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Mi suegro me penetra

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A pesar de que las relaciones con Luis son muy buenas y sexualmente nos llevamos y comprendemos bien algunas veces a causa de nuestros relaciones con terceros tenemos algunas pequeñas discusiones, quizás sea porque algunas veces Luis hace el amor con alguna amante y llega a casa un poco cansado y entonces me pongo mal, siempre le digo que guarde algo para mí pero él es así, cuando le gusta alguien no para de follarla hasta que se cansa y regresa a mis brazos hasta que vuelve a encontrar otra.

Lo cierto es que estábamos en un mes de esos, yo me sentía un poco relegada, pero no me podía quejar los días que hacíamos el amor lo hacíamos de una forma salvaje, aparte de que si hubiese querido hubiera llamado a algún amigo y hubiese solucionado mi excitación, lo cierto es que estábamos un día desayunando cuando llamaron mis suegros anunciando su llegada a casa.

Ellos viven en una ciudad que está a 8 horas de la nuestra así que vienen muy de vez en cuando a visitarnos, esa tarde fui a la estación de autobuses a recogerlos, mi suegra es una mujer muy alegre además que se nota que de joven debería de haber sido muy bella, está un poco gordita pero en conjunto está muy bien, sus senos son grandes y tiene un trasero muy bien formado, mi suegro es ya un hombre mayor pero mantiene un porte muy bueno, debe de medir casi 1.82 y se le nota fuerte a pesar de sus edades, se mantienen muy ágiles, ella tiene 56 y el 58 años.

Después de recogerlos fuimos a casa a instalarlos, todo el camino me preguntaron por Luis, les extrañaba que no hubiese venido a recogerlos, estuve a punto de decirles que su hijos estaba follándose a una amiga y que se había encaprichado con ella, al final les mentí y les dije que tenía mucho trabajo y que en la noche estaría con nosotros, mi suegra se lo creyó pero mi suegro creo que no, me miro como extrañado pero no dijo nada.

Pasamos la tarde arreglando la habitación de ellos con mi suegra la cual se llama Yola mi suegro es Jairo, él se había apoderado de la TV y nos dejó a Yola y a mí las tareas de la casa, lo pasamos muy bien me encanta el estar acompañada y conversar con alguien.

Por la noche llego Luis, yo para esto ya estaba un poco disgustada, cenamos y nos quedamos hasta muy tarde conversando de muchas cosas, Luis estaba feliz y eso me complacía, avanzada la hora nos fuimos a dormir, ya en la habitación empecé a hablar con Luis sobre lo nuestro.

“quiero que sepas una cosa, a mí no me importa que tengas relaciones fuera de acá, lo que no me gusta es que llegas a casa y estés tan cansado que no puedas ni tocarme, todos los días haces el amor con ella y yo tengo que aguantarme“ le dije.

"tienes razón amor prometo el no descuidarte más, no te niego lo de Juana (así se llama la que folla con el) pero en verdad tengo mucho trabajo y me siento muy cansado."

Esa noche Luis se durmió de inmediato, yo me quede despierta, estaba nerviosa a causa de nuestros problemas, me levante y me fui a tomar un vaso de agua a la cocina, sin querer escuche, algo así con un llanto que venía de la habitación de mis suegros pensé que era mi suegra extrañando a su ciudad, quizás no se acostumbraba ahí, tuve curiosidad y me acerque lentamente para escucharlos, a causa del calor habían dejado la puerta del cuarto un poco abierta, me puse detrás de esta y se escuchaba lo mismo, mi suegra lloraba muy bajito como que evitaba que la escucháramos, no pude más y con muchísimo cuidado me asome para verlos.

Mi suegra no estaba llorando de pena, estaba llorando de placer, mi suegro la tenía en cuatro patas encima de la cama y él estaba de pie al pie de cama, le estaba dando una follada impresionante, cada embestida de este le hacía saltar los senos hacia adelante, él le tenía tomado el culo con las dos manos y se lo acariciaba y de vez en cuando le daba una palmada en él, luego la volvía a embestir y otra vez los senos a volar, eran un espectáculo, a él se le notaba muy en forma no parecía tener la edad que tenía, y ella estaba muy bien conservada, sin darme cuenta yo tenía un dedo dentro de mis bragas tocándome la vagina, Jairo continuaba entrando y saliendo de la vagina de Yola, me quede viéndolos, parece que estaba terminando ya que a ella se le notaba muy cansada, casi no se movía era como si ya hubiese terminado varias veces y ahora solo estuviese esperando que termine su marido.

