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Fin de semana de cumpleaños

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Para mi cumpleaños mis hermanos me organizaron una fiesta privada con varios de mis amigos y amigas y al otro día iríamos a una finca en tierra caliente. Me dijeron que llevara ropa para cuatro días así que hice maleta con la ropa más ligerita que poseía. Shorts, crop top, falditas, blusas delgadas, mis mejores trajes de baño, vestiditos bien cortos y prendas por ese estilo. Sabía que mis amigas llevarían ropa muy parecida a la mía.

Partimos a las 8 de la mañana, y pasamos a recoger a Paola, una de mis amigas porque no tenía coche esos días. Mi hermano Dani siempre le había tenido muchas ganas a Paola pues era una de mis amigas del colegio y él la vio desarrollarse completamente hasta ahora, vio como se volvía mujer. Pero nunca fue capaz de tocarla o insinuarse, temía que lo rechazara.

Yo sabia que eso no sería así. Dani es un atleta, y tiene cuerpo de tal. Tiene carita pintacta en realidad. Mi hermano es guapo y un buen partido y el que Paola le tiene ganas también.

Paola venía vestida muy parecido a mi. Short, top sin tiras y zapatillas deportivas. A ambas nos gusta deleitar machos. Cuando se iba a subir al auto mis hermanos, Gabo y Dani no pudieron evitar sonreirle a la vista de sus enormes atributos.

El viaje fue normal, hicimos una parada para almorzar. Ya estando allí casi podía sentir las miradas de algunos hombres sobre mi piel descubierta.

Al terminar de comer volvimos a la camioneta y llame a David.

-¿Van de camino?

-Si, ya casi llegamos, salimos una hora antes que ustedes y no nos estuvimos a almorzar. Adivina quien viene conmigo.-Me preguntó

-Que se yo, a quien?

-Hola, mejor amiga.-dijo una voz muy conocida. Mi emoción no tardó en crecer.

-¡Mila! Dios, cuando llegaste? No lo puedo creer.

Bueno, hablamos si por unos minutos hasta que mis hermanos y Paola volvieron.

-Nos vemos allá.-me emocione muchísimo.

Cuando llegamos ala lugar vi la camioneta fe David y entre corriendo a la casa alquilada para buscar a Mila. Corrí por los pasillos hasta un escuche su voz en un salón, estaba con David viendo la biblioteca dándome la espalda. Me escucharon llegar y dieron vuelta. Nos sonreímos.

-!Mela!-gritó al verme, ambas corrimos a la otra y nos abrazamos. Estoy egura e que la escena escenario bastante sexy, ambas poseemos pechos grandes y se chocaron por completo al abrazarnos, aplastados entre nosotras.

-Mila, te he extrañado un montón.-dije y me aparté. Tuvimos que regalarnos el sostén y reímos. Al parecer Mila olvidaba que teníamos compañía en la habitación y David se aclaro la garganta.

-Lo siento, que pena contigo.-se disculpó con David. El sonrió y caminó hacia nosotras.

-No hay problema, tranquila.- me estrecho e un abrazo sonriendo, me apretó una nalga y beso mi mejilla antes de salir de la habitación.

Mila me miró sorprendida. -¿cuando paso esto?

-Hace un tiempo. Solo ignoralo. Pero... Te vez preciosa!

-No volví a este país solo a estudiar.- dijo y jugó un poco moviendo sus tetas apretando los brazos. Me reí.

-Vamos a saludar.

Salimos y recorrí la casa, no tuve tiempo de ver nada antes. Era un lugar hermoso, con al menos 500 metros cuadrados de prados, una piscina, cancha de volleyball, una de basket y unos columpios. La casa tenía dos pisos y una terraza cubierta, cinco habitaciones, una sala de estar, un estudio, tres baños, la cocina, y una sala con mesa de billar y karaoke. Fantástica. Paola y Mila se llevaron de maravilla.

Nuestros amigos empezaron amigos llegar como amigos las 12 y a la 1:30 empezamos. Hicimos una barbacoa en la zona seca alrededor de las piscina y ya todos estábamos cambiados en traje de baño, los chicos sin camisa. En algún momento perdí a Paola de vista y ella tenía mi teléfono en su cartera entonces entre la la casa a buscarla  casi todos estaban fuera, solo un grupo de cuatro chicos amigos de mis hermanos estaban dentro buscando más bebida en el minibar.

-Alguno de ustedes sabe donde esta Paola?- se giraron a verme, sonrieron.

-Cual de todas las mamacitas que hay aqui será Paola?-dijo uno de ellos, se llamaba Julian. Era rubio alto y muy muy fuerte, atractivo? Demasiado. Me límite a sonreir de medio lado.

