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Las Crónicas de Elena - Cap. 2

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El día era soleado y cálido, ocasión perfecta para darse un buen baño en el río después de la caza, habían tenido mucha suerte, un gran jabalí había caído en una de las trampas que se habían preparado, esa noche habría un gran banquete y habría suficiente comida para varios días. Todos estaban sonrientes y bromeaban con Elena que fue la que dio el golpe mortal a la bestia, incluso su vigilante con la que había perdido la buena relación que tenían antes le  sonreía.

Algunas mujeres y hombres aprovecharon para darse un baño en el río, Elena también quería aprovechar para quitarse la suciedad del día de caza, miro a su vigilante para informarle de sus intenciones y ella simplemente movió la cabeza afirmativamente, sus conversación ahora se resumían a esos gestos.

La joven comenzó a desvestirse para meterse en el agua pero un grito la puso alerta, intento tomar sus armas pero ya era tarde aparecieron decenas de esos seres por todas partes, en cuestión de segundos estaban rodeados y sin posibilidad de escapatoria. El tiempo comenzó a ralentizarse, los atacantes golpeaban a sus compañeros con sus pesadas armas, el rio se tiño de rojo por la sangre de los que estaban bañándose unos segundos antes, Elena fue a socorrer a su vigilante que estaba intentando defenderse de tres monstruos a la vez cogió una piedra afilada y la estampo en la cabeza de uno de los atacantes que cayó fulminado en el suelo intento coger el arma de su enemigo pero para ese momento ya estaba rodeada por cinco enemigos y vio cómo su vigilante era agarrada y golpeada por varios atacantes a la vez mientras estiraba una mano intentando pedir ayuda y emitía un grito desesperado. Un doloroso golpe hizo que Elena cayese al suelo mientras una de las criaturas se agacho la agarro del pelo puso su deformada cara frente a la de Elena y sonrió con sus dientes puntiagudos como los colmillos de una bestia.

¡Noo!- grito Elena al despertar empapada en sudor, estaba desorientada y no recordaba donde estaba hasta que una voz familiar le devolvió a la realidad

-        Elena estas bien, ha sido solo un sueño, tranquila estás conmigo-dijo Lucrecia preocupada al ver la cara de terror con la que se había despertado su amada.

-        Lucrecia- Elena abrazo fuertemente a su compañera cerciorándose así que de verdad se encontraba de nuevo en casa.

-        Sí, estoy aquí y tu aquí conmigo y ayer me diste la mejor noche  de mi vida- dijo Lucrecia tomando la cara de su amante y besando sus labios.

-        Mmm también fue una noche maravillosa para mí- dijo Elena mientras jugaba con un mecho de la larga cabellera de su amante intentando no pensar en su sueño.

-        ¿Segura que estas bien?- preguntó Lucrecia preocupada al sentir a Elena distante.

Elena acaricio su rostro y la beso dulcemente

-        Si sigo aquí contigo lo estaré pronto- dijo Elena dedicándole una sensual sonrisa.

-        Me encantaría quedarme aquí contigo el resto de nuestra vida, pero creo que las dos tenemos nuestras obligaciones, yo con la taberna y bueno tu deberías de hablar con tu familia, no creo que estén muy contentos con tu plantón de ayer.

Elena hundió su rostro en los pechos de Lucrecia con un resoplido de fastidio.

-        Si, debería de presentarme ante mi padre y mis hermanos- dijo Elena distraída  acariciando los senos de su amante- necesito una ducha o un baño.

La joven se levantó perezosa y completamente desnuda ante la atenta mirada de Lucrecia que la miraba con deseo y se mordía el labio.

-        ¿Es grande tu bañera?- pregunto Elena con una sonrisa pícara.

-        Lo suficiente- respondió Lucrecia incorporándose y sentándose en su cama

-        ¿me acompañas?- dijo Elena alargando su brazo.

-        Será un verdadero placer – dijo Lucrecia cogiéndole la mano y levantándose.

Las dos jóvenes se dirigieron al baño que estaba en la misma habitación, Lucrecia abrazo a Elena por la cintura mientras besaba su cuello dulcemente y esta respondía acariciando sus manos. 

“No puedes imaginar cuanto te añore, pase lo que pase a partir de ahora no pienso volver a apartarme de ti”- pensó Elena para sí, con un miedo de decirlo en voz alta que la invadía.

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