Nuevos relatos publicados: 13

Ana María masturbó a mi amigo

  • 3
  • 5.776
  • 8,57 (21 Val.)
  • 1

Buenas mis dulzuras. Estelita, en camisón y en la camita, con la cremita en la mano, les cuenta otra historia bien potente de la potente Ana María y mi potente amigo el sexópata. Mi amigote se quedó enganchado con Ana tras verla algunas veces en casa, cuando lo invité a comer, y se hizo la cabeza con ella. Tanto, tanto, que me llamó pidiéndome el teléfono de ella. Yo le dije que lo iba a consultar; la llamé, le conté y Ana dijo sí de una, bien loquita. Así que lo llamé, le di el número, él la llamó y arreglaron para cenar en su casa.

Rápida y sexy como es, Ana María se puso muy pero muy linda, saco y pollera negra, blusa crema, tacos, maquillada, perfume riquísimo, crema para las manos, y preparó picada y sandwiches de fiambre y flan con crema. Mi amigo llegó muy bien vestido y superperfumado, Ana lo recibió dulce con un beso en la mejilla, lo acariñó y lo acompañó al comedor, lo acomodó en un sofá y trajo una mesita con ruedas con la picada y el fiambre preparado, todo para él. Ana se le puso bien cerquita en el sofá y le daba queso y fiambre en la boca, y mientras los dos disfrutaban la cena, ella se mostraba muy mimosa, sacándolo al hombre que ya estaba caliente con ella de entrada. Después del fiambre vino el postre, y luego, los dos vieron tele en el sofá bien juntitos. Pero Ana María tenía algo más. Y mi amigo, claro, también. Así que fueron a la pieza de ella, que lo convidó con café y le siguió pegoteándosele y mimándolo. En un momento, él no resistió y la besó de una en la boca pintada de rojo. Ana aprovechó, rápida, lo besuqueó en la boca y lo acarició un montón. Y ahí explotaron.

Mi amigo se tentó y le pidió sexo a Ana, que enseguidita le sacó la ropa y permitió que él la desvistiera. Y cuando se quedaron en ropa interior, empezaron a jadear y Ana le pidió que la pusiera en bolas. Y mi amigo, sacado, le arrancó el corpiño, le hizo sacar la bombacha, ella le sacó el calzón y él peló tremendo salchichón. Pero antes de darle a ella, mi amigo le salió con que quería que ella lo masturbara, ya que parece que tenía algún lío para eyacular. Cómo no, dijo la loca, se quitó la bombacha, le pasó cremita por el pene, se lo mimó, lo besó y se lo frotó con tutti. Qué problema ni qué sorete. Después de diez minutos de frotada, mi amigo, loquísimo,  eyaculó tremendo semen que bañó las tremendas tetas y la cara de Ana María. Que ahora sí se disponía a ser violada. Pero no: mi amigo quiso más paja. Y Ana lo satisfizo con otra frotada, volviendo el tipo a bañar de semen a la mujer. La próxima fue Anita quien le pidió sacar su leche, mi amigo no quería mucho, pero la trola insistió, él se excitó, fue estimulado con un polvo por ella y tras el pa pa pa, volvió a eyacular a borbotones abundante semen. Y claro que ahí no quedó, porque mi amigo no quiso más paja sino que quiso violarla. Y para su locura, Ana se puso en cuatro, le dijo cosas puercas, le pidió que se la diera. Y mi amigo, sacadísimo, se le acostó y con furia la penetró y le dio hasta llenarle la vagina de semen. Luego, para sacarse la bronca de tanta masturbación, le volvió a dar pero por la cola, y remató con dos por la vagina, siempre con muchísimo semen. Un semental impresionante. Paja y pija, pija y paja. Y mucho semen. Ana María, agradecida.

(8,57)