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Clases de ingles pagadas con sexo -2

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(Continuación de mi primer relato: Susana, clases de inglés pagadas con sexo-1)

Después del primer pago, seguí dando clases al hijo de Susana. Susana no estaba en el horario de clase, me recibía su madre pues ella estaba trabajando horas extras, hasta que en la cuarta clase me abrió la puerta Susana.

Me recibió sonriente y nada más verla note un hormigueo de gusto en la polla. Susana vestía una falda negra y una camisa blanca, el pelo rubio lo llevaba recogido en una “cola de caballo”, se la veía guapa, sensual por lo modoso de su atuendo (me recordaba al uniforme de algún colegio) y muy apetecible.

Me acompaño a la sala donde su hijo me estaba esperando para su clase de inglés y nos dejó solos.

La siguiente hora me pareció que no terminaba nunca, al fin Susana entro a la salita y me dijo:

-¿Te importa esperarme a que lleve a Pedro al cumpleaños de un amigo y al volver te pago?

-Tranquila mujer, lo primero es el chico, acércale, así mientras aprovecho y le corrijo los ejercicios de hoy.

Susana no tardó ni diez minutos en volver. Un momento después entró en la salita, yo aún no había terminado de corregir los ejercicios, ella se sentó en el sofá enfrente de mí, con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el asiento.

La mire y la polla me dio otro tirón dentro de la ropa, ahora sabía qué había estado haciendo Susana, se había quitado las bragas y movía las piernas suavemente. Su chocho aparecía y desaparecía a mi vista con el movimiento.

Termine rápidamente la corrección como pude y cerré el cuaderno mientras Susana me miraba con una mirada inocentemente sensual. Estaba dolorosamente empalmado por el espectáculo.

-¿Cómo quieres cobrar las cuatro clases que te debo? Apenas me queda dinero.

La mire intensamente y le dije:

-Para empezar me gustaría comerte ese chocho tan apetecible que tienes.

Susana puso una cara inocentemente sensual.

-Me parece bien, pero con una condición, no puedes parar de comérmelo hasta que me corra.

-Con mucho gusto.

Susana entonces, mirándome fijamente y sonriendo, abrió lentamente sus piernas, dejándome ver en todo su esplendor su sexo. Me puso muy caliente esa actitud de desvergüenza y confianza en sus encantos que mostraba Susana.

Me levante de la silla y me acerque, arrodillándome delante de ella. Su chocho era rosado, totalmente limpio de bello, no muy grande, tenía los labios prominentes y pude notar que estaban algo humedecidos.

Estaba deseando chupárselo y mientras lo contemplaba pensé que ese día no me iría de allí, sin llenarle ese chochito tan apetecible, con mi dura y gorda polla.

Empecé a mordisquear sus muslos suavemente y a pasarle la lengua acercándome al sexo y alejándome, haciéndole sentir mi cálido aliento sobre sus labios, oliendo su suave aroma a sexo y gel de baño, mientras miraba como Susana cerraba los ojos y se relamía lentamente los labios.

En este punto el chocho de Susana se había mojado y empezado a hinchar sus labios por la excitación, decidí que era el momento de saborearlo y mi lengua empezó a juguetear con su sexo, pasándola por sus labios, chupándolos y penetrando su cálida vagina.

Susana alzo su chocho hacia mi boca y agarrándome del cabello, dirigió mi boca a su hinchado clítoris, mientras lanzaba pequeños gemidos de placer y apoyaba sus pies en mi espalda.

Seguí chupándole el sexo y le desabroche la camisa y el sujetador. Sus tetas puntiagudas tenían los pezones hinchados, empecé a acariciarlas mientras seguía lamiendo su sabroso sexo.

-Dios que bien me lo comes, oh sigue, sigue que me voy a correr.

Al oír a Susana aceleré mis lamidas insistiendo más en su clítoris, mientras le acariciaba el ano mojado por sus fluidos e introduciéndole mi dedo gordo en él.

Susana dio un pequeño respingo. Su ano se contrajo apretando mi dedo para un instante después relajarlo dejando que mi lubricado dedo siguiera estimulándole el culo.

- Mmm, que vicioso eres, me pones muy caliente, sigue, sigue. Me haces sentir muy puta.

-¿te gusta que te haga sentirte un putón?

-Siii, me excita mucho.

Seguí chupando su chocho y en un instante Susana se corría apretando mi dedo con su ano a cada oleada de placer. Después de terminar el orgasmo, Susana quedó con las piernas abiertas, desmadejada por el gusto y el chocho mojado y brillante por mi saliva y su flujo.

Era una visión tan sensual que me levante y quitándome la ropa empecé a frotarle el chocho con mi tieso pollón, abriéndole los labios, paseándolo desde su clítoris hasta su ano, notando lo caliente y mojado que estaba, bese su boca y me apodere de sus deseadas tetas.

Ella abrió los ojos, pude ver que estaba deseando que se la clavara. Coloque mi glande en la entrada de su caliente vagina y sin dejar de mirarnos la penetre lentamente hasta meterle toda la polla, follándola despacio.

Susana estaba completamente excitada y aunque le gustaba mucho como la estaba follando Javier, su cuerpo le pedía que la follara con mas contundencia.

-Jódeme más fuerte cabrón, quiero sentir como me clavas toda tu polla, fóllame duro y hasta el fondo.

Empecé a follarla más duro, notando como mis testículos chocaban contra su culo volviendo casi a sacarla y clavándosela hasta el fondo una y otra vez.

Después de un rato le saque la polla y levantándola la lleve a la mesa y la coloque de espaldas a mí con el torso apoyado en ella, Susana se acomodó y entreabriendo las piernas, ofreciéndome el esplendor de su deseado coño.

Lo tenía un poco abierto por la follada anterior, me excitaba aún más pues parecía llamarme para que lo llenara con mi polla.

Susana ladeo la cabeza y me miro con una mirada de lascivia, estaba deseando que Javier la penetraba otra vez.

Empecé a disfrutarla follándola y masturbándola, notando su caliente vagina apretando y rozando mi polla y metiéndole mi dedo gordo, lubricado con su flujo, en su caliente y apretado ano.

Susana intento disfrutar este momento todo lo que pudo, sentía la polla de Javier martilleandole el chocho mientras sus dedos le estimulaban el clítoris y ano, estaba matándola de placer. Después de unos pocos minutos, sintió que no podía retrasarlo mas, y chocando su culo contra el pubis de Javier, se corrió entre gemidos de placer, quedando su cuerpo laso sobre la mesa.

Seguí follándola con contundencia hasta que poco después, note que me venía el orgasmo, saque la polla de su coño, el dedo del culo y cogiéndole con mis manos la cabeza, le metí la polla en la boca, follándosela despacio.

-Quiero correrme en tu boca y que te tragues el semen, me pones como una moto cuando lo haces.

Susana me succionó y chupó la polla con ganas (Dios que bien la chupa) hasta que me eyaculé estremeciéndome de gusto, mientras ella se tragaba diligentemente todo el semen.

Cuando nos repusimos de la intensa sesión de sexo, Susana se fue a ducharse, yo me aseé un poco en la cocina y marche muy satisfecho con el segundo pago, pensando que el siguiente, me lo cobraría follándole ese caliente y apretado culito tan apetecible que tiene Susana.

(8,89)