuenta de que le amo.

 

Bueno, eso ya pasó, eso fue en marzo, ahora estamos en junio y han pasado muchas cosas, pero esta noche será especial, muy especial, al menos para Fran y para mí.

 

 

 

Tavo

 

Puffff, ¡qué coñazo son los trámites de residencia! ¡Joder, que si lo llego a saber me vengo como refugiado político, exiliado o algo! Sin embargo, tuvieron algo bueno, me tocó estar toda la mañana haciendo cola en diversas ventanillas, pero tenía a Dani, a mi Dani a mi lado y eso hacía que lo demás no me importara.

 

Primero hicimos los trámites de la residencia y, en cuanto estuvo, nos fuimos al juzgado más cercano y… ¡nos casamos! Todo porque los chicos quieren que tenga pronto la nacionalidad para no tener problemas cuando queramos salir por ahí… no es que no quisiera casarme con él, pero lo conocía de apenas tres meses, ¿cómo podía ir todo tan rápido?

 

Volviendo a donde dejamos las varas [cosas], al final me quedé en casa de Dani para siempre, ni siquiera hizo falta buscar piso, porque cuando su familia se dio cuenta de lo nuestro me pidieron que me quedara, que por favor les diera la oportunidad de ser felices ellos al vernos felices a los dos juntos, así que acepté y ahora soy el hombre más feliz del mundo, tengo un novio estupendo, guapo, que me ama y cumplí mi sueño: soy español.

 

[Para esta parte, hasta el cambio de narrador, recomiendo tener presente la canción mexicana “Nos estorbó la ropa”]

 

Recuerdo que para celebrar nuestra boda la familia de Dani nos pagó una noche en el mejor hotel de Madrid y en cuanto entramos nos besamos y, como llevábamos camisa los dos, nos desnudamos sin dejar de besarnos, los dos estábamos tan excitados que no hizo falta tocarnos mucho para tener sendas erecciones, pero, aunque nuestros penes clamaban por algo de atención, estábamos demasiado ocupados en besarnos, no queríamos que nada nos separara, pero al final lo hicimos, Dani dejó de besarme y se puso a jugar con mi oreja, ¡Dios! ¡Cómo me pone eso! Parece que Dani se dio cuenta, porque dejó de hacerlo y bajó por mi cuello, llenándolo de besos, hasta mi pecho, ahí se entretuvo con mis tetillas hasta que estuvieron casi tan duras como mi verga.

 

Después bajó, recorriendo toda mi tableta con su lengua, besando y mordiendo en el lugar exacto para ponerme a mil, jugó un rato con mi ombligo, y se acercó a mi verga “¡por fin!” pensé. Besó mi glande, lamió y relamió todo el tronco, luego se metió mis bolas en la boca y llegué al cielo, pero pronto sacó mis huevos de su boca y se introdujo toda mi verga (no sé cómo le caben mis casi 24 cm) sentía mi glande en su garganta y no podía dejar de gemir, me estaba volviendo loco.

 

De repente, Dani se detuvo, sacó un condón de algún sitio y me lo puso, me indicó que me acostara en la cama y se colocó sobre mí, ayudó a mi polla con su mano y se la fue introduciendo poco a poco, fue una maravilla, sentirme en su interior, la presión que ejercía sobre mí, era delicioso, era el primer chico con el que estaba desde que me diagnosticaron y era el único de los que me conocía (junto a Luis y Fran) que no me tenía asco, podía ver sus ojos brillar de amor y entonces me dejé llevar, le dejé hacer y después de veinte minutos en varias posiciones me corrí en el condón, ni siquiera le pude avisar, me tenía en la gloria.

 

Dani se levantó de sobre mí y me quitó el condón, le hizo un nudo y luego se acostó a mi lado, me abrazó y nos dormimos hasta el día siguiente, fue el día más feliz de mi vida, no lo podía creer.

 

 

 

Dani

 

Una vez que se supo que Tavo y yo somos novios, permití que los chicos también me llamaran “Dani”, total Fran y yo ya habíamos estado juntos, con Luis tenía mucha confianza y Tavo era mi Tavo.

 

Cuando nos recuperamos de nuestra “luna de miel”, porque Tavo y yo decidimos esperar a estar casados para hacer el amor, nos vestimos y salimos hacia el hospital, para poder inscribir a Tavo nos pidieron que se hiciera una serie de exámenes médicos y teníamos cita, así que a eso fuimos. Tavo nunca escondió su situación de seropositivo, por lo que el médico que nos atendió para ver los resultados nos preguntó qué tipo de relación teníamos, le dijimos que estamos casados y entonces el médico me indicó una serie de exámenes y nos explicó que eran porque hay un tratamiento en fase de prueba que parece que cura el SIDA, así que de inmediato me hice los exámenes, porque los resultados tardaban un tiempo para estar, así que después de eso nos fuimos a comer por allí y nos encontramos a Fran…

 

 

 

Fran

 

Vaya susto de narices me di al ver a Dani y a Tavo, se suponía que nadie debía verme, nadie debía saber que yo estaba allí, no era que estuviera haciendo nada malo, simplemente era una sorpresa:

 

- ¡Chicos! ¿qué hacéis por aquí?

 

- Pues… vinimos a inscribir a Tavo en la seguridad social… -dijo Dani dubitativo.

 

- ¿Y tú en que andas? -Tavo y su curiosidad, a veces me pone en situaciones engorrosas.

 

- Pues, es un secreto, busco algo para Luis, pero no quiero que lo sepa, él me tiene una sorpresa para esta noche y yo también quiero darle algo especial.

 

- Pues ya que tú nos has contado tu secreto, nosotros te mostraremos el nuestro -Dani levantó su mano izquierda, de inmediato Tavo hizo lo mismo y ahí estaban, dos anillos de plata con una “D” y una “G” entrelazadas ¡se habían casado al fin!

 

- ¿Y no nos invitasteis? ¡Seréis gilipollas! Cuando se lo cuente a Luis…

 

- No, no se lo dirás -me interrumpió Tavo- queremos decírselo nosotros, pero por lo que veo no podrá ser esta noche, así que ya le llamaremos mañana, cuando os lo contemos recuerda que tú no sabes nada, ¿eh?

 

- Vale, vale, me ganáis, ¿por qué no me ayudáis a buscar algo tierno para Luis? -ya que estaban allí no iba a desperdiciar un par de cabezas más que me ayudaran a buscar.

 

- Muy bien, ¿en qué pensabas? -Dani, directo como siempre ya miraba las tiendas que teníamos cerca.

 

- Pues no sé, ¿un corte de pelo? Ya tiene como dos meses sin ir al peluquero… -risas generales- bueno, no sé, algo que le guste…

 

Nos fuimos por ahí viendo tiendas y demás y terminamos cerca de Callao en una tienda de apariencia cutre, pero allí conseguimos algo que nos gustó a los tres: una cadena con un colgante en forma de flor de lis, el emblema de los Scouts, no era nada especial a simple vista, pero por detrás tenía grabado “tuyo por siempre”. Era perfecto, ahora era cuestión de ver su sorpresa…

 

 

 

 

 

Capítulo 4: hora de dar un paso adelante

 

Luis

 

Por fin era de noche, me costó un mundo pero me había deshecho de la familia, los convencí de ir a ver a la abuela todo el fin de semana y yo me quedé so pretexto que un chico se iba a promesar en el grupo y a eso no se puede faltar nunca, es algo impactante, pero más impresionante era lo que estaba preparando en casa…

 

Me ahorro detalles de los pétalos de rosas, la mesa romántica y demás, es algo demasiado clásico como para tener que explicarlo… la cuestión es que cuando Fran llegó abrí la puerta ocultándome detrás de ella para que pareciera que se abría sola, como desde la puerta de entrada se veía el comedor de mi casa, lo primero que vio Fran fue un camino de pétalos de rosa y una mesa puesta para dos con velas, un florero con una sola rosa roja y nada más, fue tal su sorpresa que se quedó en blanco, con los ojos como platos y la boca abierta. Al final tuve que salir de detrás de la puerta, tomarlo de la mano y llevarlo a la mesa, entonces reaccionó y me besó, un beso de los suyos, tiernos, llenos de amor, no uno de esos besos que demuestran que lo único que buscan es llegar a la cama, él me ama de verdad, tanto como yo a él, estoy seguro.

 

Cenamos y entonces le di mi sorpresa: me levanté y le pedí que hiciera lo mismo, Fran, un poco extrañado, lo hizo y lo coloqué a un lado de la mesa, donde nada nos estorbara, entonces, antes que pudiera preguntar qué pasaba, me arrodillé frente a él y le dije:

 

- Creo que ya ha pasado el tiempo de prueba, oficialmente, ¿quieres ser mi novio hasta que la muerte nos separe? -le miraba a los ojos grises y ese par de estrellas brillaban como nunca, la emoción de lo que oía, junto con el reflejo de las velas hacía que más que estrellas parecieran soles.

 

Por toda respuesta me levantó y me besó, luego sacó una cajita que tenía en su bolsillo, era como esas en la que pones un collar de perlas, me la dio mientras me decía:

 

- Luis, no sabes cuánto he esperado esto, te traía un regalo, pero creo que ahora servirá para sellar esta noche, ábrelo.

 

Lo abrí, era una cadena de oro con una flor de lis y detrás tenía grabada la frase “tuyo por siempre”. Lo único que pude hacer fue besarle y nos fuimos a mi habitación…

 

[Para esta escena recomiendo poner de fondo "Primera Vez" de Ricardo Arjona]

 

Fran sabía tan bien como yo a qué íbamos a mi habitación, así que toda la ropa voló de camino. Al llegar a mi habitación me di cuenta del buen cuerpo que tiene mi chico y me quedé sin aire, nunca me había pasado antes, simplemente ubicaba dónde tenía que penetrar, follaba, me corría y listo, pero ahora me bastaba con verlo frente a mí, me tenía embobado hasta que habló:

 

- Luis, tengo que decirte una cosa... -empezó Fran, se retorció las manos un par de veces (como siempre que está nervioso) y por fin continuó-: resulta que no soy virgen, antes de que habláramos en el campamento yo solía tener sexo con Dani...

 

- Fran, ¿lo hiciste por amor alguna vez? -la verdad es que yo tampoco era virgen, pero era la primera vez que sentía que lo hacía por amor y quería comprobar si Fran también.

 

- ¿Tú qué crees? -me contestó a la gallega- tengo desde los 14 enamorado de ti, sólo lo he hecho con Dani, pero nunca por amor, sino por venganza por no atreverme a decirte nada.

 

- Pues entonces es la primera vez que los dos hacemos el amor, estamos iguales jajaja -mi risa fue nerviosa, muy nerviosa, porque conforme hablaba, Fran lloraba- ¿qué te pasa, amor?

 

- Que te amo, gilipollas, eso me pasa -y se lanzó a mis brazos y empezó a besarme como si en ello le fuera la vida.

 

Tuvimos que separarnos a buscar aire y entonces decidí tomar la iniciativa y me puse a seguir toda su piel con mi lengua besando por aquí y por allá, yo no sabía si le gustaría, pero yo quería memorizar todo su cuerpo y sus gemidos pronto me confirmaron que Fran estaba disfrutando. Cuando llegué a su entrepierna, fue otro cantar, nunca había tenido tan cerca una polla que no fuera la mía y, la verdad, no sabía qué hacer, así que hice lo primero que se me ocurrió: le besé el capullo, tal como me gustaba que me lo hicieran, Fran arqueó su espalda y por poco se corre ahí mismo, pero se pudo contener y me permitió continuar con mi torpe mamada, pero que él me hacía ver que lo llevaba al éxtasis. Cuando estaba punto de correrse, me detuvo y me dio el mismo tratamiento, sólo que en lugar de continuar con la mamada, se levantó y se sentó sobre mí (en ese momento me di cuenta de que estaba acostado en la cama) hundiéndose mis 19 cm dentro de él y llevándome a la gloria, le besé lo que pude mientras me cabalgaba y, cuando creí que había llegado al éxtasis, Fran se corrió sobre mí, cerrando su esfínter y provocándome un placer indecible en la verga, lo que hizo que me corriera también.

 

Fran se acostó a mi lado, me besó y me dijo “te amo, te amo, te amo” hasta que me dormí.

 

 

 

Dani

 

Habíamos citado a los chicos para comer en nuestra casa y, cosa rara en Luis, ya llevaban media hora de atraso, así que decidí llamar al móvil de alguno para ver qué pasaba, ninguno me contestó y entonces recordé que iban a tener una noche especial y decidí dejarles en paz.

 

Estaba pensando qué haríamos Tavo y yo mientras tanto cuando me entró una llamada en el móvil:

 

- ¿Eres tú, Daniel? -dijo una voz femenina que no reconocí pero me resultó familiar.

 

- Sí, soy Daniel, ¿con quién tengo el gusto? -mejor preguntar que meter la pata.

 

- Soy yo, Sara, de la ESO -una compañera de la ESO… Sara… ¿Sara? ¡Sara! ¡Claro! Mi única amiga (mujer) de la ESO y la única que sabía de mi situación.

 

- ¡Sarita, por Dios, cuánto tiempo! ¡Ya ni te conocía la voz! -esa sí que era una gran sorpresa.

 

- Pues ya ves, ya sabes que por la situación de mi familia aparezco y desaparezco sin poderlo evitar… ¿aún vives en el mismo sitio? -es cierto, Sara ha pasado por cosas muy difíciles y nunca sabe qué va a pasar al día siguiente, depende de los caprichos de su madre, pero ¿y esa pregunta?

 

- Sí, vivo en la misma casa ¿por qué preguntas?

 

- Para que me abras, gilipollas, que no me voy a quedar aquí fuera todo el día…

 

No sé si Sara iba a decir algo más porque le corté, llamé a gritos a Tavo y fui a abrir la puerta. Allí estaba ella, tan guapa como siempre, con sus ojos color avellana, su pelo castaño, sus labios rojos y suaves, sin maquillar, porque, como yo le solía decir, el maquillaje en su caso es estropear su belleza. Tenía el cabello por media espalda, suelto, tal como me gustaba verla en la ESO, además no había cambiado en nada su cuerpo, bueno, en tres años las chicas no suelen cambiar mucho, pero igual seguía teniendo el cuerpo de una quiceañera, estaba preciosa, con sus generosas curvas en su medida exacta, sin exagerar nada, todo en su justa medida, vamos que Sarita es la chica más guapa que conozco.

 

- ¿Me la presentas? -preguntó mi esposo.

 

- Claro, Tavo, ella es Sara, mi mejor amiga de la ESO. Sara, este es Tavo, mi esposo.

 

Sara no tuvo tiempo a nada más que abrir los ojos como platos y abrir la boca, porque cuando iba a decir algo oímos a los chicos.

 

 

 

Fran

 

Luis y yo nos atrasamos en llegar a casa de Dani porque la ducha fue muy entretenida, nos lavamos y tuvimos que volvernos a lavar porque terminamos todos sudados de “jugar”… pero bueno, ya estábamos de camino y estábamos apostando la cara de los chicos cuando vieran que llegábamos tarde y cuando supieran por qué, pero de repente Luis se quedó como congelado y simplemente me señaló con la mano hacia la casa de Dani. Lo que vi también me dejó sin habla, era ¡Sara! No lo puedo creer, Sara, la mejor amiga de Dani y amiga nuestra también, cómo era que estaba por Madrid, necesitábamos aclarar eso y sólo encontramos una forma, ya que estábamos a menos de diez metros de la puerta de la casa, así que soltamos un grito:

 

- ¡SARAAAAAAAAAAAA! ¡PÓNGALE…!

 

- ¡CHICOS! ¡SABOR! -esa era Sara, ya no había dudas, nos reconoció la voz y encima supo contestar el “grito del cuervo” Scout, que Luis y yo les habíamos enseñado a ellos dos para poder hacer bromas sin que los demás se enteraran.

 

Después de los besos y abrazos correspondientes entramos en casa; cuando nos vio entrar me pareció ver cierto alivio en Tavo, pero pronto fue reemplazado por la alegría de vernos.

 

- Vaya, pensé que debía tomarme yo solo todo el gazpacho, entre que no veníais y el calor que hace… -se acercó y nos estampó dos besos a cada uno y, luego de poner un cubierto más en la mesa, nos sentamos a comer.

 

Por supuesto la conversa durante la comida fue entorno a Sara, teníamos tres años de no verla y Tavo y ella no se conocían, así que tuvimos que contar todo desde cero…

 

- Así que tú ya sabías que eras gay cuando nos conocimos… -acababa de contarle a Sara cómo me le había declarado a Luis y la pobre se quedó flipando, cuando supiera lo demás…

 

- Sí, lo sabía y también sabía que estoy enamorado de Luis, pero ya te iremos contando, porque desde ese día a hoy han cambiado muchas cosas… llegó Tavo, por ejemplo… -miré a Tavo, que pasó saliva con dificultad, como si le diera corte hablar con una chica, pero Dani le miró y asintió, lo que hizo que Tavo supiera que puede confiar en ella, por lo que continuó él con su parte de la historia:

 

- Sí, llegué al día siguiente de que Fran “saliera del armario” como dicen en mi país y llamé a Luis, pero resulta que sólo tenía el número de su casa, así que su padre les llamó para que desmontaran campamento y se vinieran a verme y ahí fue cuando conocí a Dani -miró a su esposo (cosa que sólo Luis ignoraba de los presentes)- y me enamoré de él, me encantó el contraste de sus ojos verdes con su pelo rojo y su piel blanca, y cuando, pícaramente, me preguntó que si beso como los personajes de mis relatos eróticos, decidí arriesgarme y besarle, lo demás no creo que necesites que te lo explique…

 

- Vale, eso lo he entendido, pero como es que… -Sara iba a meter la pata y no podía permitirlo, así que intervine:

 

- Sara, y por qué no le cuentas a Tavo tu historia, así verá que puede confiar en ti, que le veo un poco cortado…

 

- Tenéis razón, mejor empezar por el principio, esto es un poco lo que he vivido: “Como sabéis, yo era una chica normal, sin grandes penas en la vida, hasta que al hijo de puta de mi padre se le ocurrió violarme cuando tenía cuatro años y, encima, se largó de casa porque tenía otra familia y nos dejó tiradas a mi madre y a mí, lo que hizo que mi madre insistiera en irnos de Granada. Yo me sentía fatal, me culpaba de haber hecho que papá se fuera, creía que si no me hubiera resistido, probablemente no habría necesitado irse tras otra y otro sinfín de tonterías que me ha costado mucho superar, pero bueno, dejamos Granada y nos fuimos a Toledo. La verdad estaba bien, pero a mí me faltaba un padre y mi madre se dio cuenta y cometió un grave error: se fue a vivir con otro hombre, que resultó peor que mi padre, porque nos golpeaba hasta por si llovía o nevaba, así que cuando intentó matar a mamá yo llamé a la policía y se lo llevaron, no lo volví a ver. De nuevo solas, de nuevo en una ciudad que nos amenazaba.” Esta vez nos vinimos a Madrid, acá nos estabilizamos y continuamos sin grandes cosas en la vida, os conocí, sobre todo a Daniel, que lo conocí en el instituto y luego, por medio de él, a Luis y a Fran…

 

- Dime “Dani”, anda, que ya los chicos lo hacen y tú eres una de mis mejores amigas, no veo por qué seguir con eso de Daniel, jajaja -la interrumpió Dani, aunque luego la animó a continuar- ¿y estos tres años dónde te has metido?

 

- Pues a mi madre se le metió en la cabeza que erais mala influencia y que como hay que saber francés para ser alguien, me mandó a un internado en Francia y acabo de llegar ayer…

 

Risotadas generales por la ocurrencia de Verónica, la madre de Sara, luego le indiqué a Tavo que continuara.

 

- Vale, pues esa primera noche la pasé acá, en casa de Dani -continuó Tavo-, ya te dije que me había enamorado de él, así que le hablé con franqueza y le conté de mi enfermedad: Sara, tengo VIH, me contagiaron en un bar hace un año, yo estaba en un bar gay de mala muerte, estaba festejando que salía del hospital después de un accidente en un campamento, no fue nada serio, pero había perdido sangre y querían vigilar mi recuperación, así que estuve ingresado unos días, la cosa es que al fin salí y estaba intentando ligarme a un chico cuando sentí que me inyectaron algo en la espalda, por suerte recuperé la jeringuilla y después de una batería de exámenes, me confirmaron que me había infectado de VIH.

 

-¡Ostia! -fue lo único que pudo decir la pobre- pero entonces, ¿cómo es que…? -iba a formular la pregunta del millón y esta vez fue Luis el que la interrumpió:

 

- Bueno, lo que sigue va por mi cuenta: estuve tres meses tonteando con Fran, me gustaba, pero es un chico y no me decidía a arriesgarme, no estaba seguro si era amor o locura. Pero había días que no nos veíamos y me di cuenta que no podía estar sin él, tenía miedo a perderle, y me pregunté “si ya somos amigos y lo seremos siempre, ¿por qué me da miedo perderle?” y yo mismo me contesté “porque más que tu amigo es el amor de tu vida, gilipollas”. Darme cuenta de eso hizo que la noche que tenía planeada para pedirle hacer el amor se convirtiera en la noche en que le pidiera ser mi novio y, Fran me sorprendió, mirad lo que me regaló… -Luis les mostró la cadena que le regalé y Sara se emocionó mucho, se levantó y nos plantó dos besos a cada uno mientras nos felicitaba.

 

 

 

Dani

 

Sara estaba flipando a colores, al igual que nosotros, ya sabíamos por qué los chicos habían llegado tarde, así que miré a Tavo y él me hizo seña de contar nuestro “secreto”.

 

- Eso no es todo, chicos -intenté captar su atención porque Sara ya estaba gritando “¡beso! ¡beso!”. Después de un beso entre Fran y Luis me miró e invitó con un gesto a continuar, que fue lo que hice-, verás, Sarita, Tavo y yo nos enamoramos, pero también estaba el tema de que él era extranjero, así que lo primero que hicimos fue matricularle en la universidad y luego con todos los papeles nos fuimos a la policía, hicimos los trámites necesarios para la residencia de estudiante y, cuando pasó el tiempo oportuno, exactamente hace una semana, nos casamos… -intenté contar, pero claro me interrumpieron los otros tres.

 

- ¡No nos habéis invitado, cabrones! -protestó Luis.

 

- ¡No lo puedo creer! -dijo en un tono nada convincente Fran.

 

- ¿De veras? ¡Ahora sí que flipo! -dijo Sarita.

 

Eso me lo dijo luego Tavo, yo entendí algo del estilo “No, de veras, puedo creer, flipo, cabrones” en una mezcla de voces un poco extraña.

 

En fin que otra ronda de felicitaciones, les mostramos nuestros anillos y Sarita pidió más besos…

 

- Ahora, ya en serio, quiero que me digáis un par de cosas -joder, Luis se había puesto serio-: primero, ¿por qué no nos habéis invitado? Y, segundo, Dani, ¿por qué nunca supe que tú y mi novio follabais?

 

Estaba jodido, por lo visto Fran le contó de lo nuestro y sabía que no lo tomaba a mal, nuestra amistad lo impedía, pero cómo se lo explicaba era algo que no lograba descifrar en microsegundos.

 

- Pues verás, Luis, no os invitamos porque creímos que era mejor dejaros tiempo para pensar las cosas, sobre todo a ti, si veníais a una boda gay podías sentirte presionado respecto a Fran y no podíamos invitar a Fran sin invitarte a ti -Tavo y su facilidad para salir de los líos más peliagudos, ¡cómo lo amo!

 

- Respecto a lo otro -eso ya lo tenía que explicar yo-, es muy sencillo, duermes como una piedra, daba igual el ruido que hiciéramos, en todo caso, la noche que Fran se te declaró eso era lo que estábamos haciendo, por eso nos asustamos cuando volviste a la tienda, esa era mi forma de consolarlo, por eso teníamos que esperar a que te durmieras…

 

- Vale, vale, me queda claro, no necesito más detalles -Luis cortó el tema justo a tiempo, los dos consideraban correcto lo que había hecho, pero yo aún tenía mis remordimientos, aunque al verlos juntos y ver a Fran tan feliz hizo que se me quitaran las dudas y ser feliz por ellos, aunque en un principio fue difícil, porque me tenía que sacrificar por Fran, pero todo tiene su recompensa, ahora tenía a Tavo y no lo cambio por nada.

 

- Ya sólo queda una sorpresa, chicos -dijo Tavo. Todos lo volvimos a ver y él simplemente sonrió y continuó- Dani, ¿te acuerdas que fuimos a inscribirme en la seguridad social y que me hicieron un montón de exámenes por mi enfermedad? Incluso a Dani le hicieron algunos exámenes y dentro de un mes llegan los resultados definitivos, pero todo apunta a que, tal vez, me puedan curar…

 

- ¿Qué?

 

- ¿Cómo?

 

- ¿Ah?

 

- ¡Joder!

 

Cada uno reaccionó como pudo, pero no sé quién dijo qué, ni siquiera sé que dije yo, pero Tavo se explicó:

 

- Veréis, es simple, si mi cuerpo acepta un trasplante de médula de alguien resistente al VIH, yo también seré resistente al VIH y, por tanto, aunque todavía podría contagiar a otros, no me afectaría, el virus estaría en mí, pero no me haría daño. Los resultados preliminares dicen que mi Dani es del 10% de la población mundial resistente al VIH, ahora quieren comprobar si somos compatibles y el riesgo que hay para mí en ello, pero pronto lo sabremos…

 

No lo pude evitar, no lo dejé continuar, me lancé a sus labios y me hundí en ellos hasta que oí aplausos de los chicos, los miramos confundidos y nos dijeron que nunca habían visto a nadie besarse durante 7 minutos sin parar a respirar, entonces me di cuenta de que me faltaba el aire y respiré agitado, pero feliz.