-Cabello oscuro, ojos claros, alta, cuerpo inolvidable.-me puse las manos en las caderas.

-El tuyo tampoco es fácil de olvidar así que dame otra pista.-los otros chicos se fueron con el alcohol el manos y Julian les indico que iría más tarde. Apoyo los codos en el mesón con el cuerpo relajado mirándome, y aún así, Lucía abdominales perfectos. Yo también puedo jugar. Rodee el mesón dándole la espalda, me estiré para abrir un gabinete alto sabiendo que no lo alcanzaría (no soy baja pero el gabinete estaba pegado al techo). Me gire.

-Me podrías dar una mano?-sonreí. Se acercó a mi y pegó su pelvis a la mía, con sus brazos a ambos lados de mi cadera en el mesón en te que apoyaba mi culo. Abrió el gabinete y bajo la mirada hacia mi.

-Qué necesitas de aquí?-preguntó. Puse mis manos en su pecho.

-No lo sé, dime que ves.-me sujetó la cintura y me pego a su cuerpo.

-Algo que me encantaría probar.-fue subiendo su mano por mi espalda y yo lo abracé por el cuello. Acerqué mi boca a su oído.

-Pruebalo.-No hizo falta más para que me alzara por la cadera y me besara, enrede mis piernas en su cintura y agarré su cabello.

Seguimos así y luego el me sentó en el mesón  y empezó a besar mi cuello, bajando hasta mis pechos, apartando con cuidado la tela del traje de baño para chuparme los pezones. Cerré los ojos y me deje llevar unos minutos... Hasta que recordé que necesitaba a Paola.

-Tengo que irme.-susurré.

-Pero no hemos iniciado aun.-levanto el rostro y me beso de nuevo, buscando mi lengua. Me aparté y sonreí.

-Terminamos esto luego, lo prometo.-me baje del mesón y me hice en puntitos para besarle de nuevo. Salí de allí rápido y subí las escaleras a las habitaciones. Sentí la urgencia de ir al baño estando arriba así que busque el baño más cercano. Estaba al fondo del pasillo, la puerta estaba entre cerrada entonces cuando estuve en frente la abrí pensando que no había nadie. Estaba muy equivocada.

El pene de mi hermano estaba dentro de la vagina de mi amiga, Dani de pie y Paola con las rodillas sobre la tapa del inodoro sujetándose del toallero. Se detuvieron. Ella gritó. Cerré la puerta y muy a mi pesar sentí como se humedecia mi entrepierna.

-¡Lo siento! Dios, perdon. Yo... Perdón, no quería. -me quede callada- La puerta se puede cerrar!

Sali corriendo de allí, ya no quería mi telefono. Entre la una habitación vacía y cerré la puerta. Me toqué la vulva por encima de la tela y efectivamente, mojada. Me destape los senos y tenía los pezones duros.

Me arregle de nuevo el traje de baño y salí al pasillo. Paola estaba saliendo del baño. Me vio y caminó hacia mi.

-Ay nena, lo siento muchísimo. Te juro que no fue mi intención que vieras eso...

-Tranquila, no pasa nada. Es su vida, sus desiciones. Yo no tengo nada que ver. Ambos son adultos. Todo está bien entre nosotras.-dije rápidamente. Quería ir a buscar a Julian rápido.

-Estas segura? No, tranquila, no volverá a pasar.

-No seas tonta, puedes tirar con quien tu quieras en esta casa, haz como quieras. Esta bien, Paola.

Me sonrió y beso mi mejilla.

-Gracias, nena.-volvió al baño y abrió la puerta. Vi a Dani sentado a el inodoro mordiendo , labio. Gesto que sabía bien significaba miedo.

-Vayan a tirar en paz, busquen una cama y cierren con seguro por amor a dios.-dije. El me miró y sonrió.

-Te amo hermanita. Tomo a Paola de la mano y se la llevo al cuarto donde yo estaba. Baje las escaleras y salí a buscar a Julian.

Gabo estaba en una mesa junto a la piscina hablando con algunos chicos. Dos de mis amigas de la universidad estaban coqueteando con David. Pero no veía a Julian. Me acerque a la piscina. Y ahí estaba. Una amiga de Dani y él estaban hablando, ella parecía querer más que una conversación pero me estaba aburrido, se notaba que no le atraía en absoluto. No era fea, pero después de nuestra sesión de antes de seguro tenía tantas ganas de mi como yo de él.

Me recogi el cabello y me metí a la piscina. Vi a mi amigo Carlos.

-Oye, hazme un favor.-dije.

-Qué necesitas?

-Llévate a esa chica.-le pedí señalando a la chica que estaba con Julian. Sonrió.

-Hecho.- yo me quede hablando con una amiga mientras tanto y cuando Carlos logro llevársela salieron de la piscina y se sentaron en una mesa solos. Me disculpe y fui hacia Julian. Me sonrió.

