Nuevos relatos publicados: 6

Amor en tiempos de protesta

  • 6
  • 16.806
  • 9,27 (26 Val.)
  • 1

Tal vez sea el destino, o de alguna manera el universo me está dando una señal, sea como sea, pensaba que en mi corazón solo mandaba Ella, pero tal vez esto sea el comienzo de una nueva etapa en mi vida, aunque no me siento preparada para dejarla ir.

Pero me estoy desviando, mi nombre es Aleida, soy una venezolana de 28 años (cada vez que lo digo no me creo lo rápido que pasa el tiempo) y pues soy una Dominante, más allá de eso, dure varios años con una hermosa mujer… Ella.

Por diversas razones nos separamos a comienzo de este año, realmente fue duro para mi, y la verdad a pasado muchísimas noches llorando por Ella, no lo puedo negar, aunque fue mi culpa, cada día que pasa me destroza recordarla.

Muchas de ustedes sabrán, que en mi país Venezuela, hay una especie de estallido social, marchas, protestas, vigilias, represión, heridos, y un larguísimo etc.

No quiero entrar en detalles políticos porque para eso están las redes sociales y demás, pero para resumir el cuento, mis compañeras de residencia incluyendo mi mejor amiga me convencieron para salir a protestar cerca de mi casa este miércoles 19 de febrero.

No soy muy amiga de las protestas, básicamente porque tengo la mala suerte de siempre terminar en algún centro asistencial, desde mi época de estudiante, he tenido tan mala suerte, que una vez termine con 6 puntos en mi pie por un pedazo de vidrio que pise sin darme cuenta.

En fin, a pesar de todo, no pude hacerme la ciega a tanto problema y me arme de valor (y rezando a cuanto santo conozco) sali con toda la convicción, mente positiva y ganas de comerme el mundo.

Eran aproximadamente las 5pm, todo estaba realmente tranquilo, a pesar de la cantidad de gente que había el ambiente era muy alegre, positivo, desde que termine con Ella, no me había dado la oportunidad de mirar a otra mujer, y aunque he tenido una que otra propuesta, no le he prestado atención.

Para quien no me ha leído, tengo que aclarar que no soy una mujer despampanante, mido 1,51, soy blanca, pecosa, mi pelo es castaño claro orgullosamente natural, mi delgado cuerpo no tiene muchas curvas, pero mi trasero firme y mis pechos pequeños pero vistosos son armas que he sabido usar con el pasar de los años, mi gancho? Pues tendría que decir que son mis ojos, verde jade.

Entre gritos y consignas mis amigas se fueron consiguiendo con otras amigas, novios, etc. Cuando me empezaba a sentir sola una siento una fragancia que me mata, Versache BlackJean, la llevaba una Nena hermosa de máximo 20 años (pensé yo) de mi misma estatura (sorpréndete, pero pasa).

La Nena estaba justo a mi lado, blanca, de hermoso cabello rubio largo rizado, tenía unos ojos marrones que resaltaban con el rubor de sus mejillas, era una visión hermosa, sus consignas no eran muy buenas, pero no pude evitar quedarme como boba mirándola.

En ese momento la Nena levanta la mirada y me ve directamente a los ojos, fue algo como un click, ambas nos quedamos mirándonos una a la otra, cuando nos dimos cuenta nos estábamos sonriendo, realmente no podría explicarlo.

Por esos pequeños instantes mi ex, se borro de mi mente y mi corazón volvió a bombear sangre, en ese momento mis amigas me llamaron y cuando voltee, no la pude divisar de nuevo.

Pasaron las horas y estaba en todo momento intentando volver a ver a la Nena que me regreso la sangre a las venas, pero en cada minuto que pasaba el ambiente se ponía más tenso.

El ambiente positivo y alegre cambio a uno más fuerte y pesado, en ese momento una detonación hizo que una corriente pasara por mi espina dorsal, y cuando pude darme cuenta tenía una bomba lacrimógena a menos de 4 mts de mí.

En ese instante todo se convirtió en una película, la gente empezó a correr y a gritar, mi visión se nublo y mi garganta quemaba, la adrenalina me hizo recordar mis tiempos de estudiante y lo primero que hice fue patear la pequeña lata y correr al lado contrario.

Mis pulmones dolían y creo que era primera vez en años que corría tanto, creo que cerca de 6 o 7 cuadras (si, lo sé, no fue tanto, pero no soy una mujer digamos, deportista), cuando por fin me detuve tome aire como pude.

Cuando levante la vista vi venir hacia mí un grupo de guardias en moto, disparando perdigones, cuando escucho un grito de una voz conocida. –Aquí!! Ven!!. Cuando pude vi era la Nena que me llamaba desde la entrada de unos apartamentos.

Estaba ya llegando a donde estaba ella cuando siento un dolor agudo en mi muslo, como pude termine de entrar, me ayudo y sin mirar atrás subimos entramos dentro del lobby, a pesar del dolor que sentía, no pude evitar ver que hasta sudada se veía hermosa.

Estábamos varias personas, algunas sofocadas todavía y una que otra llorando, de repente escuchamos cuatro detonaciones mas, esta vez, lanzaron las bombas lacrimógenas contra el propio edificio, la Nena me ayudo a subir las escaleras hasta el quinto piso.

Entramos a un apartamento de una mujer que estaba con nosotras, mientras la adrenalina bajaba, me regreso el dolor de la pierna, cuando en ese momento la Nena grita escandalizada. –Bebe!! (¿Bebe?) Tienes la pierna empapada en sangre!!

Con una fuerza que me sorprendió me llevo casi cargada al baño, me imagino que conocía el apartamento, con velocidad la otra mujer entro al baño y trajo tijeras, gasas, agua oxigenada y un frasco de rifosina.

La mujer salió del baño y la Nena me sentó en el excusado, mientras con mucha habilidad corto mis jean (maldita sea, eran mis favoritos) desde la bota hasta mi ingle, sí, soy una morbosa empedernida, mientras hacía todo esto, a pesar del dolor podía imaginar mil cosas con ella mientras estaba de rodillas frente a mí con las piernas abiertas.

Una sonrisa y un ligero suspiro salieron de mi, justo cuando ella subía su rostro para mirarme, no soy una mujer de sentir vergüenza, así que no le voltee la mirada, ella me devolvió una dulce sonrisa y me dijo. –Está tranquila, soy enfermera, todo saldrá bien, por cierto, mi nombre es....

Tiene un hermoso nombre (todavía no somos nada, así que no diré su nombre real) mi muslo estaba horrible, pensaba que había sido un solo impacto, pero tenía 3 perdigonazos en la cara frontal de mi muslo.

Me impresiono la seriedad de su rostro cuando trato cada herida, saco los tres perdigones, limpio las heridas y vacio la rifosina mientras me tapaba con una venda, me dijo que eso servía mientras todo se calmaba, pero teníamos que ir a algún centro asistencial.

Entramos a una habitación y me recostó, mientras buscaba en un closet un pantalón corto, en ese momento me di cuenta que esa era su casa, y ese era su cuarto.

CONTINUARA...

 

(9,27)