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Mis esclavas de ensueño

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Me desocupé temprano del bufete. Así que decidí irme directo a casa, llegué despojándome del maletín y de la corbata. Me percato de que Ale aún no había llegado y me senté en mi sofá a ver algo de tv.

Estaba tan cómodo que al poco tiempo entré en un sueño profundo y excitante:

"Estoy en un cuarto atando a Ale con las piernas abiertas, su boca vendada con mi corbata favorita y yo jugando con ella mientras está ahí indefensa. Sin poder hacer mucho. Un juego en donde lo que quería era verla retorciéndose de placer.

Le doy besos a todo su despampanante cuerpo, hielos recorriendo cada curva, leves latigazos desde sus tetas hasta su rosada y depilada cuquita. Me arrodillé para sumergirme en la sublime zona sur de Ale y saborear hasta lo más adentro de su ser.

Ale no aguantó tanto placer y se corrió en mi boca casi de inmediato. Me deleité absorbiendo cada gota de su dulce jugo.

La desato para llevarla en mis brazos hasta otra habitación. Había una cama inmensa, en donde se encontraba una invitada especial; Laura, la traviesa vecina del apto del frente -con la que hemos compartidos tragos sociales- ansiosa por devorarnos.

Me acomodo en un sofá al frente de la cama buscando la mejor vista y ahí las tenía... Ale y Laura quitando mi pantalón para disfrutar de mi firme verga. Sentí como sus lenguas se entrelazan mientras suben, al llegar a mi cabeza se besaron con ella en medio de sus bocas. Luego Ale chupa mi pipe de arriba a abajo, mientras Laura exploraba mis bolas.

Como tenían que obedecerme, les ordené que se fueran a la cama que les tenía una sorpresa que las haría llorar de excitación. Estaba preparando todo y mientras que mis esclavas se daban besos apasionados, jugaban con sus tetas y exploraban sus cuerpos.

-¡Qué belleza de mujeres!, pensé.

Las suspendí con sus cabezas hacia abajo, les meto mi pipe a cada una para que continuarán haciendo maravillas con sus bocas. Saco mi verga mojada de la boca de una y rápidamente la meto en la boca de la otra... muuuuy bien. Les chupo sus pepitas, separo sus nalgas, las aprieto y al ver sus grandes y pomposos traseros me provoca azotarlos dejando mi mano marcada.

Las cambio de posición, quedando de espaldas y con mi corbata apreté sus tobillos. Les metí un consolador doble en sus traseros. Ahí las podía ver locas dándose placer.

Quiero seguir jugando con mis esclavas sexuales... así que meto mi cabeza entre sus piernas, sigo chupando sus cuquitas abiertas -ya rojas- sus clítoris duros son una delicia. Sus jugos desbordándose.

Para darles el toque final; saqué dos vibradores y ambas llegaron una y otra vez, al tiempo que gritaban de placer. El verde de mis ojos se ilumina de lujuria viendo ese desborde de pasión en mis mujeres".

Todo se desvaneció al escuchar la suave voz de Ale que decía "Amor, despierta. Ya llegué. Se me pasó la hora hablando con Laura", inmediatamente recordé todo deseando hacerlo realidad.

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