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La inquietud

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Capítulo 1

Se levantó de buen humor, como siempre. Mientras calentaba el café, se desnudó y se metió en la ducha.

El agua se deslizaba sobre su cuerpo tibio. Se lavó la cabeza y todo el cuerpo, excepto sus senos, dejándolos para el final. Todavía no se acostumbraba a su nuevo tamaño y turgencia. Luego de tres semanas de la operación de implante podía masajearlos firmemente y eso hizo bajo la ducha.

El aroma del café recalentado llegó a sus fosas nasales y salió corriendo del baño, manoteando un toallón en su carrera. Al salir del baño, el aire más frío electrizó sus pezones. Fue una sensación agradable y la confirmación que no habían perdido su sensibilidad.

Apagó la cocina, y cambió a preparar un té. Comenzó a secarse y nuevamente se detuvo en sus nuevos pechos, disfrutando la novedad y familiarizándose con la sensación de tenerlos con esta forma y tamaño.

Mientras tomaba el té observó el diario en busca de propiedades para comprar.

Anotó algunos teléfonos y direcciones.

Al vestirse comprobó una vez más que sus nuevos pechos excedían las dimensiones de sus brassiers. Hasta ahora había usado la venda que le indicara el médico. Al no sentir dolor, optó por vestirse sin corpiño hasta que resolviera la situación.

Tomo un pantalón, una camisa y sandalias. Una bombacha mediana, modelo que la acompañaba desde hace años, se deslizó por sus piernas hasta cubrir su monte sagrado. Observó que estaba desprolijo y se prometió recordar acicalar la zona esta misma semana.

Perfume y una pulsera completaron el atuendo.

Completó los datos de las propiedades y se dirigió hacia su auto.

En el camino la penúltima brisa fresca de esa primavera, se coló por entre los botones de su camisa. Los pezones reaccionaron prestamente y casi provocando un placentero dolor empujaron la tela.

Trató de acostumbrarse a la situación y no prestar atención, pero seguían allí como desafiando.

Sin poder evitarlo se miró las tetas y ver las protuberancias le generó un regocijo diferente

Habló con su marido, como todos los días, tres minutos deseándose pasar una buena jornada.

Se dirigió hacia la primera inmobiliaria que aparecía en la lista y aun estaba cerrada. Se dirigió entonces a otra cerca de allí y lo hizo caminando.

La camisa que llevaba puesta, era de antes de la operación, por lo que sus senos se perfilaban contra la tela, mostrando la redondez que le había requerido al cirujano, quien había cumplido a la perfección la solicitud. Se sintió observada por algunos transeúntes que la cruzaban de frente. En uno de esos cruces, al pasar junto a una vidriera, se cruzó con un hombre (AQUÍ VA TU DESCRIPCIÓN). La mirada del hombre fue de su cara a las tetas, nuevamente a la cara y se detuvo en las tetas una eternidad.

Ella miró su propio perfil disimuladamente en la vidriera, y le encantó ver sus nuevas tetas altas, grandes, importantes. Con el rabillo del ojo alcanzó a percibir que el hombre que la había cruzado y halagado sus tetas con una mirada que no perdió detalle, se había dado vuelta y bañaba su trasero en un deleite visual que se demoraba, y hasta lo ponía en riesgo de tropezón.

Una semi sonrisa se dibujó en su boca carnosa. Después de todo, el trasero se había llevado su halagador reconocimiento sin haber pasado por el cirujano.

En la inmobiliaria la atendió una señora muy amable. Coordinaron una visita para el dia siguiente, aunque no estaba convencida si la zona en oferta le iba a gustar.

Al dirigirse hacia el auto vio la primera inmobiliaria abierta y entró.

Venía encandilada de la calle y tardó unos segundos en acostumbrarse a la penumbra del local.

El piso alfombrado amortiguó sus pasos. Le pareció escuchar voces en la oficina que estaba detras del escritorio.

Aguardó unos segundos y las voces eran mas claras. Era una especie de discusión? Forcejeos? Prestó atención y por algunos segundos no se escuchaba nada.

En el instante que dijo " hola!!! Hay alguien??!!", a la misma vez se escuchó un fuerte…"Aaahh!!!"… de un suspiro femenino. La puerta se cerró y alcanzó a divisar un brazo y una porción de espalda desnuda de mujer.

Se dió vuelta y se encaminó a la salida. Al dar dos pasos escuchó "Buenos dias, en que la puedo ayudar?"

"Ehhhh.... No, ehhh, vengo otro día, era una consulta nada mas"

- si, dígame nomás.

Era el mismo hombre que se cruzó con ella. Ahora volvía a mirarla con desparpajo. Le sonreía y ella devolvía la sonrisa por un reflejo permanente que tenía de siempre sonreír.

Se había quedado dos segundos callada, tildada. Se dió cuenta que su sexo se habia humedecido y mientras trataba de explicarse a que se debía, el hombre le preguntó nuevamente:

- En que la puedo ayudar?

Le comentó sobre las propiedades que vio en el diario. El se acercó y le ofreció asiento.

De la oficina salió una mujer joven y la saludó.

- buenos días

- hola, que tal? Respondió.

El hombre le mostró una carpeta con fotos de las propiedades. La secretaria le trajo un café a ambos, descontando que iba a tomar.

Hablaron un poco sobre las propiedades y acordaron un horario para dos dias después.

Al saludar el hombre le tendió la mano. Al darle la mano la sintió cálida y agradable.

Sintió que la desnudaba cuando se iba.

Se dirigió a su auto y ahora si estaba segura de tener su sexo humedecido.

Se intrigó un poco por la sensación y primero la atribuyó al suspiro de la mujer. Luego a la presencia de ese hombre, su seducción, su sonrisa, el aroma de su perfume indefinido, y lo halagada que se había sentido con su actitud. Racionalizó que era el trabajo de él tratar así a todo el mundo. Sin embargo, el efecto que le había producido era innegable. Y placentero.

Guardó sus pensamientos y encaminó sus pasos a otras tareas de su actividad.

Capítulo 2

Dos horas después estaba en su casa ocupada con eventos, compras, mozos, etc.

En la tarde jugó tenis y habló de los mismos temas con las amigas de siempre.

Sin saber por qué, la imagen del hombre volvía a su mente por algunos segundos.

Volvió a su casa y dedicó un par de horas a emails, chat, lavarropas.

Se duchó y con un té en sus manos se fue a la cama.

´Vio el final de una película y el comienzo de otra. No conseguía concentrarse.

Apagó el tv e intentó relajarse.

Dormía con un dos piezas de seda gris. Sin darse cuenta su mano buscó su pezón derecho. Ni bien lo retorció un poco se puso duro y le envió una corriente eléctrica a su vulva. Nuevamente estaba húmeda. Recordó que su pubis necesitaba un retoque. Se levantó y preparó los elementos.