 

El resto de la tarde transcurrió como teníamos planeado, salvo que Sara estaba con nosotros, lo que nos ponía mucho más alegres a todos, incluido Tavo, después de escuchar su vida y ver cómo se alegra con nosotros tomó confianza con ella y se trataban como si se conocieran desde siempre.

 

 

 

 

 

Capítulo 5: un paseo doloroso

 

Luis

 

- Fran, apúrate que ya son las 12:30 y el tren sale en una hora, ¡no llegamos a Atocha!

 

- Vale, cariño, tampoco es que me falte mucho qué empacar, en todo caso, sólo tenemos que subir a Mariano de Cavia y tirar por el paseo de la Reina Cristina, está tirado en 15 minutos estamos allí, no te preocupes.

 

- Ya, pero los chicos y Sara deben de estar ya esperándonos, ¡no puedo creer lo impuntual que me he vuelto desde que somos novios!

 

- Jajaja, amor, lo compartimos todo, así que también compartiremos mis defectos, ¿vale? -me besó y salió de su casa con su maleta, la mía estaba junto al ascensor y por fin bajamos para ir a buscar el tren que nos llevaría a dos entretenidas semanas de paseo en la playa. Tavo siempre había querido conocer Granada, así que allá íbamos, además como Sara es granadina, tiene familia allí y nos mostrarían todo lo que nos pudiera interesar y disfrutaríamos de playas que muchos no conocían…

 

 

 

Tavo

 

Mae, qué vara más ahuevada viajar en tren, mae, que por mi madre, ¡¡¡no parece como lo pintan en las películas!!!! [traducción: Tronco, que coñazo viajar en tren, os lo juro, no es como parece en las pelis]. Al chile, estoy que me muero de la ahuevazón, [en serio, qué coñazo]. Pero os cuento por partes; Dani y Fran llegaron justitos, por poco nos toca pagar otro viaje por esperarles, pero se veían tan felices que a ninguno nos habría importado, la verdad.

 

Al fin nos subimos al puñetero tren y empezamos el viaje (que son unas cuantas horas) y dejamos que todo el mundo se fuera a la cafetería a comer y después fuimos nosotros, por eso tuvimos la cafetería para nosotros solos y nadie nos molestó, luego nos fuimos a nuestros sitios y todos se durmieron menos Sarita y yo, que nos pusimos a conversar de su situación:

 

- Sara, ¿cómo te las apañaste para que tu madre te dejara venir con nosotros? -le pregunté, más que todo para hacer conversa, porque qué coñazo de película estaban echando…

 

- Pues es simple, le dije que vendría que a visitar a Rut, mi prima, y no le dije que veníais…

 

- Pues vaya, me sorprende que se haya dejado engañar tan fácil…

 

- No te creas, si no se dejó engañar, llamó a Rut y le dijo que como yo llegase con alguien le avisara para ir a recogerme, que no tenía permiso de andar con nadie, así que tuve que llamar a Rut y pedirle que me cubra, ella estuvo de acuerdo, comerá con nosotros algunos días para poder decir que nos vimos, pero nos dejara libres el resto del tiempo, jajaja

 

- Vaya, ya quisiera yo tener una familia aunque sea así… -Sara no me dejó continuar:

 

- Pero serás cabrito, ¡ya la tienes! ¡Tienes un esposo estupendo y tienes tres hermanos que estaremos contigo siempre! -no pude evitarlo, pasé por encima de Dani y le di un abrazo a Sara y me eché a llorar, de veras que eran mi nueva familia, no una familia que me pidió que me fuera lo más lejos y pronto posible, esto sí que son hermanos, no como los que dejé en Costa Rica, ya llevo tres meses y medio acá y no me han escrito para ver cómo llegué ni han contestado a mis correos, los chicos lograron lo que ellos ni siquiera intentaron: que sintiera que alguien me quiere.

 

Después de haberme desahogado con Sara nos dormimos hasta que Luis nos despertó en la estación de Granada, una ciudad maravillosa, no cabe duda.

 

 

 

Luis

 

Pues, bien, hemos estado en Grana’, como dicen los lugareños, la Alhambra es preciosa, eso es evidente, y la catedral y el mercado y demás, es una bellísima ciudad, no entiendo cómo es que yo que soy español no tenía ni idea y Tavo que es extranjero se moría por verla. Después de un par de días conociendo la ciudad (tampoco se necesita mucho tiempo) nos dedicamos a conocer las playas y eso sí que fue divertido, porque llevábamos tres tiendas, una por pareja y una para Sara, después de todo ella es chica y nosotros chicos, además así podía invitar a quien quisiera o el plan que quisiera hacer. Acampamos en todas las playas que se podían y en cada una pasaron cosas inolvidables cada noche, la más importante para mí fue la primera:

 

[Para seguir la costumbre, para esta escena propongo “Y nos dieron las diez…”, en versión de Serrat y Sabina, preferiblemente]

 

Era un jueves y era nuestra primera noche acampando en una playa, al menos como novios, como era lógico, íbamos a dormir en pelotas, por el calor, así que nos desnudamos, pero una vez desnudos, nos apeteció hacer otra cosa y, a juzgar por los sonidos provenientes de la tienda de Tavo y Dani ellos ya habían empezado su fiesta, por su parte, Sara estaba con un “amigo” que conocimos ese día en la playa, así que nadie nos molestaría ni le haríamos ruido a nadie.

 

Yo me quité todo menos la cadena que me regaló Fran, aprovechamos que en Granada nadie nos conoce y le grabamos, debajo de la frase “tuyo por siempre” las letras F y L, ahora sí que era un sello a nuestro amor.

 

Una vez desnudos, Fran y yo nos besamos con ternura, como todos los besos de Fran, mi corazón latía con fuerza y ya no me podía contener, le empecé a tocar la polla que pronto estuvo dura, 18 cm todos míos y que sabía que era virgen, lo primero que le hice fue recorrer su cuerpo entero con mi lengua y cubrirlo de besos, jugué un rato con sus tetillas, hacía poco habíamos descubierto que a él eso le encantaba y a mí me volvía loco verlo retorcerse de placer.

 

Seguí bajando hasta que llegué a su polla y la llené de besos, como queriendo demostrarle cuánto lo quiero, luego succioné un poco su capullo y lamí su freno, finalmente, me la metí en la boca, cuando Fran me avisó que estaba por correrse me detuve, no quería que terminara todavía, quería más, así que lo besé hasta que se le bajó un poco y luego él me devolvió el favor, me hizo una de sus mamadas que llevan a la gloria y, cuando me ofreció su culo, le di una sorpresa:

 

- Fran, lo he pensado y quiero perder mi virginidad, toma aquí está el lubricante.

 

- ¡Coño! Eso sí que no me lo esperaba, amor, pero ya que insistes...

 

Entonces Fran me acostó boca arriba y, enrrollando uno de los sacos de dormir, me lo puso debajo de la cintura, dijo que para que fuera menos cansado para mí, ¡siempre tan detallista! Luego se embadurnó su verga con el lubricante y preparó mi culo, usando el lubricante que quedó en sus manos primero me introdujo un dedo, después otro y, finalmente su verga. Primero metió la cabeza, con mucha delicadeza, teniendo cuidado de no hacerme daño, una vez que mi culo se acostumbró, fue metiendo todo su cipote dentro, cuando sentí sus huevos en mis nalgas suspiré aliviado, ya era suyo.

 

- ¿Quieres que la saque? Total, ya no eres virgen…

 

- No hagas el idiota, Fran, así que me duele, ¿me vas a dejar sin gozar?

 

Entonces Fran se movió con ritmo lento pero firme, haciéndome extrañar cada milímetro que sacaba de su polla y gozando cuando me la volvía a meter, era increíble, era un placer que nunca había experimentado, pero que repetiría, seguro.

 

Pronto me dijo que estaba por correrse, me extrañó su poco aguante, pero entonces recordé que él también era virgen y le pedí que terminara dentro de mí. Sentir su leche en mis intestinos me produjo tanto placer que me corrí ahí mismo. Terminamos tan agotados que Fran cayó sobre mí y lo único que pudimos hacer fue darnos un rápido beso antes de que nos ganara el sueño. Al final nos dormimos así, él sobre mí, su verga en mi culo.

 

Cuando despertamos, su verga estaba fuera, pero dura como una piedra, yo estaba igual, así que hicimos un rápido 69 para salir sin que los chicos se rieran mucho…

 

 

 

Sara

 

[Para esta escena recomiendo fuertemente “Cuando agosto era 21” de Fernando Ubiergo, es muy vieja así que si no la encontráis podéis usar la versión plagiada del Mägo de Öz llamada “Para ella”]

 

Después de una semana de playas, en la que los chicos hicieron el amor toooooooooooodas las noches, e incluso alguna tarde, decidimos conocer Grana’ de noche, ya nos quedaban sólo cuatro días y teníamos que aprovechar…

 

En una de esas, íbamos como a las tres de la mañana con un pedo del quince cuando…

 

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡No puede ser! ¡Esto no es posible! Chicos, decidme que esto que veo es una alucinación fruto del alcohol -grité al ver una callejuela que los chicos ignoraron.

 

- ¡JOOOOOOOOOOODEEEEEEEEERRRRR! -gritaron los cuatro.

 

- Sarita, lo lamento, pero creo que si es verdad.

 

En el suelo, en medio de un mar de sangre, estaba Rut, mi prima querida, estaba allí con su vestido suelto, como para ocultar unos cuantos kilos de más, su inseparable bolso y con la boca y los ojos abiertos, pero no reaccionaba. Coño, que había tres Scouts y por mucho que intentaron hacerle el RCP [Resucitación Cardio-Pulmonar] no reaccionaba, aparentemente había perdido mucha sangre. Llamamos a la policía y al llegar nos pidieron declaración (Tavo, que ubicó la fuente del sangrado, estaba todo manchado de sangre), los chicos presentaron sus carnets de Scouts (vaya, “Siempre Listos”), y sus licencias de primeros auxilios, por eso no nos detuvieron, pronto llegó la ambulancia y nos fuimos al hospital. La enfermera preguntó por los familiares, le informé que mis tíos todavía no habían llegado, pero que yo era su prima y los demás, nuestros amigos y que la habíamos encontrado, nos contestó que no podía darnos información, porque era muy delicada. Entonces, llorando, le pedí que al menos nos dijera si iba a estar bien y la enfermera se conmovió y nos explicó la situación:

 

- La joven, de apenas 14 años, estaba embarazada y fue a una clínica clandestina a abortar. Es evidente que no se trataba de un profesional, porque le perforó el útero y le provocó una hemorragia que la llevó a la muerte, ya estaba muerta cuando ustedes la encontraron. La policía encontró esto en su cartera, les pedí que hicieran dos copias, una para ustedes y otra para su familia, aquí está.

 

Era un folio en blanco, que en el centro tenía dibujado un corazón y dentro decía “Tú y yo; hij@, te amaré por toda la eternidad”. Entonces no pude evitar recordar esa canción “y el profesor de ciencias hablaba de la inconsciencia de la juventud actual”, mi tío es profesor de ciencias y se la pasaba hablando de las estupideces que cometemos las mujeres por amor, pero por lo visto Rut no le hizo mucho caso.

 

Cuando llegaron mis tíos, la enfermera repitió la explicación y les dio su copia del dibujo, ellos se derrumbaron, como era de esperar, y nos contaron que Rut tenía un novio que le exigía hacer el amor sin condón y correrse dentro, aunque ella estuviera en período fértil y que entonces, a escondidas de él, mi tío compraba la píldora con la esperanza que no pasara nada, pero hace tres meses a ella se le olvidó tomarla y ahí estaban las consecuencias, Rut no quiso abortar en un hospital para que él no se diera cuenta y pagó con su vida.

 

Los funerales fueron a los dos días en la catedral de Granada y los padres de los chicos les enviaron sus uniformes y los cuatro (Dani tenía un uniforme para esas ocasiones) le hicieron guardia de honor y la despidieron en el cementerio, fue muy emotivo y los padres nos lo agradecieron mucho. Mi madre, que vino al entierro, se dio cuenta de que los chicos estaban conmigo, pero al ver lo que hicieron por Rut, decidió darles un voto de confianza y “permitirme” ser su amiga, así que por ahora estaríamos juntos. Nunca podré agradecerles este gesto.

 

 

 

Dani

 

Después del entierro y de dar nuestro pésame a la familia nos volvimos a Madrid, ya no tenía sentido estar en Granada, además todos estábamos muy sensibles por lo acontecido allí, así que salimos un par de noches por ahí para despejarnos, todo iba muy bien hasta que vi a Tavo besando a un chico…

 

 

 

 

 

Capítulo 6: no todo es lo que parece

 

[Para esta escena, la de Fran y la de Luis, poner de fondo “Reconciliación” de Ricardo Arjona]

 

Dani

 

No lo podía soportar, verlo allí, en una esquina del bar, primero estuvo hablando con otro chico, creí que era algún colega de la universidad, total se reía y todo, pero cuando el chico lo besó, eso ya era superior a mis fuerzas. Los chicos no lo veían porque estábamos sentados de manera que ellos miraban a la puerta y Tavo y yo mirábamos hacia dentro. Mis puños se cerraron por debajo de la mesa, pero fue inútil, una lágrima resbaló por mi mejilla y antes de que los chicos pudieran preguntarme algo me levanté y salí corriendo de allí. Pude escuchar cómo los tres se levantaron en el acto y supuse que venían detrás de mí, pero en mi carrera pude oír cómo algo se rompía y Luis y Fran se daban media vuelta y se regresaban al bar.

 

Al llegar a casa, subimos a mi cuarto, una vez allí me tiré en nuestra cama (cómo me dolía el sólo pensar en ello) y lloré como un niño, no podía creer que Tavo, el hombre al que le había dado mi corazón, lo rompiera en mil pedazos.

 

Podía sentir como mi corazón, hasta ahora cálido por su amor, se helaba al sentir el acero de la traición traspasándolo, era imposible sobrevivir a ello, Sara me sacó de mis pensamientos:

 

- Dani, todo tendrá su explicación, estoy segura, ya verás como Tavo…

 

- No digas su nombre, no lo menciones, no quiero nada con él por ahora, pero tampoco quiero que me dejes solo, necesito que alguien se quede conmigo o haré una locura…

 

- ¿Qué quieres que haga? -Sarita se veía preocupada por mí e interiormente me alegré de tenerla allí, aunque me cabreó que Luis y Fran se quedaran con él.

 

- Simplemente quédate conmigo, haz lo que quieras, pero no te vayas -dije suplicante.

 

Sara simplemente se sentó a mi lado y me obligó a sentarme, luego me abrazó y fue lo que necesitaba, dejé salir toda mi frustración, mi dolor, sentí como algo dentro de mí que me oprimía se vaciaba y me dejaba en paz, pude desahogarme y recuperar un poco la paz. Después de un rato, no sé cuánto tiempo, llegó Tavo con los chicos, Luis y Fran se veían bastante golpeados, pero Tavo estaba ileso, salvo su cara roja por la vergüenza. Cuando vio a los chicos Sara se fue corriendo hacia ellos y nos dejaron solos para que habláramos:

 

- Creo que te debo una explicación… -empezó a decir Tavo.

 

- No me debes nada, lárgate, no quiero pensar en ti por ahora, has destrozado mi corazón, no me pidas que te acepte de regreso así como así -cogí mi anillo y se lo tiré, él lo cogió al vuelo y empezó a llorar- llora todo lo que quieras, pero hazlo lejos de mí, ¿vale? No aparezcas por aquí, cuando pueda hablar contigo te llamaré, vete con alguno de los chicos, o con tu nuevo novio, pero déjame, ¿vale? -no quería ni verlo, sabía que podría hacerle mucho daño si dejaba a mi ira hacer, así que mejor sacarlo de allí, la verdad estaba dispuesto a perdonarlo si tenía una buena explicación, pero primero tenía que calmarme.

 

Tavo simplemente siguió allí, frente a mí, llorando mientras yo le gritaba y cuando mencioné a ese con el que se besaba, simplemente cerró sus ojos en un gesto de infinito dolor, en cuanto terminé de hablar se dio la vuelta y salió de allí.

 

 

 

Fran

 

Cuando vimos que Dani lloraba y se levantaba de inmediato nos levantamos para irnos con él, si Tavo estaba haciendo algo malo (había dicho que iba al baño, pero ya tardaba) sería su culpa y nosotros primero ayudaríamos a Dani y luego veríamos qué hacer con él. Sin embargo, al salir oímos cómo se rompían varios vasos y alguien gritaba “puto sudaca, ¿pero quién coño te has creído?”, seguido de un gemido de Tavo producto de un golpe en su pecho. Los tres nos quedamos congelados, no sabíamos que hacer, Sara y yo nos miramos y decidimos dividirnos, ya que había pelea, Luis y yo iríamos con Tavo y ella se iría con Dani.

 

El golpe que le dieron a Tavo lo hizo retroceder un poco, lo que aprovechamos para meternos entre él y los que lo golpeaban, eran dos tíos como armarios, pero bueno, nosotros teníamos la ventaja de la agilidad desarrollada en la montaña y éramos tres contra dos. Pensé que estaba chupado conseguir que nos dejaran en paz, pero los tíos esos querían pelea, así que terminamos en un uno contra uno Luis y yo contra cada “armario” y Tavo se dedicaba a aporrear al que se le acercaba más de la cuenta, ellos o nosotros, le daba igual.

 

Al final varios de los presentes en el bar lograron llevarse a los otros dos fuera, ya que querían seguir peleando pese a tener un ojo morado uno y el labio inferior roto el otro. Entonces nos dimos cuenta que nosotros estábamos hechos unos guiñapos, pero no podíamos hacer nada, no al menos hasta llegar a alguna casa, así que nos fuimos a casa de Dani y Tavo, ellos tenían que hablar y Tavo estaba intacto (salvo el golpe en el pecho, que seguro dejaría marca).

 

De camino Tavo nos explicó lo sucedido: resulta que uno de los “armarios” le había echado el ojo y lo quería obligar a montarse un trío con ellos dos, Tavo se negó diciendo que él está casado y Roberto (como se llamaba el tipo) simplemente se rió en su cara y lo besó para intentar hacerlo cambiar de idea, ese beso fue lo que vio Dani, pero no vio cómo él lo rechazaba con una buena ostia en la boca, ahí fue cuando Esteban, su “amigo” intervino golpeando a Tavo, resulta que el tipo este tenía lo que Tavo llamó una manopla luego averiguamos que era un puño americano, al menos no le rompió las costillas, pero encima nos metimos nosotros en la pelea y se lió parda.

 

Mientras nos contaba llegamos a su habitación, Sara, Luis y yo los dejamos solos y Sarita se dedicó a curarnos un poco, la verdad es que lo hacía muy bien y cuando Tavo bajó, pocos minutos y muchos gritos después, ya estábamos menos adoloridos. Durante la cura le contamos a Sara lo ocurrido y ella le pidió a Tavo que se levantara el polo para mirar el golpe, así lo hizo y pudimos ver que el gilipollas de Esteban tenía un buen gancho porque Tavo ya tenía el pecho completamente morado, Sara le examinó un poco y le dijo que tendría que aguantarse y Tavo dijo que eso lo podía aguantar, pero lo que le había dicho Dani no y nos contó lo sucedido en la habitación.

 

Estaba terminando de hablar cuando bajó Dani y dijo:

 

-Tenéis que elegir, o estáis con Tavo o conmigo -se le veía en uno de sus arranques de mala leche, así que no le dimos importancia, pero Tavo empezó a llorar desconsolado, así que Sara intervino.

 

-Pues ni con él ni contigo, con los dos, sois nuestros amigos, ¿qué digo? ¡Sois nuestros hermanos! No podemos elegir entre uno y otro, mira lo que ha sufrido Tavo por quererte -le levantó el polo a Tavo y le mostró el golpe.

 

-Pues me da igual, tendréis que elegir -Dani no lo entendió o no lo quiso entender y se fue a su habitación, que cerró de un portazo.

 

 

 

 

 

 

 

Luis

 

Al final ninguno se fue a su casa, Sara usó mi móvil para explicarle a su madre la situación y Verónica, muy comprensiva, le gritó que no se moviera de aquí hasta que los chicos hablaran y tomaran una decisión. La verdad Verónica era muy maja cuando tomaba confianza, ¡pero cómo nos costó que confiara en nosotros!

 

La familia de Dani estaba fuera, sus padres y su hermano se habían ido a Cáceres porque Iván (el hermano de Dani) quería conocer la ciudad y como el coche es algo estrecho, los chicos se ofrecieron a quedarse para que fueran más cómodos, lo que ninguno se creyó, se querían quedar para otra cosa, pero bueno, todo se fue a la mierda…

 

Sara durmió en el cuarto de huéspedes y Fran y yo nos acomodamos en la buhardilla, pero caímos dormidos antes de darnos cuenta que no habíamos pensado dónde dormiría Tavo. Me desperté a media madrugada con eso en mi cabeza, pero después pensé que se habría instalado en el sofá y me metí en la “cama” de Fran (no era más que un colchón en el suelo), le abracé y me volví a dormir a su lado.

 

[A partir de ahora es mejor no escuchar más la canción anterior jajaja]

 

 

 

Dani

 

Me costó mucho dormirme, no quería pensar, pero todo estaba allí, en mi cabeza, dando vueltas y haciéndome enojar mucho más, podía sentir la sangre bombear en mi cabeza y el ligero zumbido en los oídos que te indica que un poco más y revientas, todo me daba vueltas y lo único que podía hacer era llorar.

 

Al final me dormí, pero, como siempre, me desperté pronto, serían las 7 a.m., me dieron ganas de beber algo y cuando abrí la puerta de mi habitación me llevé una sorpresa:

 

-¿Qué coño haces aquí? -Tavo estaba sentado junto a la puerta de mi habitación, estaba empapado en llanto y parecía haber pasado allí toda la noche, llorando.

 

-Esperar a que me llames, no puedo vivir sin ti -miraba al suelo y se le notaba agitado, como con miedo de que le volviera a gritar. Verle así y no alegre, como siempre, me conmovió, mi corazón, frío como el hielo, veía el sol y quería dejar que lo calentara, mi ira desapareció al instante.

 

-Pues te llamo en este momento, Tavo, quiero hablar contigo de lo de anoche, pero vamos a la cocina, que me muero de sed -¯este era el momento perfecto para intentar la inminente reconciliación…¯.

 

Tavo se levantó y me siguió obediente, no dijo nada, pero se le veía nervioso, bueno, más que vérsele casi podía escuchar como temblaba, además estaba blanco como un papel… serví un par de vasos de Coca-Cola (no suelo desayunar así, pero es la única bebida que me quita realmente la sed) y le dije a Tavo que se explicara. Tavo me contó todo y, la verdad, no pude hacer más que creerle, era descabellado, pero algo en mí me decía que debía creerle, que no podía perderle, que le necesito:

 

-Vale, Tavo, digamos que acepto tu explicación, ¿cómo me lo demuestras?

 

-Mira mi herida -me mostró el golpe, se veía mucho peor que la noche anterior, al verlo yo sentí como si me lanzasen un cubo de agua fría encima: Sarita me lo mostró y no quise creerle, recuerdo lo que dijo “mira lo que ha sufrido Tavo por quererte”- y aquí está tu anillo -me tendió el anillo y me dijo-: “prometo serte fiel todos los días de mi vida, tanto en las alegrías como en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe” ¿te acuerdas? Pues eso haré, no te dejaré nunca, te amo más que a mi vida.

 

Escuchar eso de su boca me hizo sentir único, nunca nadie me había dicho que me amaba así y mucho menos después de que lo mandara a la mierda por creer que me ponía el cuerno. Sentía como me hinchaba por dentro, mi corazón volvía a caldearse, no había duda, necesito a Tavo, él es mi felicidad y ahora estaba conmigo, ya nada ni nadie nos volvería a separar.

 

 

 

Sara

 

Me despertaron unos gritos, no sabía que eran, pero provenían de la cocina, así que me levanté a como pude y me vestí. Al salir al pasillo pude ver a Luis y Fran con cara de sueño y susto que también se dirigían a la cocina, así que me uní a ellos.

 

No podía creer lo que escuchaba, se me oprimía el corazón al oírlos y por la forma de caminar de los chicos, que cada vez iban más aprisa, pude notar que ellos tampoco.

 

-¡ERES UN CABRÓN! ¿CÓMO SE TE OCURRE PONERME LOS CUERNOS? -se oía gritar a Dani con un odio que realmente paralizaba.

 

-Yo… yo… yo… de veras… de veras… no quería hacerlo… yo… te amo… -decía Tavo con la voz temerosa y muy entrecortada, como si tuviera miedo.

 

-¡PUES AHORA ME LAS PAGARÁS! ¡YA VERÁS, GILIPOLLAS! -en ese momento los chicos llegaron a la puerta y estallaron en carcajadas, no entendía nada, así que me apresuré a llegar a la puerta y no podía creer lo que veía: los dos estaban sin camiseta y el motivo por el que Tavo hablaba tan agitado era porque Dani no paraba de besarlo, era evidente que nos estaban gastando una broma y Luis y Fran se metieron entre ellos…

 

-Pues no, no harás nada -le dijo Luis mientras sujetaba a Dani por detrás y los obligaba a separarse.

