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La abuelita de mi mejor amigo

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Aracelly: una abuelita muy sexy

Esta historia sucedió hace tres (3) años.

En un viaje de prácticas de la universidad, llegue a la ciudad de Manizales (Colombia). Los dos profesores encargados de esta, querían que nos alojáramos en un hostal, pero le comente a uno ellos que, para ahorrar gastos, me iba a quedar en la casa de un ex compañero del colegio. El profesor, me dijo que no había ningún problema, que lo más importante era que estuviera en el lugar de la práctica.

Fueron dos días de práctica, pero yo me quede en la casa de mi amigo durante dos semanas y media.

Él vivía con la abuela, ya que sus padres vivían en otra ciudad, y él trabajaba en Manizales. Cuando llegue a la casa de él, me presento con su abuela. Una señora de unos 63 años, mulata, piel trigueña, con ojos color miel, pelirroja (creo que se había tinturado el cabello), de unos 1,55 m, un par de tetas bien grandes, pero algo caídas, una cintura con algunas llanticas, que la hacían ver buena, y lo mejor de todo, unas nalgotas, un poco caídas, pero que todavía estaba algo duritas.

Mi amigo me fue a recoger al hostal, en su carro. Estuvimos charlando de todo lo que habíamos hecho después que terminamos el colegio, de las fiestas que hacíamos en vacaciones, en fin, de todo un poco. Llegamos a su casa; la abuela de él, estaba viendo Tv en la sala, él nos presentó:

—Abuela, le presento a mi amigo. Estudiamos en el mismo colegio.

—Mucho gusto, soy Aracelly, y usted.

—Mucho gusto, soy Luis, un placer.

Ese día estaba vestida con un leggins color azul, con diseño de jean, un suéter blanco y un saco color negro; ya que ese día estaba haciendo mucho frio. Mi amigo me enseño el cuarto donde me iba a quedar. Antes que anda, le di algo de dinero, pero lo rechazo, diciendo que yo era su invitado y que no tenía que darle nada, que la casa estaba a mi entera disposición. La señora Aracelly estuvo de acuerdo, ya que mi amigo le había contado como era yo.

Al otro día, mi amigo salió a trabajar a eso de las 3 pm, tenía turno en el hospital, ya que se había graduado de médico, y yo ya había salido de las practicas. Me quede en mi cuarto revisando los mensajes de mi correo, cuando escucho que llaman a la puerta:

—Luis, soy yo Aracelly. ¿puedo pasar?

—Si claro señora Aracelly, adelante.

—Le he traigo un jugo de moras con leche, espero le guste.

—Muchas gracias señora.

—No me diga señora, no me gusta que me digan así

—Pero porque no. Lo hago porque la respeto mucho.

—Sí, pero quiero que nos tratemos de tu. ¿Te gustaría que fuéramos amigos?

—Si claro, no hay problema. Si gusta, podemos hablar en la sala.

—Claro que sí, no hay problema Aracelly.

Termine de revisar el correo, luego tome el vaso con el jugo, y me dirigí a la sala. Aracelly y yo nos sentamos en el mueble y conversamos como si fuéramos los mejores amigos. Me conto todo lo que había hecho en su adolescencia, sobre cómo había criado junto a su esposo, cinco hijos y los años que paso en el colegio como docente (era jubilada); y también me conto cuando su esposo murió en un trágico accidente de carro.

Durante la charla, llevo a la mesita, dos vasos con hielo y una botella de crema de whiskey. Nos tomamos esa botella entera. Nos fuimos conociendo mejor, hasta que me pregunto que si tenía novia. Yo le dije que no, que no tenía, y me pregunto por qué. Yo le comenté, que solo me gustaban las mujeres mayores que yo.

—wow, en serio.

—si Aracelly, solo mayores que yo.

—eso está bien, cada quien tiene gustos diferentes.

—así es Aracelly. Y hay que respetarlos.

—En eso estoy de acuerdo luchito. ¿te disgusta que te llame luchito?

—Nooo, claro que no. Me halagas.

—Ves, porque te decía que no me gustaba que me dijeras señora.

—Sí, ahora comprendo.

—Y dime, pero dime la verdad. Para si ¿soy atractiva?

—Siii claro, para mi eres atractiva. Si no fuera porque eres familia de mi amigo, te hubiese tratado de conquistar.