Su esposo le había regalado una brocha suave y espuma de afeitar. Comenzó la tarea esparciendo espuma en su mano y desparramándola por su pubis.

Al pasar la brocha distribuyendo la espuma, una porción tocó su clítoris y le hizo dar un respingo. Al mismo tiempo gimió roncamente.

Continuó repartiendo la espuma y en un momento, sin darse cuenta, la brocha estaba completamente sumergida entre los labios de su vulva. Besando su intimidad tibiamente. Su mano izquierda bajó hasta su clítoris y lo masajeó. Un gemido más prolongado escapaba de su garganta. Sus ojos se cerraron. El calor de su cuerpo le hizo transpirar en el pliegue bajo sus pechos.

Se recompuso y comenzó a afeitar. Dejó un montículo sobre el clítoris.

Enjuagó la zona. Se secó. Revisó con sus yemas la zona y se dio por satisfecha.

Volvió a la cama. Más despierta que antes.

Intentó dormir. Intentó ver TV.

Reconoció la sensación de excitación que la había acompañado todo el día.

Buscó los juguetes sexuales nuevos y los puso a entibiar.

Preparó almohadones, toallas. Aceite lubricante.

Se acostó y exhaló fuertemente.

Su mano derecha se apoderó de su monte recién afeitado y suavecito.

Tomó un vibrador con textura suave y movida por su voracidad oral, lo chupó golosa. Su lengua hacía chasquidos al comer ese miembro.

Ya su mano abarcaba toda su vulva y la estrujaba ansiosa.

Vertió aceite en su mano y tomó el otro vibrador. Al acariciarlo, dijo despacito

- "hmmmm, ...que rica pija..."

Acomodó su culo sobre la almohada y su vientre quedó erguido en la cama, desafiante. Su mano continuaba sin parar, y sin apresurarse.

Acercó el aparato venoso, que pesaba en su mano, al botón mágico. El aceite escurrió una gotita hacia sus muslos.

Puso más aceite sobre el miembro, lo frotó con algo de presión sobre el clítoris y los labios de su concha.

El aroma del aceite flotó un instante. Accionó la vibración y el cosquilleo mágico recorrió su cuerpo. Mantuvo su mano libre estirando los pliegues que recubren su clítoris para permitir el contacto con el extremo bulboso. El placer se enseñoreó en su cuerpo. Los dedos de sus pies se crisparon.

El movimiento tomó ritmo propio. No lo hacía ella. Sus instintos se adueñaron del comando del aparato.

Necesitaba contacto en los pliegues internos de su sexo. Su cuerpo se apoyó en la almohada y busco más contacto con el ingenioso juguete.

Con la humedad y el aceite ingresó tres cuarta partes y le dio más velocidad. El aceite y sus propios jugos chorrearon hasta su ano y le produjeron una cosquilla pequeña.

Una imagen del hombre se cruzó un instante en su mente.

El juguete era dueño de su calor y su cuerpo lo aprisionaba como si quisiera devorarlo. Volvió a sentir la cosquilla en su culo.

Con su mano libre buscó la gota de aceite y jugos propios para sacarla. Al estar sobre la almohada, sus piernas flexionadas apuntaban al cielo. Su mano entonces, se encontró con una flor suave en la noche. Tibia, húmeda, palpitante, de pétalos carnosos.

Su dedo cambió de intención y acarició el círculo misterioso. Se introdujo el dedo medio suavemente, girando, entrando, sacando, acariciando. Su ano se integró a la fiesta y agradeció con cosquilleos maravillosos.

El placer tomó presencia en la habitación. En la pared las sombras proyectaban figuras fantasmales de sus piernas alzadas, mezcladas con la sombra de su cabeza, erguida instintivamente mirando el miembro magnifico que la penetraba.

Hurgó con su dedo y a través de la tela interior palpó la vibración desde su culo. El calor del orgasmo comenzó a inundar su vientre. Su labio superior transpiraba.

No distinguía la fuente del placer.

El orgasmo sobrevino como un amanecer repentino. Desde pequeñas luces hasta la culminación extrema. Tembló en forma descontrolada. Apretó el dedo y el aparato con sus músculos sin quererlo. Los espasmos la hacían temblar. Su cara mostraba asombro ante el baño de placer. Se dejó llevar e interminablemente sacudía involuntariamente su cuerpo. El gemido cruzó la noche y no le importó.

Poco a poco recuperaba el ritmo de la respiración. Retiró los elementos de placer y se sumergió en el sueño.

Capítulo 3

En la mañana hizo las compras, llamó por teléfono a un par de amigas, encargó elementos para el evento que estaba organizando.

Cocinó sumergida en un buen humor que siempre la acompañaba. Dejó todo listo para cargarlo en el auto a última hora de la tarde.

Comió algo liviano y descansó con las piernas apoyadas en la pared.

Se durmió un poco más de una hora. Al despertarse se duchó. Sus manos reconocieron la concha afeitada, los muslos, los pezones. El agua escurría hacia su pubis por delante y por detrás. Se secó lentamente y en el dormitorio puso crema sobre su cuerpo.

Sonó el teléfono. Corrió desnuda a atenderlo. Su mano estaba resbalosa por la crema. El teléfono se le cayó de las manos. Al recogerlo se golpeó en la rodilla con el mueble.

Dijo "Ayyy!!!"…. Murmurando.

Del otro lado una voz de hombre preguntó su nombre.

-- "Si,!!?? Quien habla?"

Preguntó agitada por la pequeña corrida al teléfono. Al mismo tiempo el hombre le preguntaba algo

—" Cómo?", dijo ella

—" Decía si interrumpí algo"

—" No.... Porq..." se dio cuenta de la interpretación "Quien habla??" preguntó molesta y dispuesta a cortar… pero no cortó porque habían dicho su nombre.

Era el hombre de la inmobiliaria.

Titubeó un instante. —"Que pasó? Que necesita?"

—"Te quería mostrar una casa", dijo tuteándola.

—"Ah, bueno. Cuando se la puede ver?"

En ese instante tomó conciencia que estaba desnuda hablando con un hombre que la había impresionado.

—"Cuando vos quieras. Es cuestión que digas la hora. Puede ser ahora, o esta tarde,

Cuando quieras"

—"Hoy no va poder ser. Posiblemente mañana"

Por un instante le pareció que estaba concertando una cita. Alejó ese pensamiento.

—"como hacemos? Me llamás?"

—"ehhh… si, yo lo llamo...." no debió tutearlo?

—" Bueno quedamos así. Espero tu llamado"

—"OK. Chau. Un beso". Dijo, y cortó y se dió cuenta que había dicho " un beso". Bueno no era tan grave. Todo el mundo habla así, justificó.

Inmediatamente se imaginó le daba el beso. En la mejilla. Recordó la sonrisa seductora y se imaginó.... Nada mejor nada.

