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La hija de mi vecino

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Me llamo Tomás tengo 36 años, soy un tipo normal en todo sentido, pero sí muy ardiente, pienso en sexo todo el día, no sé si será normal, pero es así y hasta ahora no me ha traído problemas. Como era verano aproveche de hacer reparaciones en mi casa, pero con la mala suerte de que los maestros me fallaron y dejaron el trabajo sin terminar por eso le pedí a mi vecino Antonio que me dejara dormir en su casa por una semana, él accedió ya que nos conocemos hace muchos años. Me dijo que por esos días estaría en casa su hija de nombre Catalina, solo la había visto de pequeña ya que vive con su madre. Es una chica delgada mide 1.60 con piernas bien formadas ya que hace patinaje, su culo fenomenal, de piel canela y pecho pequeños que se veían duros y firmes como su cola.

Aquel día hacía mucho calor, llegue a casa de Antonio con mi maleta y me acompaño a la habitación que ocuparía, quedaba al final del pasillo, a la mitad estaba la habitación Catalina, tenía la puerta abierta, estaba estudiando acostada sobre la cama, la mire a la pasada y de verdad me quede pasmado con la imagen tenia puesta una faldita que dejaba ver sus piernas y parte de su calzón.

Acomode mis cosas y salí al patio trasero a fumar un cigarrillo, Antonio me dijo que saldría al supermercado así que me pidió que cuidara a su hija, le dije que no se preocupara. A los 10 minutos apareció ella con la misma faldita y una blusa blanca con la que se traslucía su sostén, Mmmm, que bella era, se acercó a mí y comenzamos a hablar, me preguntaba por mi trabajo, con quien vivía, si era casado y esas cosas, yo por mi parte le preguntaba por cómo le había ido en el colegio, que cosas le gustaban hacer, ella era muy simpática. En un momento me ofreció helado ya que hacían unos 33 grados a la sombra, acepte y fuimos a comer a la cocina. Así pasaron los días, no perdía oportunidad para observarla ya que su imagen quedo en mi mente y cada noche pensaba en ella y me masturbaba unas 3 veces cada noche. Varias veces que nos cruzábamos en la cocina o en el pasillo ella pasaba cerca mío y me rozaba con su mano mis piernas, yo no hacía nada, pero algo sospechaba de su actitud.

Una tarde llegaron 2 amigos de Antonio y lo invitaron a una fiesta, él acepto y me pregunto si no me. molestaba quedarme a cuidar a su hija, no como agradecimiento le dije que lo haría encantado. Como a las 11 de la noche se despidió y se fue en su auto. Cenamos con Catalina, para hacerme más amigo de ella le dije que tomáramos una cerveza, en realidad fueron unas 3 cada uno. Cerca de las 2 nos fuimos a dormir. Yo estaba a punto de caer en un profundo sueño cuando sentí que la puerta se habría, abrí un poco los ojos y me di cuenta que era Catalina, vestía un camisón azul. Me quedé inmóvil, ella se acercó y se sentó en la cama yo hice que me acomodada u me corrí a un lado con la intención de darle espacio y le di la espalda. De pronto ella se metió bajo las sabanas y me abrazo, yo no hacía nada, despacio fue bajando su mano y acareaba mis muslos hasta que de pronto agarro despacio mi pene que automáticamente se empezó a poner duro y a crecer. Yo no me aguante y me gire, ella se asustó y saco la mano, yo seguía inmóvil, ella siguió con lo suyo, me masturbaba por sobre el bóxer que llevaba puesto, que caliente me tenía. Ya no podía más así que con un movimiento rápido le agarré la mano y abrí los ojos, nos quedamos mirando, se puso de todos colores del susto. Me levanté y le dije que terminaríamos lo que ella había comenzado. El levante y le saqué el camisón, no tenía nada debajo, quedo desnuda, tenía una figura espectacular. Me acerqué y le di un piquito, luego fue un beso apasionado, jugamos con nuestras lenguas, le pregunté si era virgen une dijo que sí. Más me calenté, la seguí besando y acariciando sus pechos, firmes, duros y sus pezones bien parados, con mi mano masajeaba su vagina que ya estaba muy húmeda, poco a poco empecé a meter un dedo y ella solo gemía, en ningún momento soltó mi pene, por lo que me saqué el bóxer para que lo tomara mejor. Me dijo que nunca había tocado uno y que le gustaba mucho. Fui bajando para lamer esos ricos senos, mordía sus pezones, seguí bajando y me planté entre sus piernas, lamia como loco, saboreaba cada gota y apretaba con mis labios su pequeño clítoris. Luego de unos 10 minutos me levante y acerque mi pene a su cara y le dije que lo chupara. Primero pasaba la lengua y de a poco lo fue metiendo en su boca, entraba muy apretado hasta que se lo metió todo, lo hacía como una experta. 