Era verdad a los pocos minutos Jairo aumento la velocidad de sus movimientos hasta que saco la polla y la puso en la boca de Yola, me quede sorprendida por la polla de este, si bien es cierto que el largo era casi normal, unos 18 cm., pude ver que el ancho era inmenso, parecía un pepino o algo así, debido a lo excitado que estaba lo tenía a su máximo tamaño, yo pensé que no le iba a entrar en la boca, pero mi suegra estaba acostumbrada y sin ningún problema la engullo, él se movió un poco más y dando unos gruñidos se corrió en la boca de su amada, ella no dejo que el la saque y empezó a tragar toda la leche que tenía dentro, luego cuando ya no tenía leche en la boca se sacó la polla empezó a pasarle la lengua, limpiando hasta la última gotita de semen.

No pude más y yo también tuve un orgasmo me tape la boca para que no me escucharan de lo rico que fue me senté y me quede así al lado de la puerta, escuche a mi suegro dirigiéndose hacia la puerta y como pude me puse de pie y salí corriendo hacia mi habitación, no sé si se dio cuenta me hubiese muerto de la vergüenza si hubiese sido descubierta.

Entre en mi habitación y Luis se despertó, "que pasa” pregunto, “acabo de ver a tus padres follando, que rico lo hacen, tu padre es una máquina de follar” le conteste, el empezó a reírse, "joder solo me faltaba que espiases a mis padres para ver como follan".

"En verdad Luis, tu padre es impresionante además tiene una polla más chica que la tuya pero es el doble de gorda” le dije sin ruborizarme.

"no me vengas ahora a decir que te gusta mi padre“, me dijo sonriendo.

Era mi oportunidad de hacerlo entrar en razón.

"es más, como no dejes de follar con esa zorra voy a tener que decirle a tu padre que haga lo que su hijo no quiere hacer“, dije yo.

El volvió a reírse “venga no me digas eso además mi padre sería incapaz de hacer eso, el ama a mi madre y yo soy su engreído, no creo que exista mujer en el mundo capaz de meterse en la cama con el".

No sé como pero le dije “mira Luis si yo quisiera tu padre se metería a la cama conmigo, no me digas que no, una cosa es que yo no lo intente y otra que no pueda".

"yo te digo que no, es más te apuesto lo que quieras a que no lo haces, si lo haces te doy lo que quieras“, note en él un poco de excitación y sus pantalones de dormir no ocultaban una pequeña erección, parece que el pensar que su padre me follara lo ponía mal.

"trato echo desde mañana lo voy a intentar y el día que yo piense que va a suceder te lo digo para que si puedas lo veas, no sé cuándo pero dame este mes, te aseguro de que antes de que se vaya lo haré".

Esa noche hicimos el amor y todas nuestras conversaciones eróticas y todas las frases que nos decimos cuando follamos eran respecto a su padre y a mí.

A la mañana siguiente me levante más tarde de lo normal, Luis se había ido a trabajar y mis suegros estaban tomando desayuno, hola dije al verlos, "hola hija” respondieron ambos, me contaron todos los planes que tenían por hacer y las visitas que tenían planeadas, yo no dejaba de mirar a mi suegro, le vi. Los pantalones y se notaba el bulto que tenía, nunca había reparado en él, de todas formas mi suegra me daba pena, en algún momento pensé en hablar con Luis y decirle que todo era una broma, pero en verdad que a mí también me excitaba esta sensación.

Durante los días siguientes las cosas fueran más o menos igual, mis suegros siempre juntos a todas partes y en las noches follando, eran la pareja perfecta, ese hombre era el tipo de hombre que cualquiera quiere para marido.

