Nuevos relatos publicados: 13

Follando con público

  • 2
  • 12.540
  • 8,75 (16 Val.)
  • 4

Tenía 18 años cuando empecé una relación con un chico de 24. Era un chico fuerte, con la cabeza rapada y unos ojos color almendra preciosos.

Venía a buscarme todos los días a las 16 h. (hora de España) para irnos con su coche a una carretera secundaria muy poco transitada, donde follábamos como locos.

Recuerdo uno de los mejores polvos que echamos allí... Cuando llegamos allí nos bajamos del coche para estirar las piernas un poco. Yo ya estaba súper cachonda y mojada, porque solo el verle me ponía a 1000. Cuando me di la vuelta para volver al coche y así llamar su atención para que el me siguiera y así empezar con el rito sexual... él me vino por detrás y me tiró contra el capo del coche y seguidamente me quitó los pantalones dejando ver mi coñito al aire, ya que no llevaba ropa interior cuando iba con él...

Me abrió las piernas y empezó a jugar con mi clítoris, comenzó a meterme un dedo por el coñito a la vez que me chupaba el clítoris... luego siguió con dos dedos y después tres. Yo ya estaba empapada y tenía muchas ganas de jugar así que le aparté de mí, le bajé los pantalones y le empecé a comer la polla, primero con movimientos suaves y después me la metía hasta la garganta. Mientras se la chupaba tocaba con mi mano sus huevos, y eso les ponía a mil.

Cuando ya no podíamos más, me empujo contra el capo de nuevo y me la metió hasta el fondo sin avisar, eso me dio un gusto increíble... siguió con esas embestidas un buen rato, yo estaba disfrutando y gritando como una verdadera puta hasta que me di cuenta de que un chico nos estaba mirando. El chico estaba con su perro, pero no dejaba de mirar el polvazo que estábamos echando mi chico y yo.

Al principio me dio un poco de vergüenza y estuve a punto de decirle a mi chico que parara, pero después me daba mucho morbo que ese chico me mirase mientras yo disfrutaba, así que seguí gritando y follando como una guarra mientras miraba al chico que parecía disfrutar tambien porque no paraba de tocarse la polla que se veía erecta debajo del pantalón del chándal que llevaba.

Así seguimos un rato hasta que mi novio acabó y yo me había corrido repetidas veces. Nos vestimos y nos metimos en el coche, el chico parece que se había quedado con ganas de más porque miraba como nos íbamos con pena, pero la historia no acaba aquí.... muy pronto más.

(8,75)