 

-Tú tampoco te moverás -Fran hizo lo propio con Tavo.

 

-Vale, vale, que era broma -Tavo no pudo contenerse más- aunque me gustaba la forma en que me compensaba los gritos jajajaja

 

-Vale, pues Tavo, si quieres que Dani te rompa el culo a pollazos, dilo y nos damos el piro, que no queremos meternos entre vosotros -Luis se hacía el cabreado, pero tenía una sonrisa en la cara que lo delataba.

 

-¡Claro que quiero! ¡Así que largaros de mi casa, no os quiero ver hasta mañana! -Tavo pilló la broma de Luis y le siguió el juego.

 

-Vale, pero no te quejes si no te puedes sentar en una semana, ¿eh, Tavo? -esta vez fui yo quien habló.

 

Estallamos en risas los cinco y servimos café para todos y desayunamos muy alegres, ver a estos dos reconciliados era estupendo. Dani me pidió que le hiciera una foto de él y Tavo, sin camiseta. No entendí muy bien, pero se la hice, Dani insistió mucho en que se notara la marca del golpe que tenía Tavo (tampoco era muy difícil) y en mostrar sus anillos.

 

Después de desayunar y ducharnos, invité a Fran y Luis a comer en casa, total los otros dos tendrían su comida romántica. Los chicos se vinieron y le contamos a mamá lo sucedido, mi madre parece que sí entendió lo de la foto porque me lanzó el portátil y me dijo:

 

-Entra al Tuenti, me apuesto lo que sea a que te encuentras una sorpresa…

 

-¡OSTIA! ¡Chicos, mirad! -mi madre tenía razón, Dani subió la foto, la puso de fondo de su perfil, pero le agregó un título “las heridas del amor”.

 

Al ver esto Fran y Luis se metieron uno en la boca del otro y tuve que esperarme hasta que quisieron separarse para comentar con ellos la verdad de esa frase:

 

-Chicos, qué impactante, ¿no?

 

-Sí, y qué cierto, yo hice sufrir mucho a mi Fran, pero mira, ahora estamos juntos y felices -dijo Luis con un poco de melancolía por lo que había sufrido Fran al no atreverse a declarársele.

 

-Pero el amor verdadero es así, si no duele, si no mata, nunca sabrás que es amor lo que sientes y no calentura -entonces empezaron a cantar a dúo “Contigo” de Serrat y Sabina-:

 

¯Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta, cortarme la coleta, brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero corazón cobarde es que mueras por mí.

 

Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres;
porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan, nunca mueren.…
¯

 

Después de derretirme por dentro, como siempre que escuchaba esos versos, nos llamó mi madre y nos fuimos a comer.

 

 

 

 

 

Capítulo 7

 

Dani

 

-Por fin se han ido los chicos... -le dije a mi príncipe azul.

 

-Sí, ¿en qué estábamos? -me dijo pícaramente Tavo.

 

-No recuerdo, tendremos que subir a la habitación, a ver si lo recuerdo…

 

Tavo ni lento ni perezoso me tomó de la mano y me llevó a nuestro cuarto. Una vez allí nos terminamos de desnudar y nos besamos como nunca, aunque tuve cuidado de no lastimarle el pecho.

 

Después de un rato besándonos, me arrodillé frente a él y me tragué de golpe sus 23 cm de verga, quería demostrarle que le perdonaba, que le quiero, que no puedo vivir sin él. Tavo lo entendió y empezó a gemir de inmediato y me dejó hacer. Empecé el típico mete-saca hasta que sentí ese pollón firme y preparado para todo, entonces me levanté le comí las tetillas y fui al buró, de dónde saqué un preservativo, se lo coloqué y le pedí que se acostara, no me atrevía a tocarlo para no lastimar su golpe.

 

Tavo se acostó y me esperó con su picha enfundada en látex apuntando al techo. Me senté sobre él penetrándome yo mismo, poco a poco, para hacerle gozar de cada milímetro de mi culo, no quería que este fuera un polvo más, era nuestra reconciliación…

 

Tavo estaba muy cachondo y pronto me agarró de las nalgas y marcó el ritmo al mismo tiempo que movía sus caderas, haciendo que sintiera su verga en lo más profundo de mí, era increíble, nunca habíamos gozado tanto.

 

Estuvimos casi media hora en esa posición, no me atreví a cambiarla porque me daba pena lastimarlo. Finalmente, entre gemidos y alaridos de placer nos corrimos al mismo tiempo, yo sobre su abdomen y él dentro de mí, en el condón.

 

Me levanté, le quité el condón, le hice un nudo y lo lancé a la papelera de la habitación, luego me abalancé sobre él y me bebí mi semen de su abdomen. Luego me acosté a su lado, él se giró me besó, me abrazó y dijo:

 

-Dani, sin ti no puedo vivir, te necesito, eres el amor de mi vida.

 

-Yo también te amo, Tavo, te amaré por toda la eternidad porque eres el motivo por el que late mi corazón…

 

Finalmente nos dormimos abrazados y con una sonrisa en el rostro.

 

 

 

Luis

 

[Para esta escena, podéis escuchar “Simplemente amigos” de Ana Belén]

 

Bueno, al menos los chicos se reconciliaron, pero yo me quedé con las ganas, así que cuando Verónica nos ofreció un sitio para dormir la siesta, rechacé su propuesta, fui sincero y le dije que necesitábamos una cama, pero para otra cosa, así que mejor iríamos a mi casa, para no incomodarlas. Verónica lo entendió y nos despidió muy cariñosa, además nos dio dinero para un taxi (teníamos que caminar unos 20 minutos, no era mucho, pero ella insistió) “hay cosas que no deben esperar”, dijo. Así que al final nos fuimos en taxi y al llegar a casa…

 

-¿Qué hacéis todos aquí? -estaban mis padres, mis tres hermanos (un chico y dos chicas, éramos dos “parejitas”), algún tío y hasta los abuelos.

 

-Tenemos algo qué hablar con vosotros dos y es muy serio -dijo mi padre.

 

-¿Qué… qué… sucede algo? -Fran intentó preguntar, al tiempo que sus manos parecían un ocho de cómo las retorcía.

 

-Sí, vaya que sucede algo, hemos oído por ahí que vosotros no sois simplemente amigos… -mi abuelo se veía muy serio.

 

Nos miramos sin saber qué decir y entonces dije:

 

-Tenéis razón, no somos simplemente amigos, somos los mejores amigos del mundo ¿por qué preguntáis?

 

-Porque en un principio la familia se reunió para decirte que si Fran era tu novio, os podíais ir mil veces a la mierda y que dejaras de contar con nosotros -empezó mi hermano Antonio, vi de reojo a Fran y una lágrima resbalaba por su mejilla, yo me quedé sin aire, tenía la garganta seca y me sentía muy nervioso, no sabía lo que venía, pero por suerte Antonio continuó- pero el tío Carlos les hizo cambiar de idea…

 

-Efectivamente -dijo el tío Carlos- los únicos que os querían rechazar eran los abuelos, ya sabéis, ellos crecieron durante el franquismo y vieron cómo los homosexuales eran tratados como basura y no querían eso para vosotros, pero yo les dije que eso ya no era así y, después de discutir un rato, aceptaron mi idea…

 

-¿Cuál es tu idea, tío? -preguntó mi hermana Pili para animarle a continuar.

 

-Es simple, chicos, sabéis que tengo un piso en frente a Atocha que uso como picadero, pues bien, he decidido dejároslo con una condición.

 

-¿Cuál es esa condición? -preguntó Fran, ya no lloraba, pero habría sido capaz de destrozar una barra de plomo de cómo se retorcía las manos.

 

-Que os paguéis vosotros vuestras cosas, en tanto yo pueda, cubriré los servicios básicos (electricidad, gas, agua), pero la comida, el teléfono y el internet tendréis que agenciároslos vosotros…

 

-No, no será así, nosotros estaremos jubilados, pero tenemos dinero de sobra, nosotros pagaremos el teléfono hasta 50 € y el internet, así sólo tendréis que buscaros la comida, para que veáis que no tenemos problema con vosotros -esta vez fue mi abuela la que habló.

 

-Pues… la verdad no sé qué deciros… -empecé, pero Fran me interrumpió.

 

-Gracias, es todo lo que podemos deciros, Luis muéstrales la cadena, ya no nos vamos a esconder más.

 

Hice lo que Fran me dijo, les mostré mi cadena y les contamos cómo Fran se me había declarado y todo lo sucedido después, al final mi hermana Paloma pidió besos y la complacimos, la verdad me encanta besar a Fran. Me lo habría follado ahí mismo, pero nos cortaron el rollo:

 

-Ahora que ya tenéis todo resuelto tenéis dos cosas por hacer: primero, enfrentar la familia de Fran y, segundo, buscaros algún trabajo que os permita pagaros la comida y las marchas, porque la familia no da para tanto… -mi madre y su eterna prudencia tenía razón de nuevo.

 

Después de agradecerles a todos y que le dieran la bienvenida a Fran como un nuevo miembro de la familia, nos fuimos a enfrentar la familia de Fran, no sería sencillo, pero nuestro amor podía con todo…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 8

 

Fran

 

[Para esta escena escuchar “Desde mi cielo” del Mägo de Oz]

 

Salimos de casa de Luis con una sonrisa en el rostro, pese a seguir con las ganas de follar, pero primero lo primero, teníamos que enfrentar a mi familia, papá estaba en Afganistán, era teniente de guerra y ya se lo diría la próxima vez que le escribiera una carta, pero mi madre era otra cosa: de familia muy estricta y de mentalidad cerrada, orgullosa de que nunca había habido un caso de homosexualidad en la familia y sin poder siquiera querer imaginar el que a un chico le gustara otro chico.

 

Siempre que había surgido el tema de la homosexualidad en la casa (por alguna noticia o por algún compañero de mi padre) ella terminaba perdiendo el control y diciendo que menos mal que en la familia no habíamos tenido que aguantar semejante vergüenza, que el día que se enterara de algún gay en la familia lo desconocía y se olvidaba que existía semejante “paria”.

 

Es curioso que durante semejantes diatribas papá me miraba fijamente un segundo y luego la forzaba a cambiar de tema, nunca supe por qué lo hacía, porque si le preguntaba me temía que terminaría contándole la verdad y no me sentía preparado.

 

Cuando llegamos a mi casa nos llevamos una gran sorpresa: ¡un par de policías iban saliendo de casa!

 

Al entrar nos encontramos a mi madre empapada en llanto y le pregunté que qué le pasaba, pero no me quiso decir nada, más bien preguntó a Luis cómo estaba y nos ofreció algo para merendar. Cuando ya se hubo tranquilizado un poco, Luis le dijo:

 

-Doña Marta, es evidente que usted…

 

-Tutéame, hijo, que eres el hermano que Fran nunca tuvo, te conozco desde antes que nacieras jajaja -lo interrumpió mi madre, supiera la pobre lo que se le venía…

 

-Vale, como te estaba diciendo doña Marta -a un gesto de reproche de mi madre, Luis se corrigió-: Marta, creo que tú y Fran tenéis algo que hablar, así que simplemente te diré lo que veníamos a decirte y os dejaré solos: Fran y yo somos más que amigos, somos novios.

 

-¡Qué mierda estás diciendo! -mi pobre madre perdió el poco autodominio que había conseguido para disimular delante de Luis y se puso a gritar como loca- ¡Vienen a decirme que mi esposo ha caído en Afganistán y ¿tú me dices que el único hombre que me queda es tan poco hombre que se lía contigo como si fuese una chica más?! ¡Esto no puede ser! -de repente mi madre recuperó su compostura y me dio un papel que aparentemente era la carta que había escrito mi padre por si caía en batalla:

 

A mi querida esposa Marta y a mi único hijo Francisco:

 

Cuando leáis esto sabréis que he caído en batalla, sirviendo a la Madre Patria, tal como lo he jurado, no me ha importado perder la vida si es con tal de que haya alguna esperanza de libertad y paz para las futuras generaciones, espero que me entendáis y me perdonéis por eso.

 

Marta, no quiero verte llorar, no te mereces eso, busca tu felicidad, yo te acompañaré desde donde esté, siempre te amaré, pero no por eso te ataré a mí, no a mi recuerdo, juraste serme fiel hasta que la muerte nos separara, pues ahora que nos separa no tengas miedo de la vida, no temas ser feliz, que te lo mereces. Busca un buen hombre que te haga feliz y que quiera a Fran y continúa tu vida, que el que yo no esté no es motivo para que tú también mueras.

 

(Mi corazón se detuvo por un instante, era impresionante lo que papá amaba a mamá y le di la carta a Luis para que me la terminara de leer, yo no podía leer con las riadas de lágrimas que caían de mis ojos):

 

Mi querido hijo Fran, siempre has ocupado un lugar muy importante en mi corazón, eres el futuro de la familia, sin ti moriría nuestro legado de amor, respeto y amistad. Después de estar varios años en el ejército, he aprendido a reconocer a los homosexuales a simple vista y he creído ver que tú también lo eres y creo, por la forma en que miras a Luis, que lo amas, pues entonces, ¡díselo!, que el pobre no es adivino no podrá saberlo si no se lo dices.

 

Espero que puedas ser feliz con él y, si no eres homosexual, entonces búscate una chica guapa, no tanto de cuerpo como de espíritu y sé feliz, que para eso te he enseñado todo lo que sé, para que no cometas los errores de tu padre, por eso te prohibí hacer carrera militar, tú no has jurado nada, tú puedes buscar ser feliz con quien quieras, ¡no porque seas el hijo del teniente García tenías que entrar al ejército! No abandones a tu familia para luchar por nada.

 

(Luis paró un momento a tomar aire y pude notar que tenía la garganta seca, igual que yo, por la sorpresa de que mi padre sospechara algo, pero feliz de ver que yo había hecho lo que él me aconsejaba y, aunque era una carta difícil de leer, Luis terminó de leer con una sonrisa en la cara):

 

Mi querida familia, espero que sepáis ser apoyo la madre para el hijo y el hijo para la madre, lo único que no me duele es que sé que sois fuertes y tengo la esperanza que reharéis vuestras vidas y yo viviré en vuestro recuerdo y felicidad.

 

Os espero en la eternidad,

 

Teniente Pablo García.

 

La carta de mi padre me dejó hecho polvo, no esperaba que sospechara siquiera que era gay y mucho menos que amo a Luis, pero ahí estaba, desde el otro mundo dándome su aprobación y ánimos para luchar por mi amor, la verdad es que papá siempre fue increíble.

 

-¡Te vas de mi casa, pero lo que se llama ya! -mi madre volvió a la carga- coge tus cosas y desaparece, que el hecho de que a tu padre no le importara tener un medio hombre por hijo no hace que yo lo permita. Tienes media hora para no dejar rastro de tu existencia en esta casa, que la familia nunca ha sido, ni será, mancillada por la vergüenza de tener un maricón en la familia.

 

La verdad es que mi madre cuando quiere ofender lo consigue. Luis me ayudó y recogimos todas mis cosas que metimos en unas maletas que eran de papá y cogimos todas las fotos en las que estábamos él y yo solos, la mayoría de todas las que había en la casa, y empacamos todo, por último, me despedí de mi madre:

 

-Mamá, espero que te arrepientas, aquí están mis llaves, a partir de este momento sólo seré un amigo del teniente García que lamenta mucho la muerte de su mejor amigo, aquí no entraré nunca como hijo a menos que me lo pidas. No cambiaré el número de mi móvil, para que, cuando quieras, me puedas llamar. Esto me duele en el alma porque eres mi madre, pero si no quieres volver a verme, lo haré, seré obediente hasta el final.

 

Cogí mis cosas y, cuando iba a cerrar la puerta, mi madre lanzó la última cosa que le he escuchado decir:

 

-Es terrible quedar viuda y sin hijos, pero igual quizá algún día pueda rehacer mi vida, tal como Pablo me lo recomendó. Muchas gracias por venir en estos momentos, sé que Pablo era un gran amigo para usted… -el hecho de que ya me tratara como un desconocido era demasiado para mí, es cierto que la impresión hacía que no pudiera sentir nada ni reaccionara como siempre, pero en ese momento la ira me cegó.

 

-Yo también lamento su muerte, pero lamento mucho más que usted haya decidió matar a su hijo por puro gusto. El teniente García no sólo era un gran amigo, ES un gran amigo y un padre para mí. Te amo, mamá -con esta última frase cerré la puerta y, en el ascensor, me eché a llorar en brazos de Luis, no sé cómo pero no había llorado antes, con los gritos de mamá, sólo había llorado al leer la carta de papá.

 

Dejamos mis cosas en nuestra nueva casa y llamamos a los chicos para una reunión urgente. Cuando los chicos dijeron que irían Luis me dio un papel que se había metido por dentro de la camiseta que llevaba: era la carta de papá, me dijo que mamá no se merecía tenerla, sobre todo si lo más importante iba dedicado a mí.

 

Luego Luis me dio la más importante de las sorpresas en lo que llevábamos de día:

 

-Fran, los chicos vienen dentro de tres horas…

 

No lo dejé terminar, me lancé a sus labios, esos labios dulces, carnosos, custodios de esa dulce lengua que tanto me gusta acariciar. Unimos nuestras bocas en espera de por fin culminar lo que los dos queríamos hacer desde la noche anterior, fue un beso de amor puro, sin malicia ni deseos de usar al otro.

 

Estuvimos así un gran rato, simplemente besándonos y diciéndonos cuánto nos amamos cada vez que parábamos a tomar aire. Pronto noté que Luis estaba completamente empalmado pero no se atrevía a ir más allá por las noticias que yo acababa de recibir, entonces le quité la camiseta y él entendió, con lo que pronto estábamos desnudos los dos, nunca nos ha gustado empezar a dar placer al otro cuando alguno está vestido.

 

Una vez desnudo continué mis besos por la cara de Luis, me fui por una de sus mejillas y llegué a su oreja, tomé su lóbulo y lo presioné un poco con mis dientes, sin dejar de acariciarlo con mi lengua, lo que hizo que Luis soltara un gemido que me encantó, además de sentir su polla dar un bote contra la mía, así que me apresuré a seguir mi juego y llegar a su otra oreja y repetir la operación, pero esta vez me demoré un poco más allí, Luis me apartó y me dijo que como siguiera se correría ahí mismo: acababa de descubrir un punto débil de Luis, era maravilloso ir conociéndonos poco a poco.

 

Besé su cuello y él me regresó a su boca, esta vez nos besamos con pasión y Luis pronto iba bajando por mi cuello y llegó a mis tetillas, primero las acarició con su lengua, luego las mordió levemente para hacer que esas descargas de placer que tanto nos gustan recorrieran todo mi cuerpo, por último succionaba un poco y besaba mi pezón con delicadeza, como disculpándose por la intromisión, luego repetía esa deliciosa intromisión en mi otra tetilla y me dejaba alucinado, no sabía cuánto podría aguantar de seguir con ese ritmo.

 

Lo detuve y me arrodillé frente a él para comerle la polla, pero Luis se giró y me ofreció su hermoso culo y me dijo, me rogó que lo penetrara. Le di un beso negro de esos que nos encantan, lamiendo con mucho cuidado su agujerito y dejándolo tan lleno de saliva como podía, cuando estuvo bien lubricado puse mi polla en su puerta y la dejé entrar, poco a poco, sintiendo cómo Luis era mío y cómo nos hacíamos uno de nuevo.

 

Cuando la terminé de meter, la tuve dentro un par de minutos para que Luis se acostumbrara a mi cipote en su culito y luego empecé el vaivén, primero lento, luego con cada vez más intensidad hasta que sentí que me corría, entonces le pedí a Luis que se pusiera boca arriba, quería besarlo. De inmediato mi chico obedeció y, entre besos y caricias, acabé dentro de él.

 

Luis todavía no había llegado al orgasmo, así que le ofrecí mi culo, pero él me dijo:

 

-No, Fran, hoy quiero algo distinto, quiero que me masturbes hasta que te bañe con mi leche y mientras nos besamos, tengo ganas de un orgasmo cursi esta vez jajaja

 

Hice lo que me dijo, empecé a besarle y pronto me empujó hacia la cama y me hizo sentarme mientras él se sentaba sobre mí y, sin dejar de besarle, le acaricié todo su bello cuerpo, mis manos llegaron hasta donde pudieron y luego me dirigí a su duro pene y lo masturbé hasta que descargó sobre mí. Luis se levantó, me recostó en la cama y me limpió con su boca, luego compartimos el semen que había en su boca y nos dormimos hasta que sonó el timbre que anunció la llegada de los chicos.

 

 

 

Tavo

 

-Mae, mae, suave un toque, barájemela más despacio, mae, al chile, ¡quedé viendo pa’l ciprés! -no podía creer nada de lo que Fran y Luis nos contaban, mucho menos la carta que esta vez leyó Dani entre sollozos de Fran, y se los hice notar sacando todo lo que pude mi acento tico, no es que sea subnormal, simplemente quería confirmar una cosa- mae, la vara es así, según esta carta, la última voluntad de tu padre es que seáis felices, ¿no?

 

-¿Es que no te ha quedado claro ni eso, Tavo? Serás subnormal -Sara, como siempre, se reía de mí y conmigo.

 

-Sí, eso me quedó claro, por eso quiero proponer esto: vámonos de marcha, seamos felices por un rato, al menos, tal como Pablo lo pidió, Fran, en este momento lo que necesitas es no pensar, venga, vamos…

 

 

 

Sara

 

Bueno, otra vez de marcha… vale, estamos en julio y no trabaja ni perri, pero tampoco exagerar, ¿no? Bueno, la cuestión es que por una o por otra nos estábamos yendo de marcha casi todos los días, ya me estaba empezando a cansar, pero esa noche fue diferente, tenía el presentimiento de que algo pasaría, no sabía qué, pero ocurriría…

 

Íbamos ya bastante “tocados”, como dice Tavo, cuando nos encontramos con un viejo amigo:

 

-¡Eh, Manu, chaval! ¿Qué hay, tronco? -lo saludó un mucho más alegre Fran.

 

-Yo… este… yo… estoy muy alegre… -fue lo único que dijo Manu y se echó a llorar al tiempo que reía.

 

-Este cabrón… -fue Tavo el que reaccionó y le dijo a Luis-: mae, llame al 112, pareciera que anda drogado, yo anduve en esas, sé cómo se ven y, peor, cómo se sienten, llama a urgencias ¡YA!

 

El pobre Luis le llamó al SAMUR a como pudo y pronto terminamos todos en el hospital de La Paz. Al final resultó que el chico se metió un buen chute de cocaína y si no lo hubiésemos encontrado se habría muerto, porque entre cocaína, licor y marihuana ya tenía suficientes toxinas en sangre como para matar un caballo, o eso nos dijeron en el hospital.

 

Manu era un compañero de tropa de Luis y Fran y se había hecho amigo de Dani y mío en los últimos años de la ESO, era un chico alegre, disfrutaba su vida (vamos, que no hay quien goce en la ESO, pero aprovechaba lo que tenía), lo que más me impresionaba de él eran sus ojos: eran verdes con algunos matices marrones, no llegaban a ser color miel, pero eran casi trasparentes; tenía el pelo negro y la piel blanca, era todo un cachas y la verdad me traía loca desde que lo conocí en la ESO. Una cosa extraña, nunca tomó ni fumó y ahora resulta que era adicto a la coca y la marihuana…

 

No sé cómo lo conservaba todavía, pero tenía el número de su casa, así que les llamé y al contarles que estábamos con Manu en el hospital sus padres me preguntaron cuánto dinero quería para dejarles en paz, que ya ellos habían hecho lo que podían al no dejarlo volver a casa hasta que no dejara las drogas, sin derecho a tocar nada de su habitación. Lo habían puesto de patitas en la calle con tan sólo la ropa que tenía puesta. Pero su hermano, Mau (Mauricio, eran mellizos: Mauricio y Manuel), siguió ayudándole a escondidas, o eso dijo quince minutos después cuando apareció con todo y la novia.

 

-¿Cómo está mi hermano? -preguntó al médico que en ese momento aparecía para dar información detallada de su estado.

 

-Su hermano tiene varios cortes superficiales, producto de luchas con otros drogadictos de las calles, pero nada grave, físicamente está intacto, lo que nos preocupa es su estado psicológico, es de suponer que el síndrome de abstinencia será fuerte en él, ya que parece que acostumbraba a ingerir grandes cantidades de droga -explicó el galeno.

 

-Ya veo, pero entonces, ¿tiene recuperación?

 

-Pues depende de si tiene una motivación para seguir adelante…

 

-Entiendo, gracias, doctor -el especialista, una vez cumplida su misión, se evaporó de allí-. Chicos, mil gracias por lo que habéis hecho. Ahora iros a descansar, que mi novia y yo nos encargamos… -intentó decirnos.

 

-De eso ni hablar, somos vuestros amigos, podéis contar con nosotros -dijo Luis y se dirigió a Tavo- en todo caso, listillo, ¿no es en un par de horas que tienes que recoger tus resultados allí abajo?

 

-¡Juemialma, mae! -Tavo y su acento tico, el día que lo entienda…- si es cierto, mae, mejor nos quedamos y así vemos los resultados los cinco…

 

-Claro que sí, Tavo, somos una familia, después de todo, ¿no? -intervine yo, una cosa que me duele es que la familia de Tavo, y ahora la de Fran, pasan de ellos como de comer mierda y por eso me gusta repetir lo de que somos una familia.

 

-¿Que sois qué? -dijo un asombrado Mau.

