La primera vez que tuvo mi primo/amante un teléfono celular me lo escribió en un pedazo de papel color rosita y con corazones dibujados por él para que lo agregara a mis contactos; yo saqué un postit e hice lo mismo, le escribí mi número pero dibujando mis nalgas junto. Esa misma noche lo quise sorprender y provocar para ver si podía ir a darme 'lo suyo' en nuestro nidito de amor en un cuarto de motel cerca de mi casa. Durante la tarde me estuve masturbando y poniéndome 'cachonda' pensando que habría un encuentro entre sábanas con mi Fredy.
En el baño me tomé fotos de mis nalgas y mis tetillas y se las envié por mensaje; le escribí también que si tenía antojo, su Arturo lo esperaría en el "majestic" y le envié una foto de mi guiñéndole un ojo y sonriendo muy pícaramente.
-Qué preciosas nalgas!, lástima que voy a estar ocupado esta noche- me escribió 'mi hombre'.
Me estaba poniendo triste cuando unos minutos después me llega otro mensaje.
-Le enseñé tus fotos a un amigo muy amigo y le encantaron, te gustaría que el vaya en mi lugar?- Me quedé sorprendido, no sabía que contestar. Me acordé de cuando me vendió a los albañiles.
-¿Me estás vendiendo otra vez?- le dije enojado
-Nooooo, si no quieres no aceptes, olvídalo. te iba a gustar porque no es nada feo-
Silencio mío... mi necesidad...
Nuevo mensaje, me llega foto - Es su foto y presume de gran verga, le digo que le tome foto y te la envíe?-
Me alteré... carita de ángel y sonrisa de niño... fascinante 'el amigo' de mi primo… y gran verga? oh dios!... se me hizo agua la boca.
-Solo si tu quieres, amor; ya sabes que solo vivo para complacerte- mi cuerpo en automático se movió sensualmente
Nuevo mensaje, me llega foto -Oh my god! what a wonderful stick!- ésto último solo lo pensé, por supuesto que aquella víbora flácida y alargada que colgaba de la entrepierna desde la bragueta 'me llenó el ojo'.
-Solo si tu quieres mi cielo, yo solo quiere tenerte contento. Debe ser muy tu amigo para que se puedan ver sus vergas-
-Jajajajaja si, es un amigazo, en dónde le digo que te busque?-
-En donde siempre, corazón; con Amelia, solo que en otro cuarto, el #11 es sólo nuestro-
-Ok, le digo que pregunte por ti. que se disfruten mucho, yo mañana me reporto... te amo-
-Yo también cielo, eres un amor; dile que en media hora estoy allá, smack!-
-Besos :*-
Me arreglé y me puse lindo para ir a disfrutar del amigo de mi primo, que se me olvidó preguntar su nombre, así que llamé al teléfono... no contestó. Lo intenté de nuevo y nada, tal vez ya se había ocupado y silenció se teléfono. No importa, lo importante era que había que provocarle un gran gozo a aquel hombre, todo por quedar bien con mi Fredy…. jijiji
Llegué al 'majestic' y le pedí un cuarto diferente a Mely. Le dije que me visitaría un amigo de Fredy; me dio la llave del #7 y me guiñó un ojo
-¿Cómo se llama tu visitante?-
-Ay no sé, pero mira...- le mostré la foto de su rostro
-Primoroso el nene, ¿me lo prestas cuando termines con él?-
-Jajajajajaa, si claro, espero que todavía le quede pólvora en su escopeta para que mate tu pajarito-
-Jajajajaja, no te preocupes, yo sabré como recargarlo para que me fusile-
-Okis, no te lo quieras coger antes que yo ¿eh?-
-Mmmmmh eres malo jajajajaa-
Sonriendo y caminando exageradamente afeminado me fui al cuarto... mi nuevo nido para mi nuevo macho.
Esperé unos minutos y se abrió la puerta, asomó 'carita de ángel' muy sonriente y ¡sorpresa! traía una rosa en sus manos... ¡qué detalle tan lindooooo!
-Hola- me dijo algo nervioso. Cerró la puerta, se acercó y me ofreció la flor. Me sentí una princesa siendo pretendida por el rey del mundo.
-¿Es para mi, hermoso? Tomé la rosa, la olí y acaricié su rostro como si fuera el de un dios.
Me abrazó y me acercó hacia sí, me besó tiernamente, sentí un temblor en sus labios, ¿acaso sería su primera vez? ¡qué emociooooonnn!. Se me erizó la piel y apenas tocando sus cabellos lo acaricié con mis manos y me entregué al amor empezando por un beso cada vez más profundo, desde nuestros labios hasta nuestras anginas mezclando nuestras salivas, por demás extasiante el momento.
-¡Qué beso, papacito! eres el amor hecho hombre... ¿cual es tu nombre?- le pregunté muy melosamente
-Luis Alberto, pero me dicen 'el durazno'-
-¿Por qué hermoso?
