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El pervertido

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Don Juan era un señor mayor de 60 años el cual vivía solo en una cómoda casa donde pasaba sus últimos años. Sus vecinos eran una familia compuesta por Diana la esposa 40 años, Diego el esposo de 43 años y Antonieta la única hija. Eran una familia adinerada gracias a los negocios y largos viajes de Diego.

Antonieta había terminado la secundaria y mientras esperaba para entrar a la universidad pasaba el día con sus amigas o en casa viendo televisión, Diana por su parte era ama de casa y mantenía el orden y los quehaceres del hogar.

Con el pasar de los días Diana noto un cambio en su hija, la notaba más sonriente y pasaba menos tiempo en casa, pensó que quizás era un nuevo novio quien llenaba nuevamente de alegría a su pequeña. Un día Diana noto que Antonieta no estaba en casa por ende aprovecho para limpiar su habitación, al llegar al ventanal que daba justo al frente de la casa de Don Juan pudo notar que Don Juan estaba en su habitación y por un pequeña silueta no estaba solo, Diana sonrió pensando en que podía ser una prostituta pagada por el Don, pero al asomarse un poco más quedo helada y sobresaltaba a ver que efectivamente había una chica allí dentro, quien le estaba modelando una tanga negra en forma de hilo sin sostén a Don Juan mientras este se masturbaba relamiendo sus labios al observar a Antonieta moviendo su lindo trasero blanco y su larga cabellera negra moverse para él. En medio del nerviosismo, emoción y rabia, Diana bajo rápidamente a la casa de Don Juan la cual estaba cerrada y tuvo que entrar por la parte trasera, al entrar escucho gemir a su hija, corrió más rápido y al entrar a la habitación quedo de piedra al ver a Don juan metiendo y sacando su enorme verga dentro del culo de Antonieta quien tenía los ojos desorbitados y una sonrisa de gozo en su cara.

Diana se puso más nerviosa aun al ver que Juan volteo a mirarla. Diana solo pudo gritar ¡¡ANTONIETA!! Quien rápidamente se vistió y salió corriendo avergonzada llorando. Diana indignada le grito a Don Juan maldito PERVERTIDO, este aun acariciando su enorme verga solo le dijo: Tranquila tú no me gustas para nada y ella vino por su cuenta. Diana tan solo salió enfurecida y se fue hacia su casa directamente al cuarto de su hija quien se encontraba llorando y le dijo que no vuelva a pasar o te juro que se lo contare a tu padre Antonieta.

Los días transcurrieron como si no hubiese pasado nada, Diana limpiando, Diego de viaje y Antonieta encerrada en su cuarto castigada, lo cual Diego nunca supo por qué. Una mañana mientras Diana limpiaba en el jardín trasero de su saca oyó uno gemidos provenientes del cuarto de su hija, rápidamente asustada y nerviosa corrió hacia a la ventana a ver que sucedía y pudo ver a su hija desnuda metiéndose tres dedos en su vagina balbuceando “SII HAZMELO ASI DON JUAN, SI ABRE MI CULO, ME GUSTA COMO ME COJES, TU VERGA ES GRANDE ES MIA DAMELA PAPI DAMELA!!” Con una mano se masturbaba y con la otra se tocaba los senos  y se retorcía de placer, su madre se sintió más aliviada de verla sola pero no supo ni qué hacer ni cómo reaccionar solo quedo inmóvil por un segundo sabiendo que no podría prohibirle a su hija el hecho de masturbase ni de fantasear así fuese con un hombre mayor, mientras que Antonieta se colocaba de perrito y se metía sus dedos de nuevo y se curvaba para nalguearse con su otra mano, estaba poseída de deseo y tan solo quería la enorme verga de Don Juan dentro de ella.

Diana solo se alejó y fue a bañarse para refrescar su mente, solo se preguntaba qué hacer, y empezó a recordar a su hija siendo penetrada por aquel gran pene, luego como ahora su hija se masturbaba sin control pensando en él y luego recordó las palabras de Don Juan “Tu no me gustas para nada” y esto hizo que se enojara más y dijera: viejo pervertido no tienes idea… y no quiso terminar la frase así que termino de ducharse y salió a preparar el almuerzo para su hija con quien comió como si nada. Notaba que su hija necesitaba de ese hombre y eso le daba rabia.

Esa noche mientras Antonieta dormía, Diana no conciliaba el sueño su mente solo recordaba los últimos acontecimientos ocurridos y no podía sentir paz para dormir, así que salió hacia la azotea de la casa con tan solo una bata blanca semitransparente que ocultaba un juego de lencería azul muy sexy que se ajustaba muy bien a su cuerpo el cual era muy apetecible por su muy buena y esbelta figura, al estar allí se dio cuenta que la luz de la ventana de Don Juan estaba encendida y se asomó para verle, este noto rápidamente que alguien le observaba y se dio cuenta que era su vecina Diana quien estaba sola allí en su azotea, Diana simulo ver la ciudad y las luces mientras que Don Juan solo se detuvo a mirarla.