Se dio cuenta que seguía desnuda.

Se vistió y partió a toda velocidad a su evento.

Todo salió magnifico como siempre´. Con el trajín del evento, y lo poco que durmió la noche anterior, cayó rendida a la cama.

Al dia siguiente se dedicó a cosas de la casa. Almorzó y fue de compras de ropa. En el paseo vió sandalias y ropa interior sensuales. Se dio el gusto y compró una tanga y corpiño y sandalias altas.

Al llegar a su casa miró tv.

Sonó el teléfono nuevamente. Pensó en el hombre de la inmobiliaria.

Atendió un poquito ansiosa. Era su tía.

Hablaron un buen rato.

Cuando cortó, recordó al hombre de la inmobiliaria. Buscó su número y se dispuso a llamar. Se dio cuenta que por la hora no iban a poder ver ninguna propiedad.

Sin embargo.... llamó de todos modos.

No contestó nadie.

Se dispuso a dormir. Sonó el teléfono. Atendió

--" Hola, recién me llamaste. No alcancé a llegar y vi en el identificador que era tu numero".

Era el hombre de la inmobiliaria. Se dió cuenta que no sabía su nombre. O no lo recordaba.

—"Ehh... si! Y me di cuenta que era muy tarde. Disculpame, ...disculpeme..."

—" No hay problema podés tutearme. Querés ir a ver una casa ahora?"

—"No es muy tarde?... Puede ser..."

—"OK te paso a buscar? Queda camino a tu casa"

—" Ehhh… Bueno. En cuanto? Media hora?"

—"Ok. Media hora"

Le cosquilleó el estómago.

Se duchó y vistió.

Blusa y jeans. Perfume, maquillaje, labios pintados.

Se observó en el espejo que tenía en la puerta del placar y se vio muy bien.

Escuchó un auto. Se asomó y vió el perfil de... Cómo se llamaba?

Salió y subió al auto. Lo saludó con un beso. Su perfume y su piel le resultaban agradables.

El le dijo:

—"Que linda que estás"" venís de alguna fiesta?"

—"Gracias!!. Solo me arreglé para mí. Me gusta verme bien"

—"Te ves muy bien"

Ella ejerció sus mecanismos de defensa automáticamente y cambió de tema,

Preguntó donde quedaba la casa. Le contestó y recorrieron el trayecto.

Hablaron de la casa, los dormitorios, comodidades, y sobre todo de las plantas y jardines que tenía.

Recorrieron el camino de vuelta. A ella le parecía corto aunque eran casi 40 minutos en auto.

Distraídamente el dijo de tomar un café.

Le pareció bien y rápidamente aceptó. Nuevamente sintió el cosquilleo en su estómago.

Fueron a un lugar en las afueras. Tomaron café y hablaron de sus cosas, de su familia, de su vida. Ella con su permanente sonrisa.

Al irse él le apoyó suavemente la mano en su brazo desnudo, guiándola entre las mesas del local. Ella lo notó, pero no hizo nada para evitarlo,….. Ya que era un gesto educado.

Quedaron en ir a ver otra casa al día siguiente.

La llevó a su casa.

Al detener el auto y despedirse, los movimientos fueron típicos y sin intención, sin embargo mientras ella decia "Gracias...!", El rozó sin querer una buena parte de sus labios entreabiertos. Fue un instante. Ella bajó y se dirigió a su casa.

Al llegar a la puerta, miró hacia el auto y él la miraba y la saludaba con su mano y una sonrisa.

Le contestó y se metió en su casa.

Capítulo 4

Ni bien entró, reconoció la humedad en su concha. El brazo en el café primero y el incidente de los labios en el auto luego le habían motorizado las hormonas. Ella se sabía fogosa, pero hacía mucho que no se humedecía tanto con tan poca acción.

El día transcurrió rápido. Se reconoció esperando a Guido para ir a ver, la casa....?? O quería nuevamente pasar el buen momento del café, y.... recordó el momento de los labios rozándose un instante.

Nuevamente estuvo alerta y escuchó el auto. Se había puesto un vestido solera, con breteles anchos y prendido con botones adelante. Dejó un botón desprendido y su rodilla brillante asomó bajo la tela.... mejor dos botones pensó... y no miró cuanto se veía de sus piernas.

Salió y el aire de la noche refrescó sus piernas bronceadas. Se había pintado las uñas de los pies y se sentía cómoda y linda.

Cuando salió vio que había alguien más en el auto. Era la mujer que vio el primer día en la oficina.

Se saludaron y fueron hacia la casa. Bajaron los dos y la mujer se quedó en el auto.

Se dio cuenta que sentía algo que la incomodaba.... celos? Se tranquilizó. Vieron la casa y se encaminaron en otra dirección. Iban a casa de la mujer.

La dejaron allí y volvieron hacia el punto de partida. El le preguntó si podían detenerse en su oficina a dejar unos papeles y enviar un fax.

Cuando llegaron le ofreció bajarse para que no esperara sola.

Lo acompañó.

Entraron a la oficina y él se dirigió al privado. Ella se quedó en la salita de recepción. Las luces estaban apagadas.

Se quedó mirando hacia la calle, hacia el cielo muy estrellado. Relajada.

Él le preguntó si quería tomar algo.

Ella dijo que estaba bien. Él le acercó un vaso con bebida. Aceptó y bebió. El volvió al privado.

Ella terminó de beber y llevaba el vaso al privado. En el momento que entraba, el apagaba la luz y salía.

Se chocaron, y por la oscuridad y los reflejos las manos de él se movieron rozando sus pechos. Ella levantó sus manos y quedó con el vaso y la mano libre contra su pecho. Sus dedos encontraron el vello de GUIDO. El vaso se cayó. Cuando ella lo iba a recoger, él tomó su mentón y lo elevó hacia él. Con el otro brazo la tomó del hombro y la atrajo.

La luz estaba apagada. No supo en qué momento se estaban besando. Su lengua suave y tibia se metió en su boca. Ella respondió y suspiró. Cerró los ojos y dijo "NO!!!" Se dio vuelta para salir.

El la tomó de atrás. La abrazó con un brazo sobre su estómago y el otro sobre los pechos.

Ella repitió " NO!!!Estás loco... no!!!"

El no la escuchó.

Besó la zona entre el bretel ancho del vestido y el cuello. Ella retorcía la cabeza.

El pasó la lengua hacia la nuca…. La piel se erizó instantáneamente. Tomó la oreja izquierda entre sus labios y la humedeció y succionó. Ella se resistía, aunque no hablaba. Soltó el primer gemido.

Las manos de él se deslizaban sobre los brazos desnudos y la aprisionaban para que el cuello y la oreja siguieran recibiendo la caricia de su lengua.