-Lo sabrás por ti mismo- y me abrazó de nuevo y mientras su boca recorrió la mía, mi cuello y hombros, quitó mis ropas: una camiseta y un pants apretado que resaltaba mi trasero.
-Oooooooohhhh cieloooo- empezaron mis gemidos. Dejé la rosa en el tocador y me dejé llevar por mi angelito, que seguía pareciendo un novato, pues sus movimientos eran más bien bruscos al desnudarme. Me bajó el pants hasta las rodillas y se quitó la camisa y camiseta, dejando ver su torso magnífico, mis ojos mariposeaban y se me resecó la boca, con las yemas de mis dedos toqué su piel endurecida en sus músculos. Él respingó al sentir mis dedos y su piel se erizó, se quitó toda la ropa y yo terminé de quitarme el pants; al ver colgando de nuevo su verga pero en vivo y a todo color se me salió la baba, me humedecí los labios y me los mordí muy coquetamente.
Mi ano ya latía al ritmo de mi corazón, cada vez más rápido, me tomó de los brazos y acercó mis manos a su verga, una verdadera anaconda o boa constrictor. La tomé con mis dos manos y lo masturbé con movimientos circulares y de vaivén, se puso erecta y dura, y al ver su glande apuntando a mí, supe porque se decía 'el durazno'. La cabeza de su verga bien que parecía un durazno maduro por su forma y color. A mi me encanta el durazno, así que me arrodillé para darme un banquete con su magnífica fruta. Al hincarme, un dolor de rodilla me recordó que tenía un raspón que aun no sanaba por completo; entonces me levanté y lo jalé de su víbora hacia un centro de sala acolchado y me senté.
-Ahora si, mi durazno precioso, a comer que tengo hambre de ti-
Primero besos con lengua, sentí que salía el líquido clarito que anunciaba la excitación de mi macho.
-Asssiiii lindaaaa, me desesperas pero asssiiii-
!Qué deliciaaa! no aguanté y me metí todo el durazno y lo saboree con labios, lengua, paladar, anginas
-¡Mmmmmmmgggggghhhhh! ¡shurppppp!-
Los gemidos de mi Luis se mezclaban con los míos
-¡Oooooggggggghhhhh! ¡mmaaasssss! ¡nenaaaa!
Pasé mi lengua por debajo de su tronco hasta llegar su peludo escroto y la metí entre sus huevos, algunos pelos se me quedaron en la boca y me hicieron toser; solté su víbora pues casi vomité al llegar un pelillo a mi garganta. Ya repuesto, mi hombre tomó la iniciativa.
- Ponte de rodillas en el asiento y levanta las nalgas-
- ¿Tan rápido me vas a penetrar?-
- Lo siento putilla, me excitaste demasiado y ahora solo quiero reventarte y vaciarte mi leche en tu culo-
Me puse en posición y mi ‘durazno’ me silvó
- ¡Fiiiuuuu fiuuuuuuuuu! Que nalgas tan divinas, ¿se las robaste a alguna puta de la zona roja? Sus palabras me hicieron sentirme muy femenina y moví mis glúteos provocativamente, a mi hombre le vinieron ganas de aprovecharlos con sus manos y con su boca, pues en lugar de ensartarme con su verga se dedicó a manosearme y besarme cada centímetro de mis asentaderas; solo se oían sus lengüeteadas y sus chupadas de culo que me enardecían y me provocaban espasmos de placer. Ahora sí, mi culo estaba preparado para recibir ansiosamente su hermoso durazno y el largo trozo de carne que lo sostenía.
- Me tienes a mil cielo, mi culo pide vergaaaa-
- Ahora mismo le doy su verga a tu culo caliente, mamacita nalgona-
Me tomó de la cintura y me acostó sobre el centro de mesa, quedando mis piernas y mis hombros y cabeza volando. Se acostó sobre mi colocando su hermoso durazno entre mis nalgas y sus codos en el centro de mesa a mis costados; y dejó caer su tan deseado cuerpo incrustando su macana suavemente, abriendo el camino hacia mi felicidad, sus gemidos en mi oídos y su pecho tocando mi espalda. Hermosas sensaciones en mi piel, cada segundo más intensas.
-¡Mmmmmgggggg! machooooo hermosoooo-
-¡Aaaaaaaaahhh muñeca suavecitaaaaa-
Penetración total… contacto absoluto…
-¡Soy tuyaaaaaaa!-
-¡Toda mía lindaaaa!
Me culea lentamente acariciando mis intestinos con su hermosa verga
-¡Ooooooohhhh asíiiiiiiii, massssssss, maaaaassssss, poseemmeeeee!
Aumenta la velocidad, jadeos, gemidos, resuello… interminables minutos de goce sublime. Mi macho prácticamente me come los hombros mientras me atraviesa miles de veces con su vergota. Me encaja los dientes y emite un ruido salvaje, me aplasta y me aprisiona en sus brazos.