 

-Una familia, somos hermanos, pero a la vez, Tavo y Dani están casados -Luis explicaba mientras Mau flipaba a colores y Dani y Tavo le enseñaban sus anillos, luego él se sacó su cadena- y Fran es mi novio.

 

-¡Coño! Eso sí que no me lo esperaba… ¿y estáis en privado o ya lo saben en vuestras casas? -Mau no salía de su asombro, pero aún así quería ser prudente.

 

-Lo sabe todo el que lo quiera saber -contesté para no tener que dar detalles de lo sucedido con Marta.

 

-Bueno, entonces, os felicito chicos -un abrazo con un par de palmaditas en la espalda para cada uno- y tú, Sarita, deberías buscarte a alguien…

 

-En eso estoy, gilipuertas -no se lo iba a decir, está claro, que al que quiero es a su hermano que quién sabe si se recuperaría-, ¿qué te crees, que me gusta ver cómo estos cuatro cuentan dinero delante de los pobres? Pero no aparece el indicado…

 

-El paciente ya ha reaccionado, pide ver a Sara Fernández sin demora -dijo una enfermera.

 

-Enseguida voy, enfermera.

 

La seguí y casi me muero al verle.

 

 

 

 

 

Capítulo 9

 

Manu

 

[Si queréis música de fondo, “Tanto la quería” de Andy & Lucas no vendría mal]

 

Cuando Sarita entró en el cuarto del hospital casi se desmaya, no se esperaba verme con varias vías conectadas a mis brazos, además de un monitor cardíaco y sondas en la nariz, tanto para respirar como para comer, la verdad parecía que estaba en la UVI, no en observación…

 

Sara se rehízo pronto de la impresión y fue tal como la vi cuando nos encontramos en la calle y como la he visto siempre, era ver a Atenea pasearse por los Elíseos, una mujer sabia, bella y feroz en medio de un paraje hermoso, en plena primavera (curioso que se me ocurriera eso estando en verano), despreocupada de todo lo que no se hiciera más bello con su sola presencia, era increíble, Sara es cada día más bella, nunca sabré cómo lo hace. Al acercarse Sara a mi cama fue como cuando estábamos en la ESO, parecía brillar con luz propia, sin necesidad de maquillarse siquiera, es tan bella; yo por mi parte, tímido hasta la muerte, con un miedo cobarde de que me rechazara, no sabía cómo contárselo, el molesto pitido decía que mi corazón latía tan rápido como podía y un ventilador automático indicaba que me faltaba el aire, era imposible que ella no lo notara. No podía creer cómo me había podido callar durante tanto tiempo las únicas dos palabras que me sacarían de este vicio infernal en el que me metí de cabeza por no quedar como el cobarde del pueblo, pero no podía más, tenía que decírselo, así que cuando llegó al borde de la cama se lo dije:

 

-Te amo, Sara, te amo desde que nos conocimos en la ESO, ¡TE AMO!

 

-¡Gilipollas! -se giró para que no la viera sonreír y se volteó, ya seria- ¿cómo narices no lo dijiste antes? ¿No te dabas cuenta de que yo estoy colada por ti? ¿Cuándo me lo ibas a decir? - ¯así de ilógica es mi vida sin ti; así de irónica, así de estúpida; así de absurda es mi vida sin ti; como un bronceador en casa de esquimales; así de ilógica es mi vida si ti¯

 

-Cuando dejara la droga, si me atrevía…

 

-Pues ahora la dejaremos juntos, ¿vale?

 

-Vale, pero ¿cómo le vamos a hacer?

 

-Ya verás…

 

 

 

Luis

 

Después de un rato, Sara salió de la habitación de Manu y se veía radiante, era otra, nunca la habíamos visto tan feliz. Nos dijo que Manu quería vernos, así que entramos a la habitación y allí nos esperaba una tanda de reproches…

 

-¿Cómo narices no me habéis contado nada? -creo que se refería a los cuatro, aunque luego le habló directamente a Dani- y tú te casas y ni invitas ni nada, ¡eso es imperdonable!

 

-Pero Manu, si tienes más de dos años de haberte perdido, no has vuelto a la tropa ni nada… -Fran intentó justificarnos.

 

-¿Y os habéis preguntado por qué desaparecí del mapa? Pues porque ya estaba liado con la coca, no quería que me vierais tal como me visteis ayer, es horrible, no tenéis ni idea…

 

-Pues yo sí que la tengo, soy Tavo, el marido de Dani -lo interrumpió Tavo y aprovechó para presentarse- en mi país también estuve tonteando con la droga y te diré una cosa, yo la he dejado porque me diagnosticaron VIH -asombro de Manu, Mau y su novia-, sí soy seropositivo, espero que eso no nos impida llevarnos bien, ¿eh?

 

-No, para nada, es sólo que no calzas en el esquema del típico chaval enfermo y debilucho… -dijo Mau.

 

-¡Eso es porque tengo una motivación para vivir! -antes de que nadie pudiera siquiera rechistar, Tavo se volvió y le plantó un beso a Dani que hasta a mí se me puso dura, luego siguió hablando- y tú, Manu, ¿tienes un motivo?

 

-Claro que lo tiene -Sara se abalanzó sobre él y lo besó, ahí sí que nos quedamos todos flipando.

 

 

 

Tavo

 

Sara nos explicó que desde hacía años que le venía tirando los tejos a Manu pero el chico no le hacía caso, según él no podía creerse que una chica tan guapa se fijara en él (en eso tiene razón, Sarita es guapísima), luego cada uno se fue por su lado, Sara se fue a estudiar a Francia y Manu se perdió por ahí, porque en su pueblo probó la “María” para no ser menos que sus colegas y terminó enganchado después vino la coca y en dos años estaba hecho una pistola.

 

Después de su explicación los dejamos morreándose y Dani y yo nos fuimos a por mis resultados. El médico que nos atendió nos explicó que éramos compatibles y que el riesgo para Dani era nulo, porque simplemente le meten una aguja en la espalda y listo, pero en mi caso era un poco complicada la cosa, ya que podía rechazar el trasplante, pero aunque lo rechazara mi vida no peligraba tanto como en la mayoría de los casos, así que no se perdía nada con intentarlo.

 

Le agradecimos al médico y le dijimos que después llamaríamos para poner fecha para las cirugías y salimos de allí directo al cuarto de Manu y les contamos lo sucedido.

 

Mau y Clara (su novia) se ofrecieron a ayudarnos en lo que necesitáramos, igual que los demás, excepto Sara y Manu que nos dijeron que tenían algo que decirnos:

 

-Veréis, el médico ha venido a decirle a Manu que en un par de días le dará el alta, así que yo he hecho un par de llamadas y partimos en cuanto podamos para Zaragoza…

 

-¡Zaragoza! ¿Qué se os ha perdido allí? -no me lo podía creer, partían, así, sin más ni más.

 

-Es simple, mi tío es médico -se explicó Sarita- y tiene un amigo que tiene una clínica de desintoxicación en Zaragoza y nos ha ofrecido atender a Manu gratis, además de dejarme estar con él como su enfermera particular, lo disimulará como un voluntariado, pero estaremos juntos y eso es lo importante, además le he expuesto el caso y dice que en cuestión de seis meses estará perfectamente rehabilitado, lo que significará que tendremos un año nuevo y vida nueva jajaja

 

Sara estaba tan alegre que lo único que pudimos hacer fue felicitarles, desearles lo mejor y dedicarnos a buscar la mejor fecha para mi operación y decidimos que lo mejor era operarnos el mismo día que Manu entrara a la clínica, ya que el médico me dijo que era probable que la recuperación y la determinación de si el experimento había funcionado duraría casi seis meses, con lo cual estaríamos todos juntos para las mismas fechas…

 

 

 

Sara

 

[Para esta escena propongo “Algo más” de la Quinta Estación]

 

Por fin le dieron el alta a Manu, así que lo primero que hicimos fue irnos a un centro comercial y comprarle un poco de ropa (Mau, los chicos y yo habíamos puesto dinero para eso); al llegar a casa para hacer las maletas, mi madre nos sorprendió con una comida de lujo y nos dijo que era su forma de darle la bienvenida a Manu en la familia, que, tal como nos había dicho en el hospital cuando le conoció, ella estaba con nosotros, que nos apoyaría siempre. Mi madre está muy cambiada, confía en los chicos y me acepta un novio sin más ni más…

 

Mientras Manu se echaba una siesta, yo aproveché para hablar con ella:

 

-Mamá, creo que te pasa algo…

 

-¿Por qué lo dices, hija?

 

-No sé, te veo muy cambiada en muy poco tiempo…

 

-Jajaja, lo dices por eso… pues… verás… es que… creo que tengo algo que decirte… -mi madre no se atrevía a decirme lo que fuera que tenía que decirme, así que la animé:

 

-¿No será que conociste a alguien?

 

-Pues sí, hija, de hecho… -en ese momento sonó el timbre- despierta a Manu, que acaba de llegar.

 

Hice lo que me dijo, me fui a mi cuarto y desperté a mi galán y cuando volvimos al salón ahí estaba: un hombre de unos cuarenta y pocos (igual que mi madre), con una barba bien cuidada, una cara bastante tierna, de pelo y ojos claros (Tavo diría que un “gringo”, un americano); un tipo realmente guapo, si yo tuviera la edad de mi madre jajajaja.

 

-Chicos, él es Diego, mi novio…

 

-¡Felicidades! -dijimos Manu y yo al mismo tiempo.

 

-Ya era hora, ¿no, mamá? -le dije yo por fastidiarle la vida.

 

-Pues, sí, hija, he decidido rehacer mi vida y volver a confiar en mi corazón -me respondió sincera, total ella también había sufrido mucho con mi padre y mi padrastro.

 

-Y yo salí ganando jajaja -dijo Diego y nos reímos con él.

 

-¡Pero bueno! ¡Si es que cuando vienes me pongo gilipollas! Esta es mi hija Sara y este es su novio Manu… -mi madre se acordó de presentarnos, por fin jajaja.

 

-Mucho gusto -dijeron los dos mientras se estrechaban las manos y luego Diego me dio un par de besos.

 

-Sara, créeme, tengo mucho tiempo deseando conocerte, tu madre habla maravillas de ti…

 

-Gracias, Diego, para mí también es un placer conocer el motivo por el que mi madre ha vuelto a sonreír…

 

-¡Sara! ¡Que me pongo colorada!

 

-¿Más? No creo que puedas mamá, que pareces una niña de dieciséis enamorada jajaja

 

-Vale, vale, hala, iros a hacer vuestras maletas o lo que queráis, pero dejadnos solos que quiero comérmelo a besos, ¿vale?

 

-Vale, vale, no seas tan gráfica, Verónica -dijo Manu entre risas y los dejamos solos.

 

 

 

 

 

Capítulo 10

 

Luis

 

No era posible, ahora todos teníamos pareja, era una maravilla, yo me sentía un poco mal cuando nos besábamos delante de ella porque Sarita no tenía con quién, pero ahora sí que estábamos completos, ¡por fin!

 

Bueno, esta vez andaba solo, no porque quisiera, sino porque teníamos una especie de reunión de egresados del insti para organizar la fiesta de la promoción (todos los años nos íbamos de marcha, pero alguien propuso hacer algo más planeado, para variar un poco); no nos permitieron llevar acompañantes, por eso tuve que dejar a Fran solito y venirme a una reunión que apuntaba ser un coñazo…

 

La reunión fue un verdadero coñazo, tal como pensé, no nos podíamos poner de acuerdo para nada, fue horrible, hasta que, una vez tomado el acuerdo de que nos iríamos de marcha como todos los años, empezamos a hablar de nuestras vidas personales…

 

-¿Y tú qué haces, Josué?

 

-Yo estoy estudiando derecho y en verano trabajo de socorrista en la piscina del barrio, ya sabéis, para poder irme por ahí con la novia… -risitas de complicidad y así seguimos un buen rato, había gente estudiando medicina, periodismo, etc. Todo iba bien hasta que…

 

-¿Y tú, Luis?

 

-Pues, yo saqué un FP en administración financiera y estoy en el paro, pero necesito un curro urgente, porque mi novio y yo estamos viviendo juntos y hay que mantener la casa…

 

-¿Tienes novio?

 

-¿Vivís juntos? ¿Desde hace cuánto?

 

-Pues mi chico y yo vivimos juntos desde ayer, aunque tenemos un mes de ser novios, pero cuando se lo contamos a su familia lo mandaron a tomar por culo, así que aprovechamos que mi tío nos había dejado un piso y nos fuimos a vivir juntos…

 

-Ya, vaya que familia más estrecha la de tu chico, ¿no? ¿Tú qué piensas, Javier?, que ya que eres medio cura podrás aconsejarle algo, ¿no?

 

-Pues… -empezó Javi, desde siempre había dicho que algún día sería cura, por lo que no nos sorprendió que después de la graduación entrara inmediatamente al seminario- como amigo, tengo que decir que me parece que la familia de tu chico se puede ir mil veces a la mierda y que lo importante es que seáis felices, que has hecho bien en irte con tu chico, pero como seminarista y en plan consejero espiritual…

 

-Venga, hombre habla, que nada puede ser peor que los gritos de mi suegra -estaba muy nervioso y cuando me pongo así reacciono haciendo chanzas de todo.

 

-Vale, te lo diré: la Iglesia, contrario a lo que muchos creen, no condena a los homosexuales… -empezó a explicarse.

 

-¿Pero qué dices? ¡Si siempre los tiran fuera y los condenan al Infierno! -dijo una chica, Ester, creo.

 

-Dejadlo hablar que se pone interesante -dijo Sergio, cortando las exclamaciones y reproches que podrían haber terminado en un buen debate.

 

-La Iglesia no condena a los homosexuales, porque no es una decisión que uno toma por sí mismo, sino que está condicionada por traumas psicológicos o simplemente es una cuestión de gustos, por lo que ser homosexual no es un acto del todo consciente, así que no puede ser pecado… -ante el silencio sepulcral que había cuando dejó de hablar, Javi continuó-: así que la Iglesia lo que condena es la promiscuidad (que muchas veces raya en la prostitución) que parece estar de moda actualmente, ya sabéis, el cruising, el sexo casual y eso. Cosas que también condena en los heterosexuales, ahí no hay discriminación alguna.

 

-Pero entonces, mi novio y yo, que somos fieles el uno al otro, ¿pecamos también? -ya que estábamos, me sacaría las dudas que, aunque no me atormentaban, me permitirían defenderme cuando me señalaran.

 

-Sólo si tenéis sexo, exactamente igual que una pareja heterosexual. Un noviazgo casto, no importa el sexo de la pareja, no es pecado de ningún modo. Pero entiendo el sentido de tu pregunta, Luis: ¿por qué la Iglesia no os permite casaros y quiere que seas fiel hasta el matrimonio? ¿Eso es lo que quieres saber? -asentí y Javi tomó aire y me respondió-: por eso la Iglesia llama a los homosexuales a vivir en celibato, es decir, sin pareja, para que no tengan la tentación, es una cuestión muy personal si te gustan los chicos o las chicas, pero en ningún caso es bueno vivir en pecado.

 

-¿Lo que estás diciendo se aplica también a las lesbianas? -preguntó una chica que ni siquiera sabía que había estudiado con nosotros.

 

-Sí, he usado todo el tiempo “homosexuales” y no “gays” por eso. Pero cuando ya hay una cirugía para cambiar el sexo o un chico se viste de mujer ya es otra cosa…

 

-¿Qué pasa en ese caso? -no sé quién preguntó, pero el debate se estaba poniendo bueno…

 

-Esos son casos de no aceptarse a sí mismo como se es, es un problema de depresión o algún otro trastorno psicológico y de fondo implica no aceptar la voluntad de Dios, si os fijáis, la mayoría de los que se han operado, en su interior, se arrepienten, quisieran volver atrás, porque lo que obtuvieron no se parece en nada a la idea que tenían…

 

-Ahhh, pero entonces si yo vivo con mi chico, ¿no hay nada de malo? -volví yo al tema original.

 

-No, mientras no forniquéis, pero en vuestro caso tampoco es que os importe mucho, ¿o sí? -Javi, como siempre, primero era amigo y luego lo demás.

 

-La verdad, no, pero ya sabéis, hay gente que cree que la Iglesia dice que es malo ser homosexual y por eso te condenan y te marginan… -expresé mis temores, sobre todo respecto de la familia de mi padre, porque los que nos aceptaron a Fran y a mí eran la familia por parte de madre…

 

-Bah, no te preocupes por ellos, si te condenan con ese argumento, ya te he dado cómo rebatirlo y si no te creen, pues que se jodan, que total ellos se pierden el verte feliz -entonces, cosa rara en Javi me dio una orden-: levántate, anda.

 

Lo hice y él se levantó, me dio un abrazo y me dijo:

 

-Te felicito, porque nunca te había visto tan feliz, ni siquiera cuando andabas de putón verbenero con tanta chica y dile a tu chico que como te haga sufrir tendrá problemas conmigo jajaja

 

Se lo agradecí en el alma, la verdad no me esperaba eso de alguien tan metido en la Iglesia, con sus misas, rosarios y agua bendita, pero Javi demostraba que ante todo es mi amigo y que aunque debe hablar con la verdad, eso no hace que los prejuicios con que “adornan” esas verdades lo cieguen y eso, justamente eso, lo hace único. Luego los demás compañeros me felicitaron y Javi y yo nos fuimos a mi casa, me moría por presentarle a Fran…

 

 

 

Fran

 

Ponte guapo, llevo una visita MUY importante

 

Ese SMS de Luis me desconcertó, se suponía que estaba en una reunión de egresados del insti, ¿cómo era que venía con alguien “MUY importante”? bueno, confío en él y terminé poniéndome guapo, justo cuando estaba dándole los últimos retoques a mi pelo llegaron.

 

-Hola, amor -me estampó un beso en los morros y yo le acaricié el pelo. Hubiera estado así por horas, pero había alguien más, así que teníamos que controlarnos:

 

-¿Y tu amigo?

 

-¿Ah? ¡Sí, sí! Pasa Javi, por favor. Javi, este es Fran, mi chico; Fran, este es Javi un antiguo colega del insti…

 

-Mucho gusto -le dije a Javi mientras le tendía la mano. Él me la estrechó, pero antes de poder soltarle tiró de mí hacia él y me abrazó, luego me plantó un par de besos y me felicitó:

 

-Tienes al mejor chico que conozco, y conozco muchos -me dijo-, así que cuídalo y que sepas, que si lo haces sufrir, me quito la sotana y te parto la cara a ostias, ¿de acuerdo?

 

-Gracias, Javi, pero no te preocupes, el día que Luis sufra por mi culpa -mientras hablaba pasé un brazo por la cintura de Luis-, ese día me moriré de dolor -le di un beso en la mejilla a Luis y recosté mi cabeza contra la suya.

 

-Veo que sois tal para cual, así que no tendré que preocuparme mucho… -empezó él, pero entonces vino a mi mente algo que dijo “me quito la sotana”.

 

-Oye, cómo es eso de quitarte la sotana, ¿eres cura o qué? -de veras me intrigaba, así que mejor preguntar antes de que se me olvidara jajaja.

 

-Bueno, no soy cura… todavía, estoy a mitad de la formación, en un par de años ya seré cura…

 

-Pues tío, si es tu elección, te felicito -quise ser sincero, igual que él lo era con nosotros-, pero es raro que un cura, o proyecto de cura, esté feliz de ver a una pareja gay unida…

 

-Lo que pasa es que yo no tengo tanto tonto prejuicio contra vosotros, tampoco contradigo a la Iglesia -dijo cuando vio que lo iba a interrumpir- pero tengo mi opinión, dentro de los límites de la ortodoxia, claro…

 

Entonces me dijo todo lo que había dicho en la reunión con Luis y me encariñé un poco con él, se veía sincero y bastante majo; no es que nos hiciéramos amigos de la noche a la mañana, pero me empezó a caer bien, así que cuando se fue lo invitamos a cenar el próximo domingo, total es verano y está en casa, así que no tiene problemas por salir a cenar con unos amigos…

 

 

 

Tavo

 

Es curioso, cuando llegué a España pensaba que sólo conocía a dos chicos en la gran urbe de Madrid, pero en cuatro meses conocí a mi marido, a mi mejor amiga y cuatro amigos más: Manu, Mau, Clara y ahora Javi, un seminarista…

 

Cuando nos juntamos todos, en casa de Sara, el domingo para cenar, Luis y Fran nos presentaron a Javi y nos contaron un poco su vida. Luego cada uno se presentó, me dejaron de último por ser lo más difícil de explicar, cuando dije lo del VIH Javi se levantó y me abrazó y me dijo que contara con él, que aunque estuviera en el seminario haría lo mejor que podía hacer por mí: rezar. Se lo agradecí, porque siempre he sido muy católico, aunque sea gay, pero el tener el respaldo de alguien como él me hizo sentir alguien de verdad importante.

 

Terminamos de cenar y entonces hice la pregunta del millón:

 

-Chicos, ¿cuándo os vais para Zaragoza?

 

-Nos vamos a fin de mes, pero Manu ingresa el día 5 de agosto, queremos tener una “luna de miel”, como dices tú, antes de entrar, son seis meses a pan y agua, perdón Javi…

 

-No te preocupes, Sara, te entiendo perfectamente, incluso a mí que no tengo con quién me cuesta ser casto, ahora Manu que tiene a semejante bombón… -Javi, para ser seminarista es muy… ¿liberal? ¿sincero? No sé, pero me cae bien y la verdad no está nada mal como amigo.

 

-Vale, entonces, ¿qué os parece si Dani y yo empezamos los análisis preoperatorios a fines de mes también y fijamos la operación para inicios de agosto? Así estaremos todos de vuelta por las mismas fechas jajaja

 

Todos estuvimos de acuerdo y luego vimos una película, como a las 11 p.m. Verónica se dispuso a salir, iba muy bien vestida, se veía bastante guapa y nos dijo que ya a esas horas era mejor que nos quedáramos a dormir, que por ella no había problema, al final de cuentas iba a dormir fuera. Mientras decía esto les guiñó un ojo a Sara y a Manu; luego se despidió y se fue.

 

-¿Qué mosca le ha picado a tu madre? -Fran no salía de su asombro, igual que Dani, Luis y yo.

 

-Aunque no lo creáis, mi querida suegra… -empezó Manu.

 

-Tiene novio -terminó Sara. Soltamos todos la risa y felicitamos a Sarita, eso explicaba el cambio en Verónica, la verdad es que todos estábamos alegres por ella. No lo dije, pero pensé que mis sospechas se confirmaban: lo que Verónica necesitaba era un buen polvo.

 

Con semejante broche de oro, nos fuimos a dormir, cada pareja en un cuarto, podéis imaginaros lo sucedido… al día siguiente sentí pena por Javi, oyéndonos a cuatro parejas en acción y sin poder hacer nada…

 

Al día siguiente desayunamos juntos y nos despedimos, pasamos una noche y mañana estupendas.

 

 

 

Fran

 

Sara y Manu finalmente se iban a Zaragoza y Tavo y Dani se metieron al hospital, no nos dejaban visitarles, ni siquiera a la familia para evitar cualquier virus que podría complicar las cosas.

 

Un día recibí un correo:

 

Querido Fran, ya sé que probablemente no te acuerdes de mí, pero ¿te acuerdas del verano de hace tres años en Sevilla? ¿Un chico mexicano que conociste? Pues, sí, soy yo, Chris. Tu dirección la cogí de tu facebook, descubrí que tenemos un amigo en común y por ahí te llegué… pues te escribo para contarte que voy a irme a vivir a Madrid, llego el próximo 7 de agosto, viernes, a las 12.30 a la T4 de Barajas, ¿podrías ir por mí? Ya tengo un depa, lo renté por internet, pero no sé cómo llegar…

 

Te agradezco mucho tu ayuda,

 

Chris.

 

Vale, el tío avisó con tiempo, al menos, estábamos a 20 de julio, así que todavía no tenía planes para ese día. Chris es un chico muy majo, lo conocí en Sevilla un año que nos fuimos a veranear allí y coincidimos dos semanas en las playas sevillanas.

 

Chris me pareció majo y eso que andaba mal de ánimo: se había enamorado de un chico que al final no le pudo corresponder porque estaba enamorado de otro. No me quiso contar más, aunque prometió que algún día lo haría, en fin que al final le mostré el correo a Luis y decidimos ir a recogerle al aeropuerto y le contesté que con gusto estaríamos allí el día que nos dijo a la hora señalada.

 

Una semana después, el día 27 de julio estábamos Luis y yo, en la estación de tren, puntualitos a las 8 de la mañana para despedir a los tortolitos que se iban a Zaragoza cuando nos llevamos una sorpresa: Mau y Clara no venían solos, con ellos venían los padres de los mellizos. Se nos acercaron y abrazaron a Manu.

 

-Hijo, cuenta con nosotros, ahora que has decidido salir de la droga volveremos a ser contigo como siempre hemos sido -dijo su madre mientras lo abrazaba empapada en llanto.

 

La escena fue conmovedora, Manu sonreía como un niño y su padre se hacía el fuerte para que no lo viéramos llorar de la emoción, la verdad, todos estábamos al borde de la lágrimas por ver el amor de sus padres, por fin habían entendido que Manu era su hijo, con drogas o sin drogas; cuando nos sobresaltó el pitido del tren indicando que estaba a punto de partir. Los chicos se subieron al tren y partieron, nosotros nos quedamos allí hasta que el tren se hubo marchado, luego los padres de Manu se fueron con Mau y Clara a desayunar y Verónica y Diego nos invitaron a Luis y a mí.