-Parece que tenemos cosas pendientes.-me dijo. Me abrazo y me dio un beso en la mejilla. Me gustó como me estaba tratando, con lujurioso pero con cuidado, como si fuera una puta de cristal.

-Me acompañas a bajar mi maleta de la camioneta?-le pregunté. Asintió. Salimos de la piscina, tomamos unas toallas y me acerque a Gabo.

-Donde tienes las llaves de la camioneta?- pregunté. Se giro a verme y a notar la presencia de Julian frunció el ceño. Levanté una ceja expectante.

-Las deje con mi ropa en la sala de estar.- tome a Julian del brazo y lo lleve conmigo. Recogimos las llaves y fuimos a la camioneta en silencio. Los autos estaban al lado contrario de la piscina y entre ellas la casa, así que Gabo no tenía posibilidades de vernos, no había ventanas que dieran a ese lado así que nadie nos vería allí.

-Y en que llegaste?- le pregunté. Señaló su camioneta. Ford f 150, también conocida como la mejor camioneta para tirar. Sonreí complacida- Me la muestras?- ya solo nuestras prendas estaban mojadas, nuestros cuerpos estaban secos por la brisa.

-Claro, porque no? Pero saquemos tu maleta primero.- asentí. Fuimos a la Jeep de Gabo y sacamos mi maleta del baúl, y como yo sostenía la puerta no me di Cuenta de que la maleta estaba abierta y mi ropa estaba a la vista. Justamente lo primero que se veía era un jueguito de lencería que me había comprado hacia poco y estaba segura de que iba a usar ese fin de semana.

-Creo que me encantaría verte en esto.- me miró sonriendo cuando lo vio.

-Ya tendremos tiempo. Ahora, quiero ver tu camioneta.

Caminamos hasta allá y el llevo mi maleta ya cerrada, la puso en el platón. Vidrios polarizados, y gracias Universo por cubrirme la espalda. Abrió las puertas. Entré a la parte trasera.

-Ven. Sube conmigo- se sentó y cerró la puerta. Encendió el aire acondicionado y volvió a mirarme- No te molesta que me siente aquí con la ropa mojada?

-Ya que lo dices, deberíamos deshacernos de esto, no crees? No quiero que se dañe el cuero.-dijo convincente. Asentí.

-Tienes toda la razón.-Me di vuelta y moví mi cabello a un lado.- me ayudas ayuda soltarlo?

Puso sus manos en mis hombros y me beso la nuca, bajo las manos al nudo que sujetaba la parte superior del traje de baño y lo deshizo. Me lo quite y lo lance al suelo del copiloto. Me di vuelta de nuevo y estábamos enfrentándonos. Sonrió y bajo la cabeza hasta mis tetas, comenzó a jugar con ellas, lamiendo y chupando. Se detuvo para bajarse el bañador y los calzoncillos, y su maravilloso regalo divino salió. Me encantó su verga, era gruesa y de muy buena medida, unos 23 diría yo. Mientras que el estaba a mis tetas yo me ocupe de su pene sin problemas, acariciando de arriba abajo, mi vagina mojandose más a cada segundo. Estuvimos así unos tres minutos hasta que ya no pude más y me levante para bajarme las bragas del bañador. Mi casi recién depilada pubis lo saludo con líquidos.

-Espera.-dijo. Salio del auto desnudo y fue a la parte trasera antes de volver con una colchoneta de camping. Me pidió que saliera y me cubría con la puerta, el entro guardo los asientos y extendió la colchoneta en el suelo. Volví a subir.

-Mucho mejor.-dije. El se sentó con las piernas extendidas y yo me fui haciendo de cuclillas sobre su ereccion. Cuando finalmente me sente creo que libere toda mi mala energía. Empecé a saltar lentamente mirándolo a los ojos, no pude evitar gemir mientras que sentía el placer consumirme.

-Qué hay de Dani?-me sujeto la cadera por un segundo haciendo que parara. Sonreí y me agaché para besarlo.

-No importa, me debe una. Lo pille tirándose a mi amiga.- me sonrió y me hizo dar vuelta para quedar bajo su peso.

Volvió a introducir su pene en mi vagina con los brazos a los lados de mi cabeza. Abrí las piernas y doble las rodillas para que tuviera un mejor acceso.

-Metela toda.-implore. Tenía que sentir toda su longitud en mi interior. Gruñó y de una sola estocada entró hasta el fondo, sentí sus huevos chocando con mi piel, me excito aun mas. Me dolió cuando la volvió a sacar y me quejé un poco.

-Estas bien?- me tomo la cara con la mano haciendo que lo mirara.