Comenzó a gemir. Una mano bajó hasta su vientre y reclamó propiedad sobre la zona. Ella giró su cabeza y buscó la boca con su lengua hambrienta.

El la seguía abrazando de atrás. Y apoyaba su hombría entre sus nalgas. Sus lenguas se encontraban y se desencontraban en la avidez hormonal creciente.

No había apuro. Había urgencias.

Desprendió dos botones delanteros del vestido, cercanos a la cintura. Sus dedos rápidamente resbalaron bajo la tanga. Sus dientes mordisqueaban la oreja. La saliva tibia se mezclaba con el perfume de ella.

Su concha afeitada rezumaba jugos en cada latido. Instintivamente sus músculos besaron y apretaron el dedo. Su clítoris le dolía de placer.

Con la otra mano él bajó el cierre del costado del vestido. Y a los dos segundos pellizcaba suavemente sus pezones.

Ella inclinaba su cabeza hacia atrás y ofrecía su piel a las manos, lengua, abrazo y bulto.

Los dedos hurgaban en su concha y elevaban su sinfonía de placer hacia el orgasmo inevitable.

De repente él se despegó un poco de su cuerpo.

Ella escuchó el ruido de la hebilla y del cierre de su pantalón. Supo que el señor de la noche había salido de su escondite. Sintió entre sus nalgas la presión prepotente y no opuso ninguna resistencia.

Instintivamente estiró su mano derecha hacia atrás.

Primero no entendía. Luego, inmediatamente se sorprendió, y a la misma vez se alegró muchísimo.

Su boca dibujo una semisonrisa anticipadora. Soltó un gemido ronco, suave, intenso....

Sus dedos trataban de atrapar la barra caliente y no tomaban toda la circunferencia.

Las venas eran como una trama suave que se hundían con su apretón y renacían de inmediato. Ël la seguia besando y acariciando su botoncito y hundiendo su dedo medio en su conchita.

Ella trató de subir y bajar la mano y advirtió que era mucho recorrido para la posición en que estaba.

La curiosidad sexual la invadió. Se dio vuelta y tomó al rey con su mano para reconocerlo en su total grosor y extensión.

Sus ojos buscaban en la oscuridad lo que sus manos le transmitían.

Giró a GUIDO, aun con los pantalones en los pies, de modo que la luz del faro de la calle le ayudara a ver lo que creía que únicamente viéndolo le iba a dar idea del tamaño.

Allí estaba: sus dos manos subían y bajaban por el poste, y aun quedaba lugar para otra mano más.

Se arrodilló para verlo mejor.

Sus manos no cerraban la circunferencia. Su cabeza brillaba como una fruta madura. Sus bolas colgaban duras, respaldando la acción. El aroma era de hombre caliente.

Ella lo masturbaba, y el miembro se resistía a cada intención de desviarle la postura. Tenía fuerza, vida, temperatura, suave dureza.

Sin darse cuenta abrió la boca, pasó la lengua por las gotitas que asomaban, escuchó los gemidos de GUIDO. Escuchó sus propios gemidos ahogados por el kiwi entero que su boca trataba de engullir.

Estiró la lengua ... La pasó desde la punta hasta la base. .....el gemía, murmuraba, ella se abría los labios de la concha y no podía asociar las dimensiones del instrumento con el de su sala de recepción. Trató de engullir la punta y solo atrapó medio durazno. El arqueó su espalda…..

Lengüeteó un testículo suavemente. El le acariciaba la cabeza y decía "si, si, si, hhhuuuuuu!!!!!" Chupó el otro mientras su mano se aferraba al garrote y lo movía como si estuviera planchando un pantalón grueso....

El la levantó por las axilas y la apoyó contra el respaldo de un sofá.

Se arrodilló y besuqueó su conchita, su flor de ceibo, sus labios afeitados, mordisqueó sus muslos. Puso una pierna de ella sobre su hombro y hundió la cabeza en la fuente de jugos. Sus manos se clavaban en sus nalgas y la levantaban en vilo, "Aghhhh, que ricooooo!!!!" ...... Ella gemía a gritos .

Un orgasmo bajó desde la cuarta estrella, entró por su nuca, bajó hasta su ano y se convirtió en una exquisita multivibración que le dió vuelta los ojos hacia atrás. Ella tiraba de los pelos y apretaba a la vez la cabeza de GUIDO sobre su sexo.

Se paró y buscó sus labios. Ella pidió " penetrame, penetrame...por favor... Meteme esa pija rica ...!"

Él la hizo girar y dobló su cuerpo sobre el respaldo del sofá. Levantó su vestido y lo puso sobre su espalda. Acarició sus caderas, corrió la tanga para el costado y hundió su dedo nuevamente, comprobando la humedad y arrancando otro gemido.

Bajó la tanga rápidamente, rozando sus piernas suaves con la yema de sus dedos- Se sacó el pantalón.

Ella se sorprendió cuando él la golpeó en la nalga con su miembro. Otro hondo suspiro.

Era una maza caliente, pesada, dura, que no dolía pero le ponía el instinto dispuesto a alcanzar el umbral del éxtasis. Era el aviso de llegada del caballero enojado.

Seguía sobando sus caderas y sus nalgas. Fuertemente las amasaba. Las entibiaba, las preparaba para el encuentro con la historia del instinto, del bienvenido rasgo animal.

Se aletargó en esas caricias. Se dispuso. Se ofreció......

Dejo de sentir la mano en su cadera derecha. La mano izquierda separó sus nalgas. La otra mano dirigió la cabeza hacia su hueco adorable. Hizo movimientos giratorios . Rozando suavemente, pero empujando con autoridad. Sus jugos hervían en el interior de su concha. El puso saliva en la inmensa ciruela.

El tiempo se detuvo. Solo se escuchaba las respiraciones..... Ella lo miró por encima de su hombro....El dominaba la situación. No había vuelta atrás, .....ni ella la deseaba.

Acercó nuevamente el extremo brilloso a la entrada hambrienta. Apoyó, rozó en circulos, empujó y entró un par de centímetros. Ella gimió y se quejó." Ayyy, despacio por favor despacio,.....aunque sabía que ella iba a empujar hacia atrás....ni bien estuviera enfilada la cabeza de la anaconda.

Él se detuvo medio segundo. Y nuevamente empujó lentamente. Esperó un poco y empujó y sacó un centimetro. "Hmmmm...."

Empujo y entró 3 centimetros más. Ella se sentía rara. Sus labios vaginales se enredaban y se metían hacia la vulva.....Aun no estaba recibiendo lo que ansiaba. El sacó un centimetro y echó saliva sobre la zona de contacto. La saliva abrazó al monstruo y lo hizo brillar. Empujo más y entró la cabeza. Enseñoreada en el canal hirviente " Ahhhggg, dios , dios, .....que placeeerrrr...!"