—Y eso que tiene que ver? Él tiene su vida, y yo tengo la mía. Él no se mete en mis asuntos, ni yo en los de él.

—Ah ya. Menos mal.

—Entonces dime luchito, ¿yo te gusto?

—Si Aracelly, me gustas. Me gustas mucho. Estas buenísima

—Ay luchi, que galán…

No resistí mas la tentación, y terminamos besándonos. Un beso tan apasionado e intenso, que se volvió una eternidad. Chupaba desesperado sus labios, mientras que ella me abrazaba suavemente. Introducía mi lengua en su boca, y ella me la chupaba. Instintivamente, ella, dirigió su mano izquierda a mi pantalón. Desabrocho el botón, bajo la cremallera de este, y la introdujo dentro de mi verga, que, mientras duraba el beso, esta cobraba vía y se ponía bien dura y erecta. Ella me pajeaba suavemente, mientras yo introducía debajo de su suéter, mi mano derecha para alcanzar sus enormes y sabrosas tetas. Note con mi mano, que sus pezones estaban erectos y duros. En eso, nos dejamos de besar, me pidió que me pusiera de pie; luego se puso de rodillas delante de mí, bajo mis pantalones y mi bóxer, terminando de dejar al descubierto mi verga.

—Ay Dios mío. Nunca había visto una así. La tienes más grande que la de mi esposo. Se ve rica, ¿te la puedo mamar?

—Claro que si Aracelly, es toda tuya.

—¿toda mía? ¿de nadie más?

—Si preciosa, de nadie más. Disfrútala.

Como toda una putita, comenzó a chuparla. Primero, le dio sendos lengüetazos al glande, como si estuviese saboreando una paleta o un caramelo. Luego se la fue introduciendo dentro de su boca, chupándola suavemente y rápidamente. Mientras la chupaba, ella agarraba y amasaba suavemente, mis testículos con su mano derecha. Pasaba su lengua alrededor de mi verga. Me pajeaba y al mismo tiempo, chupaba cada uno de mis testículos, hasta paso su lengua por mi perineo. Eso hizo que me excitara aún más.

Siguió pajeandome y al mismo tiempo me la chupaba. Ya no podía aguantar más. Le dije que me iba a venir:

—Preciosa, ya me voy a venir.

—Si luchi, vente dentro de mi boca. Dale amorcito.

—Ya me voy a venir, me vengo, me vengooo…

Ella se metió mi verga dentro de su boca, y acabe dentro de ella. Se tragó todo el semen que tenía acumulado. Ella siguió ordeñándome, recogía con su lengua el poco semen que quedaba. Un poco cayo en sus labios; paso su lengua por sus labios, como si fuera toda una actriz porno.

—Me gustas, me encantas. Me gusto tu lechita.

—Preciosa, ¿te gusta mucho chupar?

—Si luchito. Mucho amorcito, pero mi esposo no me dejaba que se la mamara.

—Porque no?

—Porque él decía que era desagradable. No sabes lo mucho que deseaba chuparle el pene a mi pareja.

—Bueno preciosa, ya cumpliste tu fantasía. Además, soy una persona de mente abierta.

—Así es amorcito. ¿de veras? ¿eres de mente abierta?

—Si preciosa. Lo soy

— Ah bueno. Si quieres, mañana cuando mi nieto se vaya a trabajar, y tu llegues de la práctica, te tendré una gran sorpresa.

—¿Por qué no me la das hoy?

—Porque mi nieto llega en unos instantes.

Ella limpio mi verga con una servilleta, y se acomodó el suéter y el saco. Yo me subí el bóxer y los pantalones. Me senté en el mueble, ella recogió los vasos, y la botella vacía. Encendí el televisor, para ver si había algo bueno. Me puse a ver caricaturas, mientras que ella, preparaba una ensalada con pollo desmenuzado.

A los 15 minutos, llego mi amigo.

Me pregunto que como me había ido en las prácticas, y que si me había entendido con su abuela. Yo le dije que sí, que no había ningún problema. Luego cenamos, y después, cada quien se fue para su cuarto. Esa noche, no pude dormir bien, ya que estaba pensando en la sorpresa que tenía.

Al día siguiente, no tuve cabeza en la práctica, ya que había quedado intrigado sobre que era la sorpresa que me tenía.