 

El siete de agosto nos fuimos al aeropuerto a recogerle al Chris y cuando él iba saliendo a dónde estábamos nosotros, entre los choferes y familiares que esperaban gente, nos llevamos una gran sorpresa: Chris no venía solo, ¡venía con un chico de la mano!

 

[Aquí no estaría mal escuchar “Será” de Franco de Vita]

 

Saludé a Chris y le presenté a mi novio, luego él nos presentó a su “amigo”:

 

-Chicos, sé que es repentino, pero este es Alejandro, es venezolano, guapo, estudia química, es guapo, lo conocí en el avión, es guapo, me propuso ser novios y me pareció tan guapo…

 

-Vale, vale, que lo vas a sonrojar -dijo Luis entre risas, saludamos al Alejandro y nos fuimos.

 

Tomando en cuenta que ya era casi hora de comer, les propusimos ir al piso que ahora compartirían y salir a comer, los chicos aceptaron. Como Luis y yo ya estábamos sin blanca decidimos invitarlos a casa, además que vivían cerca, con lo que así aprendían a moverse un poco jajaja

 

Ya en casa cociné yo y Luis puso la mesa mientras los chicos veían un poco la TV, cuando todo estuvo listo nos sentamos a comer y ahí nos contaron su historia:

 

-Yo soy el gran desconocido, de Chris algo sabíais, ¿no? -Alejandro se presentó primero- pues nada, que soy venezolano, este es mi segundo año estudiando química acá en Madrid y nos encontramos en el avión y me flechó, esos ojos tan llenos de ternura que piden un poco de amor… -Ale se quedó en blanco y tuvimos que imaginarnos lo que seguía, aunque bueno, el chico tampoco estaba tan mal: era moreno, con los ojos marrones casi color miel, estatura media, un poco fuerte (gordito), pero sin exagerar, no le quedaba mal, la verdad; su pelo era negro y lo tenía corto, casi como un corte militar y era súper majo, no había visto a nadie con tanta facilidad para hacer amigos.

 

Luego le tocó a Chris:

 

-Fran, tú me conociste en Sevilla, pero nunca te dije qué hacía allí, ¿o sí? -empezó Chris, que era tal cual lo recordaba, un chaval moreno de ojos marrones, delgado, un poco bajito, tenía una cara de niño muy tierna y lo que más me llamaba la atención era su pelo, que era lo único que había cambiado: ahora lo tenía por los hombros y era negro como la noche y ondulado que no veas.

 

Me miró con cara de “espero tu respuesta” y tuve que decirle que me repitiera la pregunta, una vez que lo hizo, le dije que efectivamente, no me había contado nada, así que se lanzó de nuevo:

 

-Todo era “normal” en mí hasta que en los años finales de bachillerato me enamoré de mi mejor amigo, se llamaba Will, pero él ya tenía novio, Dan, así que me propuse separarlos, obligué a Will a tener sexo conmigo, hice que Dan me la mamara, me metí entre ellos todo lo que pude hasta que lo logré: Dan le fue infiel a Will con el que todos sabíamos que es el amor de su vida, Carlos, y Will, por mis amenazas, y por su amor propio herido, tuvo que terminar la relación. Entonces le propuse que fuéramos novios, él aceptó, pero no estuve a su altura, él quería amor y yo sólo tenía cariño para él, así que al final cortamos. Luego supe que Dan era el que le pagaba todo y que tuvo que dedicarse a ser un puto para poder acabar el bachillerato y así buscar un trabajo más digno. Eso me partió el alma, yo lo quería, no tanto como él quería a Dan, pero lo amaba. Empecé a frecuentar las zonas donde se encontraba con sus clientes y un día me pilló uno de ellos y me hizo su puto personal, eso duró varios años. Estaba con él cuando nos conocimos, Fan, yo venía de acompañante, no eran vacaciones para mí, era “trabajo”. Luego el tipo este me compartió con sus amigos y terminé en un mundo del que Will salió por amor: un “cliente” se enamoró de él y consiguió su amor, así Will decidió luchar por su felicidad y yo me quedé ahí, en el fondo, revolcándome en mi propia mierda… como no tenía muchos gastos, logré ahorrar y me compré el piso y el viaje, pero acá tengo que empezar de cero y no quiero seguir con esta vida, mucho menos ahora que he encontrado el amor…

 

Hubo un momento de silencio mientras asimilábamos todo eso, Ale ya lo sabía, pero igual no quiso interrumpir nuestros pensamientos.

 

-¿El piso es tuyo? -pregunté yo.

 

-Sí, es mío… y de Ale, claro -fue la respuesta.

 

-Pues ya está -dijo Luis- viviréis solitos, no queremos meternos en una pareja, jajajaja, pero podréis venir a comer cuando queráis y luego os iremos presentando al resto de la peña, aunque a Sara y a Manu los conoceréis cuando vuelvan en enero, pero los demás ya los iréis conociendo y entre todos algo haremos, lo primero es ponernos a buscarte un trabajo, Chris, ¿qué has estudiado?

 

-Pues en mis años de puto logré sacar derecho… -fue la sincera respuesta de Chris.

 

-Jajajaja -vaya si estaba alegre mi novio hoy- pues mi padre es abogado, deja que le llamo el lunes y seguro nos ayuda.

 

-¡Gracias! -dijo Chris.

 

Terminamos de comer muy alegres y luego nos pusimos a jugar un rato al juego este de la Play en que cantas y al final te califican y empezamos a dedicarnos canciones entre las parejas, yo le dediqué a Luis “Te amo” de Franco de Vita y Luis me dedicó “Run run” de Estopa. Lo más romántico fueron las dedicatorias entre Chris y Ale: Ale le dedicó “Todo cambió” de Camila y Chris le dedicó “Entra en mi vida” de Sin Bandera. Después de tanto detalle terminaron fundiéndose en un beso impresionante y a Luis y a mí no nos quedó de otra que hacer lo mismo…

 

Pasamos toda la tarde en esas hasta que ya ellos dijeron que se sentían muy cansados del viaje y decidieron irse a dormir. Los llevamos a su piso (a pie, para que aprendieran a ir y venir a nuestra casa) y de vuelta paramos a comernos un helado.

 

 

 

Capítulo 11

 

Sara

 

¡Por fin en Zaragoza! Ahí nos esperaba mi tío y nos llevó a la clínica, dejamos allí nuestras cosas, sólo nos llevamos una mochilas con ropa para esos días y nos fuimos a un piso que mi tío nos había conseguido y me dijo que no le dejara solo nunca que debíamos asegurarnos que Manu no consumiera nada y que a lo mejor, cuando estaba solo, no lograba resistirse.

 

-Disculpe, doctor, ¿este bombón cuenta como droga? -preguntó Manu.

 

-Me temo que sí, Manu, pero, a diferencia de las otras, esta es una droga medicinal de la que es imposible que te dé una sobredosis, así que aprovecha…

 

Un beso fue la respuesta que le dimos. Mi tío se rió y nos dejó solos. La semana fue muy entretenida, recorrimos la ciudad y follamos todos los días. Luego Manu se internó en la clínica y yo me incorporé como “enfermera particular” del nuevo paciente…

 

 

 

Fran

 

[Para esta escena, “No hay cielo” de Franco de Vita]

 

En la heladería nos sentamos en una de las mesas y nos dispusimos a comer el helado, entonces Luis me dijo:

 

-¿Verdad que sí, amor?

 

-¿Ah? -no entendí de qué me hablaba y tenía la boca llena de helado…

 

-¿Me amas tanto como yo a ti?

 

-Luis -ya había podido tragar-, ¡no tienes idea de cuánto te amo!

 

-Menos mal, porque tengo algo muy serio qué decirte…

 

-Dime, Luis, te escucho -empecé a retorcer la cucharilla plástica del helado, menos mal que ya había terminado, estaba demasiado nervioso.

 

-Pues… es que es algo difícil de decir… -Luis estaba un poco nervioso también y tampoco sabía cómo decírmelo.

 

-¡Vamos, Luis, que me vas a matar! -ya estaba empezando a retorcer el vaso de los nervios…

 

-Es que… te… te… te… -Luis ya me estaba poniendo de los nervios, pero no quería interrumpirlo, así que me dediqué a destrozar las servilletas- yo… te… amo… bueno, ya lo dije, ¡te amo, Fran!

 

-¡Serás gilipollas! ¡Casi me matas de los nervios! Yo también te amo con locura, ahora vamos a la casa que tenemos algo qué hacer…

 

Salimos corriendo de la heladería y llegamos a casa en menos de nada y, una vez dentro, la ropa voló de camino y al llegar a la habitación nos empezamos a besar y como siempre pude sentir el amor que nos tenemos, sus besos eran tiernos, lentos, apasionados, como disfrutando el momento. Nuestras lenguas se enzarzaban en una deliciosa batalla, se acariciaban una a la otra mientras intentaban llegar al mínimo rincón de la boca del otro, era maravilloso, no lo puedo describir con palabras…

 

Una vez desnudos, empecé a recorrer su cuerpo, a deleitarme con sus músculos, a describir sus formas con mis manos; pronto mi lengua se unió a la fiesta, le comí sus orejas, de la manera que tanto nos gusta: haciendo presión con mis dientes en su lóbulo y acariciándolo con la lengua; rápido teníamos unas erecciones de campeonato.

 

Lo tumbé en la cama y me comí todo su bello pene, primero besé su capullo rosadito, luego bajé por el tronco dándole besos y mordiscos y luego me deleité con sus huevos, uno a la vez, para que tuviera que pedir más. Cuando lo hizo me metí los dos a la boca y los tuve un rato. Pero ya no podía esperar más, me metí todo su pene en la boca y empecé el típico mete-saca hasta que lo sentí a punto de acabar. Dejé su polla de lado y me acosté sobre él y nos besamos hasta que se le bajó un poco.

 

Luego él me devolvió el favor y me hizo una mamada de campeonato, la verdad es que habíamos practicado mucho y a él se le notaba…

 

No duramos mucho en eso porque me moría de ganas de ser suyo, que me llenara de su leche, signo evidente de nuestro amor, él lo entendió y pronto su verga estaba taladrándome, él decía que le encantaba mi culito, tan estrecho como si fuese virgen. Yo sólo podía responderle que le amaba, estábamos teniendo un polvo bestial y, después de un rato, acabó dentro de mí, fui suyo nuevamente, yo estaba en las nubes, pero todavía no había descargado.

 

Luis dio con la solución a esto, me ofreció su culito en pompa, yo lamí su agujerito que sólo yo he disfrutado y cuando estuvo listo lo ensarté, probamos varias posiciones y, finalmente, descargué dentro de él, mientras tanto, él gemía y gozaba y, cuando me corrí, él también lo hizo, dándome un placer indescriptible.

 

 

 

Sara

 

Un día nos dejaron salir a tomar algo y, ya en la cafetería, me dieron ganas de ir al baño y cuando volví, Manu no estaba, me asusté y salí corriendo. Justo en la esquina, pude ver cómo Manu esnifaba algo, lo cogí y me lo llevé a la clínica, allí nos dijeron que tenía que empezar el tratamiento de nuevo, porque él nos confesó que nunca había dejado de consumir, por lo que era como si no hubiésemos hecho nada.

 

 

 

Dani

 

[Para esta escena no vendría mal escuchar “Duele el amor” de Alex Syntek y Ana Torroja como ambientación…]

 

-Ummm… ufff… -desperté, por fin las cirugías estaban hechas, ahora a preguntar por mi Tavo…

 

Intenté levantarme y pufff, tenía algo en la espalda, una costura en mi espalda, no podía moverme, me dijo una enfermera, puff, entonces llamé a gritos al doctor y él me dijo que la cirugía de Tavito no había terminado, que durmiera un poco.

 

Eso hice…

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Me desperté y volví a llamar al doctor y me miró muy serio y me dijo:

 

-Tengo una noticia muy seria que darte.

 

-Dígame, doctor, necesito saber cómo está mi esposo…

 

-Verás, Dani, no sabíamos que tu esposo es alérgico a la anestesia y lo descubrimos de mala manera: lo sedamos y, una vez terminada la operación, cuando debía despertar, no despertó, está en la UVI, está en estado de coma, es increíble que esté vivo…

 

No lo soporté, no supe cómo ni cuándo, pero estaba con el traje protector, la mascarilla y los guantes, sentado junto a él, con su mano en la mía, viendo cómo se alejaba del mundo sin poderlo evitar, lloré, no lo pude evitar, lo reconozco, es el amor de mi vida y nunca podré dejar de amarle y sé que es egoísta no querer dejarlo partir, pero él es el motivo por el que vivo, es mi Tavo y haría lo que sea por él, incluso dar mi vida si eso basta para salvarle.

 

Los chicos iban a cuidarlo, incluso Javi aunque ya se acercaban los días en que tenía que volver al seminario, pero en fin, que hasta Ale y Chris se ofrecían para estar con mi Tavo, pero yo me resistía a irme, no quería, me resultaba insoportable la idea de que despertara o muriera y que yo no estuviera a su lado, diciéndole que lo amo.

 

 

 

Javi

 

Bueno, después de un verano maravilloso, en el que retomé contacto con Luis, conocí a su novio y a sus amigos, por fin era 1 de octubre, tenía que volver al seminario, así que hice mi maleta y me piré a “la cárcel” cómo lo llamaba Mau…

 

Nada más llegar tuvimos una reunión con los formadores que nos explicaron el funcionamiento del seminario durante este curso, las fechas importantes (las vacaciones y exámenes y tal) y las normas de convivencia, vamos, el bla bla bla bla bla de todos los años…

 

Después de la reunión tuvimos la misa inaugural y la clase inaugural, a cargo del profesor más coñazo de la universidad, la verdad, me dormí en cuanto dijo el título de la clase…

 

Nada más salir de allí, antes incluso de cenar, me llamó aparte el rector (o sea el mandamás) para hablar conmigo y me sorprendí al ver que en su despacho estaban TODOS los formadores, como si se tratara de algo gravísimo, yo suponía que me iban a dar un rapapolvo por dormirme en la clase inaugural, pero no:

 

-Javier López, hay una situación muy grave que nos preocupa respecto de usted -empezó el rector.

 

-Usted me dirá, Padre -estaba muy nervioso y tenía la garganta seca, no sabía a lo que se refería- pero…

 

-No me interesa lo que usted tenga para decir, joven, sólo contésteme una pregunta: ¿es cierto que usted este verano se ha estado juntando con homosexuales, incluso ha comido y, todavía peor, dormido en casa de ellos?

 

-Señor rector, usted conoce tan bien como yo la posición de la Iglesia en este tema, así que no veo nada de malo en ello, sí, tengo amigos homosexuales y me he quedado con ellos, eso no quita… -vaya, así que ése era el problema, pues bien, ahora verán.

 

-Eso no quita que usted sea un desobediente y un progresista que no piensa más que en su beneficio, ya habíamos hablado de esto, joven López, esta última desobediencia no nos deja más opción que hacer una votación: los que estén de acuerdo en que debemos expulsarle, que levanten la mano -incluso él, que no podía votar, levantó su mano- está decidido, joven, por unanimidad, lo que garantiza que no nos equivocamos -“o que se equivocan todos” pensé yo- usted queda oficialmente expulsado de esta universidad y de este seminario. Mañana en la mañana ya debe estar fuera de este recinto sacro que usted mancilla con esas amistades tan poco recomendables y sus perversiones. Puede retirarse.

 

-Gracias, ahora sé lo que debo hacer -me di el piro de allí sin darles tiempo a más.

 

Llegué a mi habitación y recogí mis cosas (no había desempacado nada), me subí a mi coche y me fui a casa, les dejé las llaves con el portero.

 

Una vez en casa llamé a Luis y Fran y nos fuimos de marcha para celebrar “mi libertad” recién recuperada, en el transcurso de la madrugada, se nos unieron Mau y Clara.

 

Mau y Clara estaban muy serios, distantes el uno del otro, parecía que se habían peleado. Entre el alcohol en sangre y la confianza que nos teníamos, pronto les pregunté qué pasaba y nos lo contaron: se habían peleado porque Clara no quiso que Mau fuera solito a una fiesta y el tío, gilipollas que es, se fue de todos modos.

 

Menos mal era una simple rabieta entre ellos que arreglamos dejándoles encerrados en el baño de chicos y haciendo guardia para que nadie entrase…

 

Justo salíamos todos del baño, ellos muy sonrientes, hay que admitirlo, cuando llegaron Ale y Chris, la fiesta siguió como si los únicos heteros que había invitado nunca hubiesen discutido.

 

 

 

Luis

 

Cómo cambian las cosas en dos meses: Manu recae en la droga; Tavo es alérgico a la anestesia y ha estado en coma desde la operación, hace mes y medio; y los soplapollas de los formadores del Javi lo echaron del seminario por ser amigo nuestro… eso fue un lunes, el miércoles tuvimos una sorpresa que no nos esperábamos: sonó el timbre de casa y fui a ver quién era; se trataba de Lola, una chica de unos veintitantos que vivía en el piso de enfrente, tenía un niño de cinco años y era evidente que estaba embarazada de nuevo, cuando sus padres se enteraron fue impresionante, sus gritos se escuchaban por todo el edificio y le dijeron que tenía que elegir entre uno u otro.

 

La pobre chica salió llorando de allí y nosotros la recibimos, esa noche ella durmió en nuestra cama y Fran y yo en el suelo de la sala, no nos pareció correcto que la pobre durmiera en el sofá y era muy estrecho para los dos, pero nos las apañamos. Ella volvió a su casa y, como no escuchamos más gritos, creímos que sus padres habían aceptado la situación.

 

Bueno, que al abrir la puerta me la encontré a ella con el niño, les invité a pasar y les ofrecí algo de beber, que ellos aceptaron con gusto. De repente ella me dijo:

 

-Luis, llama a Fran que necesito pediros un favor muy serio.

 

-Vale, lo haré -me levanté del sillón y fui a llamar a Fran, él dejó el ordenador y bajó a ver qué quería pedirnos Lola.

 

-Ya estoy acá -dijo Fran mientras se sentaba en el reposabrazos del sofá en el que estaba yo, automáticamente nos abrazamos y la miramos con gesto interrogante.

 

-Es algo difícil de pedir, pero bueno, aquí voy -la chica tomó aire y nos dijo-: ¿os acordáis del pollo que montaron mis padres cuando se dieron cuenta de mi embarazo? Pues me pidieron que eligiera, ahora que sé que espero una niña, he hecho mi elección.

 

-¿Y a quién has elegido? -le preguntó Fran que, al no tener las manos juntas para retorcerlas, me retorcía el cuello con la que tenía libre, pero no lo hacía con mucha fuerza, con lo que terminaba siendo un masaje, muy placentero, por cierto.

 

-He decidido que me quedo con la niña, pero no sabía qué hacer con el niño, así que he pensado que tal vez vosotros querríais adoptar a mi Camilo…

 

-Sería un honor -dijo Fran-, siempre habíamos querido tener un hijo, pero no se había presentado la oportunidad…

 

-Pero, -intenté poner las cosas en claro- tenemos un par de condiciones: lo haremos legalmente, ante el juez y tal, eso por un lado y, por otro, bueno, más que una condición, es un favor que te pedimos, nos gustaría que visites a Cami de vez en cuando, que nosotros seamos sus padres no quita que seas la madre que lo parió… -qué más hubiera dicho, nunca lo dije, porque Lola se lanzó sobre nosotros y nos dio un abrazo impresionante…

 

Os cuento cómo es nuestro hijo, es un niño precioso, blanquito de piel, no sé si su estatura es acorde a su edad, pero me parece que será alto, tiene el pelo castaño y, lo más bello de su carita de ángel: unos ojos verde esmeralda que te miran con un cariño y una inocencia acojonantes.

 

Bueno, un par de días después nos fuimos al juzgado y arreglamos todos los trámites de la adopción, nuestro hijo ahora es Camilo García Martínez. Esto nos llenó de alegría (es cierto eso que dicen que todo hijo es una bendición) y llamamos a los chicos para celebrar, nos llevamos una gran sorpresa, porque Javi no apareció solo, sino con una chica llamada Marta que era su mejor amiga, sí que hace amigas rápido el tío, ¿no?

 

 

 

Chris

 

A mediados de septiembre, es impresionante la de gente que hay en los Mercadona aprovechando las ofertas, pero bueno, hay que hacer la compra…

 

En la única caja abierta a esa hora, estaba un chico que me sonaba de algún sitio, pero ni idea… bueno, él fue muy amable conmigo cuando me atendió y tal, pero me descolocó al final, cuando me dijo “es un placer verte, Chris”.

 

-¿De dónde te conozco? -sí, vale, a veces soy un poco borde…

 

-Digamos que hicimos negocios en México, soy Alberto…

 

¡Coño! ¡Alberto! El tío era uno de mis clientes, el más guapo y el único que no me trataba como una mierda, de hecho siempre me pedía o beberse mi leche, o que me corriera en su mano para asegurarse que al menos yo disfrutaba un poco. Es un chico de 1,70, pelo negro, ojos marrones, una piel tostada, pero sin exagerar, el cuerpo definido, pero no marcado, yo no diría que fibrado, pero casi…

 

-Oye, Chris, ¿nos podemos ver en cinco minutos? Justo tengo una hora libre para comer y quisiera decirte algo muy importante para mí…

 

-Vale, te espero fuera -no tengo ni puñetera idea de qué quería decirme, pero daba igual, Ale estaba en la universidad y yo comería solo.

 

-Gracias, tío.

 

A los cinco minutos salió, lo sé porque eso me dura un piti, así que lo tengo medido jajaja. Bueno que el tío se me acercó y me dijo:

 

-Chris, yo sé que no nos conocimos en el mejor momento ni el mejor medio, pero, ahora que los dos hemos dejado eso atrás, quiero decirte algo que me he callado todo este tiempo y que me está matando -el chico estaba muy nervioso, jugueteaba con su carnet de identificación mientras hablábamos y yo ya temía que lo partiera o lo lanzara por ahí.

 

-Dime, hombre que te escucho lo que sea -le animé a continuar.

 

-Güey, es que me enamoré de ti, sé que es tontería, pero yo contigo experimenté algo que no conocía: interés por el otro, que es posible amar a alguien que no sea yo, estoy impresionado, no lo puedo creer, es que es una maravilla -intentó besarme, pero lo rechacé.

 

-Tú lo has dicho, Alberto, ahora todo ha cambiado, yo creo que estoy con alguien, pero la verdad me dejas confundido, déjame pensarlo, ¿vale?

 

-Vale, Chris, no me esperaba ni siquiera eso, la verdad.

 

Nos despedimos y me fui a casa. Es cierto, creo que amo a Ale, pero Alberto fue quien me dio la esperanza para salir de ese mundo, él me pagaba el doble de lo que me exigía mi “jefe” para que pudiera sobrevivir, estudiar y ahorrar. Fue alguien muy especial, pero como creía que nunca le volvería a ver el pelo, no había vuelto a pensar en él. Ahora todo era un lío en mi cabeza… un mexicano y un venezolano metidos en mi corazón no era tanto el problema, el problema es que no sabía a quién amaba realmente…

 

 

 

 

 

Capítulo 12

 

Tavo

 

[Léxico de Tavo: vara = cosa; carro = coche (para los de la LOGSE); mae = amigo, persona, idiota]

 

[Para esta escena, si queréis, podéis tener presente “Sin ti no soy nada” de Amaral]

 

Todo estaba negro, recuerdo que estaba en el quirófano, que me pusieron una vara como una mascarilla que me noqueó, no recuerdo nada más, hasta que me desperté allí, no sé dónde putas, pero estaba tirado en el suelo de una calle y había una vara como un carro blanco, juraría que era una Hummer o algo así. Justo en este momento (no sé hace cuánto desperté, no tengo ni idea del tiempo y, ahora que me fijo, no tengo reloj… ¡ni ropa!, ¡estoy desnudo en medio de una calle!), en este instante, se abre la puerta del copiloto y se baja un mae alto, rubio con una ropa blanca que no me deja apreciar su cuerpo y me dice:

 

-Si ya no te queda nada por lo que luchar, sube.

 

Mientras decía esto, tendía su mano hacia mí, en ese instante me percaté que a mis espaldas no seguía la calle, sino que lo que veía era una vara como un cuarto de hospital y a un mae sentado junto a otro y tomados de la mano…

 

En el rato que me hacía a la idea de todo esto, vino a mi mente un flash, un par de ojos, grises como el cielo en día de tormenta y recordé un día de mi infancia:

 

RECUERDO:

 

Había un campamento Scout internacional en Bogotá, no recuerdo de qué, pero como también había actividades para sección menor [niños], pude ir, el campamento estuvo fenómeno, de los mejores de mi vida, pero lo importante vino después…

 

Íbamos por la calle cuando pasamos junto a un parque que tenía un lago y vi a un chico con un curioso uniforme color rosa, yo tenía unos 9 años y no tenía idea de lo que es una enfermedad rosa, así que me acerqué a él y le pregunté su nombre: Álex. Nunca lo olvidaré, él no era mucho mayor que yo, o eso creo, pero en su cara se veía el dolor, el sufrimiento, era un adolescente, casi un niño, que había sufrido lo que muchos adultos ni se imaginan…

 

Estuvimos hablando un rato, él me señaló la microbús de su internado y la razón del uniforme, no lo entendí, ahora sí, pero de todas maneras me conmovió…

 

FIN DEL RECUERDO

 

Claro que en ese entonces Álex ya estaba contagiado, pero yo no le entendí lo que era el SIDA, sólo entendía que él estaba enfermo de amor y eso es algo que sólo ahora entiendo, “quiere hasta que duela, ama hasta que te sientas morir” como decía mi padre.