Diana sintió la fuerte mirada de Don Juan y de repente y sin saber por qué empezó a desabrocharse su bata mostrando un más su cuerpo esbelto, Juan no podía imaginar que su vecina estuviese tan buena y con descaro Diana se bajó toda la bata simulando que se le había caído mostrando su hermoso culo a Don Juan el cual ya había empezado a pajearse con locura, Diana pudo notarlo y una sonrisa de malicia y excitación recorría su cara, esta se reincorporo su bata y empezó a tocarse los pechos muy suavemente, volvió a mirar de reojo y vio aquella gran verga que tanto deseaba su hija y que ahora se la estaban masturbando por ella, Diana continuo haciéndose la tonta mostraba ahora sus nalgas como si estuviese quitándose algo encima de ellas, al finalizar de tocarlas vio que ya Don Juan había acabado y ella procedió a meterse en su casa directo a su cama donde se recrimino lo acontecido, mientras recordaba todo empezó a calentarse y a tocarse exclamando entre sus labios “no y que no te gustaba pervertido, mi culo te gusta, te gustan mis tetas, te gusto yo, te excita verme, te masturbas esa enorme verga rica por mí, si mastúrbate por mi pervertido”, mientras decía esto empezó a masturbarse como loca y meterse los dedos en su vagina y gemir como perra en celo “te gusto pervertido, tu pene se pone duro por mí, siiii” hasta que termino en un orgasmo que dejo sus piernas temblando y muerta del cansancio.

Al despertar al día siguiente ya eran las 10 am exclamando “ES TARDE!!" y se fue a limpiar la casa cuando de repente noto que su hija no estaba en casa, procedió a llamarla y no contestaba, solo le vino a la mente EL PERVERTIDO, entones fue hasta la casa de Don Juan nuevamente donde al entrar no se escuchaba nada, luego se asomó al cuarto de él y allí estaba tumbado en la cama desnudo y su hija Antonieta le hacía una paja dándole besitos al glande de su pene deseosa de darle placer, este resoplaba gimiendo por lo bien que la pasaba y Diana atónica por la imagen donde ya había mojado su ropa interior con esa imagen.

Al notar que Don Juan iba acabar en la lengua de su hija Diana interrumpió gritando ¡¡ANTONELLA!! Y ferozmente entro a la habitación ¡¡TE VAS YA A LA CASA Y USTED PERVERTIDO TENEMOS UNA CONVERSACION ESTO NO PUEDE CONTINUAR!! Antonieta salió corriendo y  quedaron ellos dos solos, Don Juan solo pudo decir disculpe ella entro yo solo terminaba de bañarme, ella dijo Si yo sé que usted no es el culpable, también sé que mi hija no controla sus emociones, también que usted es hombre y que también a usted le gusta mi cuerpo, diciendo esto se quitó la ropa quedando solo con un hilo y sostén negro que hacia juego con su larga cabellera negra y ojos castaños, se puso en 4 encima de la cama y le dijo a Don Juan Entonces ibas a acabar tan rápido?.

Don Juan se puso de pie a deleitarse con el culo de Diana su vecina, ella le decía ¿te gusta verdad? Anoche no lo veías tan de cerca ahora puedes tocarlo, ¿te gusta?? El viejo embobado empezó a pajearse y a morder sus labios mientras ella decía anda mételo, vas a saber que es una mujer de verdad pervertido. Don juan fue metiendo su gran verga la cual se iba perdiendo en esa vagina caliente y húmeda que iba siendo llenada por aquella gran masa de carne, ella gemía de placer y rasgaba la almohada y este suspiraba por la rica sensación, al tenerlo todo dentro empezó un mete y saca rápido y fuerte sujetando sus caderas, Diana estaba perdida nunca sintió algo tan grande dentro de ella, solo balbuceaba “ssssiiii, assssiiiiii, dámela duro, ssiii yo soy tu hembra ahora, esa verga es mía dámela es mi MIA MIAAAA” gritaba como loca se reía, y le culeaba al viejo en el pene diciéndole “te gusta mi pervertido? este culo es tuyo ahora, puedes romperlo,  sssiiii, que rica la tienes ”. Don juan no podía no hablar solo le azotaba las nalgas y le jalaba el cabello...  

De repente Diana se detuvo y le dijo ¡¡Rómpeme el culo rómpelo!! Y con sus dos manos se abrió las nalgas ofreciendo aquel sagrado agujero con el que había hecho gozar a bastantes universitarios en sus tiempos, Don Juan le fue metiendo poco a poco la verga hasta que entro completa sin dificultades y Diana comenzó ella misma a culearle nuevamente mientras Don Juan solo disfrutaba ella gemía “si sii siiii este culo es tuyo ahora, mi marido no me coge así, tu si lo harás, dormirás en mi cama cuando no este, cógeme así así maldito pervertido”, “acabo papi, acabo” y Diana tuvo un orgasmos lleno de fluidos con las piernas temblando y sus ojos en blanco mientras que Don Juan le dieron ganas también y Diana lo noto, y empezó a culearle con más fuerza “dame tu leche dámela quiero probarla” al sentir que ya Don juan acababa esta se colocó rápidamente boca abajo para recibir la leche de Don juan la cual recibió en su lengua y la fue degustando hasta tomársela toda.

Continuará…

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