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Clases de inglés pagadas con sexo -4- La sobrina

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Transcurrieron dos semanas hasta que me encontré con la sobrina de Susana por casualidad, salgo a correr casi todos los días por un parque cercano a casa, ese día se me hizo más tarde y empecé a las 9 de la mañana, después de una vuelta al parque, vi una corredora por delante, había algo en su movimiento que me recordaba a alguien, aceleré para alcanzarla y me sorprendí con gusto, era Lidia.

Ella se sorprendió más cuando la saludé y le pregunté si le molestaba que corriera con ella:

-No, como quieras.

Corrimos juntos durante 40 minutos charlando de muchas cosas sin tocar el tema de la escena de sexo anal con su tía, yo no quería hablar del tema hasta que ella lo sacara. Lidia se tranquilizó al darse cuenta de esto y antes de irnos quedamos a correr para el día siguiente.

Estuvimos corriendo varios días, poco a poco Lidia cogió más confianza conmigo al darse cuenta que yo era un tío muy discreto y empezó a contarme muchas cosas de su vida.

Lidia se quejaba de su chico, lo quería mucho, pero no estaba contenta del sexo con él, era poco generoso y algo bruto con ella.

-¿Qué puedo hacer para que cambie?

-Bueno, lo más importante en una pareja es la comunicación. ¿Habéis hablado de las cosas que os gustan en el sexo? ¿Le has dicho como quieres que te lo haga? ¿Verdad que no?

-Es que me da corte.

-Chica, en la vida hay que atreverse.

A la semana siguiente Lidia me dijo:

-Estoy muy contenta, hable con mi novio y el sexo ha mejorado bastante, pero tengo una cosa en la cabeza y no paro de darle vueltas, pero me da mucho corte por lo que puedas pensar de mí.

-Dime lo que quieres, no te preocupes por nada más.

-Tú dices que hay que atreverse, el caso es que desde que os vi teniendo sexo anal, no dejo de pensar en probarlo, lo intente con mi novio pero le excita mucho y no es capaz de controlarse. Me hace daño y no le dejo seguir, tú tienes la polla más grande que él y mi tía estaba pasada de gusto mientras la sodomizabas, ¿tú me podías enseñar?

Joder, no me lo podía creer, no podía pedir más, un bombonazo de 24 años casi suplicando que le follara el culo, pero decidí hacer que se lo pensara, no quería tener después problemas con ella.

-No creo que sea una buena idea.

-Eso es porque no te gusto.

-No es eso, me gustas mucho, tienes un cuerpo de pecado, te follaría todos los días, pero no está bien por la diferencia de edad, podría ser tu padre.

-Pero no lo eres.

-Bueno piénsatelo mejor y mañana lo hablamos.

Lidia se quedó callada. Seguimos corriendo en silencio y nos despedimos hasta el día siguiente.

Una vez Lidia se acostó, estuvo pensando en lo que habíamos hablado, rememorando el día que nos pilló, recordando la polla de Javier follándole el culo a su tía mientras la masturbaba, como ella gemía de gusto. Casi sin darse cuenta empezó a masturbando y acariciarse las tetas hasta que la estremeció un potente orgasmo. En ese momento lo tuvo claro y se decidió.

Yo estaba deseando que se hiciera la hora de levantarme para ir a correr con Lidia, por fin llego y me prepare y salí al encuentro de ella en el parque, temiendo que se lo hubiera pensado mejor.

Lidia estaba sonriente, corrimos media hora a ritmo fuerte sin apenas hablar y nos paramos a estirar los músculos apoyándonos en un banco, entonces mirándome me dijo:

-Anoche lo pensé bien como me pediste, para nada te veo como mi padre, tú me pones, estuve recordando la escena con mi tía y acabe masturbándome imaginando tu polla dentro de mi, quiero hacerlo, ¿me harás el favor?

-Bueno ya que lo tienes tan claro lo haremos bien, tengo un amigo que a veces me deja su casa de campo, si puedes mañana por la tarde a las 8, nos encontramos allí, te mando la ubicación por WhatsApp.

-¿Cómo me preparo? ¿Tengo que llevar algo especial?

-Lidia, lo más importante que estés cómoda y te gustes, vístete con lo que más sensual y guapa te sientas tú.

Después de estirar nos despedimos hasta el día siguiente.

Al día siguiente, me fui después de comer a campo de mi amigo para tener tiempo de preparar la casa para mi cita con Lidia, puse sabanas de satén en la cama, encendí la calefacción y decidí que encendería la chimenea para dar un ambiente más cálido e íntimo. A las 7 empecé a preparar un aperitivo, las bebidas y escogí una música suave, me decidí por algunas relajantes canciones chillout.

Ya con todo preparado, espere relajado a que llegara Lidia. No tardó en darme un toque al móvil para que abriera la cancela.

Cuando bajo del coche me dejo impresionado, estaba preciosa, elegante y sin lugar a dudas, muy sensual. Llevaba un vestido rojo pasión, que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, su negra melena ondulada le llegaba casi hasta la cintura. La bese en los labios con delicadeza y pasamos al salón, mmm, admire el movimiento de su duro culo bajo la tela, la senté en la chaise longue delante de la chimenea y le ofrecí una copa de cava.