 

Entonces tomé una decisión, me levanté y…

 

 

 

Manu

 

Vale, vale, me estaréis odiando, aunque no tanto como yo mismo, dos meses internado y nadie sabe cómo me seguía drogando, es algo que no quiero hacer, pero mi cuerpo me lo exige, si no snifo mi coca diaria, siento que me muero, sé que es un engaño de la misma adicción, pero nunca he podido estar más de tres días sin consumir...

 

Bueno, a lo hecho, pecho, ya no queda de otra, esta vez sí que hice lo que tenía que hacer: le di todo, todo, TODO mi dinero a Sarita y mis reservas de coca al personal de la clínica, así que ya no puedo conseguir más... pero Sarita discutió conmigo y me dejó, me dijo que no me volvería a ver hasta que no me tomara las cosas más en serio, ahora estoy hecho polvo, tengo un mono increíble (llevo cuatro días sin snifar) y mi novia me mandó a la mierda, me siento fatal, si no fuera porque va a volver cuando deje la droga definitivamente, es que no tendría ningún sentido seguir en esto...

 

 

 

Sara

 

Me costó mucho, pero lo tuve que hacer, el médico que trata a Manu me dijo que Manu no ha mejorado nada su situación porque lo tiene todo: tiene sus drogas y tiene su novia, así que, ya que él entregó libremente las drogas y el dinero, ahora me tocaba a mí hacer lo difícil: cortar con él hasta que termine el tratamiento y no irlo a visitar, a menos que ellos me lo digan. Eso me partió el alma, porque lo amo más que a mí misma, pero es por su bien y si me tengo que quedar seis meses en Zaragoza en casa de mi tío mientras él se recupera, lo haré. Me dolió mucho decirle que no lo quería volver a ver hasta que dejara las drogas, pero es lo que él tenía que oír, claro que mi corazón salió roto en cien mil pedazos, pero lo hago porque lo amo.

 

 

 

Javi

 

[Para esta escena, os recomiendo “Marta” de Ricardo Arjona]

 

Bueno, la verdad es que Marta es una chica impresionante, pero la conocí en unas circunstancias…

 

RECUERDO [a principios de octubre]

 

Estaba yo en un bar cerca de Recoletos, cuando me quedé viendo una chica en la barra de un bar, llevaba un vestido azul muy llamativo, sobre todo por cómo resaltaba su figura y sus ojos… cuando le pedí salir conmigo estaba sonando “Lo busqué” de Ana Bárbara y ella me dijo: “esta es mi respuesta: busqué el amor hasta debajo de la cama y me lo encontré en la barra de un bar”, luego me besó…

 

FIN DEL RECUERDO

 

Bueno, que al final nos hicimos novios y descubrí que era una de las strippers del bar de al lado, pero logré convencerla y esa noche la pasó conmigo… fue maravilloso, después de casi cinco años sin mojar, fue como perder la virginidad de nuevo…

 

Ella había estado en varias ciudades, tratando de que alguien se fijara en ella y la sacara de ese mundo, ella quería ser modelo, no puta, pero nunca se había enamorado, hasta ese momento, aunque luego descubrí que andaba en las mismas que el Manu, entre snifar y pastillas, se pasaba el día en una nube…

 

Hace un par de semanas, a mediados de noviembre, me llamaron del hospital de las Américas para decirme que la acababan de ingresar en estado de coma y el único número que tenían de contacto era el mío.

 

Salí para allí y cuando la vi, en la UVI, sentí cómo mi alma caía al suelo, ella estaba casi al borde de la muerte cerebral. Al entrar nos dejaron solos, creyeron que estábamos casados y me dejaron despedirme.

 

Me senté a su lado y empecé a tararear “Lo busqué” de Ana Bárbara, la canción que selló nuestro noviazgo, ella despertó, me dijo: “cabrito, ¿qué haces aquí?”. Apenas tuve tiempo de contestarle “te amo” y ella sonrió y murió.

 

Salí de allí destrozado, no podía más, no sabía qué hacer, pero esto no se quedaba así...

 

 

 

Luis

 

No hay nada más tierno que un niño, dicen, y es muy cierto, hace un mes que adoptamos a Cami y estoy como loco, lo amo casi tanto como a mi Fran…

 

Normalmente, nos levantábamos tarde (ventajas del paro) y después de ducharnos y desayunar, salíamos con el niño al parque, así hacía amiguitos jajaja, después volvíamos a casa para comer y nos echábamos la siesta. Ya por la tarde, uno de los dos se quedaba con Cami y jugaba con él o lo sacaba por allí mientras el otro iba a echar currículums o pedir trabajo porque ya se nos acaban los ahorros y necesitábamos trabajar.

 

Había hablado con mi padre para que ayudara a Chris y le consiguió un sitio en una empresa como asistente del abogado, no es la gran cosa, pero para empezar no estaba mal, sin embargo, mientras buscaba algo para él, encontró algo para mí: una colega suya que estaba dispuesta a pagarme como si fuera un contable titulado si trabajaba para ella y continuaba mis estudios, la verdad era una oportunidad de lujo y me quedaba un sueldazo libre, porque ella me consiguió una beca en la UNED [Universidad Estatal a Distancia] y podía estudiar en casa o en el trabajo, porque realmente no tenía mucho qué hacer.

 

Lo hablamos Fran y yo y tomamos una decisión:

 

-¡Fran, tengo trabajo! -le dije yo desde la puerta.

 

-¡Papi tiene trabajo! ¡Papi tiene trabajo! -Cami, que estaba jugando con sus cochecitos en el salón salió gritando hacia la cocina, donde estaba Fran. Fran salió secándose las manos y tratando de no arrollar al niño mientras corría hacia mí y me besaba y me decía:

 

-Amor, cuéntame, que me muero por saber.

 

Fuimos los tres a la cocina (Cami no sabía de qué hablábamos exactamente, pero nos veía felices y quería disfrutarlo también), una vez allí, nos servimos algo de beber y le conté a Fran y a Cami toda la situación y cuando hablé de mi salario le dije a Fran:

 

-Así que podrás estudiar matemática, tal como querías, en la UNED y estar con nuestro Cami en casa, además que ya Cami tiene que ir a la escuela el próximo curso… -Fran se lanzó sobre mí y me dio un beso de los suyos, luego simplemente se quedó allí, abrazándome, yo le correspondí ambas cosas encantado, me encanta cuando estamos juntos, así, uno abrazado al otro, expresándonos amor sin tener que hablar.

 

De repente noté algo en mi cintura, un par de manitas que también querían abrazarme, tomé a Cami, que se había acercado a nosotros y lo senté en mi regazo, Fran me volvió a abrazar, pero esta vez, el niño estaba entre nosotros y nos daba pequeños besitos, supongo que pretendía dárnoslos en la mejilla, pero no llegaba más arriba del cuello. Yo me separé de Fran y abracé a nuestro hijo, luego le di un beso en la frente y le revolví el pelo y le pregunté:

 

-Hijo, ¿sabes por qué tu papá Fran y yo estamos tan felices?

 

-Algo de un trabajo y estudiar y que yo vaya a la escuela, pero no entiendo por qué estáis felices si nos vamos a ver menos tiempo… -una lagrimita rodó por su mejilla, yo intenté explicárselo, pero al final Fran se lo hizo entender:

 

-Cami, si tu papi Luis trabaja tendremos dinero, así no tendremos que estar yendo a casa de tus abuelos o de tus tíos -se refería a los chicos- a comer todos los días, sino que vamos a poder comer como la familia que somos; además si tú y yo estudiamos, vamos a aprender muchas cosas, tú aprenderás a leer y escribir, por ejemplo, entonces podrás leer los cómics de Inu Yasha que tanto te gusta que te lea…

 

Eso bastó para Cami, que todavía estaba sentado sobre mí, cuando Fran le dijo lo de Inu Yasha, él le tendió sus bracitos y cuando Fran lo cargó, le dio un abrazo y un beso muy tiernos que me llenaron de agua los ojos, es que mi novio y nuestro hijo son muy tiernos y logran conmoverme el alma con sus ocurrencias…

 

 

 

Fran

 

Vaya, así que por fin las cosas mejoran… lo que Luis no sabe es que yo le doy clases de matemática a algunos chicos del edificio y, la verdad, me está yendo bien, así que algunos lujos que nos hemos dado son por eso, jajaja, se lo contaré esta noche mientras festejamos su nuevo empleo…

 

Pero no todo es color de rosa, hoy recibimos una carta de su abuelo paterno:

 

Querido Luis, ya sabes que nuestra familia siempre ha sido muy reconocida dentro de nuestro grupo de la Iglesia y, hablando con tu padre, me ha contado que tienes una situación irregular con un chico, incluso que habéis tenido la osadía de retar a Dios adoptando a un niño. No es que me preocupe por lo que hagas, realmente desde que conociste a ese tal Francisco he sabido que terminarías haciendo lo que él quisiera, pero no te voy a permitir que contamines la fama que tanto me ha costado hacerme dentro de la Iglesia, así que, o dejas a ese chico o te desheredo, ya no serás más un Martínez para mí.

 

Con todo mi cariño,

 

Tu abuelo,

 

Juan Martínez

 

La alegría de hoy no fue oscurecida por esa noticia, contrario a lo que podría parecer, sino que nos impulsó para escribirle una respuesta en la que Luis, muy diplomáticamente, lo mandaba a la mierda y le decía que todo el orgullo familiar que él había creado y que pensaba que yo obligaba a Luis a “contaminar” no era más que un engaño suyo, que la Iglesia no lo rechazaba por amarme y que nunca iba a renunciar a nuestro hijo (le dijo todo lo que nos había dicho Javi y más). Fue una carta salida de su corazón y que provocó la “fiesta” que tuvimos esa noche luego de que Cami se durmió.

 

Salimos de la habitación del niño sin hacer ruido y cerramos la puerta de nuestro cuarto (sin pestillo por si algo le sucedía al niño). Ya todo dispuesto, nos empezamos a besar y desnudar…

 

Yo le comí toda la cara, especialmente sus orejas, que es su punto débil, luego él me comió enterito, deteniéndose en las tetillas, como tanto me gusta.

 

Pronto me estaba comiendo su verga y él la mía, un 69 de infarto, yo le besaba el glande, el tronco los huevos, luego me la metía toda en la boca de una vez, mientras, un dedo mío acariciaba su agujerito y él me daba el mismo trato, aunque no me tocaba el culito. En cero coma, Luis había acabado en mi boca, me bebí todo su néctar que era la gloria para mí y nos besamos, pronto me ofreció su culito, que yo me comí con el mayor de los gustos, lamía ese agujerito, seguía sus pliegues le daba algún mordisco en las nalgas… pero no aguanté mucho las ganas y rápidamente estaba mi polla intentando traspasar su esfínter. Nunca me ha hecho mucha gracia la posición de “perrito” así que no duramos mucho así, le pedí que se acostara boca arriba, tal como la primera vez que lo penetré y ahí sí que lo follé a gusto, además podía besarlo cuanto quisiera y sus besos siempre me han vuelto loco.

 

Cuando no pude más y acabé, Luis acabó conmigo, fue magnífico.

 

Pero no nos duró mucho, cuando ya nos estábamos durmiendo, oímos unos golpecitos en la puerta, nos vestimos y fui a abrir, era Cami:

 

-¿Qué te pasa, hijo?

 

-Papá, no puedo dormir, ¿puedo dormir con vosotros?

 

-Claro que sí, Cami, ven -le dijo Luis.

 

Nos volvimos a acostar, pero esta vez con el niño entre nosotros, así nos dormimos y amanecimos abrazados los tres, fue una gran noche…

 

Chris

 

No sabía qué hacer, vivo con Ale, pero Alberto siempre ha despertado emociones en mí que nunca he sentido por nadie más, ni siquiera por Will, pero ¿cómo le digo a Ale?

 

Bueno, un día volvía del trabajo y me encontré a Ale en la calle, él me vio preocupado y ya no podía más, así que se lo dije. Ale reaccionó mucho mejor de lo que yo esperaba, sólo me pidió tiempo para irse a su residencia de estudiantes y eso hizo. Ahora estaba solito en mi casa y sin saber qué hacer; por lo pronto, resolvería una cosa pendiente, cogí mi ordenador y le escribí un correo a Dan y Will:

 

Chicos, sé que probablemente no querréis saber nada de mí, pero necesito deciros esto:

 

PERDÓN

 

Sé que probablemente arruiné vuestras vidas, pero yo también he pasado por muchas cosas y he aprendido a valorar las cosas que tuve, ahora sé lo importante que fue vuestro amor, que yo me encargué de destruir y sé lo invaluable que fue la amistad con Will, no puedo creer que también pudiera destruir eso. De veras que me arrepiento, chicos, espero que algún día podáis perdonarme.

 

Con mi más sincero arrepiento,

 

Christian

 

Al día siguiente recibí la respuesta de Dan, me contaba todo lo que había pasado, el psiquiátrico y todos los problemas con su padre, cómo por todo lo que habían pasado ahora podía estar con su amado Carlos, cómo Will era su hijo y había encontrado el amor con Miguel, también me dijo que me perdonaba todo lo que había sufrido por mi culpa y me pedía perdón por todo lo que me había odiado en esos años. Además me decía que decía Will que él tampoco tenía ningún problema conmigo y que volvíamos a ser amigos como siempre.

 

Esta respuesta tan sincera fue lo que me decidió a luchar por el amor, creo que Alberto es sincero, además con Ale nunca pasó de una mera relación sexual, Ale dice que se enamoró de mi mirada, pero nunca fue muy detallista conmigo, no al menos como a mí me gustaría.

 

Al día siguiente de que Ale se fue a su residencia, me fui al Mercadona y hablé con Alberto, él contentísimo, pero no quiso venirse a vivir conmigo todavía, digo que quería empezar de cero conmigo y conquistarme como si nunca nos hubiésemos conocido. Empezamos a salir y pronto le pedí que fuera mi novio.

 

Los chicos entendieron mi situación y, precisamente por eso, cuando me invitaban a mí no invitaban a Ale y al contrario, para evitarnos problemas y poder madurar nuestras decisiones.

 

 

 

Ale

 

Chris me dejó, no podía creerlo, ese chico al que amaba con toda mi alma, me dejaba por uno de sus antiguos clientes. Pero bueno, por ahora tenía que preocuparme más por las propiedades del agua, los estados en que se encuentra en estado natural, que es incolora, inolora [que no inodora], insabora, etc…

 

De ese trabajo sobre las propiedades del agua depende mi futuro en la universidad, así que por ahora dejaré todo esto de lado, sé que será peor porque las cosas que se entierran se pudren, pero no puedo hacer nada más.

 

Lo peor de todo: un chico de mi clase, un tal Federico, empezó a tontear conmigo, pero no estoy como para eso, mientras logro aclarar mi cabeza, me haré el sueco, le haré pensar que no me doy cuenta de que tontea conmigo.

 

 

 

Dani

 

Otra vez en el hospital, mi Tavo sigue en coma, los médicos no han podido hacer nada por él, estoy empezando a desesperarme, ¡no puedo seguir así!

 

Pero hay una esperanza, un día vi que Tavito movía una pierna, así que llamé al médico, las enfermeras y hasta a Dios, pero me dijeron que era una falsa alarma, era un movimiento mecánico del cuerpo que no indicaba nada, pero que era un rayo de luz en medio de tanta oscuridad, si él hacía todavía esos movimientos era posible que despertara.

 

 

 

Tavo

 

[De fondo para esta escena recomiendo de corazón: “Nunca te olvidaré” de Enrique Iglesias, cuando estéis llorando sabréis por qué]

 

Entonces tomé una decisión, me levanté y lo vi, ahí estaba él, Álex, mirándome, justo al lado del rubio con ropa blanca. Álex vestía su inseparable uniforme rosa, pero, al contrario que cuando lo conocí, se veía alegre, radiante.

 

-¿Qué has decidido? -me preguntaron los dos.

 

Quise abrazar a Álex, pero me detuvo:

 

-No me toques, porque eso es el signo de tu decisión, si tomas su mano -señaló al rubio- te irás y nunca volverás, si me abrazas, podrás volver con él -señaló la habitación del hospital, en ese momento me di cuenta de que me veía a mí mismo en la cama del hospital y a Dani sentado junto a mí, con mi mano entre las suyas y diciéndome cuánto me ama.

 

-¿Podemos hablar a solas, Álex, por favor? -sólo él, que ha pasado por lo mismo, sabría cómo ayudarme, menos mal que eso no le estaba prohibido, asintió y nos alejamos un poco del rubio y su coche.

 

-Dime -Álex se veía ansioso y la verdad es que no me sorprendía, ahora yo debía tomar la misma decisión que él, luchar por el amor o dejarlo ir, con la diferencia de que yo tenía una segunda oportunidad para estar con mi Dani.

 

-Si estuvieras en mi lugar, ¿qué habrías hecho? -le pregunté.

 

-Exactamente lo mismo que hice, cumplir mi promesa, le juré a Cami que lo esperaré incluso después de la muerte y eso hago… -una lágrima rodó por su mejilla.

 

-Pues yo he jurado amar hasta que la muerte nos separara, pero ahora no quiero que la muerte nos separe, ¿qué hago, Álex?

 

-Tavo, Tavo, Tavo, si es eso lo que sientes, sólo hay una opción posible: la vida, el destino, la muerte, quién coño sea, te ha dado una segunda oportunidad, tómala y lucha por tu amor, no lo dejes ir, sino estarás como yo, en medio de la nada con sólo sus esmeraldas viéndome, sabiendo que sufre horrores porque no pudo hacer nada por mí, pero que todavía me ama, no sabes lo que es ver esas esmeraldas que todas las noches lloran por mí y no poder hacer nada por él, por Cami, lo amo tanto, pero no puedo hacer más que esperarle aquí hasta que el “rubio”, como le llamas, venga a por él, me destroza el corazón -Álex ya lloraba abiertamente y yo con él, pero no podíamos consolarnos sin tocarnos, cómo me habría gustado abrazarle y decirle que cuente conmigo, pero no podía…

 

Mis zafiros derramaban agua como si fueran dos cascadas, no podía creer lo que sufrían Cami y Álex, pero una cosa era segura, yo no podía permitir que mi Dani pasara por lo mismo, así que me reafirmé en la decisión que había tomado y abracé a Álex, de inmediato, sentí una opresión en mi cuerpo y cómo me ahogaba, así que intenté respirar y sólo logré toser, de inmediato estaba el personal del hospital a mi alrededor y me dijeron que era un milagro que estuviera bien, que me dejarían a solas con mi esposo.

 

-Te amo -fue lo único que me pudo decir Dani y nos fundimos en el mejor beso de mi historia. En mi interior pude sentir cómo Álex sonreía…

 

 

 

Javi

 

Marta ha muerto, no lo puedo creer la primera chica con quien me lío después del seminario, la chica que parecía ser el amor de mi vida, la chica a la que le entregué todo mi corazón, ahora está muerta por culpa de las drogas.

 

Es que soy gilipollas, no tengo futuro, no sé hacer nada, la única chica que me ha gustado está muerta y los chicos, aunque intentan apoyarme, están demasiado ocupados en sus cosas como para que yo me desahogue con ellos, no sería justo recargarlos con mi culpa y mi estupidez…

 

 

 

Dani

 

Hoy tengo que ponerme guapo, así que nada más levantarme me encaminé a la ducha, me lavé a fondo y me aseguré de no dejar rincón de mi cuerpo sin lavar, sobre todo mis genitales y mi culito, porque hoy le dan el alta a Tavito y vamos a festejar por todo lo alto, después de varios meses en coma debe tener unas ganas increíbles de estar conmigo, igual que yo las tengo de estar con él… me terminé de duchar y desayuné lo que me encontré en mis prisas, mamá dejó unas magdalenas y café a la vista porque sabía que yo tendría prisa por estar con mi esposo, lo que no me esperaba era que Iván estuviese allí:

 

-Hermanito, ¿qué narices haces aquí? ¿No tenías clase hoy?

 

-Claro que sí, pero convencí a papá que llamara diciendo que estaba enfermo para poder acompañarte a recoger a Tavo, total mi cuñado se necesitará alguien que lo rescate de tus labios, ¡últimamente te pasas el día besándolo! -en eso tenía razón, desde que Tavo despertó, hace unos cuantos días, me la paso besándolo, es que quiero darle todo el cariño que sólo pude expresar con llanto mientras él estaba en coma.

 

-Vale, vale, pues vámonos más rápido que veloz, que quiero tenerlo lo más pronto posible en casa…

 

-¿En casa o en tu cama? -Iván me interrumpió adivinando mis pensamientos ¿eran tan obvios?

 

-Las dos, ya no eres un crío y supongo que no te sorprende, ¿o sí? -vamos que si él se pone en ese plan yo le seguiré el juego, así se moverá más rápido e iremos a por Tavo más pronto jajaja

 

-No quiero detalles, vamos -mi plan funcionó, ahora no querría hablar del tema y nos iríamos al hospital a toda leche jajaja

 

Iván insistió en conducir y yo le dejé, total lo importante era traer a mi esposo a casa, no quién conduce el coche de mamá. Llegamos al hospital y dijimos que estábamos allí para recoger a Tavo y nos indicaron que el señor Gustavo Enrique Rojas Jiménez bajaría listo en cualquier momento, por lo cual nos sentamos a esperarle. En menos de cinco minutos Tavo estaba allí, vestido bien guapo y con una sonrisa de oreja a oreja. Apenas lo vi me lancé a él y nos besamos como la primera vez: con ansias de conocer la boca del otro y no por buscar sexo, sino sabiendo que somos totalmente el uno del otro y cuando Iván y la enfermera nos separaron nos fuimos a casa, o eso creía yo…

 

-¡Eh, Tavo! ¡Que te piras sin que nos diéramos cuenta! -gritó una voz familiar justo cuando estábamos por subirnos al coche...

 

-¡Luis! -Tavo lo identificó de inmediato- ¡Fran! ¡Mau! ¡Clara! ¡Javi! ¡Estáis aquí! ¿Sara y Manu siguen fuera? -esto último me lo preguntó a mí directamente, asentí por toda respuesta- pues nada, ya les llamaré a ver cómo están ese par de bichillos…

 

[Bichillo: palabra tica -costarricense- que designa a alguien de tu misma edad o menor, pero que te cae bien]

 

-Bueno, pareja del año, -dijo Javi- no os creáis que os ibais a librar así de fácil de nosotros, hala, vamos a vuestra casa para celebrar adecuadamente.

 

Obedecimos y nos fuimos a casa, una vez allí los chicos sacaron las “provisiones” que traían en sus coches y nos montamos una buena fiestorra de bienvenida para Tavo, quien se llevó una buena sorpresa cuando una vocecita preguntó:

 

-Papá Fran, ¿por qué la fiesta?

 

-¿Y este güila? -inquirió Tavo [güila: niño (a), puede ser cariñoso o despectivo, también es usado para designar a alguien menor que quien usa la palabra].

 

-Cami, ¿Te acuerdas que te contamos que tu tío Tavo estaba enfermo? Pues ya está bien y la fiesta es por eso, ven dale un besito -dijo Luis mientras cargaba al enano.

 

-¡Tío Tavo! ¡Te quiero! ¿Tú eres el esposo de mi tío Dani, verdad? -nada tonto el crío jajaja

 

-Sí, Cami, soy el esposo de tu tío Dani y te quiero un montón, estos ojitos verdes me recuerdan al amor de mi mejor amigo, además se llama Cami, igual que tú…

 

-¿Y quién es tu amigo? -preguntó Javi.

 

Tavo nos contó de Álex y cómo lo conoció en Colombia, mientras paseaba por Bogotá después de un INDABA internacional [campamento Scout] y su cruel destino de morir por amor y cómo le reencontró estando en coma y le contó cómo era fiel a su promesa y cómo pese a todo lo amaba y sufría con él esa amarga espera. Mientras Tavo contaba eso todos llorábamos, incluso Cami, quien estaba en el regazo de Tavo, dejando que su nuevo tío lo mimara jugando con su pelo, entonces Tavo puso al niño en el suelo y dijo:

 

-Chicos, he tomado una decisión, mi próximo relato erótico será para darle a conocer al mundo la historia de Álex y Cami, si tengo un poco de suerte, lograré contactarlo y hablar con él un poco de Álex, en el mejor de los casos podré consolarlo un poco y que los dos sufran menos y si no consigo nada, al menos el mundo conocerá una historia de amor que vence a la muerte y que existen dos caballeros que cumplen sus promesas…

 

Tavo se subió a mi habitación y yo me quedé con los chicos, los cuales tenían la misma cara de póker que yo, con lo cual todos terminaron por irse, excepto Luis y Fran, porque Cami quería despedirse de su tío Tavo.