Ella sintió la presencia en toda su vagina. El clitoris se adaptaba a la llegada del invasor. Él seguia empujando suavemente, dando tiempo al estiramiento del interior de esa concha exquisita. Hizo un movimiento de entrar y salir.

La sacó casi completa y la empujó nuevamente. Ella estaba en puntas de pié. Comenzó a temblar sin control. Tuvo otro orgasmo naciendo en sus pliegues internos, los pezones duros se lastimaban contra el sillón. No tenía noción de cuando iba a parar de temblar.

Comenzó a entrar y salir, cada vez más adentro, cada vez más grueso, cada vez más largo, cada vez más adentro.

La cabeza le comenzó a golpear lugares nunca tocados por carne humana. Iba entrando cada vez más, .... Sus ojos estaban abiertos asombrados. Su boca era una mueca...., emitía solamente ruidos guturales " aaaggggghhhhhh,.......uuuuhhhhhmmmmmm, ssssiiiiiiiiii!!!"

La ensartó completamente y comenzó a bombearla . Los jugos acompañaron la danza animal. Corrieron por sus muslos.

Él la tomó de los hombros y la levantaba del piso en cada embestida.

Ella gritaba como si la hubieran asaltado. Temblaba, transpiraba, orgasmaba.

La pija recorría cada pliegue de su concha. Perdió la cuenta de sus orgasmos.

El se enseñoreó en su cuerpo. Cada movimiento era un aplauso al chocar su vientre contra su nalga.

Bombeó. Lento, rapido.. Lento, rapido, sacaba hasta la cabeza y la metia de un solo golpe y ella gemia en cada repetición.

Aun habiendose acostumbrado al tamaño y dureza del miembro, ellá no podía creer lo que sintió cuando comenzó a ponerse más duro y más grande. Se preparó lo mejor que pudo, y gritaba de placer "Sí, Síiiiii, que rico que ricooooo!!!"

Y llego el clímax de Guido.

Le clavó los dedos en los hombros. Cacheteó sus nalgas, bramó como un toro, el sofá se corrió. Nunca se salió de su concha.

Comenzó a sentir el bramido y ella entró en un éxtasis hipnótico.

Sintió las vibraciones de su orgasmo y el golpeteo de sus bolas contras sus nalgas. La leche le golpeó el fondo de su concha dos, tres , cuatro veces. Y el seguía bombeando y gimiendo,

.....ella tuvo otro orgasmo intenso, diferente, Su concha se contraía involuntariamente.

Comenzaron a frenar el ritmo, sin aire, resoplando, los fluidos corrian por sus piernas hacia el piso.

Se quedaron juntos. Doblado el sobre ella, sobre el sofá.

El se separó y al salir de ella se escuchó un sonoro POP!!

Dio la vuelta y ofrecio su pija a su boca. Ella pasó ansiosa y agradecida la lengua por el elemento de placer.

Los fluidos lo hacian parecer un trabajador transpirado. Lo tomo entre sus manos y lo sintió vivo, latente, hirviendo como herramienta de trabajo al sol.

Se imaginó como seria la próxima vez. Recién terminaban un concierto de sexo y ella ya quería conocer la partitura de la proxima actuación.

Con una limpieza rapida salieron de regreso. En el auto el apoyó su mano sobre un muslo. La piel le hervía. Su vagina rezumaba semen y empapaba su tanga.

Ella sonrió para sí misma.

Ya había olvidado sus fantasías : una era social, formal, desde el raciocinio de la tentación: la de darse el gusto cuando la oportunidad apareciera,….. Y esta noche había aparecido.

La otra era más visceral, más animal, mas hormonal: la de sentir una pija terrible horadando su concha. Y también esta noche había conocido ese monstruo ciclópeo clavado en su vientre.

Se bajó del auto y él preguntó  cuando se verían nuevamente. Dijo que creía que no se iban a volver a ver. Había sido una gustada exquisita, pero nada más.

Le dio un beso corto en la boca y se bajó. Sus rodillas temblaban.

Al entrar a la casa sintió correr por sus piernas humedades sexuales que caían de su vivo órgano.

Se desnudó y se quedó un largo rato en la ducha. No sentía remordimientos. No había sido nada planeado. Sucedió incidentalmente. Fue solamente sexo. Un sexo maravilloso. Aunque nada más que sexo,....y nada menos que sexo.

Sin desearlo le volvieron ramalazos del polvo. De sus manos aferrando el bastón. De las manos de él amasando sus caderas. De su boca abierta al máximo sin poder engullir la fruta. De sus propios gemidos y gritos en la noche , "total nadie sabe que soy yo". De sus multiples orgasmos continuos. De la leche caliente y espesa explotando muy adentro de su canal.

Luego de secarse, se fue a la cama. Se puso crema por todo el cuerpo. Su pubis y clítoris estaban hinchados como nunca los había tenido.

Pasó crema alrededor . Sus dedos buscaron debajo de su concha. Acariciaron su periano. Puso más crema en su dedo y esparció sobre la rosa seca. La crema tibia se metió un poquito. Tenía mas crema en el dedo y presionó un poquito. Levantó las caderas un poco. El dedo entró. ....soltó un gemido.

Puso más crema y esparció nuevamente. .....el dedo entro completo. Bombeo algunas veces y su otra mano tocó el clítoris.

Apretó el monte como si fuera un papel para la basura, sacó el dedo y se dijo a sí misma que ya por hoy era suficiente. Sus mecanismos de defensa estaban recargados.......aunque ya sabía que con balas de fogueo.

Se durmió placenteramente.

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Capitulo 5

Pasaron dos o tres semanas y pudo dimensionar esa noche de sexo hormonal e instintivo y se autoconvenció que no pudo hacer nada por evitarlo, y que además, se alegraba de no haberlo evitado!!!

Continuó con sus actividades: eventos, tenis, la casa . Su marido había viajado al exterior por dos meses y las noches y fines de semana buscaba compañía en su familia.

Se dispuso un par de veces y jugó alegremente con sus vibradores. No era lo mismo. Invariablemente venía a su memoria erótica la presencia no del hombre, sino de su miembro magnifico que tanto placer le había dado. Recordaba cada detalle de su tamaño, forma, color, temperatura, dureza. Y se regocijaba con el recuerdo. Sus vibradores se hundían y temblaban enérgicos y ayudando con sus yemas sobre el clitoris quebraba su columna vertebral y aprisionaba deseos y aparato entre sus piernas . Los dedos de los pies crispados atrapando el placer que los alcanzaba descendiendo desde su coxis.

Luego entró en un período refractario, donde no se acordaba de poseer una vulva, ni de sus aparatitos de placer.

El hombre de la inmobiliaria, portador del bastón incomparable, la llamó dos veces y ella dió excusas y desalentó otro encuentro. Y al colgar las dos veces pensó " ...cómo me encantaría , en una cama, con sabanas de seda.....". Pero no. Aunque muchos años había tenido esos pensamientos y los había guardado bajo siete llaves con un "....pero, no..."