Al llegar al apartamento, a eso de las 5 de la tarde, mi amigo, previamente, me dejo un duplicado de las llaves; noté un pequeño papel en la nevera, ya que fui a la cocina a tomar algo de jugo. La nota decía: “te espero en mi habitación. Ven por tu sorpresa”. No lo dude un instante. Subí las escaleras tan rápido como pude. Toque a la puerta, seguí a su cuarto. Cual fue la sorpresa: ¡había otra abuelita con ella!, dándose besos y calentándose las dos antes que yo llegara.

—Amorcito, ¿te gusto mi sorpresa?

—Oh Dios. Esto no me lo esperaba.

—Es una amiga. Una ex compañera de trabajo. Somos muy buenas amigas. Hemos tenido las mismas fantasías, pero nuestros esposos nunca estuvieron de acuerdo en satisfacernos como queríamos.

—Bueno preciosa, por mí no hay problema. Mucho gusto. ¿Cómo te llamas?

—Rocío, y tu guapo

—Luis. Veo que amabas son de mente abierta. Eso me gusta. Una de mis fantasías era hacer un trío. Cualquiera de los dos.

—¿En serio? Dijo Rocío. Pues ahora la puedes hacer realidad. Ven acuéstate con nosotras. Queremos saborear tu rica y jugosa verga.

Ni corto ni perezoso, fui a su encuentro. Las dos comenzaron a besarme y a quitarme la camisa. Mientras Aracelly me besaba, Rocío, termino de quitarme la camisa, y comenzó a chuparme y a lamerme las tetillas. Eso me comenzó a excitar, de tal forma que Aracelly se dio cuenta de ello, ya que el bulto del pantalón comenzó a crecer. Aracelly me besaba apasionadamente, su lengua se metía dentro de mi boca y yos e la chupaba; chupaba, y lamia sus labios carnosos y deliciosos. Rocío termina con mis tetillas, y procede a desabrocharme el pantalón, me baja la cremallera, mete su mano a mi entrepierna, y saca mi verga, que por los besos de Aracelly, y la chupada de tetillas que me propino Rocío, estaba a cien. Luego termina de bajar mis pantalones y el bóxer, para más comodidad.

Rocío fue la primera en chupar mi verga: Disfrutaba dándome lengüetazos suaves en el glande, mientras que Aracelly, chupaba mis tetillas, para darme más excitación. Después de que Aracelly termino de nuevo con mis tetillas, ella bajo también. Ambas le daban sendos lengüetazos al glande de mi verga, la cual sentía que iba a estallar. Las vi dándose besos también: mientras que Rocío me pajeaba con la mano derecha, besaba a Aracelly, tomando su rostro con la mano izquierda; al mismo tiempo que Aracelly con su mano derecha, le agarraba una de las tetas a Rocío, y su otra mano, iba directo a estimular el clítoris de Rocío. Luego, cambiaron rol.

Después de eso, Rocío se mete mi verga en su boca, y me da una mamada, igual a la que me dio Aracelly la noche anterior, cuando estábamos en la sala. Mientras que eso pasaba, Aracelly, le chupaba el clítoris a Rocío, besaba y chupaba los labios mayores de la vagina de Rocío. Cada vez que eso pasaba, Rocío se colocaba más arrecha y cachonda, como toda una putita; chupaba mi verga cada vez más rápido, y se la metía completa, tipo garganta profunda.

Después de eso, puse en la cama a Aracelly, para hacerle sexo oral: mientras hacia mi trabajo, Rocío la besaba apasionadamente, y también le chupaba sus pezones duros y erectos. Rocío se puso en una posición, donde Aracelly le chupaba también las tetas a Rocío. Escuchaba sus gemidos, lo que ocasionaba que aumentara mis besos en la vagina de Aracelly: pasaba mi lengua alrededor de su vagina, introducía mi lengua dentro de ella, chupaba y lamia sus labios mayores y menores. Le di un beso largo a su vagina, hasta que subí con mi lengua a su clítoris: eso hizo que se estremeciera, al tal punto, que besaba más apasionadamente a Rocío. Cuando note que Aracely, se aproximaba al orgasmo:

—Ay amorcito, ya voy a terminar, no aguanto más, estoy muy cachonda.

—Termina en mi boca preciosa. Quiero probarte.

—Ay, no aguanto más. Ay, ay… ahhhh. Ouuuuuu, ahhhhhhhhh

—Deliciosos preciosa. Sabroso.