 

 

 

 

 

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[Esta escena va dedicada de forma exclusiva a Camilo Andrés, que me preguntó lo que yo creo que piensa Álex desde el más allá, pues aquí está mi respuesta:]

 

Álex [MAC]

 

[Una escena única requiere una canción única, no sé ni el nombre ni el cantante, pero os digo dónde encontrarla: es el openning de la primera temporada de Digimon]

 

¿Lamer, chupar, sorber, follar? / Hicimos todo eso claro, pero falto lo importante… amar… / Una corrida en eso termina el sexo. / ¿Sexo? Para ti solo fui eso ¡sexo!... / ¿Hicimos el amor? / No, no lo creo todo fue un desfogue de energía” [mirad Poema al destino de Álex (M A C) de Camilo Andrés]

 

 

 

Algo así escribió Camilo en un poema que me dedicó y tiene toda la razón, entre el que me contagió y yo no hubo más que sexo, por mucho que yo lo amara. Fue él, Cami, quien me mostró lo que es el amor verdadero, aunque fuera al borde de la muerte y si tuviera que volver a pasar por todo lo que he pasado sólo por ese breve momento, lo haría sin dudar. Lo que Tavo hace por nosotros es el mayor gesto que haya visto, intentar consolar un poco a Camilo haciéndole saber que yo también lo amo, que su sufrimiento no es en vano es invaluable para mí, pero nada cambiará que la muerte nos separa y que, cuando nos permita estar juntos, Cami deberá elegir entre los tres y entonces el destino de los cuatro quedará sellado por toda la eternidad, pero aún así yo le amaré siempre, porque él es Amor, tal como lo llamé la primera vez que lo vi. Es amor puro, no es simple pasión, ni deseo de ir a la cama sin más ni más, no, él ama y lo demás viene por añadidura. Es único y debe saberlo, debe saber que no hay otro como él, igual de fuerte, un escudo dispuesto a luchar contra viento y marea por defender a quien ama incluso de sí mismo, es el mejor hombre que he conocido y espero que pueda ser feliz… ¿con Felipe, su primer amor?, ¿con Daniel, el que le enseñó a luchar?, ¿conmigo, el chico que murió por amor? Me da igual, mientras sea feliz me da igual, lo importante para mí es que me permita amarlo y que sea feliz, conmigo o sin mí.

 

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[Volvemos al curso normal del relato]

 

 

 

Dani

 

Al final el niño nos convenció con su carita de cachorro y le dejamos ir a despedirse, cuando iba a medio camino se volvió corriendo y, riéndose, se escondió detrás de Luis.

 

-¡Te pillé, Cami! -dijo Tavo entre risas mientras lo cargaba y lo llenaba de besos.

 

Entre risas y juegos el niño y sus padres se terminaron por ir cuando Luis dijo que tenía que llevar a Fran y al niño a casa para luego irse al trabajo, ya que sólo le dieron la mañana libre para recibir a su mejor amigo que salía del hospital.

 

 

 

 

 

Tavo

 

Ya sé que no elegí el mejor momento para ponerme a publicar un relato, pero si no lo hacía en ese momento no lo haría nunca, mi nuevo (y único) sobrino, Cami, me recordaba mucho a Camilo y quería hacer eso por Álex, quien ahora ocupa un lugar muy importante en mi corazón: es quien me anima a defender mi amor y a luchar porque mis amigos sean felices. Claro que él también es mi amigo, así que, por regla de tres, me creía en mi deber de hacer algo por él y no se me ocurrió nada mejor. Cuando la página me dio el mensaje de que el relato fue correctamente enviado y que sería publicado después de una revisión me metí a la ducha, todavía me sentía con olor a hospital y necesitaba quitármelo de encima, así que eso hice, me bañé a conciencia y me preparé para festejar a solas con Dani, además de una sorpresa que tenía para él, claro, pero justo iba saliendo a buscarle al salón cuando vi al niño y me puse a jugar a perseguirle y jugamos un rato hasta que se fueron. Después de ellos se fue Iván, diciendo que al menos iría a las clases de la tarde y no se quedaba tan atrás, además que estaba seguro que preferiríamos estar solos. Se lo agradecimos y mi cuñado se dio el piro.

 

-Ahora sí, amor, vamos al cuarto que tengo algo para ti…

 

Ya en la habitación, nos desnudamos y empezamos a besar, no hizo falta mucha estimulación para que nuestras pollas estuvieran en todo su esplendor. Dani me la comió como nunca, me hizo gozar tanto que terminé por correrme en su boca, una vez me hubo asegurado que el día anterior había ido al dentista y no corría ningún riesgo. Luego le di el mismo tratamiento y me bebí toda su lefa. Después Dani me ofreció su culito y me lo comí, no podía creer las ganas que tenía de él desde que nos internamos para operarnos hace cuatro meses y que el tiempo en coma no había borrado, al contrario, las había intensificado exponencialmente. Finalmente me puse el condón apunté a su agujerito y logré meter la cabeza de mi pollón sin mucha dificultad, de inmediato Dani empezó a gemir y a decirme cuánto le gustaba y que había extrañado mucho mi polla que no podía creer cómo había sobrevivido todo este tiempo sin follar; eso me puso a mil (más de lo que estaba) y pronto terminé acabando en el condón; Dani iba a cascársela para terminar, pero lo detuve:

 

-Amor, quiero saber qué es lo que sientes cuando tienes mi verga dentro que te hace gozar tanto, anda, hazte cargo de mi virginidad…

 

Dani no me dejó terminar, se lanzó sobre mí y me empezó a besar y a decirme que me amaba, pronto me puso en cuatro y se comió mi culito, se sentía maravilloso, era un placer que sólo una vez me habían dado y que ya había olvidado, pero que era majestuoso, encima Dani me metió un dedito que curioseaba mi recto intentando dilatarlo y cuando creyó que ya estaba suficientemente dilatado, otro dedo se unió a la fiesta, me dolió un poco, pero el placer de fondo era mayor y de verdad quería darle mi virginidad a Dani en ese momento, así que no me importó ese mínimo dolor. Pronto me dijo que me acostara de lado y levantó mi pierna, dejando expuesto mi hoyito, se puso un condón y me preguntó que si estaba listo, le dije que sí y empezó a intentar meter su polla dentro de mí, la cabeza entró con un poco de dificultad y me dolió bastante, pero me controlé y no necesité decirle que fuera despacio porque Dani paró hasta que sintió que mi esfínter no se le resistía y fue metiendo despacio todos sus 19 cm hasta que sentí sus bolas en mis nalgas y sólo pude soltarle un “te amo” entre suspiros, no porque me doliera, sino porque era un placer indescriptible, tendréis que probarlo para saber de lo que hablo, Dani me besó en la oreja y me preguntó que si me gustaba y le dije que un poco, que me gustaría más que se moviera un poco y que acabara dentro de mí. Al parecer mis deseos eran órdenes para él ese día, porque de inmediato se empezó a mover, al principio muy despacio, luego aumentó gradualmente la velocidad hasta convertir su tímida penetración en un polvo digno de una peli porno. Iba a decirle que cambiáramos de posición para sentir su verga más adentro cuando empecé a jadear y acabé sobre las sábanas mientras Dani me decía que estaba acabando dentro de mí. Una vez que terminamos de corrernos sacó su verga de mi recién abierto culo y se quitó el condón que tiró a la papelera y volvió y se acostó junto a mí, nos besamos y dijimos al mismo tiempo “te amo” luego nos quedamos dormidos.

 

 

 

Fran

 

¡Qué alegría! Tavo estaba de vuelta, sano y salvo. No cabía en mí de la alegría, tanto que me pasé toda la tarde con Cami, dejando un poco de lado mis estudios, la matemática puede esperar, la familia no. Además esa noche le hice una cena a Luis que se quedó flipando, claro que él me lo recompensó después dándome por culo (literalmente) toda la noche, menos mal que Cami no se despertó, porque dudo mucho que hubiéramos podido disimular mucho delante de él, no es que crea que a los niños no hay que hablarles de sexo, pero una cosa es hablarle de sexo y otra es que el pobre crío, con cinco añitos, se encuentre a sus padres follando como bestias. Bueno que ese día lo disfrutamos mucho, sobre todo la noche, y al día siguiente, sábado, fuimos a casa de Verónica que nos invitó a comer. Al llegar a casa de la madre de Sara, ésta nos recibió muy contenta, ahí estaba toda la peña, incluso Ale, solo, y Chris, con Alberto, lo curioso es que la atmósfera no se veía pesada, al contrario, imperaba el ambiente familiar de siempre.

 

-Chicos, os he pedido que vinierais porque hay algo que tengo que deciros, también a Sara, así que no se me ocurrió otra forma… -empezó a decirnos Verónica en la sobremesa, pero en ese momento sonó el timbre- vaya, parece suizo con esa puntualidad, debe ser Miguel, que le dije que viniera después de que comiéramos para que habláramos.

 

Se fue a abrir la puerta y volvió con Miguel. Todos lo saludamos bastante alegres, incluso Cami, que no protestó cuando Miguel lo cargó para darle un beso en la frente. Sin embargo, cuando el niño sintió sus piecitos tocar el suelo salió corriendo hacia Tavo y le pidió que lo cargara, Tavo encantado, para ser la segunda vez que se veían se habían tomado mucho cariño.

 

-Ya está, chicos, venid al salón -dijo Verónica, ¿en qué momento se fue hacia allí? Seguro mientras yo no le quitaba el ojo a Cami, me da pánico que tire del mantel y le caiga alguna cosa encima…

 

Al final Luis me sacó de mis pensamientos y me llevó al salón de la mano, como si fuera un cieguito, pero en el fondo me gustó, al llegar al salón pregunté a Verónica de dónde habían sacado el sistema de teleconferencia que habían montado y me dijo que se lo había prestado un amigo a Miguel ya que lo que teníamos que hablar era muy importante y no quería que Sara se perdiera detalle, aunque mirara todo desde la portátil de su tío. Finalmente Miguel hizo la llamada y vimos a Sarita al otro lado de la pantalla del televisor.

 

-¡Hola, chicos! ¡TAVO! ¡Ya estás bien! -la alegría de Sara era sincera, pero no completa, nos sorprendió ver que estaba en casa de su tío y no en el hospital y se lo preguntamos, ella nos explicó la situación y nos quedamos sin palabras.

 

-¿Eso significa que el tío Manu sigue enfermito? -la curiosidad de los niños… al menos esta vez sirvió para romper el hielo jajaja.

 

-Sí, mi niño -respondió Sarita con mucha tristeza en la mirada.

 

-Bueno, pero no nos reunimos todos sólo para que me vieras -dijo Tavo, intentando cambiar de tema- Verónica, ¿para qué nos reuniste?

 

-Bueno, realmente yo no tengo nada que decir, es Miguel el que tiene que deciros algo… -contestó Verónica

 

-Veréis -dijo Miguel, un poco sonrojado-, es que le pedí a Vero que se casara conmigo, pero… -no lo dejamos continuar, de inmediato empezamos a felicitarles y demás, incluso Sarita, que puso “Celebremos con gusto, señores” en el portátil para que la oyéramos y que es una canción tradicional mexicana que en algunos sitios de Iberoamérica se usa para dar las felicitaciones, de hecho nos la enseñó Tavo jajaja

 

-Sí, pero le puse una condición -dijo Verónica- que la familia lo aceptara, así que para eso os reunimos, veréis, en principio, es algo que sólo Sarita debería decidir, si lo acepta en la familia o no, pero vosotros… -hizo un conteo rápido- vosotros trece también sois mis hijos de alguna manera, por lo que también tenéis derecho a opinar…

 

-Lo hemos dejado claro con las felicitaciones que os acabamos de dar, ¿no? -dijo Javi- aunque si lo que queréis algo más gráfico, aquí está el especialista…

 

Llamó a Cami y le dijo algo al oído, luego el niño tomó a Verónica de la mano y la sentó en el sofá e hizo lo mismo con Miguel, luego se acomodó entre ellos y les dijo:

 

-Sois novios como mis papás, ¿no? -asintieron los dos-, entonces daros un beso, ¿sí?

 

Ellos, obedientes al niño, se besaron, mientras se besaban Cami se bajó del sofá y volvió donde Javi y le preguntó si lo había hecho bien, por toda respuesta él le dio un beso en la frente y le revolvió el pelo. El niño lo entendió perfectamente y se fue con Luis, quien lo abrazó. Después de eso y de que Sarita ratificara su aprobación nos despedimos y cada quién se fue a su casa…

 

 

 

Ale

 

Me dolió verlo con el tal Alberto, pero se ven tan felices que no me puedo entrometer, pero eso sí, ya no voy a sufrir más por esto, en cuanto termine de hacerme a la idea de que Chris no volverá conmigo, que sus bellos ojos color miel no volverán a brillar cuando me miran, entonces le haré caso a Fede, total él parece querer algo más que sexo casual, ya llevo bastante tiempo ignorando sus coqueteos y hasta siendo borde con él, pero él no se ha rendido, si ese chamo quiere algo serio, chévere, yo no tengo ningún problema, mientras lo demuestre con algo más que sexo, no tengo problema, total ése fue mi error con Chris y no permitiré que me vuelva a pasar. Por ahora a ver cómo afecta el agua las reacciones químicas y si el resultado difiere al usar agua corriente y agua destilada, además de medir el pH del agua destilada, dicen que es ácida, pero no me lo creo, se supone que es lo más cercano al H2O que ha logrado la ciencia, debería ser neutro…

 

 

 

Chris

 

Desde que acepté que me gusta Alberto y que la relación con Ale no era más que sexo me siento libre, pletórico, como si algo que me atara se hubiese roto y ya sé lo que es: el otro día, chateando con Will me di cuenta de que yo al pobre Ale lo veía como un cliente, alguien a quien debía satisfacer en todo momento, sin importar mis sentimientos y por eso no me impliqué mucho en la relación, lo que hizo que él tampoco se interesara mucho en cuidar los detalles ni la chispa del enamoramiento, eso fue lo que destruyó nuestra relación, Alberto no fue más que el detonante, pero que en buena hora apareció, porque si no es capaz que Ale y yo terminamos odiándonos…

 

 

 

Javi

 

Ahora sí que se confirma mi teoría de que a todos les va bien menos a mí, Verónica y Miguel se casan, Sara nos contó que le dijeron de la clínica que Manu tiene avances serios, Chris y Ale parecen haber superado su ruptura y los demás están felices con sus parejas, yo soy el único pringado que se quedó sin el santo y sin la limosna: me echaron del seminario por defender a mis amigos y mi novia se muere de sobredosis…

 

Esto ya no tiene sentido…

 

Bueno, pero pronto se solucionará todo, esta tarde me he confesado y, aunque el pobre cura lo intentó, no logró hacerme desistir de mi propósito. Son las 3.30 a.m. y ya estoy en el sitio adecuado, estoy en el Puente de Segovia, en pleno centro de Madrid, por tanto, completamente deshabitado a estas horas, ahora sólo tengo que esperar a que se vayan esos dos policías que van por ahí…

 

Ya se han ido, pero ¿cómo supero la barrera de cristal que han puesto? Ya sé, me subiré en uno de estos basureros, listo, ya estoy del otro lado, ya me subí a la baranda del puente y no hay nadie, mejor, así no hay testigos, me encontrarán los de aseo de vías mañana cuando pasen limpiando las calles antes del ajetreo matutino de la capital española…

 

En fin, ya estoy preparado, ya no hay nada más qué hacer ni qué esperar, sólo un salto al vacío, un pequeño salto que me garantizará terminar con esto…

 

Hecho, ya lo di, en este momento estoy cayendo, veo cómo se acerca el pavimento del Paseo de Segovia hacia mí…

 

 

 

Álex (M A C) [derechos de uso y demás me fueron concedidos por el propietario]

 

[Para esta escena y la siguiente, “Todo irá bien”, del Mägo de Öz]

 

-¿Pero qué haces? ¿Es que eres tonto? Eso no es morir por amor, eso es morir por idiota, ánimo chico, ¡levántate! ¡Sigue luchando! Tienes 22 años, tienes la vida por delante, ¡no te rindas tan fácil ante un destino al que puedes enfrentar! -si bien la misión de la muerte es llevarse a las personas al otro barrio cuando es su momento, no le voy a permitir que se lleve a alguien a quien no le ha llegado la hora, alguien que puede ser feliz y menos si es amigo de Tavo.

 

-Pero si ya nada tiene sentido, si no tengo por lo qué luchar, mi cuerpo podrá estar en ese hospital, inconsciente después de una cirugía con la que podrían salvarme, pero mi ser ya no quiere estar ahí, ya no quiere sufrir para nada…

 

-¿No que tú eres católico? ¿No que incluso fuiste seminarista? ¿No recuerdas el salmo que rezabas: “busca la felicidad y corre tras ella”? pero no estamos solos acá, hay alguien que quiere hablarte…

 

-¡ERES UN SOBERANO GILIPOLLAS! ¿TE CREÍAS QUE PORQUE TE VINIERAS TRAS DE MÍ VOLVERÍAMOS A ESTAR JUNTOS? -menos mal que el acuerdo es que no le gritaría al pobre chico…- porque mi destino era encontrar el amor y morir para poder gozarlo y apreciarlo en la eternidad, pero a ti te toca otra cosa, vamos levántate, abre los ojos, ¡lucha por tu felicidad!

 

Bueno, no sé si gritarle fuera la mejor opción, pero esta vez la muerte se fue con las manos vacías. Es curioso cómo se aparece a cada uno de manera atractiva: en mi caso se parecía mucho a Cami, aunque no tenía el brillo que el amor le da a sus ojazos verdes, en el caso de Tavo era un chico rubio y feliz, en este caso, era alguien de blanco y como un ángel, pero imposible de determinar si era hombre o mujer, ni joven o viejo, ni nada que la identifique, es como si fuera algo más allá de nuestra comprensión, debe ser así como se la imaginaba este muchacho…

 

 

 

Javi

 

No sé cómo llegué aquí, pero abrí los ojos, tal como Marta y Álex querían y resulta que estoy en un hospital rodeado por mi familia: mis padres, mi hermana Ester, Dani y Tavo, Luis y Fran (con el pequeño Cami), Mau y Clara, Ale, Chris con Alberto, Verónica y Miguel, pero la mayor sorpresa: ¡Sara! Quise decir algo, pero de mi boca sólo salió un poema:

 

Hoy los cielos y la tierra me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
la he visto, la he visto y me ha mirado,
hoy creo en Dios
” (Gustavo Adolfo Bécquer)

 

-No me digas que los viste… -empezó Tavo.

 

-Sí, los vi, a los tres… -no sé cómo reaccionaba tan tranquilo, pero la verdad es que me moría por intercambiar impresiones con Tavo.

 

-¿¡Los tres!? -se asombró Tavo- debían ser sólo dos: la muerte y la persona más importante para ti…

 

-Pues eran tres: la muerte, Marta y… -no sabía cómo decirlo- y… y él...

 

-¿Él quién, Javi? -preguntó Luis.

 

-“El chico que murió por amor” -cité el relato de Tavo con la historia de Camilo y Álex.

 

-¿Cómo que Álex estaba allí? -el pobre Tavo no salía de su asombro.

 

-Ni idea, pero fueron él y Marta los que me ayudaron a volver... -de repente, la luz se hizo en mi cabeza: “mi destino era encontrar el amor y morir, pero a ti te toca otra cosa”- ¡Cojones! ¡Ahora lo entiendo! ¡Ahora entiendo lo que me decía Marta, lo que Álex me quiso explicar! ¿Está aquí el pequeño Cami?

 

-Aquí estoy tío -dijo el enano mientras sus manitas intentaban llegar a mí pese a la altura de la cama.

 

-Ven, que te cargo, así le das un besito a tu tío Javi -dijo Fran mientras cargaba al niño.

 

-Ponlo en la cama, junto a mí, Fran, por favor, necesito abrazarlo -los chicos no entendían nada, pero tampoco me importaba, ya se los explicaría…

 

En cuanto el niño estuvo en la cama lo abracé, lo aferré a mí y me quedé ahí, feliz, simplemente sintiendo su calor y los tímidos besitos que me daba, podía sentir como el crío tenía miedo de hacerme daño, así lo abracé más fuerte y le besé la frente, lo que hizo que tomara confianza y me abrazara, en ese momento lo sentí: mi destino era ser feliz amando, no sufrir porque a quien amaba hubiese muerto, me sentí como nuevo y entonces solté al niño, le di las gracias y le dejé volver con sus padres.

 

-Ellos decían que mi destino era conocer el amor verdadero y nada más puro y verdadero que el amor de un niño… -les expliqué- Sarita, ¿qué haces aquí? ¿Y Manu? -ya volvía a ser yo, con mi curiosidad ante todo jajaja

 

-Al Manu no lo puedo ver en la clínica, así que me vine a veros y nada más llegar a Atocha le entró a Mau la llamada de Luis para decirle lo que te había pasado…

 

Ahora fue Sara la que me abrazó, luego los chicos y Cami quiso repetir, dijo que antes lo había abrazado yo y que ahora quería abrazarme él, ¡como amo a ese crío!

 

 

 

Manu

 

[Para esta escena, “Sin ti no soy nada”, de Amaral]

 

Yo creía que todo se solucionaría rápido, que podría salir en un par de semanas a luchar por la mujer de mi vida, pero no, y para colmo Sarita se ha vuelto a Madrid, parece que iba en serio eso de que no quería volverme a ver… pero no me daré por vencido, no dejaré que nada me separe de ella, salvo que ella no quiera estar conmigo, cosa que nunca me ha dicho, así que dejar las drogas es poco para estar con ella. Está decidido, nunca más entrará ninguna droga en mi cuerpo, no quiero volver a saber nada de ese tema, ahora me dedicaré a luchar por Sara, la amo tanto que no me puedo dar el lujo de perderla, o perderé mi vida, mi razón para vivir.

 

Le escribí a Sara una carta, que le pedí a su tío que se la hiciera llegar, porque no me sabía la dirección de su casa, su tío me prometió hacérsela llegar, esto es lo que escribí:

 

Amor de mi vida, querida Sara:

 

Sé que dijiste que no querías volver a saber de mí, que no me creerías nunca que me tomaba las cosas en serio hasta que no te lo demostrara, pues bien, ya llevo casi un mes sin consumir, además hoy me he enterado que hace unos días perdiste toda esperanza y te volviste a Madrid, sin embargo, ya he tomado una decisión, no volveré a si quiera pensar en drogas, ya no quiero volver a drogarme, he decidido que no puedo vivir sin ti, que realmente eres el motivo de mi felicidad, que lo que me impulsaba a levantarme cada día es saber que te vería, que estabas ahí, con tu corazón abierto para recibirme en él, eres lo mejor que me ha pasado y no pienso perderte.

 

Sé que a lo mejor rompas esta carta sin siquiera leerla, pero no me importa, quería abrirte mi corazón y que supieras que te amo, y que una vez te dije que era lo único que me salvaría de las drogas, pero nunca lo había entendido hasta ahora, amarte es lo que me motiva a querer salir de esta clínica, a volver al mundo exterior a luchar por ti, no me daré por vencido, no dejaré que te salgas de mi vida sin luchar, lo único que me hará desistir es que me digas que realmente no quieres volver a saber de mí, pero por lo demás, nunca me daré por vencido, porque te amo.

 

Tuyo por siempre,

 

Sergio Manuel Pérez de Alarcón

 

No sé si su tío se la habrá hecho llegar, pero eso fue hace ya tres meses aquí y no he sabido nada de ella, estoy como loco, lo peor fueron las navidades, porque vinieron las familias de todos, claro que mis padres, mi hermano y Clara vinieron, pero no fue lo mismo, Sara es quien le da sentido a todo esto y no estaba, me sentí muy mal, muy solo, debería decir, así que decidí recuperar el tiempo perdido.

 

Para el día del amor y la amistad, el 14 de febrero, el médico me dio una sorpresa, me dijo que ya el tiempo de estar sin visitas había terminado, que me podrían visitar cuando quisieran y que pronto me darían el alta; además ya tenía mi primera visita.

 

Entonces sucedió lo de siempre, quien entró brillaba con luz propia e irradiaba belleza y amor, Atenea en los Elíseos, Sara en mi vida. Apenas llegó a la habitación me lancé sobre ella y la besé, la besé como nunca, no buscaba nada más que tenerla junto a mí, ser felices juntos. Cuando nos separamos, Sara me mostró algo que tenía en la mano, una carta, la carta que le había enviado, jamás pensé que la vería, mucho menos que la guardaría, entonces ella me contó lo que tuvo que hacer por mí, que el médico la obligó a dejarme para ver si me recuperaba, pero que nunca me ha dejado de amar, que lo que más le dolió fue estar en Zaragoza y no poder verme, que por eso volvió a Madrid, sólo para encontrarse con lo que le sucedió a Javi, que en cuanto su tío le dio la carta volvió de inmediato, pero que hasta ahora no la habían dejado verme. Luego me dijo que no venía sola, señaló la puerta y en ese momento entraron todos: desde mis padres hasta el pequeño Cami, Javi venía en muletas, al parecer se había roto una pierna en su intento de suicidio.

 

-¡Chicos! ¡Qué alegría veros! Suegrita, felicidades por la boda, ¡espero que me inviten! ¡Cami! ¡Mi pequeño, ven para darte un beso! -Cami no se resistió, pero se quedó un buen rato mirándonos a Mau y a mí, no podía creer que nos pareciéramos tanto jajaja

 

En fin, que en menos de una semana estaba fuera y nos volvimos a Madrid, con la alegría de que no había tenido ni siquiera ganas de pensar en drogarme en los últimos meses, tenía a Sarita y tenía a mi familia, ¿qué más le podía pedir a la vida?

