Nuevos relatos publicados: 9

Pagando las deudas de mamá - Tercera y Última Parte

  • 15
  • 8.153
  • 9,00 (13 Val.)
  • 1

PAGANDO LAS DEUDAS DE MAMÁ

ULTIMA PARTE

Hola les envío un saludo y les deseo que se encuentren bien además de agradecerles por leer mis relatos que se que no son perfectos ni lo que algunos de ustedes esperaban, pero es lo que viví así como a más de uno le ah pasado.

Esta historia la dividí en tres partes que para mi fueron los hechos que cambiaron mi vida y me convirtieron en lo que soy.

Comenzare por contarles que para mí ya era todo normal, esas noches donde don José me visitaba la verdad a veces sentía que él me quería, cuando se tomaba el tiempo para hacerme sentir los mejores orgasmos que hasta ese entonces eran los más intensos de mi  vida.

Las noches eran cortas y los días eran largos la rutina era la misma, los domingos eran días para estar con mi mamá, íbamos a conocer la ciudad los parques, todo era algo nuevo para mí.

Mi mamá me decía que hiciera algo para no aburrirme, estudiar algo que me gustara pero la verdad me levantaba muy tarde y sin ganas de hacer algo, ya no era el mismo que llegó a la ciudad con esos sueños de ser algo más en la vida.

Un día como cualquier otro don José recibió la visita del que para la mayoría de los inquilinos era don Alfonso el primo de don José, era un hombre de aproximadamente la misma edad de don José.

Tenían el mismo estilo para vestir, con la diferencia que don Alfonso era mucho más bajo de estatura apenas un poco más alto que yo, también tenía un abundante bigote con la diferencia que se veía muy desaseado pero los inquilinos que lo conocían se alegraron de verlo.

Yo lo salude con amabilidad él respondió de igual manera mientras miraba a don José con una mirada extraña, no sé cómo describirlo pero era como si se dijeran algo, estuve unos minutos escuchando la plática era muy divertido tengo que reconocerlo.

Llego la hora de la cena pero en lugar de comer todos estaban muy atentos a las bromas de don Alfonso, yo seguí comiendo quería apurarme para irme a mi habitación a prepararme para recibir a mi visitante nocturno.

Al terminar me despedí de todos don José apenas y me dijo hasta mañana, me fui a mi habitación, me duché como todas las noches, para ese entonces yo ya no me ponía pijama lo esperaba desnudo por instrucciones del mismo don José.

Me acosté para esperarlo viendo como pasaban las horas pero él nunca llegó, eran las tres de la mañana cuando el frio y el sueño me vencieron, al día siguiente me desperté ya tarde, al ir al comedor lo primero que vi fue a don José con don Alfonso hablando normal.

Los saludé para después volver a mi habitación pero don José me llamó, preguntando si necesitaba algo a lo que respondí que no gracias para luego irme, me pasé toda la tarde pensando en que estaba pasando y llegué a la conclusión de que tal vez don José no quería que su primo se diera cuenta de lo nuestro.

Todo el día no comí nada así que para la hora de la cena moría de hambre, fui al comedor pero todos estaban como la noche anterior más atentos a las bromas de don Alfonso que a la cena, yo repetí el mismo procedimiento de la noche anterior pero el resultado fue igual.

Al día siguiente ya no salí para nada fue como a las tres de la tarde cuando tocaron a la puerta, era don José abrí solo para que me dijera que en la noche en lugar de ir a cenar me fuera directo a su habitación, me sorprendí pero le dije que estaba bien.

Me duché unos minutos antes de la cena, para cuando salí pensaba que ya todos estaban cenando, me dirigí a la habitación de don José y ya que estaba por abrir escuche una voz de mujer que me preguntaba si no iría a cenar.

Mi corazón casi se me salía, gire la mirada a donde escuché la voz, era una de las inquilinas que se le hizo tarde para ir a la cena, le respondí que no que me sentía mal y me fui a mi habitación.

Me esperé un rato todo el ruido de risas venia del comedor, yo seguí esta vez si me aseguré de que no hubiera nadie y entré rápido, al entrar vinieron a mi cabeza todos esos recuerdos de la primera noche.

