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De campamento (mi primera experiencia y de lo más intensa)

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Mi nombre es David, tengo 21, bisexual. Tengo pelo negro, ojos bien oscuros, nariz perfilada, mestizo de tez clara y piel limpia. No vayan a verme como creído pues no es mi intención, pero todo el tiempo me dicen cosas interesantes acerca de mis "carnosos labios". Mi cuerpo es delgado más o menos atlético pues se define un poco en abdomen, brazos y piernas y tengo nalgas firmes, pero a simple vista me veo delgado, por ultimo no soy muy alto, mido aprox. 1.68.

Todo comenzó cuando se acercaban las vacaciones de verano, las cuales no serían las mejores dado que mis padres se divorciaban. Mi madre tomo la decisión de que nos mudáramos lejos de toda la vida que ya habíamos establecido razón por la cual le odie en el momento, pues, debido a mi inmadurez se me hacía imposible ponerme en su lugar. Y ahí estábamos, mi madre, mi hermanita y yo.

En forma compensatoria al haberme alejado del resto de la familia y de los poquísimos amigos que tenía, decidió inscribirme en un campamento de verano de aproximadamente un mes y medio. Yo todo el tiempo estaba enfadado, y si había una razón para que al fin aceptara ir a ese sitio, era para estar un rato sin ver a mi mama y sin escuchar los molestos lloriqueos de mi hermana menor. Yo en ese tiempo no tenía novia, me consideraba hetero, pero en mi vida no era el mejor de los momentos para una relación. Mi manera antisocial y antipática de ser creo que también influía pues siempre estaba apartado del resto, mi música me bastaba.

Venido el día, llego al punto de reunión con mi equipaje y con lo que no podía faltar, mis auriculares. Al parecer llegue más temprano de lo debido, así que me toco soportar la llegada de todos y cada uno, eso me permitió darme cuenta de que era yo el único nuevo en el grupo ya que al parecer todos se conocían entre sí, aunque cabe destacar que se dividían por categorías. Ya pasada casi una hora de esperar, llega un jeep con un chico muy atractivo, rubio, ojos azules y diferencia de mi bien marcado y más alto que yo, me parece me llevaba 2 años. Cuando llega, es recibido con algarabía por gran parte del grupo, mientras que otros, quienes parecían haber sido sus víctimas de bullying una que otra vez solo suspiraban al verlo pasar. A uno de ellos, ubicado cerca de mi le escucho decir: 

- ahhh, al fin! ya podremos irnos.

Un momento después, y como si en verdad solo a él esperábamos todo el rato, suena una alarma y todos empiezan a subir a los buses, por coincidencia me toco el mismo donde iba el chico ese, "el guapo y popular" que todas añoraban, y cuando estoy ya ubicado, sentado en mi lugar, me percato de que mi compañero de asiento es el mismo que hace un rato estaba cerca mío.

- Áaron es su nombre, gana todas las competencias año tras año, a pesar de ser atractivo por eso lo aclaman tanto.

(dice el chico, al percatarse de cómo lo observaba).

- uhmmmmmmm, de acuerdo, gracias por el dato.

(respondo anticipadamente).

Durante todo el viaje tenía el chico intensiones de hablarme, pero me las ingeniaba utilizando mis auriculares como barrera entre él y yo. Cuando llegamos al sitio no puedo negar que me agrado el lugar, claro, obviando lo ruidoso de los diferentes grupos que gritaban emocionados al encontrarse con personas de otros lugares del país a quienes tenían todo el año sin ver. Un rato después, me indican donde dormiré y tomando mi equipaje me dirijo allí, arreglo mis cosas y me recuesto a escuchar música.

Una hora más tarde, aburrido de estar en la habitación, salgo a conocer el lugar y no sé por qué rayos se me acelera el corazón cuando me percato de que me está mirando Áaron mientras habla con su grupo y se le salen las babas a las chicas que lo rodean y por qué no, a las que de lejos lo miran también. El parecía estar más que cociente de que todas las chicas y uno que otros chicos le tenían más que simple admiración, pues además a esto, lo deseaban lujuriosamente. Yo por mi arte decidí no darle importancia, e ignorarlo como quizá nadie le había hecho antes, lo que es probable le haya llamado la atención.