Yo no dejaba de ponerme ropa ajustada para que notase mis curvas, algunos días me levantaba y calculaba donde estaba el para salir como si no me daba cuenta con una bata transparente solo con bragas y sin sujetador, él ni me miraba, solo me saludaba y de inmediato continuaba en lo suyo, comencé a darme cuenta que era imposible el hacer que este hombre se fije en mí.

Aparte todas las noches tenía que soportar las burlas de Luis “otro día y nada no“ y se reía, eso me daba coraje, "tu espera que todavía no se acaba el mes” le contestaba.

Faltando una semana para que se vayan, mi suegra me dio una alegría, estaba yo haciendo algunas cosas en mi cuarto entro y me dijo, María cerca de acá hay algún sitio en el que pueda ir a caminar por las mañanas es que hace mucho que no lo hago y me siento un poco agotada, necesito hacer ejercicios y me encanta caminar, le dije dónde estaba y me contesto que al día siguiente se iría temprano a caminar unas 2 o 3 horas, inmediatamente me ofrecí a atender a mi suegro.

"Yola, tu tranquila que yo le doy el desayuno a mi suegro”, le dije.

"gracias hijita me dejas más tranquila".

Me di la vuelta no podía mirarle a los ojos a ella, era tan buena y yo le estaba tratando de follar al marido.

A la mañana siguiente me puse unas bragas pequeñitas de color negras y encima me coloque mi batita transparente la cual dejaban ver muy levemente mis senos grandes y parados, me puse un poco de perfume y espere a que mi suegra saliese de casa a caminar, después de unos minutos escuche la puerta cerrarse, salí en busca de él, lo encontré en el baño lavándose, "discúlpeme -le dije- pensé que todavía no se levantaba”, él me miro y por un momento vi que sus ojos se dirigían a mis senos, hice como si nada y me puse a conversar con él desde afuera del baño, el en el lavabo y yo en la puerta mirándolo era una cosa rara el estar así como una perrita en celo detrás del macho.

Termino de lavarse y salió hacia su habitación “ahora me cambio y desayunamos” me dijo, fui a la cocina y le prepare el desayuno, al rato apareció delante mío se sentó y comencé a atenderlo al ponerle el café me arrime por encima de su hombro y muy suavemente le puse uno de mis senos en el hombro, él ni se movió. Me senté al frente y conversamos sobre muchas cosas, terminamos de desayunar y me fui a cambiar, pensé que por hoy era suficiente no quería asustarlo, además me faltaba una semana.

Así pasaron los días cada día le mostraba algo más, y cada día me daba cuenta que el me miraba con más fijeza y que al mirarme se detenía mucho más que antes era como si se estuviese acostumbrado a mirar mi cuerpo, yo estaba casi a punto de lanzarme pero me contenía, sabía que si alguien tenía que dar el paso sería el, pues no quería ser rechazada.

El día anterior a irse después del desayuno él se sentó en el sofá a ver la tele, estaba esperando a mi suegra pues iban a ir a dar una vuelta a unos amigos para despedirse pues al día siguiente el viaje era a las 7 PM, me había puesto un vestido pequeño y unas braguita de esas que se te meten en el culo, así me senté al lado de él, muy coquetamente cruce las piernas y sentí como se me subía la pequeña falda y dejaba al descubierto mis piernas, desde el ángulo que el tenia a mi costado estaba segura que si giraba un poco la cabeza se encontraría con ellas, continuamos así callados viendo la TV, yo no hablaba solo trataba de ver en el reflejo de la pantalla que estaba haciendo el, casi no se notaba pero las veces que lograba distinguirlo en el reflejo se le veía mirándome el culo, no lo podía creer, yo misma empecé a sentir su mirada sobre mi cuerpo, me recosté un poco más sobre mi lado y la falda subió un poquito más, para estos momentos el estaría distinguiendo el color de mis bragas entre mis nalgas, me arrepentí de habérmelas puesto, me hubiese gustado el enseñarle toda mi desnudez a ver si hubiera sido capaza de aguantarse.

Estaba a punto de voltear y tomarle de la mano para metérmela en el culo cuando siento la puerta de la casa era mi suegra, me levante de inmediato, le di un beso y me senté con ella para acompañarla a tomarse un zumo, él no se podía ni mover del sofá, desde la mesa vi que tenía la polla totalmente erecta, me dio rabia el haber perdido esa oportunidad, seguro que si mi suegra se demoraba una hora más hubiese pasado algo más.