Miré la cama, la silla donde él me miraba, después me acerque a esa mesa donde tenía todos esos artefactos que ahora ya sabía para que eran, esta vez tenia aun más cosas de las que había visto anteriormente estuve observando un rato todo y algunas cosas me preguntaba para que eran.

Fue cuando escuché algunos ruidos y me fui a la cama, me llené de nostalgia al recordar que en esa cama había empezado todo, fue cuando volví a sentir esa culpa por aceptar y disfrutar de lo que ese hombre de alguna manera me forzaba hacer.

Después de unos minutos se abrió la puerta, había llegado don José, al verme ahí sonrió diciendo que le gustaba ver que ya obedecía sus ordenes, yo solo respondí con una sonrisa que más que de aprobación era de nervios.

Estar en esa habitación me llenaba de nervios, al mismo tiempo no podía dejar de sentir curiosidad de porque me quería ahí o que iba a pasar, ya que no dejaba de tener algo de temor por lo que pasó ahí esa noche tan difícil para mí.

No tardó en ordenarme que me desnudara, así lo hice mientras él se acercó a la mesa donde tenía todas esas cosas, yo estaba muy atento mientras el tomaba algunas cosas de ahí, se acercó a mí y me ordenó ponerme de rodillas.

Sin dejar de mirar cada detalle lo hice, mientras él me decía que esa noche íbamos a jugar algo muy divertido que me iba a encantar, me pidió que pusiera mis manos atrás en mi espalda, fue cuando comprendí lo que iba hacer.

Con unas esposas con los extremos de cuero sujetos a una cadena me ató las manos muy ajustadas, después me puso una mordaza que tenía un aro el cual no me permitía cerrar la boca obviamente.

Después me dijo ahora viene la parte más importante de nuestro juego preguntándome si estaba listo respondí con la cabeza que si, a lo cual me arrepentiría después, se acercó a la puerta y la abrió.

Al ver que la sorpresa era don Alfonso que estaba parado en la entrada sentí toda clase de sensaciones, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo mientas don José me preguntó si me gustaba la sorpresa a lo que respondí con la cabeza que no.

Los dos se empezaron a reír mientras don Alfonso le decía a don José que yo estaba mejor de lo que le platicó y comenzaron a desnudarse casi como si estuvieran sincronizados, don Alfonso no tenía tanto bello en el cuerpo como don José.

Cuando dejaron caer sus pantalones aparecieron dos penes muy diferentes, el de don José era mas grande pero el de don Alfonso era más grueso y se notaba como chueco, yo quede aterrado con la situación mientras me preguntaba como don José era capaz de compartirme con otro.

Don Alfonso le preguntó quién empezaría, a lo que don José respondió obviamente los invitados, a lo que don Alfonso respondió gracias, fue así como se me acercó e intentó meterme su pene en la boca pero yo moví la cara para otro lado.

Don José se molestó, ordenándome que se lo chupara pero con la cabeza dije que no, se acercó y de un empujón me arrojó al piso preguntándome si no lo iba hacer, de nuevo dije que no y con voz de enojo me dijo ahorita veras que sí.

Se arrodillaron para luego darme unas fuertes nalgadas que me hicieron gritar, no sé cuantas fueron pero ya me ardían mis nalgas, fue cuando volvió a preguntarme si no lo iba hacer, con mucha impotencia y humillación respondí que sí.

Los dos se empezaron a reír con ese tono burlón que don José había utilizado muchas veces, le pidió a don Alfonso que me ayudara a ponerme de rodillas otra vez, así lo hizo y sin perder tiempo me lo metió en la boca.

Estaba muy salado además de que olía muy mal parecía no bañarse muy seguido, yo sentía muchas ganas de vomitar mientras que una gran cantidad de saliva salía de mi boca, el sostenía con fuerza mi cabeza y la movía a su ritmo.

De pronto se detuvo me ayudó a ponerme de pie, después me acercó a la cama y me hizo inclinarme así parado mi cara se apoyaba en el colchón, separó mis pies hasta casi hacerme perder el equilibrio.

Sin esperarlo acomodó su pene entre mis nalgas y sin piedad empezó a empujarlo, lo cual me provocaba dolor, cuando ya estaba totalmente adentro me tomó de los brazos y comenzó a moverse sacándolo y metiéndolo.