—Papi. Dijo Rocío. Quiero que me hagas lo mismo.

—Con mucho gusto mamita.

Lo mismo que le hice a Aracelly, también se lo hice a Rocío. Aracelly nos observaba, ya que había quedado algo agotada por el orgasmo que había tenido. Aracelly va hasta el closet, y de ahí saca un consolador y un arnés: Aracelly se metía en consolador en la vagina, y al mismo tiempo se tocaba las tetas, y al tenerlas grandes y algo caídas, se chupaba sus propios pezones.

Lleve a Rocío también al orgasmo. Luego les dije a las dos:

—Mamitas: ¿a quién quiere que le meta mi verga?

—Yo amorcito. Dijo Aracelly. Quiero probar tu rica verga dentro de mi vagina.

Le dije a Aracelly que se pusiera en cuatro, y también le dije que cuando la penetre, que le chupe los pezones a Rocío y que le haga sexo oral. Y así mismo, las dos obedecieron.

Metí mi verga lentamente, el cuerpo de Aracelly comenzó a temblar. Al eso, le metí de una mi verga dentro de su vagina, lo cual hizo que ella gritase de dolor, y de placer. Mientras la penetraba, besaba a Rocío, le chupaba sus tetas, y le hacía sexo oral a ella. En ese mete y saca en el cual tenía a Aracelly, ella decía:

—Amorcito, cómeme, dame más, quiero más verga. Métemela toda

—Cógeme, cógete a tu abuelita, cógete a tu abuelita sexy. Dame duro dame duro

—Soy tuya, soy toda tuya. Puedes cogerme y comerme cuando quieras. Dame más verga.

—Oh oh oh oh oh. Oh si, oh si, dame más, dame más verga ah, ah, ha. Se siente rico, se siente rica tu verga dentro de mí.

Mientras la penetraba salvajemente, agarraba ese par de nalgotas, las cuales, les daba palmadas de forma sutil. No aguantaba más, le dije a Aracelly, que me iba a venir, pero Aracelly saco mi verga de su vagina, se la ofreció a Rocío. Rocío, con su dedo pulgar e índice, bloqueo mi uretra, para evitar que yo eyaculara. Eso hizo que mi excitación aumentara cada vez más. Rocío retraso mi orgasmo, y me dijo:

—No papi, aun no puedes venirte. Debes hacerme gozar a mí también.

Me acosté en la cama, boca arriba, y le dije a Rocío, que subiera encima de mí. Ella subió, y acomodo mi verga en la entrada de su vagina. Ella bajo lentamente hasta la base de mi verga, para que tanto ella, como yo, sintiéramos lo mismo. Luego ella se inclinó, de tal forma que nos besáramos, y que yo, al penetrarla, le agarrara sus nalgas. No eran tan grandes como las de Aracelly, pero aguantaba agarrarlas.

—sí, sí, sí, sí. Oh, oh, oh. Ay papi, papito lindo. Que bien se siente. Que bien se siente tu verga dentro de mí.

—También soy toda tuya cuando quieras. Oh, oh si, oh si papi, ay si papi, dame, cómeme, comemeeeeee.

Mientras me cogía a la amiga de Aracelly, note como esta, se colocaba el arnés, este tenía una verga de plástico, a la cual, Aracelly, le puso un poco de vaselina. Observaba detenidamente, como Aracelly avanzaba lentamente donde estaba Rocío. Rocío se pudo en Angulo de 90°, para que Aracelly la besara, y le agarrara sus tetas. Luego, le dijo que volviera a esta como estaba. Me dijo Araceli, que le abriera las nalgas a Rocío.

Aracelly le susurró al oído:

—Mientras que mi amorcito te coge por adelante, yo te comeré el ano.

Acto seguido, Aracelly, metió esa verga de plástico por el ano de Rocío, a lo cual, la pobre de Rocío, emitió un grito, que retumbo en el cuarto. Al parecer, Rocío era virgen por ese orificio. Tanto Aracelly como yo, nos la estábamos comiendo y cogiendo a nuestro antojo.

Rocío estaba como toda una perrita en calor. Muy arrecha y cachonda. Se movía frenéticamente, teniendo en cada uno de sus orificios, una verga:

—Au, au, au, au me van a matar, me van a matar

—Me están abriendo, me están partiendo en dos, me están partiendo en dos

—Ah ah ah ah ah ah ah ah

—Oh ou ou ou ou ou

—Sí, sí, sí, sí, si

—Ah ah. Oh Dios, oh Dios, oh no, oh no.

