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Una clienta inolvidable

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Dada mi profesión de gasista día a día se suscitan  anécdotas, confesiones y oportunidades que posteriormente nos llevan a un lazo más que amistoso con nuestras clientas que después te empiezan a llamar hasta para sacarles una basurita del ojo.

Esta es la historia de Martha una mujer de 50 años muy bien puestos, de contextura mediana un poco gordita en sus partes más deseables y un hermoso carácter, muy extravertido y sencilla en sus opiniones según lo que pude observar desde un primer momento, aunque la situación no daba para risa cuando me llamo alarmada por un escape de gas.

—Hola? —pregunto pacientemente

—Hola, hablo con el gasista? Preguntaba con su voz temblorosa y algo agitada

—Siii — le contesto casi al instante.

—AY!! Necesito que vengas urgente tengo un escape de gas y no se bien de donde...

—Bueno en aproximadamente 10 minutos estoy ahí, decime tu dirección

Enseguida me dijo la calle y el número y me hice presente en su casa para ver lo que pasaba

Me abrió la puerta y me acompaño hasta la cocina, enseguida por mi experiencia note el olor y este me llevaba hasta  la cocina, revise la llave y demás perillas y después note que el artefacto en cuestión estaba conectado por una manguera y esta se encontraba un tanto quemada.

Ella permanecía atrás mío observando mis movimientos y no paraba de hablar de sus continuos cuidados y de lo mucho que le preocupaba esa situación

De inmediato decidí salir a comprar un repuesto con la promesa de volver al rato. Cuando regrese me confeso que su marido la había colocado supuestamente de manera provisoria pero que así continuaba desde hacía tiempo a lo que empezó a agregarle quejas de trabajos mal hechos o realizados de mala gana hasta llegar a decirme sutilmente que el pobre era un inútil.

Mientras tanto yo me mantenía neutral y trataba de guardar opiniones que pudieran ofender, ella me ofreció un vaso de jugo y dado el calor que comenzaba a hacer se lo acepte y continúe con el trabajo indicado que en pocos minutos culmine. Para hacer más seria aquella visita le extendí una boleta con el importe de mi trabajo y sin más me retire dejándole una tarjeta con mis números de teléfono que me agradeció con mucha alegría.

No había pasado una semana cuando nuevamente me llamo y esta vez parecía más tranquila así que le dije que cuando pudiera estaría ahí, y así quedamos como una relación normal de gasista cliente que paso realmente inadvertida, pero al llegar me sorprendió su actitud, esta vez estaba mejor arreglada y al hacerme pasar me saludo con un beso.

Esta vez se trataba de un proyecto para hacer una reforma en su quincho y agregar un segundo baño a la casa, me acompaño hasta la cocina donde nos sentamos y empezamos a conversar sobre el tema, muchas veces se me quedaba mirando, quizás observando mi manera de hablar y mi forma segura de contestar sus preguntas, casi sin darnos cuentas comenzó a hablarme de su vida privada, y allí me conto que hacía dos años que estaba separada y que de esa unión tenía un hijo de 30 años que vivía en una ciudad vecina pero que poco la visitaba, pero como sabía que le encantaba cocinar asados quería darle una sorpresa.

Por momentos se disculpaba que fuera tan conversadora pero se confesaba estar demasiado sola y sus amigas tenían sus amigovios haciéndome (entre comillas) con ambas manos que al menos las sacaban a pasear.

Con la misma y dado que mi tiempo era escaso  le dije que tenía que irme y que después sacaría mis propios cálculos y la estaría llamando en unos días, para hablar de valores. Con la misma me acompaño hasta la puerta y de nuevo me despidió con un beso.

Dos días después me llamo nuevamente con la excusa de brindarle asesoramiento sobre su proyecto, eso me dio a entender que estaba interesada en mí y además ella me atraía así que "me jugué"  y la invite a cenar.

