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Superman X (II: El Sacrificio)

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Al terminar su relato Clark guardo silencio, sus padres se mostraban abrumados por las cosas que su hijo les había confiado, ambos amaban a Kara, se sentían responsables de no haberla prevenido lo suficiente para enfrentar al mundo que la esperaba. Esa noche Clark decidió quedarse en la granja, no tenía ganas de volver a Metrópolis por el momento, ya en su vieja habitación se sentó en la oscuridad contemplando el cielo estrellado y meditando lo que debía hacer.

Había dos cosas que no le había contado a sus padres, una era que dos días después del incidente en la oficina, cuando se encontraba dormido en su apartamento, un ruido ultrasónico lo despertó al principio fue solo un zumbido agudo pero después comenzó a escuchar las voces de Kara y Lex, ¡estaban haciendo el amor y el los escuchaba!.

En el apartamento de Lex este estaba sentado al borde de la cama, mientras Kara, de rodillas ante él, lamía su pene erecto, las manos de Lutor sujetaban con firmeza la cabeza de su amante imponiendo así el ritmo de la mamada.

Esa noche, sabiendo que "tenían publico", Lutor estaba particularmente desatado, gimiendo escandalosamente y alentando a Kara a hacer lo mismo.

-¡Ahhhhhh!..... ¡Chupame las bolas!-

Kara dejó el miembro para succionar los huevos del Criminal, como resultado este se dejo caer hacia atrás sobre la cama gozando de las caricias.

-¡El culo!... ¡Ahora Chupame el culo!....¡Anda perra caliente obedece a tu amo!-

Mansamente Kara dejo de chupar los huevos para descender aún más hasta alcanzar la raja de las nalgas, una vez hay comenzó a toquetear el ano del maleante, mientras una de sus manos masajeaba la polla del hombre.

-¡Ahhhhhh.....! ¡Ahhhhhh!....... ¡Me vengo!.... ¡Me vengo todo!.....-

Al escucharlo Kara le metió un dedo a Lutor en el culo mientras volvía a tomar la polla entre sus labios, casi de inmediato sintió como el semen de su amado inundaba su boca, ella lo trago todo. Lutor quedó tendido en la cama, bufando como un toro bravo. Superchica se saco la polla flácida y preguntó enamorada.

-¿Logre satisfacerte mi amor?-

-Claro-

Respondió aún jadeante- Ahora te toca a ti-

Ambos cambiaron de lugar y ahora fue Lutor quien hundió la cabeza entre las piernas de Kara para lamer su sexo como un perro hambriento. El dulce olor del coño rubio lo enloquecía.

-¡Ohhhhhh!.... ¡Ahhhhh!...... Lex ....¡Lex!..... ¡No me chupes tan fuerte!.... ¡Que me matas!.... ¡Me matas!.... ¡Así!... Sí... Síiiiiiiiii.......¡Ohhhhhh me vengo!-

Pero su amante no quería que ella alcanzara el orgasmo todavía, así que detuvo sus lamidas obligandola así a retrasarlo.

-Ohhh.... Lex .... ¿Porqué te detienes?-

en lugar de responder Lutor la hizo girar sobre si misma, de modo que sus nalgas quedaran totalmente a su disposición, enseguida volvió a clavar su lengua en el culo de la chica, mientras metía dos de sus dedos en el húmedo coño. De inmediato la joven volvió a sentir que su cuerpo era presa de un fuego intenso que nacía en su culo mientras era lamido por Lutor.

-¡Lex!..... ¡Oooooooo!..... ¡Lex!...... ¡Lexxxxx!.....-

las caderas de la joven temblaron convulsivamente mientras sus entrañas se abrían para soltar a raudales sus jugos de placer. Al ver esto su jodedor comenzó a darle fuertes nalgadas, normalmente se habría roto las manos, pero poniendo en practica lo aprendido la otra noche había depositado un trozo de kiptonita bajo la cama, suficiente para menguar los poderes de Kara pero sin que ella experimentara mayores molestias.

