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El génesis de Elmer y el monotributo

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Cuando quedé sin trabajo al principio sentí que todo se iba a complicar.

Cobre una indemnización, pero alquilaba y sabía que si no encontraba nada la plata iba a empezar a licuarse.

Hablando con el encargado un día que había decidido salir a correr por el complejo de Torres donde vivo me comento.

- Usted es contador no?

- Si, en este momento desocupado

- Mire en la Torre 48 hay una señora, Beatriz, que tiene problemas con el mono tributo, la anotaron, se borró y ahora la intiman, le paso su celu, algo es algo

Anote su número y mientras trotaba la llame

-Señora Beatriz....

-Señorita, quien habla? - me prepoteo

-Mi nombre es Elmer, Ricardo el encargado de la torre 18 me paso su número me dijo que tenía un problema con el mono tributo.

-Ahhh... si, si como está usted. Cierto me acaba de llegar una citación estoy algo nerviosa, ¿usted cuándo podría venir?

-Mire salí a correr un poco por acá por el Complejo, me pego un baño y....

-¡No, no vengase como esta! Esto me pone muy nerviosa, vengase ya, recién me levanto y esto me saca de quicio. ¿Dónde está?

- Torre 46 puedo llegar en 5' está bien.

- Vengase ya.

Me seque un poco el sudor con la remera y me acomode un poco el cabello.

Llevaba un jogging, una remera fluo y zapatillas, muy casual.

Me abrió desde arriba y subí por la escalera. Piso 3.

Me imaginaba una señora grande, vieja, arrugada, bastante cargosa.

Gran sorpresa cuando me abrió la puerta, cincuentona, 1,65, rubia, con un camisón corto y una bata cruzada que dejaba entrever un buen par de tetas. Me llamo la atención que siendo las 10:00 tenia sandalias muy lindas doradas de taco alto.

-Adelante Elmer...

Al pasar por el estrecho pasillo no pude evitar rozarla por atrás, me pareció sentir un leve estremecimiento creí que era una sensación mía, lo que si me percate era que sus nalgas eran muy duritas, fruto tal vez de un mix de bisturí y horas de gimnasio.

-Venga Elmer, le dejo la carpeta, siéntese conmigo y le cuento.

-Puede tutearme Beatriz

-Quiere tomar algo?

-Lo que tenga...

Al irse hacia la cocina observe bien su figura, la bata sugería, pero no mostraba mucho, pero las sandalias ya me quemaban el coco, imaginaba el resto...

-Le traje café, mire esto...

Empezó a explicarme unos problemas con una sociedad que había hecho con una amiga y se había anotado como monotributista.

La cuestión fue que al sentarse la bata se abrió y salieron a la luz unas hermosas piernas, una piel súper suave y casi al descuido diría yo empecé a observar una hermosa tanga negra con dorado entre sus piernas.

La charla seguía con detalles técnicos de ella y mi atención que no podía irse de lo que veía.

-Hace un poco de calor le molesta me quito la bata?

-Por favor señorita, es su casa

Al sacarse la bata, la debacle.

Un camisón corto, blanco, que llegaba a cubrir apenas la mitad de sus muslos, unos pechos turgentes sin corpiño, una visión perturbadora. ¿Cómo iba a concentrarme ahora que tenía todo a la vista?

-Le sirvo más café?

Dijo inclinándose y exhibiéndose un gran par de tetas bamboleantes.

-Que tonta, me olvide el azúcar... - dijo y yéndose se dirigió a un armario donde provocativamente se inclinó sin doblar sus piernas para tomar el elemento. Al hacerlo una hermosa tanga de Playboy se exhibió ante mí con un culo grande, redondo, apenas alguna que otra estría, pero muy deseable.

Me observo por arriba del hombro, sin restablecer la vertical de la posición y me dijo...

-Podrá hacer algo por mí?

Casi como un animal salvaje me levante, tire la carpeta y la arrebate. La tomé por atrás y sin dejarla pensar le comí la boca de un beso...

- Mmmffquemmm... fffhacemmm.... -Al principio sentí sus uñas sobre mis hombros y una resistencia con sus piernas, seguía besándola, ahora tapándole la boca con la otra mano y bajando por el cuello...

Por un momento pensé que era una locura lo que estaba haciendo, si había alguien, ¿si llamaba a la policía...?

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