Su respuesta no se hizo esperar y rápidamente concretamos una cita para el sábado siguiente para hablar del tema. Debido a mí continuo trabajo no había tenido tiempo para darme un gustito así que  necesitaba un poco de diversión. 

El sábado cerca de las 21 horas pase a buscarla y al verla me quede embobado, estaba más que hermosa vestida para la ocasión, un vestido negro con mucho brillo resaltaba sus cuerpo dorado, era bastante corto lo que hacía que sus piernas  gruesas se vieran hermosas culminando en unas lindad sandalias de taco muy alto que le daban elegancia a su esbelta figura.

—Jorge...no te pregunte si estas comprometido.....

—No te preocupes, no estoy con nadie- le respondí mientras arrancaba el auto.

Durante todo el viaje la note un poco ansiosa, sus movimientos eran permanentes y no dejaba de hablar. Cuando llegamos al restaurant estaba medianamente lleno pero de todos modos preferimos una mesa alejada para estar más tranquilos.

Si bien hablamos sobre los temas anteriormente convenidos yo lo veía como un propósito planificado para conocerme ya que parecía que todo lo que le decía estaba bien.

Ella parecía estar muy feliz y a cada rato me repetía  que hacía mucho que no salía y que me estaba profundamente agradecida, en una de esas veces y viéndola tan predispuesta me anime a preguntarle si quería ir a bailar y entonces exclamo:

—Ay Siii me encanta y yo reí instantáneamente como apoyando su decisión

—Bueno... Terminamos aquí y vamos, le dije por lo bajo

Al salir llovía y ella se lamentó mucho diciendo que quizás seria porque no salía demasiado y se puso triste lo vi en sus ojos.

—No no te pongas así porque vamos igual- le dije alentándola

Nuevamente con esas palabras mágicas devolví la sonrisa a su rostro.

Cuando llegamos estacione y luego la ayude a bajar abriendo su puerta y tomándola de la mano como un caballero, pague la entrada y continuamos tomados de la mano ante las miradas indiscretas  de todos los presentes. Llegamos a la mesa mire su rostro y le salían chispitas de sus ojos y su risa se convertían en lágrimas de alegría.

Cuando empezó a sonar la orquesta salimos a bailar, la tome de la cintura y sentí su perfume que nos envolvía como en una burbuja, meneaba sus caderas al punto de excitarme pero aun no me animaba de agarrarla más abajo.

A medida que avanzaban las horas la pista se iba llenando y la música lenta comenzaba a dejar solo a las parejas perdidas en la oscuridad. Aquel baile que había parecido tan holgado guardando la distancia se había hecho más apretado y ahora parecíamos uno solo meneándonos entre la multitud, entonces si comencé a apretarla más sin disimular mi bulto prominente que empezaba a crecer, al ver que no me decía nada acaricie sus muslos y los tome como una garra sobre el fino vestido negro. Y mirándonos fijamente nuestros labios se juntaron en un beso apasionado. 

Poco después me pidió que nos fuéramos y comprendí que ya todo estaba dado y esa noche seria alucinante.

Mientras íbamos en el auto acaricie su entrepiernas mientras ella metía su mano en mi pecho para acariciarlo con suavidad, yo le pregunte si quería que paráramos un rato pero me lo termino de confirmar al decirme—Llévame a casa quiero que estés conmigo en mi cama- esas palabras me terminaron de calentar al máximo imaginándome todo lo que le haría a esa mujer con ganas de aparearse.

Cuando llegamos a la casa entramos a oscuras, ella me guiaba al dormitorio donde busque el interruptor para prender la luz.

—Cera con llave amor — me dijo mientras ya me empezaba a acariciar mis genitales  buscando desesperadamente mi pija, nos besamos y luego se bajó para sacarme la ropa de la cintura para abajo. Al descubrir mi pene que salto como un resorte exclamo—Wow!!! Que cosita más enorme y gruesa — y sin pedírmelo se lo metió a la boca succionando como una ventosa y lamiéndolo en toda su extensión.