-Si, tu continúa.- le respondí. De nuevo entro hasta el fondo y salio, lento pero con fuerza. Siguió haciéndolo y sentí como mis paredes se adaptaban al grosor de su verga. Entonces si pude disfrutar por completo.

-Más rápido, Juli, dame mas rápido.- gemí. El obedeció, incremento el ritmo de sus estocadas, dándome cada vez más y más, ambos estábamos felices de la vida sintiendo las pieles del otro.

Se movió y me llevo con el, me dio vuelta, tome posición en cuatro y pegué las tetas al suelo del auto, abriéndole mis agujeros por completo. Me beso de ano y me metió tres del dos por la vagina. Grite de placer.

-Nunca creí que estuvieras así de rica.- dijo entre lamidas.

-Ya lo sabes.- respondí a medias porque el placer no me dejaba pronunciar bien- déjame probarte.- dije, mis ganas de comerme ese pedazo me mataban.

-Ven.-me saco los dedos y me ayudó a levantar, se recostó en sus codos y es tipo las piernas y me agaché de nuevo para meterme su verga en la boca, deseosa de probar su leche. Lamiendo un poco primero y luego empecé a trabajarle. Abrí la boca y la introduje. Una y otra vez, subiendo y bajando, me tomo del cabello y me follo la boca con fuerza, produciendome arcadas, me liberó para que respirara y escupi un poco encima de su falo para masturbarlo más, volví a lamer y acariciarlo, chupete los huevos y seguí moviendo mi mano por toda la longitud.

-Me dejas darte por ese culo tuyo?- preguntó. Asentí y sonreí. Me besó y yo volví a perrito, con su pene lleno de fluidos no fue muy difícil que entrara pero fue un poco doloroso por lo grueso- dime que tanto y me detendré.-prometió.

-Continúa.-Metela, saca, mete, saca. Lo hizo lentamente para que no fuera tan terrible, un minuto después me sentí preparada- romperme el culo.-rogué excitandolo. Me apretó la cadera y me follo más fuerte.

-Serás mía estos días, May?- me dio una nalgada haciéndome gemir.

-Si.-gemí en respuesta. El estaba jadeando de placer. Me dio otra nalgada. No dejaba de gemir y lanzar grititos. Me iba a venir. Puse los antebrazos en el suelo y agarré la colchoneta con los puños. Sentía tanto placer que creí que me desmataria. El también estaba a punto. Moví mis caderas un poco, movimientos cortos pero que sabía le darían un bellisimo final.

-Me vengo dentro o fuera?- me preguntó.

-Dentro.-y en ese instante aceleró el ritmo, dándome una nalgada. Nos corrimos juntos, yo gritando y el soltando el aire que contenía. Me lleno de su leche y cuando saco su verga sentí el fluido siendo expulsado por mi ano. Me acosté completamente satisfecha y el hizo lo mismo junto a mi, dejando que apoyara mi cabeza en su brazo. Lo rodee con una pierna.

-No creí que estuviera tratando con una experta.-confesó haciéndome reír.

-Tampoco lo soy. Solo tengo experiencia. Y tu también estas de maravilla.

-Gracias, pero no seas modesta.-beso mi frente- Y tienes cuerpo de diosa, debo decir.

Solté una carcajada y el me siguió.

-Si el mio es de diosa el tuyo de que es?-sonrió.

-Semental, bebé.-ambos reímos- Deberíamos volver, seguro ya notaron nuestra ausencia.

-No lo creo.

-Estamos todos aquí por tu cumpleaños y tu no estas, así que yo diría que si.-le halle la razón. Nos volvimos a vestir y salimos, ya estaba oscuro y solo se veían unas pocas luces que veían de la piscina. Entramos por el garaje a la casa y pasamos por la cocina al pasillo principal, subimos las escaleras.

-Sabes donde voy a dormir yo?- le pregunté.

-Con las otras chicas, supongo.-me llevo a una habitación a la derecha del pasillo. Estaba dentro la maleta de Paola entonces esa si era.

Elegí la cama superior de uno de los dos camarotes y mire la habitación, Julian sentado en una de las camas. Tenía un baño con tina, dos lavabos y un espejo de pared completo. Fuera había dos camarotes y una cama sencilla, un armario de pared entera y en el centro del mismo un televisor. Me sente junto a Julian.

-Quieres descansar un rato o bajamos de una vez?- me preguntó.

-Descansar. Bajamos en 10 minutos, si?-asintió a mi pregunta y ambos nos acostamos en cucharita en la cama sencilla. Me quedé dormida cinco minutos más tarde sintiendo como Julian jugaba con mi cabello. Pensando que no dejaría en los próximos cuatro días de comerme a ese chico.

Si quieren escribirme mi correo es [email protected]

Los mejores orgasmos, por siempre,

Amy

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