En cuanto las nalgas estuvieron rojas Lutor lubricó con aceite perfumado su polla, también lo unto con un dedo en el ojete de Kara, y, antes de que ella dejara de convulsionarse, encajó la roja cabeza de su miembro en el ano de la chica entrando así en su intestino. De inmediato ella dio un respingo, debido al dolor que le causaba la penetración, pero él se aferro a sus caderas y empujó con más fuerza su pene dentro de ella, los esfínteres de Kara ofrecían una gran resistencia pero a base de fuerza treparon por ceder el paso a la terrible dureza del sodomita.

-Aprieta los dientes chiquilla-

dijo Lutor mientras aferraba los senos de la chica para hacer palanca é introducir su polla con mayor fuerza.-relajate, así sufrirás menos.

-¡Ohhhhh.... ay...... me duele mucho..... ayyyyy.....!-

gemía Kara al perder la virginidad de su ano. Lex soltó una de las tetas de la ´joven para así poder masajear su clítoris con fuerza a fin de estimularla.

-¡Aguanta!-

-¡Me está desgarrando..... ay..... Oh,.... Rao mío..... ¡Ayyyyy!..... ¡Ouhg!-

Kara gemía lastimeramente, pero su cabalgador se dio cuenta de que ahora había una leve muestra de placer en su voz. Mientras él comenzaba a entrar y salir de su culo, cada vez con mayor fuerza, provocando en la joven una creciente excitación al tiempo que el roce de la polla en su culo y de los dedos en su clítoris se hacia cada vez más intensa.

-¡Lex!..... ¡me muero!.... ¡Ayyyyyyyy!..... ¡creó que me estoy viniendo!....¡Ooooooo!..... ¡Leeeeexxxxxx!-

Incapaz de resistir más Kara se convulsiona como una poseída liberando sus fluidos íntimos. En ese mismo instante Lutor clavo su polla hasta la raíz y dejo que su semen brotara a raudales inundando las entrañas de su amante.- Para ese momento Clark, sin poder contenerse más había salido volando de su apartamento, no para ir tras ellos, ¿de que serviría?, sino para alejarse más allá del alcance de la transmisión. Lo cual lo llevo a salir de la ciudad. Cuando pudo escapar de aquel martirio gruesas lagrimas brotaron de sus ojos, lagrimas de rabia é impotencia.

De hay que no quisiera volver a Metrópolis. La otra cosa que no les había mencionado a sus padres era que sí tenía una idea para separar a Kara de Lutor, pero se resistía a llavarla a caba, iba en contra de todo lo que representaba ser Superman. Era casi de madrugada cuando el sueño lo venció, en el pudo ver horribles escenarios donde Kara hacia el amor con Lex para después verla mutilada sobre una mesa de operaciones, vio fantasmales seres que arrasaban ciudades enteras sin que él pudiera impedirlo, escuchaba la risa de Lutor retumbar en sus oídos hasta casi enloquecerlo. En ese momento hizo su aparición la madre de Kara, pidiéndo que salvara a su hija, que la protegiera, pero esta vez el fantasma holográfico se tornaba cada vez más agresivo hasta tomarlo por el cuello exigiendo el cumplimiento de su promesa. Clark despertó sudando y temblando, no tenía otro camino.

Al día siguiente, cuando Martha subió a llevarle el desayuno se encontró conque su hijo se había marchado, dejando solamente una pequeña carta sobre la mesa de noche.

"Mamá lamentó irme así. No puedo permitir que Lutor se salga con la suya, solo espero que tú y papá me perdonen por lo que debo hacer".-

Martha solo pudo rezar por el éxito de su hijo. Al salir el sol en Metrópolis Superman estaba listo para llevar a cabo su plan, con todo lo que ello implicaba. 9:00 a.m. Merci se encontraba en el estacionamiento de Lutor encerando la limosina, en ese momento sitió una presencia tras ella.

-¿Qué haces aquí?-

12:00 p.m. en la oficina de Pedro Huay Luisa Lane protestaba por la comisión que se le había asignado.

-Por favor Pedro esto no es una historia-

-Ho vamos Luisa-

dijo Pedro detrás de su escritorio- no todos los días puedes hacer algo como lo de Sur-América, esto también es noticia y tu trabajo es consegirla.

Más tarde Luisa abordo su auto para ir a su apartamento. En eso sintió una presencia y rápidamente volvió la cara.

