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Elmer y la insoportable hechicería del arba (1ª parte)

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Después de aquella mañana febril con Beatriz volví a lo mío.

Le prepare los papeles del Monotributo para limpiarle los antecedentes y decidí llamarla la semana entrante para reponerme.

Le mande un mensaje y me dijo que por razones comerciales debía viajar pero que tal vez me llamaba una amiga de ella, Mariana porque le saltaba una deuda con Arba y no podía darla de baja.

Viniendo recomendada por Beatriz imagine que tal vez le hubiera comentado de mis dotes de contador dotado y me prepare.

- Hola Mariana, soy Elmer, me pidió Beatriz que te llame

- Hola Elmer!! Si me hablo muy bien de vos. Me dijo que eras un gran profesional y muy solicito. Tengo un tema con Arba por una vez que me dieron de alta en Convenio Multilateral por un trabajo que tenía y ahora no me deja dar de baja. Me podrías dar una mano?

- Querés pasarme tu clave la voy viendo o....

- Preferiría que pases así te explico, ejem, personalmente, te doy mi dirección?

Vivía por las Flores, cerca de la Estación de Wilde, del otro lado de las vías. Me cito para 18:00 horas, así que me puse un pantalón de vestir, una camisa, unos zapatos y me fui con mi bolso y la laptop rumbo a su departamento.

Al llegar, un hermoso edificio, muy lindo, toque el portero, me dijo

- Te bajo a abrir, por seguridad no puedo abrirte desde acá

Una leve ansiedad entre que me atendió y hasta que escuche el ascensor y la puerta se abrió.

Unos 50 años largos, esbelta, grandota, una especie de pullover largo que dejaba entrever al caminar que llevaba botas y una especie de short abajo. Bastante alta, anchas caderas, 1,75, pelo rubio ceniza, corto, hermosas tetas que pugnaban por mostrarse contra el apretado primer botón del saco.

- Como estas Elmer, soy Mariana

Y me beso profundo, apoyando sus labios carnosos en la comisura de mis labios.

Me llamo la atención el perfume, suave, sutil, embriagador que la envolvía, como un halo invisible.

- El perfume no? - me dijo

- Si, que es?

- Es una infusión energizante que hago yo. Hago algunas terapias para atracción de parejas en base a aromaterapia natural. Estuve en un Instituto en Capital y me explotaban sabes. Usaban mis productos, los revendían y me hacían facturar... - siguió con explicaciones técnicas pero yo estaba embelesado, hechizado por ese perfume. El ascensor era de esos chiquitos, para dos personas apenas, así que no pude evitar rozarla por su masa corporal. Carnes firmes note, duritas, intentaba ver a través del tejido del saco pero no podía. Intuía interminables y macizas piernas, cogoteaba sus tetas, firmes. De cuerpo exuberante el roce hasta el 8 piso me fue poniendo más caliente que una pava. Y ese olor...

- Imagínate, la gente me venía a ver a mí y la turra de la dueña no me daba porcentaje. Me anoto en convenio porque en Capital así no pagaba pero ahora no puedo darme de baja. Disculpa, te perturba la fragancia? Se llama NPI, Noches de placer insaciable, reacciona mejor en algunas personas con ascendencia en Virgo, vos sos de Virgo no?

- Como sabias?

- Dotes que tengo, hago cartas astrales también, entre otras cosas. Se también de algunos dotes que vos tenés, de otro tipo, ejem, más terrenales. En fin, pasa...!

El departamento era chico pero confortable. Cortinas de terciopelo oscuro recubrían las ventanas, un sillón grande, una mesa con sillas muy cómodas, luces tenues y una nueva fragancia hizo su aparición, mas dulzona, se mezclaba con el NPI de Mariana. Me sentía como embelesado, fuera de mí, me costaba concentrarme.

- Acá esta la carpeta, ven fíjate por favor. Ponete cómodo. Tomas algo?

- Lo que tengas

- Te animas a tomar un te fortificante con ginseng, aloe y algunos secretillos que preparo yo. Es con elementos naturales, no tengas miedo, es muy fresco, te va a gustar, con hielo...?

- Dale, acepto.

Cuando se iba comenzó a desabrocharse el saquito largo para quitárselo y ahí guau.