 

 

 

Luis

 

Parece que la vida de todos se está arreglando, pero todavía falta algo importante, muy importante, hace un par de meses hay una cajita negra con un anillo dentro dando vueltas en mi bolsillo esperando ser entregada, pero no me he animado, sé que no me rechazará, pero no encuentro el momento apropiado…

 

Y como el momento no aparecía, decidí hacerlo aparecer, hablé con Tavo y Dani y estuvieron de acuerdo en dormir en nuestra casa para cuidar a Cami mientras yo me llevaba a Fran por ahí, ahora sólo tenía que preparar todo, así que no sería esta noche, además que los padres de los mellizos nos invitaron a cenar para festejar apropiadamente la vuelta de Manu…

 

 

 

Ale

 

Bueno, después de este tiempo y de lo que ha pasado, después de ver cómo Javi luchó con su destino y estuvo a punto de perder pero logró una gran victoria y de ver cómo el amor entre Manu y Sara pudo con las drogas y, finalmente, terminar mi trabajo sobre el agua y sacar un 10, he decidido atender un poco mis temas personales y el primero era Federico…

 

RECUERDO [a primeros de febrero, en la universidad]

 

Estaba en el laboratorio guardando mis cosas en el casillero que me habían asignado cuando Federico se me acercó para saludarme:

 

-¡Hola, Ale! ¿Cómo está el chico más guapo de la universidad? -me saludó alegre el chico.

 

-No hagas el gilipollas, anda, dime qué necesitas, ¿ayuda para aprobar el laboratorio? ¿O para ese tonto curso de inglés que nos hicieron tomar como parte de la actualización de la facultad? ¡Como si no fuera suficiente nuestro nivel de inglés! - ¡A veces me desespera ese tonto curso, es demasiado básico y todos en la carrera ya hablamos inglés!, debo reconocer que fui muy pesado con el Fede, pero en ese momento no me sentía preparado para subirme a la aventura del amor…

 

-Vale, no hago más el gilipollas, aunque no creo que decirte la verdad sea ser gilipollas, pero en fin, sí que necesito tu ayuda… -se veía un poco triste y la verdad me arrepentí de mis palabras, así que me juré a mí mismo ayudarle, sin importar lo que necesitara.

 

-Vale, me has ganado, ¿en qué te puedo ayudar? -cambié mi tono y actitud, quería ser amable con él, tenía pinta de buscar, cuando menos, una amistad sincera.

 

-Necesito tu ayuda para enfrentar al mundo, verás, he visto en tu facebook que eres gay, así que supuse que no te da miedo decirlo abiertamente y me preguntaba si podías ayudarme a vencer ese miedo… -en su cara se veía el nerviosismo y el que no pidiera directamente ser novios me terminó de derretir, eso denotaba lo que podía leer en sus ojos grises: era un chico detallista y preocupado por los demás. Le di un beso en la frente y le tomé su mano, entrelazando sus dedos y los míos y le dije:

 

-No es que no me dé miedo, simplemente he decidido que no me importa lo que digan los demás, así que ese miedo que tienes lo enfrentaremos juntos.

 

FIN DEL RECUERDO

 

A buen entendedor, pocas palabras, dicen, y él lo es, porque simplemente me besó, un beso tierno, de amor, no un beso de lujuria como eran mis besos con Chris, un beso que me dejó en las nubes y que no quise cortar yo, sino que lo cortó Fede y me dijo al oído:

 

-Te amo, no sé nada más que eso, mi mayor miedo era que nunca lo supieras, pero ahora soy feliz, el chico más feliz de esta universidad.

 

-Y yo también lo soy, porque mi miedo era que no quisieras más que sexo, pero has demostrado que me quieres y eso me hace inmensamente feliz… -nunca supo que lo que iba a decirle era que lo amaba porque me besó de nuevo y cuando se lo iba a decir sonó el timbre indicando el fin del receso y nos tuvimos que separar, pero esa noche habíamos quedado para cenar en casa de Manu, así que le llamé para preguntarle si podía llegar con mi novio y me dijo que sí, que no había problema, que mejor porque así sería mayor la alegría de todos.

 

 

 

Chris

 

-¿Estás seguro que quieres hacer esto, Alberto?

 

-Claro que sí, tú calla y respóndele al juez cuando te pregunte -fue su respuesta.

 

Entramos al despacho del juez y él inició el trámite que habíamos ido a realizar, no dijo nada hasta que:

 

-Señor Christian López Barrientos, ¿acepta por esposo al señor Alberto Ayala Medrano?

 

-Sí, claro que acepto -fue mi sincera respuesta.

 

-Señor Alberto Ayala Medrano, ¿acepta por esposo al señor Christian López Barrientos?

 

-Sí, acepto -escueto, pero claro.

 

-Pues yo los declaro oficialmente casados, pueden darse el primer beso como esposos.

 

Claro que nos besamos, de hecho el juez nos interrumpió para decirnos que debíamos firmar y dejar libre el despacho porque había más gente que quería casarse. Esa noche le daríamos una sorpresa a la peña en la fiesta de Manu jajaja.

 

 

 

Fran

 

Bueno, tanto tiempo ahorrando ha dado su fruto, ya lo tengo, un bello anillo de plata [nota de autor: me gusta más la plata que el oro, como habréis notado jajaja] con un diamante engarzado que refleja lo fuerte y duradera que es nuestra relación, todo un detalle y este anillo me servirá para hacerle una preguntita a Luis…

 

 

 

Javi

 

Es gracioso, pero creo que me estoy empezando a volver loco, cada chica que veo pienso “¿será ella? ¿podría ser quien me muestre el amor verdadero? ¿o será otra?” esas preguntas me carcomen la mente desde la conversación con Marta y Álex a las puertas de la muerte, sin embargo quien me muestra lo que es amar sin reservas y sin temor a nada es el pequeño Cami, su amor es puro y es tan tierno que es capaz de hacer llorar a una roca, ese crío es mi ejemplo a seguir, creo que el día que pueda amar como él, ese día recibiré a la muerte como “un viejo amigo”, como dice J. K. Rowling en la leyenda de las Reliquias de la Muerte… pero más que eso, en este momento me preocupa quién me guiará por ese sendero, quién me enseñará a amar, a amar de verdad, sin reservas, pero bueno, el otro día hablando con un cura amigo mío me dijo algo muy cierto: “el amor no es algo que encuentres cuando lo busques, sino que, como dice la Biblia en el Cantar de los Cantares, cuando estés dormido aparecerá en tu puerta y llamará esperando que le abras, si de veras le esperas te levantarás de inmediato y le abrirás y serás de tu amada y tu amada será tuya” vaya que tenía razón el cabrón, porque busco y busco y nada, ahora esperaré a que venga a mí, no porque me sienta derrotado, sino porque si el amor ha de venir, sólo el tiempo y el destino mostrarán quién es la indicada para mí, de nada me sirve forzar las cosas, por ahora me voy a alistar para la fiesta de Manu.

 

 

 

Tavo

 

¡Increíble! Camilo, el amor de Álex, es uno de mis lectores, mi forma de narrar su historia, basándome sólo en las dos pequeñas conversaciones que he tenido con Álex, le ha conmovido, le han llegado al corazón y ha publicado unas memorias que narran toda su vida y ahora sí que el mundo conoce a esos dos paladines maravillosos que luchan por su amor incluso contra la muerte, no puedo creer que lo encontrara, mucho menos que mi intención de consolarlo se volviera en mi contra y terminara él consolándome a mí. Me consolaba, sí, pero no por nada que me sucediera a mí personalmente, sino porque mi sufrimiento era que Camilo nunca supiera lo que Álex lo amaba y que cumplía su promesa, pero no, Camilo lo sigue amando, de eso estoy seguro, aunque ame también a Daniel y a Felipe, pero no por lástima, sino porque sólo Álex le ha mostrado el verdadero amor, ese amor que no teme a la muerte, que no le importan los peligros que deba correr por estar junto aquél a quien ama.

 

Bueno, la verdad es que los trámites de adopción acá en España son bastante más rápidos que en Costa Rica, los iniciamos a finales de noviembre, en cuanto salí del hospital, y ya la semana anterior (mediados de febrero) nos llamaron para que fuésemos a un orfanato porque tenían un niño que tal vez nos interesara. Llegamos allí y lo vimos, un niño de unos 10 años, de piel blanca, pelo castaño y con ojos azules como el cielo, lo vimos y preguntamos su nombre: Joseph, nos dijeron, preguntamos si era él el niño que nos querían mostrar y nos dijeron que sí, que nadie lo quería porque era un poco mayor, pero que era un niño cariñoso y obediente, aunque un poco travieso, pero no por eso dejaba de ser tierno. Decidimos aceptarlo y el encargado llamó al niño, Joseph se acercó a nosotros con la cara un poco sonrojada y no se atrevía a levantar la mirada del suelo, pensó que le querían regañar, pero cuando el director del orfanato le comunicó que le queríamos adoptar el niño saltó de alegría y nos abrazó, entonces habló por primera vez:

 

-¿De veras queréis adoptarme? Pensé que me quedaría en este orfanato de por vida, ya que la gente de hoy sólo quiere bebés para moldearlos a su antojo…

 

-No, Joseph, no -dijo Dani-, nosotros no queremos moldearte, sólo queremos amarte y que seas feliz… -el niño nos volvió a abrazar y nos dio un beso a cada uno.

 

-Veo que no tendréis problemas con él, así que agilizaré el trámite lo más posible, creo que en un par de semanas lo tendréis con vosotros…

 

-Muchas gracias, señor, no sabe lo felices que nos hace, nuestro matrimonio no estaba completo sin un hijo fruto de nuestro amor, ahora sí que seremos plenamente felices, no tiene idea de lo que se lo agradecemos -dijo Dani expresando el sentir de los dos.

 

-Y yo agradezco que todavía haya gente como vosotros que adopte niños por amor y no por compromiso, si os interesa adoptar otro, ya sabéis dónde venir, mientras yo esté aquí os ayudaré lo más que pueda.

 

-Muchas gracias, señor García, pero por ahora creemos que tendremos que adaptarnos a Joseph primero y cuando el nuevo ambiente familiar se estabilice lo pensaremos… -dije yo.

 

-Claro, claro, supongo que querrán llevarse a Joseph lo antes posible, así que haremos una excepción y os lo podréis llevar dentro de una semana, cuando terminemos el papeleo básico, pero tendréis que soportar las visitas de nuestros inspectores asegurándose que el niño esté bien hasta que salgan los papeles definitivos.

 

-Gracias de nuevo, señor García, estaremos acá en una semana sin falta.

 

Así fue como hoy por la tarde fuimos a por Joseph, hablamos con mis suegros para darles la noticia ese mismo día y decidieron convertir la habitación de huéspedes en la habitación del niño, así podríamos seguir todos juntos. Los chicos no tienen ni idea, porque no quisimos ilusionarlos y que luego no nos dieran ningún niño, así que será nuestra pequeña gran sorpresa para la fiesta de esta noche, además así Cami tendría con quién jugar y no se aburrirá jajaja

 

Nada más llegar del orfanato llevamos a Joseph a su habitación y le encantó, dejó sus pocas cosas y nos fuimos a comprarle ropita nueva, nos pasamos la tarde en eso y cuando llegamos nos duchamos y vestimos guapos para ir a la fiesta.

 

 

 

Sara

 

¡Puff! Los preparativos de la fiesta son agotadores, pero valen la pena, hoy festejaremos que Manu vuelve del infierno, así que tiene que ser una fiesta grande, además mamá y Miguel harán público su compromiso, será un gran día.

 

Yo me he pasado la semana en casa de Manu ayudando con la fiesta, menos mal que viven en un chalé y no nos van a molestar y tienen un buen patio, con lo que estaremos cómodos, porque no sólo vienen los chicos, vienen también las familias de Dani, de Luis, mi madre con Miguel y algunos más que la familia de Manu no quiso dejar por fuera: algunos Scouts y amigos del insti y tal…

 

Conforme fue anocheciendo el timbre de la casa empezó a sonar y como yo era la única que estaba lista, me tocó hacer de ama de llaves y abrirle a todos, los primeros en llegar fueron Luis y Fran con Cami, el niño se veía radiante, pero sus padres se veían muy nerviosos… luego llegó Javi, quien nada más verme me dio un abrazo, últimamente estaba muy efusivo… media hora después llegó Ale, con un chico que dijo que luego presentaría formalmente, que por ahora sólo diría que se llamaba Fede… justo pisándoles los talones llegaron Miguel y mamá, eso fue un alivio porque ya cualquiera abría la puerta y yo pude dedicarme a besar a Manu mientras se terminaba de vestir y peinar, ese día se veía muy guapo mi novio.

 

Mi sorpresa fue mayúscula cuando a eso de las nueve y media fui a abrir la puerta y me encontré al otro lado a mi tío, dijo que Manu lo había invitado para agradecerle y que él aceptó para agradecerle en persona hacerme feliz. Iba a cerrar la puerta cuando la sorpresa número dos arribó a la puerta: los padres de Rut, vinieron desde Granada invitados por Luis y Fran, porque ese día era el cumpleaños de Rut y querían que se despejaran un poco, ellos no supieron agradecer mejor ese gesto que aceptando la invitación.

 

A eso de las diez ya estábamos todos y cenamos, los padres de los mellizos alquilaron varias mesas para que cupiéramos todos bien anchos, además de camareros y demás con lo cual parecíamos de la aristocracia, pero la verdad estábamos muy alegres y el servicio no estuvo mal, incluso alquilamos un karaoke, porque aunque no hubiera alcohol teníamos planeado divertirnos.

 

No sé ni qué hora era, pero de repente Tavo pidió al chico de la música pararla, lo que hizo que todos lo volteáramos a ver, él dijo que iba a explicar dónde se había metido Dani la última media hora:

 

-Chicos, hay algo que no os habíamos contado por temor a que no resultara, pero si os habéis dado cuenta, hace un rato que Dani se perdió por ahí… bueno, es una gran sorpresa en envase pequeño, como decimos en mi tierra. Dani, ven por favor.

 

Dani salió de la casa, pero no iba solo, iba con un niño de la mano y lo presentó como su hijo, Joseph Rodríguez Rojas, un niño hermoso que nos besó y abrazó a todos y luego se perdió en el jardín jugando con Cami, su nuevo primito.

 

Entonces Fran se acercó al escenario del karaoke y le pidió a Luis acercarse él también, lo dos estaban muy nerviosos y cuando Luis subió al estrado Fran se arrodilló frente a él y, sacando su cajita negra, le pidió matrimonio, todo iba bien, hasta que Luis soltó la risa y sacó de su bolsillo una cajita idéntica con un anillo igual al que Fran le había comprado, los chicos se besaron y todos partimos en aplausos mezclados con risas al ver lo complementados que estaban que hasta habían comprado anillos iguales…

 

Luego Mau y Clara nos sorprendieron anunciando su boda y luego mamá y Miguel hicieron oficial su compromiso, fue una velada muy alegre.

 

Por ahí de las tres de la mañana, Javi nos dio una sorpresa a todos:

 

-Chicos, quiero presentaros a mi novia, se llama Isabel, todos la conocéis de la tropa de los chicos, pero hemos hablado mucho esta noche y decidimos darnos una oportunidad, además, miradla, es hermosa y esta belleza física no es comparable a su belleza interior, os lo juro.

 

Más aplausos y felicitaciones, la ventaja de estas fiestas sin alcohol es que todos estábamos sobrios y lo que hacíamos nos salía del corazón, pero mientras yo pensaba esto Ale y Fede pasaron al estrado y nos anunciaron su noviazgo, después de las felicitaciones correspondientes, Chris y Alberto nos mostraron sus anillos y nos contaron de su matrimonio, de nuevo festejamos y así la fiesta siguió hasta casi al amanecer.

 

Menos mal que era fin de semana y nadie tenía que irse a trabajar ni nada por el estilo, porque la verdad nos la estábamos pasando muy bien y al amanecer llegó la última sorpresa: los padres de Rut pidieron la palabra y nos anunciaron que poco después del funeral de Rut encontraron una carta suya y nos la querían leer en una noche tan importante para todos:

 

Yo, Rut, plenamente consciente de lo que he hecho y de lo que voy a hacer, dejo esta carta para quien se interese por mí, no obligo a nadie a leerla, pero me gustaría que llegue a manos de quien me encuentre.

 

Es cierto, acabo de cometer el peor de los crímenes, he abortado a mi hijo, lo he matado, ahora el destino me lo cobra desangrándome, no lo puedo remediar, voy a morir, porque mi novio no se puede enterar de lo que me sucede, lo amo demasiado como para permitir que sufra por mí, sería injusto.

 

Por eso escribo estas breves líneas, para agradecer a mis padres lo que han hecho por mí en mi corta existencia y para agradecer a quién sea que se preocupe por reportar el hallazgo de mi cuerpo, porque no pienso morir en mi casa en un charco de sangre, no, iré al mar y que él sea quien se encargue de mis despojos, no pretendo dejar que mis padres se enteren de la causa de mi muerte porque les dolerá demasiado y los mataría de la pena.

 

Por eso, tú, que me has encontrado, bendito seas, espero que nunca tengas que pasar por lo que estoy pasando, escoger entre una vida y otra, pero si llegas a encontrarte en esa situación, acepta el consejo de esta moribunda: ama hasta morir, no te importe el precio si quien amas es feliz, es todo lo que puedo decirte.

 

Con mi más sincero agradecimiento,

 

Rut

 

La carta nos demolió, pero de inmediato entendimos por qué nos la leyeron, los padres de Rut bien sabían lo que habíamos pasado todos, porque nunca perdimos el contacto y supieron que estábamos preparados para escuchar ese consejo, porque ya nos habíamos enfrentado a esa situación: amar o morir, ahora o nunca, y habíamos elegido lo correcto: amar. Todos podíamos decir que habíamos cumplido la última voluntad de Rut, habíamos amado, habíamos hecho feliz a nuestra pareja sin importar el precio.

 

 

 

Fran

 

Han pasado varios meses desde que Luis y yo nos propusimos matrimonio y hoy es la boda, gusto un año después de que me pidió ser su novio, por eso elegimos esta fecha, estamos en el juzgado y están todos, incluso Mau y Clara y Verónica y Miguel retrasaron sus viajes de bodas para estar con nosotros este día, por supuesto que están los padres de Rut y el tío de Sara, que se ha convertido en el ángel guardián de Manu desde que este le declaró su amor a Sarita.

 

El juez, por petición de mis suegros, asimiló todo lo que pudo la ceremonia civil a una boda por la Iglesia, así que entramos en desfile con la marcha nupcial de fondo y demás, Cami iba esparciendo pétalos de rosa en nuestro camino y Joseph llevaba los anillos, era una escena de novela, os lo juro, luego iban los padrinos que eran Dani y Tavo y luego iba Luis del brazo de su orgulloso padre y yo estaba solito, pero Verónica se acercó a mí y me acompañó, de verdad que se había vuelto una madre para nosotros.

 

Pero la boda tenía una sorpresa: cuando el juez dijo la trillada frase “el que conozca un impedimento para que se realice esta boda, hable ahora o calle para siempre” alguien gritó:

 

-Yo, yo tengo un impedimento -no lo podía creer, ¿qué hacía ella aquí?-, no le he dado la bendición a mi hijo.

 

Era mi madre, llegó hasta donde estábamos y nos pidió perdón, dijo que se arrepentía de todo lo que nos había hecho sufrir, que ahora veía lo que quería decir mi padre, que yo debía luchar por mi felicidad y que ella, ahora que lo había entendido, estaría allí para apoyarme y que se había enterado porque los padres de Dani siempre la habían mantenido al tanto, que sabía de Cami, de lo que habían pasado los demás y que quería unirse a la fiesta.

 

Después de tan conmovedora imagen no me quedó otra que hacer lo que me dictaba el corazón y abrazarla y decirle que yo la perdonaba y que nunca había dejado de quererla; Luis también la abrazó y le dijo que él también se alegraba de que estuviera allí con nosotros. Una vez que retomamos el control de nosotros mismos el juez continuó la ceremonia y cuando nos dimos nuestro primer beso de esposos, mamá se levantó y empezó a aplaudir a nuestro amor y el pequeño Cami se acercó y nos abrazó una pierna a cada uno, era lo más alto que llegaba y nos dijo que estaba feliz, cogimos al enano y salimos triunfalmente del juzgado, allí la tropa nos hizo guardia de honor hasta el coche y nos hizo un “aplauso matemático” Scout.

 

Al final mi madre se quedó con Cami y nosotros nos fuimos de viaje de bodas a Costa Rica, la tierra de Tavo, quien nos hizo un itinerario de los sitios que debíamos visitar y demás.

 

 

 

Luis

 

Soy el hombre más feliz del planeta, estoy casado con el hombre de mis sueños y la familia está completa, ¡no lo puedo creer!

 

En cuanto llegamos al Juan Santamaría [aeropuerto de Costa Rica] cogimos un bus hacia San Carlos y de allí a La Fortuna, nuestra noche de bodas sería a la sombra del volcán Arenal, una de las maravillas de este maravilloso país.

 

Nada más entrar a la habitación del hotel nos acostamos a dormir, estábamos muertos, pero al despertar, me di cuenta que nuestros “amiguitos” tenían ganas de juerga, así que me dediqué a despertar a Fran con un beso, él me besó pero no se despertó, así que arriesgué y me puse sobre él en posición de 69, el me la empezó a comer, todavía dormido y me dediqué comer esa polla que me tenía loco.

 

A media faena Fran se despertó y me dijo “vaya que son buenos días, te amo, Luis” y siguió en lo que estaba. Pronto acabamos uno en la boca del otro y nos besamos, mezclando nuestro semen y sintiendo cómo nos fusionábamos el uno con el otro. Fran me ofreció su hermoso culito y me lo comí como nunca, lo amo y quería demostrárselo, de hecho lo hice acabar con sólo mi beso negro, sin que ninguno de los dos tocara su polla, era tanto el placer que le daba, luego me senté y le pedí que se sentara sobre mí, que quería besarlo mientras éramos uno.

 

Fran, obediente, se sentó sobre mí y se fue clavando mi verga, su culito estaba estrecho como siempre y me provocaba un placer que sólo rivalizaba con el que él sentía, pronto nos empezamos a besar y en el movimiento de la cabalgada y por la posición en la que estábamos se pajeaba con nuestras tabletas, lo que hacía que Fran se excitara más de lo que estaba y apretara más su esfínter, con lo que acabamos pronto y, además, juntos, nos volvimos a acostar sin siquiera ducharnos y seguimos besándonos hasta que nos dormimos.

 

 

 

Dani

 

Ya Verónica y Miguel, Mau y Clara y Luis y Fran volvieron de sus viajes de bodas y asistiremos a la boda de Sara y Manu, que se casarán por la Iglesia, dijeron que querían sellar su amor ante un cura y no ante un juez porque así sería eterno y no hasta la primera bronca seria. Encargaron a Javi que arreglara todo y, como pese a todo, Javi tiene cierta influencia dentro de la Iglesia por sus amigos curas y demás, y, tomando en cuenta que él puede ponerse un traje blanco y asistir al cura, organizó una boda de alto nivel, a tal punto que consiguió que los casara el Cardenal de Madrid en una ceremonia en la que había hasta representantes de la Casa Real, la verdad es que el chico se lució, volvió de la muerte con ganas de luchar contra viento y marea por ser feliz él y porque seamos felices aquellos a quienes considera su familia…

 

Al volver de su viaje de bodas, nos reunimos todos en la nueva casa de Sara y Manu para cenar juntos, estábamos muy alegres, y Manu nos contó su gran victoria en todo este tiempo: resulta que su viaje de bodas fue a Japón y allí le ofrecieron droga y pudo decir que no, que a él eso ya no le interesaba, que podían matarle y ni así consumiría. Eso le valió el respeto del grupo de amigos japoneses que hicieron y resulta que le prometieron venir a España a verles y enviarles regalos de vez en cuando, de hecho, cumpliendo su palabra, ese mismo día habían recibido un hermoso kinomo que Sara llevaba puesto y una katana que Manu llevaba con mucho orgullo al cinto, como el gran guerrero que era.

 

Al final Tavo y yo decidimos independizarnos, ya que descubrimos que Joseph tenía una hermanita, Mariana, un poco menor que él (tenía 8 años), y no quisimos separarlos, con lo que ya éramos pocos y parió la abuela, pero por suerte encontramos un piso cerca que puedo pagar con mi nuevo trabajo y seguimos todos en el mismo barrio, así que los niños se la pasan juntos casi todos los días, porque si no están con Fran están con los padres de alguno de nosotros o con Verónica, que se ha convertido en algo así como la madre de todos, al igual que Marta, la madre de Fran, que desde que pudo aceptar que su hijo es como es y que así es feliz se ha integrado de manera maravillosa en nuestras vidas.

 

Definitivamente, tenía razón Rut: “amar o morir, ahora o nunca

 

 

 

FIN

 

 

 

Decidí terminar de subir Ahora o Nunca a esta página a pedido de un amigo mío, además, tal parece que el relato ha terminado gustando, es cierto que anteriormente había publicado los primeros dos capítulos, pero opté por incluirlos aquí porque fue hace mucho y tal vez no sea mala idea refrescar lo sucedido en ellos... finalmente, mis últimas palabras en esta reedición de “Ahora o nunca”, son para agradeceros por leerme y apoyarme, los que lo hacéis desde el inicio y los que os habéis ido sumando por el camino, también unas palabras para los que me leen y nunca han comentado y/o valorado: gracias por estar ahí, ver que cada uno de mis capítulos, por malo que sea, tuvo muchas lecturas y buena aceptación me ha animado a continuar y esforzarme por daros mi mejor esfuerzo, aquí lo tenéis, espero que lo hayáis disfrutado y que nos veamos pronto en mi próxima aventura como escritor, ¡hasta la vista gente!

 

Con todo mi cariño,

 

Anderson Antonio

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