-¡Aaaaaaaggggggghhhhhh! ¡Míaaaaaaaa!-
Siento el bombeo de enormes chorros de esperma que invaden mis entrañas, el brusco movimiento de su verga en cada eyaculación; mis ojos mariposeando y mi boca jadeando dejando caer babas de satisfacción.
-¡Aaaahhhhhhh! ¡mioooooohhhhh!
Mi macho vació toda su carga masculina, yo la recibí gustosamente… respiraciones agitadas que de a poco se normalizan. Palabras cariñosas, suaves caricias, el juego del amor; yo soy de él y lo siento totalmente satisfecho. Mi Fredy estará contento conmigo porque su muy amigo le contará lo feliz que terminó dentro de mi cuerpo. Luis Alberto, ‘el durazno’, se levanta y saca su verga lento, como no deseando retirarla de mí. Esa sacada me causa un último espasmo, lo que faltaba para que yo también eyaculara, así, suave y cansadamente. Él va al baño y yo lo sigo, se mete a dar una ducha y yo hago una necesidad y espero sentado en el retrete que me invite a acompañarlo en la ducha; no lo hace, la hago plática.
-¿De cuándo conoces a mi Fredy, Luis?-
-Eeeehh… desdeee… hace poco-
-¿En el trabajo?-
-Mmmm… si-
-¿Qué haces ahí, nunca te había visto?-
-No trabajo con él-
-¿Eeehh? me dijiste que sí-
-Aaah es que solo a veces… hago trabajos temporales- Para evitar más preguntas comprometedoras, contrataca-
-¿Desde cuándo es tuyo mi amigo?-
- ¡Uuuuuuuuhhh! hace como 15 años, pero nos conocemos desde chiquillos, es mi primo-
-¿15 años? deberían de unirse y vivir juntos amándose, ya tienen derecho-
-Si ¿verdad? seríamos tan felices- suspiro…
Sale de la ducha y rápidamente se cambia mientras yo entro a bañarme también. Abre la puertilla del cancel y me jala para estamparme un beso largo y tierno mientras manosea mis nalgas.
-Eres todo una hembra de 100, mamacita. Ya me tengo que ir porque tengo prisa, tengo que madrugar para salir de la ciudad-
-Espera, papi, dame tu número de celular, ¿o ya no me quieres ver de nuevo?-
-No uso teléfono, mejor yo te busco por medio de mi amigo Ferdy-
-Es Fredy… bueno, a mi me gustaría estar contigo muy pronto; ojalá se pueda ¿si?-
-Si, como gustes… pronto- me da otro beso rápido y se aleja.
Antes de abrir la puerta de salida se oye un ruido… parece de celular… se abre y se cierra la puerta… deja de oírse el celular. Me quedo pensando… ¿será que en realidad no le gusté y no pretende buscarme?. Me quedo triste y meditabundo; creo que me quedaré como las novias de rancho.
Me visto y me dispongo a salir cuando repiquetea mi celular… número desconocido.
-Si ¿quién habla?-
-¿Cómo que quien habla? soy tu Fredy, ¿Qué no anotaste mi número?-
Ay, ¿me habla desde otro número? me desconcierto… algo raro pasaba. Me repuse y contesté tratando verme normal.
- Perdón, amor, tal vez lo escribí mal, ¿para que me llamas? ¿quieres saber si quedó contento el durazno?-
-¿Qué? ¿cuál durazno? ¿de qué hablas?- error, caí en una trampa
-Ooh nada, mi cielo. Es que ya tengo mucho sueño y me tomaste casi dormido… ¡aaaauuuum!, que sueño- fingí bostezo
-Uh que mal, y yo que pensaba invitarte a pasar un ratito de amor en el ‘majestic’-
-Ay, que rico seríaaa ¡aaaaauumhhh! pero ya casi soy sonámbulo, ¿lo dejamos para mañana, mi vida?-
-Pues ni hablar, me guardaré las ganas para mañana-
-Okis, papacito, así acumularemos más ganas, ¿nos vemos a las nueve en nuestro nidito?-
-Mejor a las 10, a esa hora me desocupo-
-Bye pueeeees, te amoooo-
-Yo también, nalgas bonitas, ¡smack!
-¡Smack!-
Colgué y llamé al número equivocado esperando contestación que nunca llegó. Le envié mensaje.
-Eres un tramposo, no eres amigo de Fredy-
-Jajajajajaa pues gracias a tu error me regalaste tus exquisitas nalgas y la pasé de maravilla-
-Y no te quejes, tu también disfrutaste-
-Malvadooooooo, te odioooo-
- Cuando quieras más durazno, solo envíame otra foto de tus nalgotas preciosas. Yo si quiero repetir esta noche-
Sonreí… yo también…