-¡Que susto me has dado!. ¿Qué estas haciendo aquí?-

La fiesta de empresarios de Metrópolis era el evento más esperado, por algunos, para hacer los negocios más´productivos del año. Desde luego la estrella de la noche era Lex Lutor, el industrial más "respetado" de la ciudad; sin embargo en esa ocasión se le veía meditabundo, la razón era que jugar a los amantes con Kara ya comenzaba a cansarlo. Cierto que era un gusto follarse a la belleza extraterrestre, sin mencionar el placer de atormentar a Superman hasta hacerlo salir de Metrópolis. Aún así era hora de dejarse de juegos, Kara era la llave para la conquista del mundo y no era prudente posponer por más tiempo sus verdaderos propósitos.

Con eso en mente Lutor salió a uno de los balcones del salón, a sus pies estaba la ciudad y pronto el mundo entero lo estaría también. En ese momento escucho una voz a sus espaldas.

-¡Un centavo por tus pensamientos!-

Al volverse se quedo asombrado al contemplar la hermosa figura de Luisa Lane, elegantemente vestida con un vestido negro, que se ajustaba maravillosamente a su cuerpo, llevaba algunas joyas discretas y unos altos zapatos de tacón que realzaban la forma de sus caderas y sus pechos, que amenazaban con escapar del escote que los contenía. Su larga cabellera negra estaba recogida en un elegante peinado de salón.

-Tan hermosa como siempre señorita Lane-

Una amplia sonrisa apareció en el rostro del hombre.

-¿Por qué tan formal Lex?- la voz de Luisa era sensual y encantadora-

¿Temes que tú chica de acero se entere de que miras a otras?-

-¿Celosa?- dijo Lutor burlonamente.

-Tal vez-

Luisa se acercó más aún a Lex, los ojos de este miraban, no muy discretamente, los senos de Luisa mientras esta lo miraba con un brillo raro en sus ojos verdes.- Olvidaste mandar un regalo de felicitación por mi reportaje en Sur-América-.

-He estado ocupado-

-Haaa-

Un mesero se asomo al balcón y Luisa se alejo de Lutor para tomar una copa. Lex la miraba extasiado, era una de las pocas mujeres en Metrópolis que no se entusiasmaba por la idea de salir con él. Eso era lo que más lo atraía de Luisa.

-¿Quieres ir conmigo a otro lado?-

-Muuuu. Lo siento Lex pero estoy trabajando, tengo que averiguar si algo importante ocurrirá aquí.

-Nada importante.-

dijo Lutor acercandose a ella para abrazarla por detrás, extrañamente Luisa no lo rechazo, y murmuro suavemente en su oído.

-Habrá un par de fusiones, Lex Corp. consolidara su monopolio en la industria militar y se entregara un premio al "joven empresario del año". Si quieres más detalles te los daré afuera.-

Luisa lo miro unos instantes y finalmente le respondió con una sonrisa.-De acuerdo Lex veamos que es lo que tienes-. Sin decir más ella tomo el brazo del hombre y así entraron nuevamente la salón. Sin detenerse a miras a nadie Lex la condujo hasta el elegante elevador. En pocos minutos abordaron la gran limosina negra y salieron a pasear por la cuidad. En el interior Lutor descorcho un botella de fina campaña y, sin dejar de admirar lo bella que lucia Luisa, sirvió dos copas. ambos bebieron y un suave calor les recorrió el cuerpo.

-¿Intentas embriagarme Lex?- pregunto ella cuando él lleno su copa por tercera vez.

-Desde luego que no-.

-Que bien.

Porque francamente me parece cobarde el robar lo que puedes tomar- Luisa se inclino un poco de modo que Lutor pudiera ver claramente sus senos desnudos bajo la tela del vestido. El no necesito más estimulo para acercarse a ella, sus brazos la atrajeron y sus bocas se acercaron hasta que sus alientos se confundieron, más ella detuvo el avance colocando la punta de sus dedos en la barbilla de Lutor, al tiempo que sus ojos lanzaron una mirada insistente hacia la parte delantera de carro. Lutor desvió la mirada y descubrió a Merci mirandolos fijamente por el espejo retrovisor. Lentamente movió el brazo y sin prisa presiono un botón, de inmediato un grueso vidrio polarizado se alzo aislandolos de la conductora.