Pasan los días y aunque decidí no participar de ninguna competencia, por alguna razón tenía curiosidad por verle jugar y ganar cada uno de los juegos como me habían contado ocurría. Para mi sorpresa el parecía disfrutar de que lo observara, ya que cada que anotaba un punto me miraba de una manera muy peculiar, mirada que por cierto tenia cierto tono de macho alfa marcando territorio y así fue cada día, por más que me quisiera resistir siempre terminaba yendo a los partidos a verle jugar y ganar, desde la última banqueta de arriba y, por otro lado, a ser observado por él, pues él me observaba como si cada competencia la ganara para demostrarme algo. Eso me hacía sentir cosas para mi nuevas dado que a ese tiempo nunca había tenido sexo, ni siquiera había tenido nunca una relación amorosa. Pero el me hacía sentir raro, me hacía sentir retado a algo.

Un día me desperté muy tarde, y perezoso decidí quedarme en cama y no ir al partido.

para mi sorpresa a la hora de la comida voy al comedor y desde la fila logro localizarlo al sentirme observado por él. Cuando termino mi turno y recibo mi bandeja decido como siempre no comer en el comedor sino retirarme a un lugar cómodo cercano al lago y alejado al ruido. El al darse cuenta de que me alejaba, noto como corta su conversación con sus amigos y "fans" por decirlo de alguna manera, inventándole a estos alguna excusa o pretexto. Al percatarme de que me seguía me puse nervioso y no pude evitar ponerlo en evidencia pues mis manos temblaban y la bandeja de comida con ellas.

 (nota: cuando me pongo nervioso además de que tiemblan mis manos mis labios y mejillas se ruborizan lo que intuyo que le pareció atractivo de alguna manera a él por la cara que puso al verme).

- ¿cuál es tu nombre?

- que te importa a ti mi nombre (le respondí)

- uhmmm y yo a ti que te hice, por qué razón me hablas así?

Al percatarme de como he sido de grosero y ver cómo me responde el muy calmado me pongo a pensar que quizá me he creado un mal concepto de él, quizá reaccione, así como un mecanismo de defensa o talvez porque normalmente así le hablo a todo el mundo, quien sabe. Bueno, el caso es que me disculpo con él y continua la extraña conversación.

- lo lo siento, discúlpame, no estoy en un buen momento de mi vida y además no soy muy sociable que digamos, digamos que acostumbro a hablar así por impulso.

- por mí no tienes que sentirte amenazado, no soy de temer, quizá si de admirar pues soy encantador, lo sé, pero no alguien con quien debas usar esa forma de barrera.

 (dice haciéndome enojar un poco por lo que insinuaba el muy creído, pero decido guardarme mi comentario y el prosigue)

- Ahora explícame, ¿por qué faltaste al partido de hoy? (pregunta esta vez en tono exigente como si yo le perteneciera, como si fuera algo suyo, como si le debiera explicaciones).

- pero vamos a ver... ¿y tú que o quien te crees? (él sonríe en una manera que en ese momento me hace cabrear, pero me contengo)

- ¿no me vas a decir por qué no fuiste hoy a verme jugar?, espero tu respuesta.

- yo a ti no te debo explicaciones, es lo primero, segundo ¿por qué rayos piensas que voy a los partidos exclusivamente a verte jugar?

- bueno, todos lo hacen. (narcisismo total)

- ¿qué te hace pensar que soy todos?

- más te vale no perderte el partido de hoy en la tarde, lo ganare para ti.

(me dice acercándose más a mí y dejando impregnadas mis fosas nasales por su aroma, luego sin más se voltea y se va dejándome agitado)

- si faltas me puedo cabrear yo más.

Luego de eso se me fue el hambre, sin dudas había cumplido su cometido, en mi mente retumbaba su voz, en mi nariz persistía su olor, y no podía dejar de pensar en él, su cuerpo, su cara, su actitud de macho alfa, el cómo me hacía sentir retado, todo eso me volvía loco, y algo que no debería dejar de mencionar, no podía dejar de pensar de su gran paquete, el cual él lucia descaradamente escogiendo cada día la ropa más sugerente. Llegada la hora me debatía entre ir o no, me estaba volviendo loco, de pronto resulta que me interesaba su juego, ese en el que me involucraba poco a poco y ya listo seguía aun indeciso, mis manos temblaban, estaban alteradas mis constantes vitales y de momento mi corazón da un salto cuando escucho que tocan a la puerta.