Esa noche salimos a cenar como despedida, lo pasamos bien empezamos a bailar muy animadamente hasta altas horas de la noche, en un momento dado mi marido comenzó a bailar con Yola y yo con mi suegro, yo trataba de parecer lo más sensual que podía, él me tomaba por la cintura y nos movíamos al ritmo de la música, se le veía un poco nervioso ya no me miraba como antes, en su mirada había una mezcla de lujuria y de vergüenza, el pobre seguro estaba luchando contra sus principios, yo continuaba bailando más pegada a él y sobaba mis pechos contra su pecho, el me aparto instintivamente yo sonreí, me di la vuelta y empecé a bailar de espaldas a él y poco a poco acerque mis nalgas a su polla, me apoye en él y sentí que la tenía dura, me volvió a apartar, “vamos a sentarnos María” me dijo, “estoy con un poco de calor".

Claro que tenía calor, el pantalón lo tenía a reventar por lo dura y grande que se le había puesto la polla, se fue al aseo antes de sentarse en la mesa con nosotros, seguro que no quería que su mujer lo viese así, al rato se unió al grupo y ya no quiso bailar más, yo me hacia la que no me daba cuenta de nada de vez en cuando lo miraba y le sonreía, el me quitaba la vista, en fin me evitaba todo lo que podía, pero yo tenía un plan para el día siguiente que no me podía fallar.

Saque a bailar a Luis y le pedí que al día siguiente se llevase a su madre a la peluquería o a donde fuese yo necesitaba unas horas a solas con su padre, Luis se reía “es imposible, jajaja, mi padre no te hará caso, dejémoslo así“, yo insistía, "está bien me la llevare unas horas y luego regresamos“. Nos sentamos con mis suegros y Luis le dijo a su madre que había hablado con una peluquería de por su trabajo y le había sacado una cita para el día siguiente. "Además pensaba que antes pasaras por la sauna así te relajas". Su madre estaba feliz, pero y tu padre pregunto “el que me espere un par de horas yo lo recojo más tarde y me lo llevo a comer conmigo“, mi suegro lo miro y no dijo nada solo acepto con la cabeza.

Todo estaba saliendo bien, era mi última oportunidad de meterme a la cama con él, tenía que ser rápida y al mismo tiempo no asustarlo no vaya a ser que me rechace y se lo cuente a mi suegra eso sería una vergüenza además que me ganaría el odio de ella para siempre.

A la mañana siguiente desayunamos como de costumbre los 3 y esperamos a que Luis pasara por su madre, llego a la hora puntual al despedirse me miro con esa mirada de arrechura que tiene cada vez que sabe que me voy a follar a alguien, salieron y nos quedamos mi suegro y yo solos en casa.

"voy a cambiarme“, le dije el me respondió que estaba bien “yo voy a ver TV hasta que venga Luis".

Fui y me puse un vestido de algodón que me llegaba hasta la mitad de los muslos, tome las bragas más pequeñas que tenía y me las puse, me quede mirando en el espejo mis nalgas, eran preciosas, el hilo del tanga se metía en medio de ellas, y por delante solo se veía un pequeño triangulo cubriéndome la vagina, estaba depilada así que no se veía ningún vello, escogí un sujetador que realzaba mis tetas y hacia que se viera un surco en medio de ellas, me puse el vestido y salí en busca de él, tenía que ser rápida si quería conseguir que me tomara .

Cuando salí estaba sentado como de costumbre en el extremo del sofá así que me dejaba dos espacios al lado de él me puse a su lado y comenzamos a conversar, la falda me llegaba en medio de los muslos, el hacía como si no me viese y conversaba tan tranquilo. Yo continuaba el juego hasta que decidí atacar.

"me duele la espalda y me voy a recostar un poquito, no le importa verdad“ le dije fingiendo ingenuidad.

"está bien échate de costado así descansas“ me contesto.