Merci apretó los dientes con rabia. Luisa y Lutor unieron sus labios en un beso apasionado, parecían dos adolescentes en su cita de amor, las manos del hombre recorrían la desnuda espalda de Luisa e incluso penetraron un poco entre la tela ´para alcanzar a rozar la piel de las nalgas. Por su parte ella desabotonaba la blanca camisa de seda para tocar la musculosa piel de su amante, la encontró cálida y envuelta en un fuerte aroma a colonia, para clavar en ella sus uñas teñidas de rojo.

-¡Aaaaaaaaaaa!-

gimió al sentir aquella caricia. Entonces se separaron un poco de ella y con un movimiento rápido, pero suave, tiro del escote, de inmediato los grandes pasos de Luisa saltaron libres, eran de buen tamaño redondos y coronados por rosados pezones, sin esperar a que ella reaccionara Lex se inclinó y tomo uno de aquellos frutos con la boca, mientras su mano acariciaba el otro. Luisa arqueó la espalda para dejar totalmente sus tetas a merced del criminal, de hecho ella misma tomó la cabeza del hombre y la oprimió contra su cuerpo.

-Oh.... Lex.... Eres terrible... No me muerdas tan fuerte...Mmmm....-

De pronto Luisa empujó a Lutor por los hombros para lejarlo.

-Vamos a mi casa- dijo mientras se acomodaba el vestido.

-¿Porqué?- desconcertado Lutor también se arreglo la ropa.

-Porque mamá siempre me dijo que las chicas decentes no hacen el amor en autos.-

Una sonrisa ilumino el rostro de Luisa al acercarse de nuevo a Lutor.

-Lo hacen en sus casas-.

Minutos después llegaron al edificio de apartamentos donde Luisa vivía, un lugar sin grandes lujos pero de indudable calidad, y, tras despedir a Merci subieron hacia el apartamento de bella reportera. No bien la puerta se cerro tras ellos Lutor la tomó con fuerza entre sus brazos y volvió a besarla, no encontró ninguna resistencia, ella abrió la boca y sus lenguas se trenzaron cual serpientes; mientras las manos de Lutor se apoderaban de las suyas para guiarlas hasta su entrepierna donde el gran bulto indicaba como la polla de Lutor luchaba por escapar de los pliegues del pantalón. La mano femenina procedió de inmediato a acariciar aquel inquieto monstruo por sobre la tela.

Finalmente él interrumpió el beso y se apartó un poco de ella, lentamente hundió los dedos de su mano entre el sedoso cabello negro y deshizo el peinado que lo aprisionaba, la larga cabellera cayo sobre la espalda desnuda mientras su mano seguía acariciando el bulto de Lex. Este la miraba con un brillo perverso en los ojos y acercandose le susurro al oído.

-mamá cariño...-

Suavemente la tomo por los hombros desnudos y con un poco de fuerza la hizo caer de rodillas. Luisa, con movimientos lentos corrió el cierre de la cremallera, al momento vio la gruesa polla salir de su escondite, grande, dura, más de lo que ella nunca hubiera visto. Por unos instantes se quedo quieta sin saber exactamente que hacer. Entonces él la tomo por la nuca y la fue acercando hasta su verga, ella termino por abrir los labios y devorar aquel trozo de carne. Lutor disfrutaba lo indecible de aquella mamada, tan largamente esperada, mientras marcaba el ritmo de la misma con sus manos.

Por un momento Luisa creyó que Lex se vendría en su boca pero este la hizo levantarse para besarla de nuevo, esta vez con una furia casi salvaje. Al separarse la empujo levemente hacia la sala y le dijo serenamente.

-Anda Luisa, desnudate, muestrame ese cuerpo de diosa que posees...-.

Ella sonrío con malicia mientras daba unos cuantos pasos, entrando en la sala, lejos de él. Solo tuvo que aflojar un poco el ziper del vestido para que este se deslizara por su cuerpo dejando al descubierto sus grandes tetas, su estrecha cadera y sus bien torneadas piernas, llevaba puestas unas finas bragas de satín negro y medias del mimo tono. Extasiado por la visión Lutor se acercó a ella y ahora fue él quien cayo de rodillas ante ella, sin miramientos la despojo de las bragas y hundió la cara entre los muslos, de inmediato Luisa sintió la entrada en su coño de un pequeño pero ardiente invasor que la hizo estremecer de pies a cabeza.