- hola pequeño, sé que estás ahí! sal que casi empieza el partido y debo ir a ganar.

(si ya estaba agitado entonces eso fue la cerecita que coronó el pastel. respire profundo e intente calmarme revistiéndome del antiguo David, ese al que le vale verga todo)

- ¿pero tú que te has creído?

(le digo en tono de enfado abriendo la puerta y percatándome de que estamos solo él y yo porque todos están en el partido, y sí, me dio algo de temor darme cuenta que ante esa situación nada odia hacer si el intentaba algo)

- ¿qué me creo?... la persona que hace interesante el hecho de estar en este lugar a lo mejor.

(dice el, muy engreído, acercándose y dejando solo 2 cms entre nosotros)

- ya son las 3: 54 pm y a las 4 empieza el partido, si la estrella principal no asiste sin explicación, saldrán a buscarme, y no dudare en dar la real razón como explicación, así que te aconsejo que me sigas al partido y permitas que todos la pasemos bien.

(dice esta vez más serio, es como si de verdad tuviera algún poder legal sobre mi).

Yo confundido, sorprendido, y lleno de conflictos internos en mi cabeza por no entender cómo es que se le hace tan fácil manejarme, salgo de la habitación y empiezo a caminar como un zombi seguido por él.

- así está mejor pequeño, vayamos, gano el partido para ti y luego la pasamos bien un rato tu y yo, ¿no crees?!

"¿pequeño? ¿ganar para mí?  pasarla bien él y yo? ¡pero que rayos!  pero será creído!" (pienso mientras me percato de la excitación que eso me provoca).

Durante todo el partido no deja de mirarme, me observa, me come con la mirada, como cuidando de que se me ocurra desaparecer de momento y como si cuidara de que alguien se atreviera a acercarse a mí. El notaba los nervios en mí y eso al parecer le gustaba, le excitaba surtir tal efecto en mí, cosa que me fastidiaba, pues no soy de dejarme mangonear de nadie, pero el al entender lo que pasaba por mi mente se lo gozaba y no paraba de reír al ver mi cara de enfado, pues literalmente estaba ahí por obligación. A eso me obligaba su orden de que estuviera ahí para que lo viera ganar, me obligaba su amenaza de que si me iba se las ingeniaría para hacerme pagar y me obligaba mi cuerpo pues este último parecía disfrutar de ser observado posesivamente por él y misteriosamente cada que él me miraba al ganar un punto y me guiñaba el ojo, algo dentro mío se contraía proporcionándome un tipo de placer extraño y difícil de describir y cuando al fin termina el juego, como era de esperar el sale en 1er lugar y todos correr a donde está, elogiándolo y aclamándole como ganador.

Cuando lo veo distraído entre la algarabía, pienso que se olvidó de mí y analizo que puede esta ser mi oportunidad de escabullirme, además me di cuenta de que se estaba nublando poco a poco un detalle que me agrado ya que facilitaría mi escape, sin mencionar, que yo amo estar bajo la lluvia, mirar el panorama del clima lluvioso sin dudas es la mejor terapia para mí. Luego de un rato, cuando empieza a llover todos salen corriendo, yo aprovecho y me voy a mi lugar preferido, cerca del lago y alejado de los demás. Mientras contemplo la lluvia caer me llevo la sorpresa de que como si me hubiera instalado algún puto GPS luego de 15 minutos el aparece con una camiseta de una tela blanca casi transparente, que al estar mojada deja tooodo a la vista, y su pantalón estilo short no hace la diferencia, me quedo pálido al ver su herramienta toda marcada, lo que no dudo haya hecho de forma premeditada.

- porque te fuiste así? (dice muy serio en tono reclamo)

- ya ya ya había acabado el partido, que más querías?

- uhmmmmm, y por qué estás aquí tan apartado, y solo? ¿acaso te me estabas escondiendo?

