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La llamada de Clara (3) Segunda parte

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La noche era perfecta, la piscina parecía invitarnos a disfrutarla, los tragos exquisitos, y el hielo se había convertido en fuego.

Tomando la iniciativa, Clara se despojó sensualmente de la bata y se zambullo en la piscina. Lucia la siguió y al segundo estábamos todos en el agua, compartiendo esta nueva intimidad. Marcelo y Diego se dedicaron a jugar con Andrea, que, situándose entre ambos, alternaba besos, caricias y risas. Lucia y Clara, apoyadas en un borde de la piscina, pegaron sus bocas y sus cuerpos, rozando los ya erectos pezones, mientras me sumaban a su juego. Ahora eran tres las lenguas que se enredaban lujuriosamente, las caricias se intercambiaban sin pausa y el placer iba en aumento. Lucia salió un poco del agua, sentándose en el borde, ofreciéndole a Clara su sexo depilado e irresistible, el que mi amiga devoro al instante, mientras yo aprovechaba para penetrar a mi amiga rítmicamente.

El otro grupo estaba fuera del agua, y Andrea se dedicaba a lamer el miembro de Diego, mientras masturbaba a Marcelo. Nosotros también salimos, Lucia me hizo tirar de espaldas, y subiéndose sobre mí, se hundió profundamente en mi verga, comenzando a dominar el ritmo, muy lentamente. Clara se puso de frente a ella, llenando mi boca con su sabor, besándose con Lucia, quien también jugaba con sus pechos. Mi mujer ahora estaba siendo penetrada por Diego, mientras tragaba el sexo de Marcelo. Se respiraba sexo en el ambiente, cuando ocurrió algo inesperado. Una típica tormenta de verano se desato sin previo aviso, el viento era muy intenso y empezó a llover copiosamente. Entre risas corrimos a la casa, pero no perdimos ni las ganas ni la excitación.

Lucia nos condujo a Clara y a mí al dormitorio principal, mientras Diego hacía lo propio con Andrea y Marcelo, dirigiéndose al cuarto de huéspedes. Me tire en la cama, mientras observaba el espectáculo que brindaban Clara y Lucia. Las dos se entrelazaron al ritmo de la música y comenzaron a bailar, pegando sus cuerpos calientes, comiéndose la boca, rozando sexos y llenándose de caricias. Mi miembro parecía explotar y mis amigas vinieron a auxiliarme. Clara comenzó a chupármela, mientras Lucia contribuía masturbándome, intercalando besos entre ellas. Lucia se posiciono sobre mí, mientras Clara conducía mi verga dentro de su amiga, lubricando y acompañando con su lengua el vaivén de nuestros sexos.

¿Que estaría pasando en la otra habitación? Andrea no omitió detalles al contarme lo que sucedió. Después de llevar al máximo la excitación de sus amantes, quiso llevar al extremo su deseo de experimentar cosas nuevas, ofreciéndose a ser penetrada por ambos a la vez. Marcelo se tumbó en la cama, y luego de lubricarla convenientemente comenzó a introducir su miembro en al culo de mi mujer, provocándole una mezcla de dolor y placer que la excito aún más, recibiendo entonces en su vagina a Diego. Una sensación increíble la llevo al clímax, provocándole un orgasmo prolongado, quizás dos, y producto de sus movimientos llevo a Diego y a Marcelo a acabar dentro de ella, llenándola de leche caliente.

Yo no la estaba pasando nada mal, cogiendo a Lucia y sintiendo la lengua maravillosa de Clara, lo que me llevaba inexorablemente al clímax. Entre gemidos de placer, termine dentro de mi nueva amiga, mientras Clara disfrutaba en su boca la mezcla de nuestros fluidos, los que compartió con Lucia en un beso profundo y excitante. Ambas se fueron juntas a pegarse una ducha y volvieron ya vestidas, con un brillo especial en sus ojos. Fue mi turno entonces y al retornar del baño, Andrea ya estaba también arreglada, conversando animadamente con las dos. Marcelo ya se había retirado y Diego estaba preparando unos tragos. La noche se extendió entre charlas y risas, y la promesa de un nuevo encuentro, que no tardaría en acontecer.

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