-Abre más las piernas cariño...-

Ella tuvo que dejarse caer en uno de los sillones de la sala para así poder abrir sus muslos al máximo y dejar que su amante bebiera a gusto las gotas de ambarinas que brotaban de su coño, mientras ella se masajeaba sus pechos con verdadera desesperación, sorpresivamente Lutor introdujo un de sus dedos en el ano de Luisa mientras su boca chupaba ávidamente el clítoris, ella respingo como una yegua salvaje al sentir como sus jugos íntimos salían de su cuerpo.

-¡Aghhhh.... s i i i i i i..... aghhhhhh!-

mientras Luisa se estremecía Lutor se separo de ella para despojarse de su ropa, una vez desnudo y con la polla firme, tomo a la reportera entre sus brazos y cargo con ella. Luisa le indico cual era la puesta de su recamara. Al entrar Lutor se sorprendió un poco al percatarse del tamaño de la cama, tipo matrimonial, pero ella, como si adivinara sus pensamientos le dijo.

-Me gusta dormir a mis anchas- Lutor no le dio más vueltas al asunto y acercandose a la cama deposito su carga sobre el mullido colchón. De inmediato hizo que Luisa volviera a mamarle la polla, sintió como ella chupaba,mordisqueaba y sorbía las gotas de sudor que empapaban el miembro. Esta vez Lutor solo se permitió unos instantes de este placer, pues lo que en verdad quería era follarla de una vez. Así que sacando su polla de la boca de Luisa la dirigió al coño húmedo de la mujer, durante un momento froto la cabeza de su miembro contra los abultados labios vaginales, Luisa sentía que sus líquidos brotaban ya de manera incontenible.

-¡Aghhhhh..... ya... por favor.... por favor....!-.

Animado por aquella suplica Lutor empujo con fuerza y su polla se deslizó dentro del húmedo coño, de inmediato sintió como los músculos vaginales se cerraban fuertemente en torno a su miembro. Luisa no era virgen como Kara, pero su obsesión por el trabajo, así como su constante competencia con los hombres, la mantenían alejada del sexo por largos periodos. Lentamente Lex comenzó a meter y sacar su polla de aquella funda de carne, al sentir el roce en sus entrañas Luisa rodeó la cintura del hombre con sus piernas para empujarlo aún más dentro de ella, sentía como su vulva se aferraba al miembro de Lutor, como si fueran un solo individuo, haciendo que cada embestida resultara más placentera de la anterior.

-¡Aghhhh.... que rico... más... más....!-

La voz de Luisa era grave y se entremezclaba con profundos jadeos.

-¡Estas riquisima Luisa...! ¡Eres la puta más deliciosa del mundo!-

Lejos de ofenderse por las palabras de Lutor se sintió más caliente y levantando las piernas las abrió lo más que pudo, como una bailarina, mientras el macho besaba y mordía sus tetas con fuerza, lamiendo y mordiendo como un perro.

-¡FOLLAME...! ¡DURO....! ¡MAS... METEMELA MAS....MAS!- -¡TOMALO PUTA!... ¡TOMALO TODO....TODO!-

los movimiento se hicieron cada vez más intensos, de pronto Lutor cerro la mano en la clásica seña para pedir aventones y sin dudas inserto su dedo pulgar en el ano de la mujer.

-¡Aggggggghhhhhhhh!-El grito de Luisa estremeció todo el departamento-¡Me vengo!.... ¡Me vengo......!.-

Ambos se vaciaron al mismo tiempo, sus líquidos se mezclaron, mientras sus cuerpos perlados de sudor se estremecían como atacados de epilepsia. Aún estaban unidos por sus sexos cuando el amplio ventanal de la terraza estallo en mil pedazos, ambos tuvieron que saltar de la cama para protegerse de la metralla, cuando se asomaron por sobre el colchón descubrieron la figura de una mujer, esbelta, de larga cabellera rubia y portando en su pecho la inconfundible "S".