- ...........

Ver mi timidez, ver que por primera vez no estoy a la ofensiva, sino que me muestro recesivo lo hace sentir grande y alimenta su ego, pero yo nada puedo hacer al respecto. De momento empieza a acercarse, se sienta a mi lado y dice que no va a hacerme daño que no debo temer, me empieza a poner el bazo por encima del hombro y dice que está muy frío como para estar así, que deberíamos darnos calor mutuamente.

Yo sorprendentemente no digo nada y el me abraza, pero su abrazo poco a poco se va volviendo más posesivo y poco a poco pasa de estar a mi lado a estar detrás mío rodeándome con sus brazos, arropándome con su cuerpo, mi cuerpo empieza a agitarse y por más que intento controlarme, me erecto a la vez que me ruborizo y él dice.

- deja de resistirte ya que ambos sabemos que te gusto, así como tú a mí.

Saber que alguien como él, a quien todos aclaman y el autor de los sueños húmedos de más de una gusta de mí, sinceramente me alimento el ego, y eso fue un suplemento para la excitación que ya de antemano me producía esta situación, me acaloro y me agito aún más, mi polla late, mi respiración se agita, mi boca se seca, y por alguna razón mi ano se contrae. Empiezo a perder mis facultades y es algo que jamás me había ocurrido, por lo que ante eso me asusto.

Él se percata de cómo reacciona mi cuerpo ante sus palabras y se aprovecha de eso.

- verdad que si te gusta esto pequeño?

(dice en tono muy erótico, acercando su lengua a mi oreja y erizándome por completo, para luego pasar a mi cuello y chuparlo como un vampiro, me chupa y me deja marcado)

- ya te he marcado, ahora me perteneces pequeño, ahora eres objeto de mi placer, cuando vean la marca en tu cuello deberán saber que tienes dueño.

Desde ahí donde está, detrás mío, empieza a sacarme poco a poco la ropa, con la posibilidad de que pueda vernos alguien, y cuando quedamos ambos solo con en boxers, por medio de una maniobra a la cual aún sigo buscándole lógica, nos cambia simultáneamente de posición, quedando yo debajo de él, el sobre mi poniendo a rozar nuestros paquetes, dejándome loco mientras me seguía chupando el cuello, lamiéndolo, lamiendo también mi oreja y repartiendo eróticos besos donde identificaba una zona erógena. Al ver que no reacciono intentando alejarlo de mí, sino que sucumbo a sus deseos el me mira a los ojos muy serio y con mirada imponente y me empieza a sacar los boxers, me la empieza a chupar, siendo esa mi primera felación, mi cuerpo reacciono bruscamente ante el placer que me proporcionaba, al sentir tanto placer lleve mis manos a su cabeza para acariciársela, pero el levanta la mirada, toma ambas manos mías y las coloca en el suelo más arriba de mi cabeza y con tono muy exigente dice:

- ahí las quiero, si las mueves te atendrás a las consecuencias.

Eso para mí se vuelve una total tortura y me parece que es justo lo que quería, por muchos días estuve soñando en tocar su cuerpo, pero él ahora me priva de eso y en su cara le veo disfrutarlo. Vuelve a bajar la cabeza, y chuparme como no creo que otra persona pueda hacerlo, y luego de un momento y con cara de lujuria, mirándome se pone derecho dejando a mi vista si latente erección bajo el boxer, toma el box y empieza a bajarlo muy lento y sensualmente haciéndome tragar en seco. Él sabe que me muero por tocarlo, por olerlo, por saborearlo, y hasta quizá morderlo, pero me priva de eso y sentirse deseado por mí a ese punto lo excita más, lo noto en su sonrisa y cuando ya está desnudo por completo se empieza a tocar como si lo hubiera ensayado, indicándome con palabras cortas que sabía que eso es lo que deseaba yo hacer, pero recordándome que mis manos no debían moverse de su lugar.