La convocaron a muchos eventos y su atención estaba dedicada la mayor parte del tiempo a eso.

En uno de los eventos, realizado por una empresa de alimentos, le dieron tratamiento igualitario por dedicarse a la alimentación y llenaron un cupón con su nombre.

Al promediar la noche realizaron sorteos y a ella le tocó un fin de semana largo en Buenos Aires, con pasaje, hotel comidas y visita a un seminario de chefs.

Luego de los premios se armó el baile y se arrimó al grupo de los que la habían contratado.

Se divertía mucho y tomó un par de copas de champagne , que ahora le parecía muy rico.

Se armó la ronda y el trencito. Nuevamente bailaba muy divertida. Desde conga a musica brasilera y salsa.

Uno de los asistentes la tomó de las manos y bailaron cuarteto, y luego salsa, que le encantaba.

Se dejó llevar y en un instante, sin darse cuenta los vientres estaban pegados siguiendo los ritmos de la lambada.

Cuando tomó conciencia del roce no daba para que se retirara. Afortunadamente cambiaron de ritmo y se soltaron.

Nuevamente trencito y a pasar bajo el puente, doblando el torso. Su compañero la tomó de la cintura desde atrás. Al doblarse para pasar bajo el puente que iban haciendo los que iban más adelante, las manos quedaron aferradas más a sus caderas que a su cintura. Por el movimiento fuerte del baile, y para no soltarse, el apretó un poco sus dedos.

Inmediatamente le vino la imagen de aquella noche en la inmobiliaria, cuando las manos la atenazaban para ensartar semejante pija. Un pantallazo fugaz y su cerebro le presentó los sonidos del cacheteo del vientre contra sus nalgas. Se estremeció...

Sin darse cuenta, y ya húmeda, estiró la mano hacia la de su compañero y la apretó. Reaccionó en un instante confundida consigo misma y dijo " perdón...!!!M-mme confundí, perdón...!"

El bailarín no entendía que pasaba y sonrió y preguntó " pasó algo...???"

"No , nada, nada no me hagas caso!!"

Terminó el baile y se separaron. Ella estaba espléndida.

El no pudo dejar de mirar la espalda creciendo hacia un culo magnífico.

Desarmó sus cosas, ordenó los platos , mesas, sillas, etc y dió por terminada la noche.

Llegó a su casa , se duchó y se fué a dormir. Agotada, se durmió de inmediato. En su sueño apareció el episodio de la inmobiliaria. Y cuando estaba sintiendo el bombeo , se daba vuelta y veía la cara del muchacho con el que había bailado. Como si en el trencito la hubiera penetrado de atrás con el miembro de Guido.

Al otro día no recordaba ya el sueño. Jugó al tenis y preparó algo rápido para comer. Durmió una siesta y se puso a arreglar su jardín.

Al atardecer sonó el teléfono. Al atender una voz de hombre preguntó por su nombre . Era el compañero de baile que le decía que se había olvidado de retirar los vouchers para el viaje. Ofreció llevárselos y ella agradeció muchísimo.

A la media hora llegó a su casa y le entregó los vouchers. Ella lo invitó a pasar y tomar un café, como siempre hacía y casi se sorprende cuando él aceptó.

Preparó un café que sirvió con maestría y charlaron un buen rato.

Le pareció muy agradable, de lindos rasgos y pasó su examen predilecto : tamaño y forma de las manos. Calculó su edad en " casi 40".

Le pareció que tenía linda boca y linda sonrisa. ……….o un cosa se debía a la otra?

Sin darse cuenta pasó un buen rato.

Se despidieron y ella le dio las gracias con un beso en la mejilla y apoyó su mano sobre el brazo de él.

Esa noche repasó la afeitada de pubis y vibró con el más grande de los juguetes. Su boca mordía su propio brazo. El orgasmo la envolvió como el sol de la mañana. Se durmió desnuda.

Capitulo 6

Dos semanas después confirmó los pasajes y partió a baires. En otra época habría buscado a alguien más, pero iba a un seminario de cocina y eso le encantaba.

Así que puso ropa linda en su valija y partió a baires.

Llegó el viernes a las 4 de la tarde. Tomó un remise al hotel, donde tenía reserva en un habitación muy linda.

Desarmó la valija , ordenó la ropa, y olfateó instintivamente la tanga que iba en la valija. Aunque ya la había lavado algunas veces, instintivamente buscaba el olor a semen que la impregnó aquella noche. Sonrió para sí misma, pensando que había sido muy rico, pero que no podía estar pensando tanto tiempo en eso. Había pasado más de dos meses. Eran más de dos meses sin ser penetrada por un miembro de verdad.

Salió a pasear, y fue a la recepción del seminario. Si bien el ambiente le interesaba, se sentía un poco rara al no estar acompañada. Al rato olvidó el detalle y se movió con soltura entres los stands y disertaciones.

Tomó folletos, escuchó secretos, se sorprendió con novedades.

Se sentía observada. Cuando se dirigía a la salida se cruzó con una amiga de los eventos. Charlaron un rato y le dijo que si estaba sola podían juntarse esa noche y salir. Ella estaba con su novio y conocían bien la ciudad.

Dijo que quizás, que no quería molestar, y su amiga le dijo que se olvidara de esas tonteras, que la iban a pasar muy bien.

Estaban en el mismo hotel, y en habitaciones contiguas. Ella 212 y la amiga 213.

Ellos fueron a otro lado y ella se compro una falda negra con un tajo. Le dibujaba unas caderas importantes y tentadoras.

Agregó una tanga del mismo color.

Paseó por una galería, entró a una peluquería y se cambió el corte de pelo.

Fue al hotel. Al entrar al lobby y subir al ascensor, cuando se cerraba la puerta alguien entró justo antes que cerrara la puerta.

No prestó atención de inmediato. El hombre la saludó. "Hola, como estás?" Lo miró sorprendida. Lo reconoció de inmediato. Era Juan, el que le entregó los vouchers. Se alegró de verlo.

Hablaron 5 segundos y el ascensor se detuvo en el 2do piso.

El preguntó que tenía planeado hacer esa noche y ella le dijo de la invitación.

Por un instante pensó en agregarlo, pero cambió de idea.

Fueron a cenar a un tipico bodegón de pastas y carnes.

Micaela era muy agradable y conversadora, lo que le hizo pasar un muy lindo rato. Tomó dos copitas de vino y sus mejillas estaban coloreadas.

Al ir al toilette sintió la tanga incrustarse en su monte. La falda le quedaba estupenda y con ese color no se notaba la ropa interior. Sus sandalias color champagne hacían juego con su bijouterie y la camisa de seda.