Cuando sentí que me iba a correr me hice a un lado y la puse con la espalda frente a mí, la sobaba con mi pene en sus nalgas, que firmes eran, con una mano se las abrí y con mis dedos ensalivados la lubrique, ella me dijo que le daba miedo, le di un beso y le dije al oído que lo haría con cuidado y que así no correríamos el riesgo de quedar embarazada, lo pensó y me dijo que fuera delicado, y le dije que confiara en mí. Puse la punta de mi pene en su ano y lentamente fui empujando, costo un poco hasta que pude meter todo el glande, me detuve un momento para que se acostumbrará, Catalina se quejaba, hasta que sola empezó a mover su culo hacia mí, con una mano me afirmo de la cadera para hacer más presión. Sentía como entraba cada vez más, yo tuve un impulso y rodeándola con mi brazo de un golpe la empuje hacia mí y se lo metí todo, dio tremendo grito, me quedé quieto y muy despacio comencé con el movimiento de meter y saca ella se quejaba y la vez gemía hasta que ya eran solo gemidos, me apretaba con fuerza. Luego cambiamos de posición, la puse en 4 y pude ver lo dilatada que estaba, me acerque y lamí su vagina metiendo 3 dedos por su culo, la empecé a penetrar con fuerza, Catalina me decía sigue sigue, no pares, que me gusta, se siente rico. Yo me acerque a ella y apretaba sus pechos. Ya no podía mas, le dije que iba a acabar y lo haría dentro de ella y así lo hice, bote toda mi leche dentro de ella, mi pene seguía tieso y yo con solo verla me calentaba, es mi naturaleza. Mi semen chorreaba por sus piernas, le dije que lo probara que a algunas chicas le gustaba comérselo, con un dedo tomo un poco y lo saboreo, dijo que era salado, pero no era malo. Me Dijon que quería sentir que se la metiera por la vagina, yo le dije que era riesgoso, pero lo haría solo un momento porque no quería arriesgarme a dejarla embarazada. Como aun lo tenía bien duro la puse de espaldas en la cama y abrí sus piernas, le dije que le dolería un poco. Fui muy despacio metiéndolo, pude meter casi la mitad cuando ella dio un quejido y me pidió que parara, así lo hice por un momento, le pegunte si quería que me detuviera, pero dijo que no, que quería hacerlo y sentir como entraba. Ya decidido me empecé a mover muy pausado porque se quejaba mucho, cuando me dijo que ya no le dolía aumente el ritmo, con sus manos apretaba sus pechos y pezones, me acerque a ella para besarnos. Tuvo varios orgasmos, cuando iba a acabar saque mi pene y le dije que se tragara todo mi semen. Le llene la boca y ella trago hasta la última gota. Quedamos tumbados. Me dijo que había sido la mejor experiencia un que quería repetirla, me dio un beso largo y se fue a su cuarto.

Desde entonces cada vez que nos vemos lo hacemos con tremenda locura.

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