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La mejor experiencia de mi vida en Marbella

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Nunca podré olvidar una de las mejores experiencias de mi vida… Y es que después de haber estado todo el año ahorrando y preparando un viaje con mis amigos, me merecía todo lo que pasó aquel día… Cuando terminéis la historia sabréis a lo que me refiero:

Llegamos al aeropuerto de Málaga y cogimos un taxi para ir a Marbella. Cuando llegamos al hotel eran las 7 de la tarde aproximadamente y nos preparamos para ir a cenar. Decidimos ir a cenar por el puerto y a ver si caía algo para esta noche. Cuando terminamos de cenar fuimos a dar una vuelta hasta meternos en un pub muy conocido en el que encontramos a dos morenas con el pelo largo y curvas de infarto. Una de ellas, la que más me gustaba, llevaba un vestido corto y unas botas negras de cuero con tacón, al darse cuenta de que yo la estaba mirando, me sonrió muy pícaramente con carita de ángel. Desde ese primer contacto no paró de juguetear con la boca hasta que me acerqué a ella.

En ese momento se acercó a mí y me susurró al oído dulcemente: -‘‘Cariño, me tengo que marchar pero toma mi tarjeta para que me llames, estaré esperando tu llamada.”- Seguido de un beso fuerte en la mejilla.

Al día siguiente, saqué la tarjeta de mi bolsillo, la miré y ponía -‘‘Llámame, estaré esperando tu llamada, muack!” -llamé al número que estaba en la tarjeta pero contestó otra chica, yo me quedé sorprendido cuando me dijo que podía organizarme una cita con la chica que había conocido anoche pero yo no supe qué responder y colgué sin contestar.

No sabía que hacer, así que se lo conté a mi mejor amigo. Mi amigo me dijo que estaba claro lo que pasaba, lo único que tenía que hacer era decidirme si quería pagar por esa chica o no. Sobre el medio día me decidí y llamé otra vez, pero esta vez con el valor de concertar una cita con ella. Respondió la misma chica de antes, con una voz cálida y agradable, proponiéndome una cita con la chica de anoche y su amiga porque ellas solían salir juntas. En principio le dije que yo solo quería una cita con la chica de anoche y no estaba interesado en la amiga, pero mi amigo que estaba escuchando todo me hizo señas para que pidiera a la amiga para él, así que al final, terminamos pidiendo a las dos chicas.

Se acercaba la hora de la cita y me quedé en la ventana nervioso porque era la primera vez que iba a hacer aquello. De repente vi que un taxi paró enfrente del hotel y se bajaron las dos chicas. Cada una más guapa que la otra, impresionante. Una de ellas llevaba unos vaqueros ajustados que dejaban apreciar sus curvas y un bodi con un escote de infarto, el pelo liso y largo; La chica que me gustaba a mí llevaba un vestido corto negro con toda la espalda al aire, tacones y una coleta. Yo me moría solo de pensar en acariciar su espalda y quitarle el vestido lentamente… todo el mundo se quedó mirándolas.

Cuando llegaron a la habitación, abrimos la puerta y entraron con una sonrisa y una mirada pícara. Fueron muy puntuales y atentas. Al principio las invitamos a una copa y a que pasaran a una especie de salón que teníamos en la habitación con un sofá y sillones. Entre risa y risa mi amigo y yo nos quedamos a cuadros cuando se besaron entre ellas. Yo empecé a excitarme y mi chica se levantó, estiró el brazo para darme la mano y llevarme a la cama. Yo estaba tan sorprendido que le pregunté si no quería que fuéramos a la otra habitación pero ella dijo que no con la cabeza e invitó a la amiga a unirse. De pronto la amiga se levantó y cogió de la mano a mi amigo para traerlo a la cama con nosotros. Entre ellas empezaron a hacer un striptease y a quitarse la ropa. Cuando se quedaron en tanga, mi chica se puso a cuatro patas y vino hacia mí para besarme. Yo le seguí el juego porque tenía unas ganas locas de cogerla de la coleta y hacerla toda mía. Mientras nosotros nos estábamos enrollando, la amiga se acercó a mi amigo y lo primero que hizo fue quitarle el pantalón, pero al mismo tiempo me miraba con cara pícara mientras yo veía como su boca se deslizaba arriba y abajo por el miembro de mi amigo. Antes de continuar, mi chica paró para ir a su bolso y sacó un vibrador, se acercó a su amiga y empezaron a jugar. Una empezó besando a la otra por la pierna y subiendo, mientras la otra se estremecía y gemía de placer. Todo era tan surrealista que no me lo podía creer. Mi chica paró con la amiga y se acercó a mí para ponerse de espaldas y dejar que yo pudiera entrar en ella mientras veía su impresionante culo subiendo y bajando, después la agarré de la coleta y la presioné hacia mi para ponerla a cuatro patas. Al mismo tiempo mi amigo estaba con la otra chica disfrutando como un loco y justo antes de terminar las chicas nos dejaron cambiar, que fue lo mejor que pudo haber pasado porque así, yo podía mirar la cara morbosa de mi chica mientras mi amigo la agarraba de la coleta y ella gemía de placer, eso fue lo que más hizo volar mi imaginación y hacer que terminara como nunca antes en mi vida.

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