Don José se subió a la cama con las piernas a mis lados tomándose su pene, yo sabía que quería y así lo hice comencé a meterlo en mi boca, pero con el movimiento me entraba más de lo que yo podía aguantar produciéndome arcadas.

Con un pene en mi boca y uno en mi ano me sentía tan humillado que unas lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, pero a ellos no les importó y siguieron don Alfonso no tardó mucho en venirse llenándome por primera vez por dentro.

Lo sacó de inmediato para luego voltearme frente a él sin esperar la aprobación de don José que no dijo nada y me lo volvió a meter en la boca, mi ano casi quedó a la altura del pene de don José que solo tuvo que jalarme un poco hacia atrás para meterlo.

Sin oponer resistencia su pene entró por completo mientras que el de don Alfonso ya estaba en mi boca, alcancé a notar que tenía un poco de sangre aparte de que no olía nada bien pero no pude hacer nada me estuvieron penetrando así unos minutos.

El pene de don Alfonso se puso duro muy rápido, sentía que se vendría en mi boca lo cual no me agradaba mucho  pero de pronto lo sacó, y se hizo para atrás, don José seguía tomándome de la cadera haciendo que entrara luego saliera por un rato mas.

Cuando escuché sus gemidos en mi oído sabía que no iba a aguantar más y así fue terminó dentro de mí, sin darme tiempo de respirar don José me desató una mano solo para ponerlas atrás de mi nuca.

Don José se levantó, me empujó a la cama, cosa que don Alfonso aprovechó para lanzarse sobre mí, con mucho esfuerzo me subió más quedando mi cabeza en la otra orilla de la cama.

Don José se acercó a mi cara sin decir nada metió su pene en mi boca yo ya estaba asqueado con tantas veces que me lo metieron, pero ellos seguían, don Alfonso puso mis pies en sus hombros después empujó su peso haciendo que mis rodillas casi tocara mi pecho.

Para luego acomodar su pene y meterlo de nuevo, mi respiración se cortó por el peso de don Alfonso mas el pene de don José que no me dejaba respirar bien, jalaba aire como podía pero a ellos no les importaba nada.

De nuevo don Alfonso no tardó tanto en venirse yo ya sabía que cuando aceleraba sus movimientos iba a terminar, mientras que don José tardó más en llegar a ponerse duro, don Alfonso se bajó de mi y se acostó a un lado de mi exhausto sin decir palabra alguna.

Cuando don José estuvo listo rodeó la cama, me giró con mis nalgas hacia arriba para solo separar un poco mis pies y volver a meter su pene que ya no luchaba para entrar, sus movimientos cada vez eran mas rápidos pero el tardaba mucho en venirse.

Yo ya no sabía que sentir, si impotencia, coraje o resignación de pronto mi mente voló, solo pensaba en que nada de esto hubiera pasado si no hubiera salido de mi pueblo y me odiaba a mi mismo por haber sentido placer con ese hombre.

De pronto sus gemidos de don José me hicieron volver a la realidad fue cuando entendí que de nuevo se iba a venir, cuando de pronto volví a sentir ese liquido caliente dentro de mí, después de unos segundos se detuvo y se echó al otro lado de mi.

Yo pensaba que todo había terminado pero don Alfonso se levantó y escuché que abría un cajón del buro, de pronto un flash apareció varias veces al tiempo que don José se levantó solo sentí como separaba mis piernas luego mis nalgas mientras don Alfonso seguía tomando fotos.

De pronto dijo don José mira ponchito mi perrita no sintió nada eso quiere decir que no le gustó nuestro juego, hazlo gemir como perra en celo, don Alfonso no perdió tiempo girándome con la mirada al techo y cuando vi que me iba a tocar el pene empecé a patalear.

Le acerté algunas pero don José me detuvo con mucha fuerza las piernas dejándome casi sin movimiento, fue cuando don Alfonso aprovechó para tocarme otra vez, sin dejar la cámara me tomó un par de fotos a la cara mientras lagrimas salían de mis ojos.

Sin esperarlo metió mi pene en su boca e irremediablemente empecé a sentir un cosquilleo que antecede al orgasmo, yo dejé de luchar para empezar a suplicar que no siguiera y don José dejó de sujetarme cosa que don Alfonso aprovechó para darle la cámara.