Apoye mi cabeza en el descanso de brazos y recogiendo mis piernas me acurruque al lado de él mostrándole la parte trasera de mis piernas y un poquito de mis nalgas, me quede ahí con el viendo la TV, otra vez sentí su mirada, la escena era igual que ayer solo que hoy teníamos más tiempo, no sé cuánto estuve así pero al rato sentía que descaradamente me miraba el culo, yo hice un movimiento como acomodándome y el vestido subió más todavía, para este momento sentía el fresco en todo el culo, eso era una prueba de que no me cubría nada y solo tenía las bragas ocultando mis partes más íntimas.

En un momento sentía como mis bragas estaban totalmente mojadas por la excitación, ya no podía mas no sabía si tirarme encima o que hacer, estaba con esos pensamientos cuando sentí que la mano de él se movía un poquito cerca de mis nalgas, una electricidad recorrió todo mi cuerpo, la carne se me puso de gallina al sentir la proximidad de su mano yo no lo miraba, la mano avanzo un poco más y la punta de sus dedos se posaron encima de una de mis nalgas, era como si me tocara sin querer que lo sintiera como si tuviera miedo de que lo rechazara.

Uno de sus dedos se aventuró un poco más y se puso encima del hilo que protegía mi ano de su vista, hizo un poco de presión ahí como tratando de meter el dedo en ese orificio, creo que ya se había dado cuenta que estaba temblando además el culo estaba con la piel de gallina y se notaba lo turbada que estaba, no quise que perdiera más tiempo tire uno de mis manos hacia atrás y tome la suya, con uno de mis dedos aparte el hilo de las bragas y puse sus dedos en la puerta de mi culo luego le acaricie la mano como invitándole a que me penetrase con sus dedos.

No tuve que decirle nada inmediatamente comenzó a hacer círculos alrededor de mi ano y a cada segundo empujaba más el dedo hasta que logro introducir uno de ellos, sentí que lo metía hasta la mitad luego sentí como se acomodaba atrás mío y ponía la cara a la altura de mis nalgas, cuando pude sentir su lengua penetrándome el ano me volví loca de placer, una y otra vez trataba de apartar las paredes de mis nalgas para llegar hasta el ano y ahí empujar su lengua hasta abrirme el hueco con esa lengua que parecía un pene.

No podía más me di la vuelta y levante su cara con mis manos y le bese, el tenía un poco de vergüenza evitaba el mirarme, yo no paraba de meterle la lengua en la boca, el no perdía tiempo y comenzó a desabrocharme el sujetador, una vez que me lo quito me chupo las tetas hasta que me dolían era un loco en mis senos, una y otra vez me repetía “que ricas tetas tienes“ yo estaba a mil, me acorde de lo grueso del pene y me lance a quitarle los pantalones, no me demore mucho el mismo se puso de pie y se los quito, se bajó los bóxer y me enseño orgulloso su polla, estaba totalmente erecta y el grosor era más grande de lo normal, en verdad no sé cómo a mi suegra le entraba eso en la boca, comencé a lamerle el capullo hasta que comenzó a lubricar de una forma abundante, ese líquido me sabia riquísimo era capaz de chupársela todo el día, los huevos los tenia recogidos y pegados a la polla.

Ahí estaba yo arrodillada frente al padre de mi marido chupándole los huevos, lamiéndolos y dándole pequeños mordiscos, escuchaba sus quejidos, sus manos tomaron mi cabeza y suavemente me empujaban una y otra vez sobre su enorme verga, luego me levanto y me puso en el sofá echada con las piernas abiertas, se acomodó en medio de ellas y empezó a jugar con su pene encima de mi vagina, me frotaba la verga y yo de solo sentirla me corrí, comencé a gemir y gritar como una perra, él estaba muy excitado con estos gritos, y comenzó a tratar de meterme su enorme bulto, sentí como me penetraba muy suavemente, las paredes de mi vagina se amoldaron al grosor de esa enorme verga, una vez dentro empezó a bombear era un placer supremo el sentirlo dentro de mí.