Al volver del baño sus compañeros ya estaban pagando la cuenta.

Se dirigieron al auto . Ella pensaba que irían al hotel, sin embargo en el trayecto al estacionamiento la invitaron a una milonga.

Aceptó encantada.

Al subir al auto, en el asiento de atrás, se le cayó la cartera y se abrió. Dejó la pierna derecha en la acera y la izquierda sobre el piso del auto. La falda se subió generosamente. Recogió todo, y cuando levantó la vista, Mariano, el esposo de Micaela tenía la mirada inundando sus muslos y su tanguita.....

Cerró la puerta y dijo "Listo!". Al partir el vehículo una sonrisa socarrona le cruzó los labios. Se los mojó con la lengua..

Llegaron a la milonga y los invitaron a sentarse a la mesa alrededor de la pista.

De inmediato sus anfitriones salieron a bailar. Se desenvolvían con destreza y bailaron cuatro o cinco tangos.

Le habría gustado aprender a bailar bien, pensó. Estaba en esos pensamientos cuando alguien se acercó y le dijo " Me permite esta pieza?", muy formal.

Era un hombre muy elegante, mayor, que la tomó de la cintura y arrancó como si ella supiera bailar. Ella se disculpó y éll la relevó diciéndole que no había problemas. Que alguna vez había que empezar y que ..hay una primera vez para todo.

Continuaron bailando y el hombre tomaba confianza y le marcaba los movimientos para que ella lo siguiera. En ese trámite la había tomado con su palma derecha estampada en la parte baja de su espalda, y empujaba su pierna derecha entre las de ella.

Su falda negra se adhería a sus caderas, aunque permitía un contacto franco con la pierna del hombre.

Luego de unos minutos sintió el roce más intensamente y aceptó eso como la condición sensual del tango. De otra manera tendría que haber rechazado el avance físico, disimulado, pero firme.

Al tercer tango no tenía ninguna duda que el bulto del hombre frotaba su pelvis. La mano le rozaba la espalda firmemente y la cadencia le imponía un encuentro que la hacía sentir manoseada, desnuda.

Sin embargo, no le desagradaba. ….todo lo contrario, sentía como el hombre la inclinaba luciéndose, y a la vez la tanga se incrustaba en su culo y su vagina.

Luego de bailar un tango más, le agradeció y se sentó con sus amigos.

La felicitaron y le dijeron si quería seguir o se iban al hotel. Lamentando no sabía bien por qué, aceptó ir al hotel. En ese momento se dio cuenta lo húmeda que estaba su concha.

Se durmió caliente

Se despertó con un trueno

Desde la habitación de al lado se oían gemidos y voces. Una pausa tensa

Más gemidos, …..Dos hombres?

Se escuchaban pasos sordos caminando descalzos sobre el parquet.

Le pareció escuchar el crujido rítmico de una cama movida por dos personas cogiendo. Un suspiro fuerte. Ya no había duda

Gemidos, ".... Despacito..." ayyyy que ricoooo. ......vos esperá.....quedate quieto. .....ahora vos..... ........hijo de puta, ............. Hmmmmm, despacito...... Despacito, si,si si siiiiiiiiiiiiii, que rico,,,,ahhhhhh, ahhhhhh"

Los gemidos y el taconeo de las patas de la cama aumentaban en ritmo....

El batifondo se superponía a los gritos y resoplidos. Ella estaba desenfrenada

Uno de los hombres comenzó a hablar un cocoliche extraño, cada vez más fuerte , hasta emitir un gruñido como si lo hubieran apuñalado.

Ella gemía inconfundiblemente descontrolada. Avisó educadamente: acabo!!! Acabo!!! Ahora !!! Ahoooora!!! Aaahhooooooraaaaaaaa!!!!

El otro hombre tambien gimió y dejó escapar un sonido gutural de mono tratando de hablar.

Evidentemente era una fiesta de 3. Nunca la habían intrigado, aunque una cosquilla trémula recorrió sus pezones y bajó hasta su ano.

Se imaginaba las pieles transpiradas, los fluidos esparcidos, los cuerpos satisfechos.

Se sobresaltó con el teléfono.

Dudó en contestar. Levantó el tubo y dijo : "....hola?" casi preguntando.

_ Hola!!! Te desperté?? Soy Juan.

_ Ah! Hola!

_ Esperabas otra llamada? No quiero molestar

_ nooo!!! Para nada . Que hora es? Me imagino que muy tarde ( calculó como media hora la fiestita de los vecinos)

_ No es tarde ni temprano. Es hora que tomemos un café o una copa de champaña en la terraza!!

_ Jaajajaja! Estás loco.

_ Por qué? Si mañana no tenemos nada que hacer!!! Dalee!! Paró de llover y está lindisimo en la terraza. Fui a tomar algo y me pareció buena idea invitarte. Subis? O te paso a buscar? Estoy en tu mismo piso.

_ Ok. Subo …. Pero un ratito nada más , eh?

En ese instante se sintió mal con ella misma. Por qué se ponia ese limite?

Se puso la falda rápidamente. La tanga estaba en un rincón y no creyó necesario usarla. Antes ni se le habria ocuriido andar sin ropa interior, pero recientemente lo encontraba cómodo, .....y sensual..

Salió al pasillo y de la habitación de al lado salió una persona.

No había como evitarla y se encontraron en la puerta del ascensor.

Ella subía así que paró el ascensor hacia la terraza

Sin contenerse miró al hombre.

Era su compañero de tango.

Recordó el bulto y la tanga incrustada. Se humedeció un poco más. Y no tenía la tanga puesta.

Llegó a la terraza y Juan la recibió con una sonrisa y un beso en la mejilla.

La noche era cálida y sin viento.

Hablaron de la reunión de la mañana. Cuando él le pregunto sobre la milonga titubeó un segundo. Recordó la presión sensual en el baile , recordó la mirada torva del hombre en la puerta del ascensor, recordó los gemidos de la habitación vecina y la estridencia del sexo de a tres.

Se dio cuenta que esperaba una respuesta

__"Ehh....muy bueno, muy bueno, ......muy sensual" se escuchó decir.

—Ah, si?? Que interesante!!!!!

Y que te pareció sensual? Le preguntó mientras le servía una caipirinha.

—.. Y , todo... La musica, el baile, ya se sabe que el tango es sensual

—Y vos sabias bailar??

—No!! Primera vez en una milonga

—Y como hiciste? Te explicaron?

—No,....como que el compañero te va llevando ( nuevamente el bulto se refregaba en su pelvis....)

—Ah, que bueno. Y te gustó?

—-Si, ....muy rico, ...quiero decir muy lindo....!! Ya su instinto la había traicionado.

Largó la carcajada. Apuró la caipirinha entre risotadas

—Que fue eso ? Un baile o un poco de sexo vestida?? Le preguntó Juan entre risas

Se tentaron y se reían a carcajadas.