Se me secan los labios de deseo, de tanto querer ese pedazo en mi boca y luego de un momento me toma de las piernas y yo me tenso, pensar que todo ese tamaño que tiene entraría en mi me aterraba la verdad y aprieto mi esfínter poniendo cara de miedo, pero el percatándose me dice que todo saldrá bien si me relajo, cuando se vuelve a bajar siento su lengua dominando mi entrada y empiezo a gemir, eso provoca que vaya poco a poco dilatando, hasta que llega el momento en que mete un dedo, robándome un jadeo, luego mete otro, y comienza a moverlos dentro de mí, yo al sentir todo eso aprieto la hierba con mis manos como liberando presión y le aprieto los dedos con mi ano, lo cual le gusta.

- ya estás listo pequeño (dice con una sonrisita de niño malo) - eres mi juguete y quiero jugar con mi juguete.

- te voy a poseer, pero no debes temer por que luego vas a querer más. (vuelve a irrumpir el silencio).

Pone su capullo, tremendo capullo en mi entrada, y muy lento empieza a empujar haciéndome presión, mientras tanto acariciaba mis piernas, rodillas, muslos y me besaba en todas partes para relajarme, menos en la boca. De repente empieza a entrar en mí y comienzo a sentir un dolor inmenso por lo que se me salen las lágrimas, pero intento contenerme para que nadie nos oiga y el solo disfruta de ver mi cara, y alegando que pronto se convertirá en placer mi dolor empieza a entrar más y más en mí. Yo por mi parte empiezo a gritar pues dolía mucho, su pene era muy grande y yo era virgen hasta ese momento.

Me logra penetrar y cuando al fin está dentro de mí por completo y sentir como yo le apretaba le gustaba pues me lo decía en tono morboso, de hecho, en ocasiones hasta lo pedía, él se queda quieto un momento estando todo dentro mío y luego de un rato empieza a bombear. Yo grito, gimo, jadeo, y me desespero, pero él no me permite que me safe pues me tiene retenido y sigue bombeando, empieza a aumentar el ritmo, yo poco a poco empiezo a percibir una sensación de placer mezclado con el dolor de su gruesa polla en mi estrecha entrada, lo que luego de un rato comenzó a ser placer total, el me penetraba y yo gozaba, me follaba, me utilizaba como un objeto del cual sacaba placer para sí, y mientras me follaba con total posesividad me exigía:

- di mi nombre pequeño, di a quien perteneces!

Mi cuerpo se desconectó, lo que sentía era tal que ni necesite tocarme para llegar a la primera de dos veces que me corrí mientras me follaba, pues él tenía mucha resistencia, y todo un semental el maldito, lo supe cuando luego de tanto rato sentí su cuerpo tensarse, y su polla ejercerme una nueva forma de presión dentro, como engrosándose un poco mas mientras latía y soltaba chorros dentro de mí, 1, 2, 3 ... 6, 7 y se desploma sobre mí, con la respiración agitada de ambos, luego de unos segundos empieza otra vez sin haber salido de mí, comienza el entra y sale y siento un cosquilleo cuando empiezan a salir gotitas del semen que ya me había descargado dentro.

Un rato más tarde se corre otra vez, y yo igual, aunque no exactamente al mismo tiempo, pero disfruté ver como su cara se descompuso en un gesto de placer absoluto acompañado esto de sus varoniles gruñidos de placer y esos últimos intentos de embestirme. Cuando ya al fin no puede más, se deja caer con cuidado sobre mí para reponerse y yo respiro más profundo al sentir su cuerpo sobre el mío y al fin tener la oportunidad de tocarlo, pero me concentro en mi intento de relajarme pues lo necesitaba. Y qué decir, el maldito les cuento tenía razón, ¡me quede con ganas de más! y después de reponerse de unos aproximadamente 35 mints de sexo intenso sin descanso, sin salir de mi ni un momento, se levanta, me toma de la cintura, me indica que rodee su cuello con mis brazos, nos levanta del suelo y bajo la lluvia me lleva hacia el lago donde me empieza a limpiar delicadamente la entrada y a tratarme con suavidad como si fuera otra persona. Al finalizar me toma en los brazos, me saca del agua y me sienta debajo de un árbol muy grande y frondoso donde nos quedamos viendo un rato el anochecer lluvioso y yo no dejaba de preguntarme si era cierto todo lo que acababa de ocurrir.

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