Una y otra vez me embestía como un animal, su liquido pre seminal me chorreaba por todo el culo y la vagina, el muy cabrón se daba maña para penetrarme y a la vez meterme un par de dedos en el culo yo solo gritaba de placer, lo disfrute mucho, era algo divino el estar follándomelo, además a mí siempre me gustaron los hombres mayores así me sentía feliz siendo follada por este en especial, luego de embestirme muchas veces, se dio un respiro y me puso en cuatro patas, yo ya era una muñeca es sus manos, era tanto el placer que sentía que me dejaba llevar, no tenía voluntad sobre mi misma, él se aprovechaba de esto para hacerme lo que se le venía a la mente, una vez que me tubo a 4 patas me penetro y empezó a ponerme saliva en el culo al mismo tiempo que empujaba la verga hacia adelante.

Luego de unos minutos interminables y luego de que me había follado de muchas maneras, se acercó a mis oídos y mientras me besaba me dijo “quiero darte por el culo, pero quiero hacerlo en tu cama para que te acuerdes de mí siempre“, yo solo moví la cabeza aceptando lo que me decía, se paró me tomo en sus brazos y así desnuda me llevo a mi habitación, me iba a meter la polla en el culo en la misma cama donde dormía con su hijo, llegamos a mi lecho y me deposito ahí muy suavemente “échate algo de crema porque te va a doler” me dijo, “si mi suegra aguanta yo también métemela que quiero sentirla”, respondí llena de arrechura

Me puso de costado y mientras con una mano me frotaba los senos con la otra acomodaba su pene en medio de mis nalgas, las pobres se negaban a abrirle paso a semejante verga, el las separo y puso su miembro en la puerta del ano, era inmensa y dura la polla de mi suegro, comenzó la tarea de penetración, yo no podía contener los gritos de dolor, parecía que me iba a partir en dos.

Estaba yo esperando el ser penetrada por el cuándo no sé cómo vi en la puerta de la habitación una sombra, me fije bien y por un lado distinguí a mi marido, el me quedo mirando, no sé cuánto tiempo llevaba ahí pero lo que si se es que estaba mirando como su padre me follaba, el padre de él no se daba cuenta de nada él estaba ocupadísimo tratando de metérmela por atrás, al ver a mi marido ahí me excito demasiado y con la mano que tenía suelta tome el miembro de Jairo y lo empuje hacia adentro, el a su vez me tomo de las caderas y empujo por segunda vez, los ojos se me nublaron por las lágrimas, el culo lo tenía abierto totalmente y el pene de mi suegro estaba hasta la mitad luego de unos segundo interminables comenzó a moverse metiendo y sacando esa verga inmensa.

Para estos momentos Luis estaba masturbándose mirando el espectáculo que tenía ante sí, Jairo empujaba más fuerte hasta que comenzó a quejarse como un toro salvaje, resoplaba y sus movimientos comenzaron a ser más lentos pero a la vez más fuertes, la penetración era total y la verga estaba hinchada de la cantidad de leche que tenía, yo hundí mi cara en la cama y espere que se corriera ya, no tuve que esperar mucho a los pocos minutos me inundo con semen, no paraba de soplar y de grita, luego me abrazo y se quedó ahí detrás mío acariciándome los pezones, yo tenía el culo lleno de leche, tome su pene y me lo saque de atrás me di la vuelta y se lo chupe, luego nos entrelazamos y nos dimos un beso apasionado.

"no quiero que nadie sepa esto, ojala pueda venir más a menudo a comerte el culito tan rico que tienes“, me dijo sin pudor sintiéndome su mujer.

"cada vez que vengas te voy a dar de comer ahí “le dije besándolo otra vez, estuve abrazada a él un largo tiempo, el suficiente para que mi marido terminara de masturbarse y se limpiara. Al rato llamo desde la calle haciendo como si estuviese por llegar, mi suegro dio un salto y fue corriendo a recoger su ropa yo me quede chorreando leche por el culo esperando a que Luis entrara.

Cuando me vio me dio un beso y me volvió a follar esta vez mi suegro tuvo que comerse su orgullo y mirar desde afuera como mi marido me hacía suya y como me metía la verga en los sitios donde hace solo unos minutos la tenía metida él, con pena vi como ahora era el, el que se masturbaba, mi marido que quería demostrarle que era mi dueño me follo hasta que empecé a gritar de placer sin importarme el que me viera y escuchara mi suegrito, total mi marido es mi marido y tiene que comprenderlo.

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