Deje que lo hiciera a su antojo porque realmente lo disfrutaba y yo la tomaba de su cabeza para que se la tragara todo pero la acción le provocaba arcadas y me decía que más no podía.

Cuando ya me sentí al borde de la excitación la lleve a la cama, la acosté y eleve sus piernas para sacar sus tanga y allí me encontré con una raja hermosa, chiquita y bien depilada que daban ganas de comérsela.

Mi lengua se posó suavemente sobre su clítoris arrancándoles fuertes gruñidos y gemidos acompañado de gritos y múltiples espasmos que se delataban en pequeñas porciones de líquido orgásmico sobre mi cara y mi boca.

—Aaaaaayyyyyyy jorge me volves loca, aaaaaayyyy ponemela aaaayy no no no no ponemelaa aayyy aaaaaaarrg yaaaaaayyy

Haciendo caso a su pedido enfrente mi babosa pija sobre su hermosa raja para que se mesclara con sus flujos vaginales y lentamente mi cabesota comenzó a penetrar sus carnes, tenía sus piernas levantadas  y miraba el tierno espectáculo mientras mi pija entraba y salía acompañada por sus labios inferiores como si quisiera rajarse toda.

—Que bien me coges amor! Me encanta tu pija en mi cuchi-Exclamaba como delirando en su propio placer, mientras sus dos enormes senos bailaban al ritmo de nuestro movimiento apuntando hacia el cielo en esos dos pezones duros que invitaban a chuparlos y morderlos como ella quería.

Sus piernas cortas y morrudas me excitaban al agarrarla de sus muslos para perforarla cada vez más adentro. Yo se lo hacía muy suave y eso potenciaba sus múltiples orgasmos que mojaban hasta mi pecho mientras su vagina se veía bien llena con mi gruesa pija que entraba y salía mojada por sus líquidos calientes.

—ya estoy bien mi amor ahora quiero que acabes voz, si papito?

Me retire de su cuerpo y le pedí que se pusiera boca abajo sin preguntar porque se giró y como adivinando mi acción se puso una almohada debajo para levantar su cola bien carnosa y profunda, sabía que por ser la primera vez no se la pediría pero debo confesarles que ganas no me faltaban. 

Una vez acomodada me monte sobre ella y tomando sus glúteos los abrí con fuerzas para encontrarme con esa hermosa conchita que había estado disfrutando segundos antes y de un solo envión se la puse hasta el tronco mientras ella suspiraba y gozaba cada vez más, luego mis embates comenzaron a ser más rápidos y descontrolados quizás porque mis ojos se posaban en su culo y eso me excitaba y trataba de castigarla a pijasos a lo que ella respondía con gemidos y movimientos que me enloquecían.

Casi un minuto después la tome de la cintura hasta que llego mi momento culmine y le comencé a llenar sus pequeña panochita de leche que desbordaba por los costados de mi pija escapando a los brutos embates de un verdadero macho.

Ella también en ese preciso momento disfruto de un gran orgasmo y tuvo que ahogar su grito con la almohada para que no se escuchara.

Ya más tranquilos no relajamos y acaricie su espalda suave como el pétalo de una flor y mientras lo hacia ella exclamaba—Déjala morir adentro mi amor, te amooo!!

Poco después me levante de ella y me puse al costado, pero ella no dejaba de acariciarme y aunque sentía que ya había estado bien mi pene parecía no enterarse y siempre se mantenía alerta y más cuando Martha se echaba sobre mis piernas y nuevamente lo comenzaba a chupar. Esto era para dejarla dura nuevamente y  sentarse en el para seguir gozando otro rato y así pasamos aquella noche tan hermosa. Luego nos dormitamos un poco pero cuando desperté ya había amanecido, me vestí en silencio mientras miraba su cuerpo desnudo tratando de no excitarme de nuevo, ya era demasiado por ser la primera vez así que le di un besito y me marche.

Lo que paso después es otra historia que contare más adelante en la etapa Nº 2 pero les adelanto que una clienta así no la tiene cualquiera.

(8,50)