El le ofreció sentarse en un sillón en el costado de la terraza, desde donde se veía el río.

La noche estaba estrellada. La caipirinha la hacia relajar. Se sentía comoda.

A sus espaldas se apagaron las luces del bar de la terraza. Quedaron solos.

El mozo preguntó si necesitaban algo mas y Juan pidió champagne.

La noche se presenta cálida luego de la lluvia .

Se sacó el calzado y apoyó los pies sobre el antebrazo de una reposera.

El dice: Que lindo que está esto…!!!

Se acerca y se sienta en la reposera.

 Brindan con champagne , que burbujea en su boca.

Se le escapan unas gotas por el mentón y caen en su escote rápidamente se deslizan por el tobogán de sus senos y la sensación da vida a sus pezones. Se estremece y sonríe….

 

El le pregunta de qué se ríe. Hay mucha calma y buena onda en el aire.

 

“Dale contame” dice él.

“Nada” , dice ella. “Todo bien”

Descuidadamente el toma un pié con sus manos tibias, y comienza a masajearlo.

 

Por un instante ella reacciona y luego se relaja. Es muy placentero.

Siguen mezclando charla agradable con silencios.

A ella se le escapa un gemido.

Él se acomoda y extiende las caricias desde los pies hasta la rodilla.

Suave, pero firme masajea sus piernas. Ella cierra los ojos.

El se arrodilla y extiende la zona a masajear. Aunque ahora el rubro es caricias.

La falda se corre hasta una altura importante. Los muslos tibios se erizan con la caricia. La humedad rezuma de su vulva.  Recuerda que no tiene ropa interior. No le importa. Se deja llevar.

 

El se pone a su lado. Acaricia sus muslos, besa su pie. Mete la lengua entre sus dedos. Ella se estremece y clava sus dedos en su brazo. En el movimiento ella roza sin querer su bulto y lo detecta erguido y pronto.

El comprende la luz verde y mete su mano bajo la falda.

 

Al buscar debajo de la falda entre los muslos tibios, se encuentra con la concha empapada, y sin ropa interior.

Sube la falda con la ayuda de ella, hasta la cintura y la sienta en la punta del sillón.

Clava su cabeza en la concha, la muerde y chupa un instante. No tiene buen ángulo y la arrodilla en el sillón.

Los pies desnudos de ella sobresalen del sillón.

Le pone la pija entre sus pies y comienza a comerla de atrás.

Le mete la lengua en el culo suavemente, en círculos. Ella se estremece…. gime….

Mete un dedo en la concha y le chupa el culo. Succiona e introduce la lengua como si fuera un dedo húmedo…

Ella se abre por todos lados

El le confiesa que esta loco con ese culo, que lo disfrutará ahora mismo

Ella dice que no, que le duele...

Él no la escucha

Arrima la cabeza ensalivada

Entra un poquito y ella se contrae

La saca y le acaricia el clítoris con un dedo y el misterioso orificio con el pulgar ensalivado,

Intenta de nuevo. No es grande como la del inmobiliario, pero tiene su porte.

Ella se relaja y entra un poco mas.

Ella siente que el se mueve y saca su pija…. Se demora unos segundos y siente escurrirse un liquido tibio sobre su esfínter, hacia su concha y muslos…

--Ahora siiii!... dice el con voz ronca

Ella se pregunta que es el liquido.

El le dice "con aceite de oliva todo es mas rico..."

Ella, muy cocinera reconoce el aroma, y se sonríe, y se prepara...

El le unta el anillo con mucho aceite y masajea relajando.

Ella gime roncamente. Se va relajando. Esta lubricada y caliente.

Le pide —" en la concha, metemela en la concha, un poquito.....un poquito en la concha..."

El obedece y la ensarta de un golpe. Bombea en forma rotunda... Pausada…. La saca entera y la vuelve a ensartar, la hace sentir llena y dominada, muy penetrada, plena….

El orgasmo comienza a hurgarle la planta de los pies….

Él le acaricia el culo, lo masajea

Ella acaba entre gemidos y manotones contra el sillón….

El sigue durisimo. Mientras ella acabó metió entero su dedo embadurnado en el aceite.

Cuando ella se relaja del polvazo…. Saca su pija y ella la extraña de inmediato.

Antes que se de cuenta apunta la flecha a la roseta imantada.

Entra la cabeza y se acomoda. Ella aguarda y se afloja

La pija busca su camino y va entrando suavemente. Está creciendo en su interior.

Su culo se abre como flor de la mañana, lentamente, amplio…se acomoda... los pliegues aún estirándose…

Las manos de él la retienen y la sostienen…

Sigue entrando lentamente. Ella comienza a disfrutar…. Suelta un gemido suave

Ya entró la mitad. Ella está quieta. Se moja los dedos y acaricia su clítoris. El gemido sube de volumen.

Entra un poco más. Ella ya está disfrutando el ataque…

"que palo ricooo, que palo ricoooo!!!!"

Ella comienza a golpear hacia atrás

Los dedos de él se clavan en sus caderas y acompañan los movimientos.

Echa un chorro de aceite sobre el culo y la pija pistoneando.

Chorrea el oliva tibio hasta su concha.

Ella con esos jugos apura la franela al clitoris, lo pellizca.

"aahhhhhh.... dame, siii, dame....!!!

Por un instante tiene una duda.... no lo puede creer... quien la esta cogiendo?? Lo recuerda y se sonríe... gime.

Gime

La pija se pone caliente, dura

El bombeo es continuo, completo. Sale tooooda.... entra todaaaa, sale toooda, entra toooda

Ella se siente muy puta, pregunta

"TE GUS....TAA COGERRR MII CULOOO??'" AHHHH, QUERICO

Él le dice

Riquisimo, riquisimo, te lo lleno de leche

Si,si… siiiii… dame esa lecheeee...!

El roce es importante

Las bolas le aplauden las nalgas

El comienza a acabar. La bombea a toda velocidad.

Ella acaba en esa locura de pija, en el símbolo de la sodomización, en el cambio de humor entre no querer y necesitar que la pija recorra su interior.

La leche le golpea el interior, la vuelve loca, la hace sentir hembra digna de ser cogida

Se entrega… gime

Estira su mano y acaricia las bolas pulsantes

El saca la pija y le da una palmada en el culo magnifico

Luego se agacha lo mordisquea y lo besa

Cuando ella se esta acomodando en el sillón el busca sus labios, se agacha y mete su lengua tibia en su boca…

Ella responde y lo toma de las caderas. Sus manos buscan la pija y se sorprende que aun esta semirrígida

La acaricia… instintivamente, abre la boca y la chupa.

Si, con oliva es otro sabor diferente.

Se relajan, se besan, se pone los zapatos y se va a dormir feliz.

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