-¡¿LEX COMO PUEDES HACERME ESTO?! ¡¿TE DI TODO, LO DEJE TODO POR TI Y TU ME TRAICIONAS?!... ¡¿PORQUE?!.... ¡¿PORQUE?!-

Los ojos de Kara estaban llenos de lagrimas, sus puños cerrados con furia hasta blanquear los nudillos. Con grandes pasos se acercó a la cama y sin ningún esfuerzo la levanto para arrojarla contra la pared. Lutor estaba pálido y confundido, como diablos se había metido en ese lío. Si hubiera visto por encima del hombro de Kara, a la distancia, hubiera visto un gallarda figura que observaba todo lo que pasaba.

Se trataba del hombre de acero, este tenía los ojos enrojecidos a causa de su propia furia y tristeza, él era el causante de aquella situación. Recordó su platica con la guardaespaldas de Lutor, quien acepto entregarle el aparato ultrasónico que Lex había utilizado noches atrás siempre que le prometiera no lastimar a Lutor. Pero lo que le dolía en el alma era el recuerdo de su encuentro con Luisa, ¡él la había convencido de entregarse a Lex aquella noche!. Superman no poseía poderes hipnóticos, paro si podía modular su voz de modo que sus ordenes resultaban irresistibles para los humanos, muy útil para controlar multitudes en pánico, esa era la razón por la que Luisa había actuado así.

En el departamento los amantes, desnudos y tirados en el piso, miraban con verdadero pánico a la joven de acero, su rostro desencajado y sus ojos llenos de rencor no vaticinaban nada bueno. En un intento de salvarse Lutor se incorporo y trato de llegar hasta la salida, vana esperanza, Kara solo tuvo que acelerar un poco sus movimientos para bloquearle el paso.

-¡MALDITO SEAS LEX!.-

La joven respiraba cada vez más rápido

-¡LOS MATARE A LOS DOS!. ¡VAYANSE JUNTOS AL INFIERNO!-

Los ojos de Kara comenzaron a brillar hasta tornarse de un rojo intenso, por un momento la imagen de la muerte paso por la mente de Lutor y Luisa, Ambos cerraron los ojos y esperaron el final. Ambos sintieron claramente una onda de calor que los abrazó, pero no murieron, tímidamente abrieron los ojos y vieron las amplias espaldas de Superman, quien en el último momento los había protegido.

-¡VETE DE AQUI KAL! ¡ESTO NO ES ASUNTO TUYO!-

-¡YA COMETISTE UN GRAVE ERROR KARA NO TE DEJARE COMETER OTRO!-

Los dos colosos se miraron con decisión, detrás de Superman Lutor estuvo a punto de sonreír por la ironía de todo aquello.

Kara intento pasar a super-velocidad junto a Superman pero este la tomó por la cintura y ambos salieron disparados del departamento. La fuerza fue tal cayeron muy lejos de la ciudad. Kara golpeo a Superman con toda la furia de que era capaz, el hombre de acero se limito a resistir los golpes, hasta que agotada la joven termino llorando entre sus brazos.

Cerca del amanecer ambos estaban sentados en la tierra húmeda, callados, cada uno con su propio dolor clavado en el alma.

-¿Así es este mundo?... ¿No puedes confiar en la persona que amas?-

- A veces- él paso su brazo por los hombros de Kara y la atrajo un poco hacia sí. -Pero no dejes que esto te destruya, algún día encontraras a alguien en quien puedas confiar-. - -¿Cómo tú?-

Superman no respondió, simplemente miro el amanecer. Más tarde Kara se despidió, había decidido volver a la granja de los Kent por un tiempo. El la vio alejarse y se sintió extrañamente satisfecho. En cuanto a Lutor este paso los siguientes cuatro meses escondiendose como una rata, y llevando a todas partes un trozo de kiptonita para protegerse. Por su parte Luisa no recordaba claramente aquella noche, aquí entre nosotros les diré que no lamentaba haberse acostado con Lutor, ¡Que macho era en la cama!, lo que si la fastidió fue tener que pagar cinco mil dólares por la reparación de su departamento. Superman por su parte se sentía culpable por haber usado a su amada en semejante plan, más los héroes deben sacrificarlo todo por el bien de la humanidad, si valía o no la pena solo ellos lo saben.

FIN.

AUTOR. "EL MONJE"

(9,00)