Sentí estremecer el cuerpo de Rocío, cuando Aracelly y yo, nos la estábamos cogiendo rico y sabroso. Comencé a sospechar, que Rocío se aproximaba al orgasmo:

—ay no aguanto más. Me voy a venir

—No puedo más, no puedo

—Me vengo, me vengo me vengooooooooo

Chorros de sus fluidos, llegaban hasta mi entrepierna, está caliente y delicioso. Yo tampoco aguantaba más. Yo también me aproximaba al orgasmo.

Cuando les dije a las dos que me iba a venir, Aracelly se levantó, y lo mismo hizo Rocío. Ambas se arrodillaron, esperando mi semen. Aracelly, le permitió a Rocío que me chupara mi verga, para que eyaculara dentro de su boca. Y eso hice. La boca de Rocío, recibió todo mi semen. Se tragó un poco, y el otro lo compartió con Aracelly, mediante un beso apasionado. Después que de eso; ambas me besaron apasionadamente. Luego, las dos fueron a preparar algo de comida y bebida, mientras estaba acotado en cama, encendí el TV, y las esperé. Después de comer, seguimos la fiesta. La faena continuo hasta las 2 de la mañana. Estábamos cansados, y nos dormimos juntos. Yo en la mitad de esas dos abuelitas sexys, pero muy cachondas. Desperté a eso de las 10 de la mañana. Rocío, ya se había ido, y Aracelly estaba organizando el apartamento. Aproveche para bañarme, cepillarme los dientes.

Cuando bajé las escaleras para buscar mi ropa, vi que Aracelly tenía puesto un top negro, una micro falda, como las que utilizan las colegialas, y unas botas negras.

Dios mío, al verla así, inmediatamente, mi verga se puso dura. Ella me dijo que se había vestido así, porque mientras estuve dormido, reviso mi celular, y una de las fotos, había una modelo así vestida como Aracelly.

Ella, se dirigió a su cuarto, encendió el portátil, y se conectó a Skype, lógicamente, encendió la cámara, y me dijo:

—Amorcito, quiero que me comas, mientras converso con un amigo por Skype

—No hay problema preciosa. Tus deseos son órdenes.

 Ubique una silla tipo oficina, ella se quitó la tanga de hilo dental que tenía puesta, y se alzó un poco la falda, para que la pudiese penetrar. Mientras me la cogía, ella hablaba con su amigo por Skype. Este la miraba a ella como yo me la cogía, y el, se masturbaba.

Ella le dijo que si quería hacer un trio. Yo le dije a ella que no había problema. El siguió masturbándose, hasta que eyaculo. Yo seguía cogiéndome a Aracelly, hasta que eyacule dentro de ella. La conversación duro casi 45 minutos. Desafortunadamente, no pudimos hacer el trio, debido a que el amigo de ella, tenía que hacer un viaje de negocios.

Esas dos semanas fueron fantásticas; pero yo tenía que irme, ya que debía entregar informe de las practicas realizadas. Mi amigo me llevo al aeropuerto. Cuando íbamos en el carro, me comento algo:

—Veo que le caíste bien a mi abuela. Hace tiempo no la veía tan alegre, tan contenta

—Me dijo que podías venir cada vez que quisieras.

—La hiciste muy feliz. ¿Verdad?

—A que te refieres? Pregunte yo

—Hermano, sé que te culeaste a mi abuela y a su amiga. Rocío me lo conto.

—Dios mío.

—Bro, no te preocupes, yo sé que te gustan las mayores, y tú eres un buen partido para mi abuela. Voy a conseguirme un apartamento, para que ustedes dos, la próxima vez, tengan más privacidad.

—Gracias hermano, gracias por entender.

—Hey, relax men, prefiero que tú seas el amante de mi abuela y no otro tipo que no conozca, y que no sea de confianza.

Llegamos al aeropuerto, tomamos unas cervezas hasta que llego el avión. Nos despedimos, y llegue a casa.

Todavía converso con Aracelly y su amiga. Muy pronto iré de nuevo por allá. Después les contare, más cosas que hare con Aracelly, ahora que vaya.

FIN

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