Don José me tomó dos fotos mas a la cara yo reaccioné volteando a ver a otro lado mientras que don Alfonso seguía en lo suyo, me sentía totalmente humillado, pidiendo al cielo que no permitiera que me corriera.

Pero no sirvió de nada y sin que yo lo pudiera controlar mi cuerpo se arqueo mientras me venía en su boca de don Alfonso, don José aprovechó para tomar otras fotos para luego burlarse de mi diciendo, mira la perrita no que no le gustó.

Fue tan humillante para mi pero no me quedó más remedio que mirar para otro lado, después de unos minutos me desataron y me quitaron la mordaza, yo salí corriendo una vez mas con mi ropa en la mano.

Al llegar a mi habitación me di cuenta que algo escurría en mis piernas, era su semen que salía entre mis nalgas, fui corriendo a la ducha no me importó que el agua estaba helada solo quería quitarme sus huellas de mi cuerpo.

Mientras lloraba me preguntaba porque don José porque si yo siempre hice todo lo que el quiso, estuve un largo rato en la ducha, después me lavé los dientes con tanta fuerza que me sangraron las encías.

Me fui a dormir pero no pude hacerlo lloré amargamente hasta que el cansancio me venció ya estaba amaneciendo así que me levanté muy tarde, cuando salí me dieron la noticia que don Alfonso se había ido   cosa que me hizo muy feliz.

Esa noche no me preparé para recibir a don José pero igual el no llegó, pero la noche siguiente estuvo yendo todas las noches yo no volví a sentir nada con el, una noche inesperadamente me dijo que era libre, que la deuda de mi mamá estaba saldada gracias a mi.

Yo sentí un alivio pero no podía estar seguro con don José era todo muy inesperado así que no podía cantar victoria, el día de descanso mi mamá llegó a la casa y de inmediato él le pidió hablar con ella pero quería que yo estuviera presente.

Le dijo que ya no le iba a cobrar nada que mejor me diera mis estudios académicos con ese dinero y le devolvió un pagaré que yo no sabía que mi mamá había firmado, mi mamá le dijo que como creía que eso se lo iba a pagar como fuera pero el no la dejó terminar de hablar.

Rompió el pagaré diciendo ya no hay deuda, mi mamá le agradeció mucho diciéndome a mi que le diera las gracias, sentía coraje que después de todo lo que me hizo todavía quedara como héroe pero le agradecí y nos fuimos de paseo.

Ya en la calle le dije a mi mamá que me quería regresar al pueblo, ella se sorprendió pero me dijo que era lo mejor, cuando regresamos a la pensión mi mamá le contó a don José de mis planes de regreso, el solo dijo que se me iba a extrañar en la pensión pero que el mismo me llevaría a la central de autobuses.

Mi mamá le dio las gracias por todo, después fuimos a la habitación ella se llevó sus cosas que aun tenia ahí se despidió de todos y se fue, yo igual guardé mis cosas, a la mañana siguiente bajé a desayunar para despedirme de todos.

Cuando terminamos todos se fueron y don José me dijo vamos te voy a llevar, con una mirada diferente parecía triste o tal vez así me hubiera gustado que fuera, nos fuimos y antes de bajarme del coche me dijo que hubo algo que nunca pudo tener de mi.

Yo con cierto coraje le respondí que yo todo le había dado que todo lo que el ordenó yo lo cumplí pero el solo dijo probar tus labios, y es que nunca me dejé besar en la boca cuando lo intentó pero nunca me obligó hacerlo.

Estaba a punto de bajarme del auto pero pensé que era la despedida y que nunca lo volvería a ver, lo miré cerré mis ojos y él me besó fue una sensación muy extraña, sin decir nada me bajé del auto y me fui corriendo a comprar mi boleto.

Ya en el autobús me quedé mirando por la ventanilla y empecé a recordar todos los momentos que pasé con el, fue así que un alivio llegó a mi sintiendo una tranquilidad que hace mucho no sentía pero a la vez tristeza por dejar a mi madre y no sé si por el también.

Así fue como terminó mi historia con don José perdón si está muy largo mi relato pero es el final.

GRACIAS por leerme pronto les contaré que pasó después de don José.

(9,00)