Al hacerlo vi que debajo tenía un short negro de terciopelo corto, muy corto, que le llegaba ahí nomas del nacimiento de su cola. Asomaba el nacimiento de sus nalgas por debajo, muy sexy. Hermosas piernas macizas, sin medias y sin una gota de celulitis. Botas mitad de pierna de cuero negro y una camisa blanca entreabierta que adivinaba sin corpiño pero con un hermoso par de tetas (imaginaba operadas por el grado de rigidez que tenían) muy duras. Robusta pero sin llegar a ser gorda del todo. Mucha carne a la vista y muy firme sobre todo. A la altura de los pezones tenía dos bolsillos pero la tensión los había puestos muy duro y a pesar de no verlos se los adivinaba paraditos.

Mientras llegaba él te, el embelesamiento era cada vez más invasivo. Hojeaba la carpeta como si fuese cualquier cosa, por excusa, no podía sacarle la vista de encima mientras la veía en la cocina sirviendo él te. Se inclinó en un momento para sacar hielo y la visión de sus piernas y su culo me calentó terriblemente. Ya no respondía de mí ser. Mi pija dura como un garrote, el ambiente, la luz tenue, solo cortada por una lámpara que enfocaba sobre la mesa para ver los papeles de los impuestos, y ese olor que invadía todo el ambiente. Por Dios, que situación tensa.

Se sentó en una silla al lado mío y la visión del nacimiento de sus tetas no me permitía quitar mis ojos de ahí.

- Probalo a ver qué te parece.

Al primer trago, refrescante sentí una mezcla de sabores, entre dulces y ácidos. Pero a medida que iba bajando por mi garganta empecé a sentir una especie de calor interno, una calentura infernal.

- Prendo un poquito el aire, esta pesado hoy.

- Si dale.- le dije mirándola fijamente a sus ojos verdes casi felinos.

Casualmente o no el aire estaba a medio metro del piso. Obviamente Mariana no se agacho, puso sus piernas duras y se inclinó sin flexionar sus rodillas exhibiéndome, obscena sus muslos y obviamente todo su culo. Por abajo de su short alcanzaba a ver asomar apenas una tanga roja, minúscula. No por descuido al vestirse de ella, sino forzada por el estiramiento intencional que hacia esta turra creo que ansiosa por exhibirme ese falso descuido.

- Ay, me ayudas que se me trabo? - me dijo sin levantarse un centímetro de la posición atrevida que exhibía.

Me tome él te de un trago y cuando me levante mi pija se disparó como una catapulta. Llevaba un pantalón de hilo suelto y algo que llevaba él te me lo había puesto como nunca lo había sentido. Una erección como en mi vida había tenido.

- Bueno, veo que mi te, ejem, te ha gustado...- me dijo Mariana mirándome por arriba del hombro.

- La verdad que sí, mucho.

- Es una mezcla de hierbas, yo soy del sur del país, de Santa Cruz. Hace muchos años, en un bosque cerca de mi casa, conocí a Mayra, una especie de bruja hechicera que vivía ahí dentro y que me conto muchos de sus secretos. Me explico de muchas hierbas, coníferas que crecían en el bosque y producían efectos deseados en los hombres y en las mujeres, como lo que te está pasando a vos. Es una combinación de aromas y el sabor del té, sin ningún agregado químico nada.

- Realmente Mariana tengo una calentura brutal, discúlpame que te lo diga así.

- No pasa nada amor, Beatriz ya me hablo de vos, es una cazadora de talentos, sabes? Somos un grupo de mujeres maduras que alternamos nuestras artes amatorias con nuestras profesiones para proveernos de ejemplares como vos que después compartimos. Ahora anda al baño, sácate toda la ropa, y pásate por todo el cuerpo un aceite que hay en un pote verde. Lo vas a ver enseguida. Pásate por todas partes de tu cuerpo menos en las zonas erógenas, te va a dar brillo, queda muy bien. Ahora, en las zonas erógenas: pezones y miembro, pásate la crema del porte rojo. Es mezcla de hierbas también, no te va a hacer nada malo, no arde, no pica. Espera un minuto y después ponete la bata blanca y venite. Tomate tu tiempo tranquilo por favor, dame 5' minutos a mí para ponerme cómoda por favor....

Sumamente caliente me dirigí hacia el baño mientras veía irse a Mariana hacia su habitación...

CONTINUARÁ.

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