Pasamos un rato muy agradable bebiendo y dando buena cuenta de los aperitivos, Lidia estaba cada vez más relajada y sonriente, el cava, el ambiente, la música y la compañía estaban haciendo el efecto que yo buscaba.

-¿Te apetece bailar?

-Si, aunque te aviso que no sé mucho.

-No te preocupes, yo te llevo.

Nos levantamos de la chaise longue y nos pusimos a bailar agarrados.

-Estas preciosa, eres un bombón de mujer, con el vestido que llevas estas muy elegante y sensual, realza tu cuerpo, aunque no lo necesitas porque tienes un cuerpo cañón.

Mientras le decía eso, mis manos le acariciaban la espalda y la cintura suavemente hasta el nacimiento de sus glúteos, sintiendo como su cuerpo se pegaba al mío rozándonos al son de la lenta música

-Zalamero, no es para tanto, mmm me encanta tu olor.

Empecé a besarla picoteando sus labios, incitándola a responderme y ella me beso con pasión, morreándonos y chupándonos la lengua mientras mis manos apretaban su cuerpo contra el mío haciéndole notar como mi polla se excitaba e iba poniéndose dura.

-¿Lo crees ahora? Mira el efecto que haces en mí.

Lidia estaba excitadísima, notaba sus pezones duros al roce con el pecho de Javier y notaba como su sexo se iba mojando, estaba asombrada de la rápida respuesta de su cuerpo a los tocamientos de él, se sentía desinhibida y deseando ir a más.

La gire y la abracé pegando su rotundo cuerpo contra mí, mi polla quedo casi incrustada entre sus glúteos mientras mis manos le recorrían el cuerpo dibujando sus tetas, sus caderas, ella respondió frotando el culo, sintiendo mi dura polla mientras sus manos me apretaban contra ella.

Le mordisqueé y bese el cuello acariciando sus turgentes tetas, pellizcando levemente sus excitados pezones y mientras ella ronroneaba de placer le toqué el sexo por encima del vestido.

Lidia estaba completamente cachonda, quería más, se subió el vestido hasta la cintura giraba su cabeza y me besó metiendo su roja lengua en mi boca, le empecé a meter la mano en las bragas hasta llegar a su húmedo chocho, lo acaricie notando sus prominentes labios y rozando su excitado clítoris.

Lidia lanzo un quedo gemido y a continuación frotó el coño contra mi mano.

-Estoy deseando que me lo comas.

Le quite el vestido y la gire admirando su cuerpo, llevaba un conjunto de lencería rosa ácido con liguero y medias que resaltaba su cintura de avispa, su culo respingón y su piel morena. Estaba espectacular, la lleve a la chaise longue y la recosté quitándole poco a poco las bragas mientras iba recorriendo con mi boca sus caderas el vientre y sus muslos con pequeños besos. Ella tenía los ojos cerrados sintiendo como mi boca se acercaba a su coño, deseando notar mi lengua en él.

Le abrí las largas piernas despacio y por fin le vi el chocho en todo su esplendor, tenía recortado el bello enmarcándole la raja y los oscuros labios, ¡dios se me hizo la boca agua! Me tuve que controlar para no comérselo como un hambriento. Mordisqueé sus muslos y los lados de su pubis, chupando y saboreando su piel hasta que ella me cogió la cabeza y se froto mi boca en su mojada raja.

Saboreé sus labios, recorriéndolos con la lengua, dando pequeños toques a su clítoris deleitándome, notando como subía la calentura de Lidia que jadeaba y se mordía los labios de puro gusto.

Lidia iba guiando mi boca para que le lamiera los labios o el clítoris a su gusto, estaba disfrutando a tope, la excitaba y le daba mucho morbo el hacer que Javier le hiciera lo que ella deseaba y como ella deseaba. Al poco, empezó a sentir la tensión que precedía al orgasmo en su bajo vientre, haciéndole alzar su pubis para que la boca de Javier tuviera un contacto más intenso con su chocho.

Yo estaba lamiendo con gusto el coño de Lidia cuando le empezó a venir el orgasmo, le lamí más intensamente el erecto clítoris y note como las contracciones de placer la estremecían, dejándola medio adormecida, continué chupando su chocho un poco más penetrándola con la lengua. Después me desnude y cogí un pequeño dilatador de ano y la crema lubricante que tenía preparada y acaricie a Lidia, estimulándole el ano hasta introducirle el dilatador, ella emitió un leve quejido.

-Perdona si te he hecho daño.

-No, es más bien la sensación entraña en mi culo.

La bese mientras tocaba sus duras tetas, la masturbé recreándome en sentir su mojado sexo, apreciando como la excitación se apoderaba otra vez de ella.

Lidia estaba un poco incrédula de ver la reacción que Javier causaba en ella, normalmente con su novio al tener el orgasmo no le apetecía seguir con el sexo, pero las caricias, suaves pero intensas, que le estaba haciendo Javier le estaban poniendo otra vez como una moto de caliente. Mientras le acariciaba la polla masturbándolo lentamente sintiendo la diferencia de tamaño con la de su novio pensó que debía ser también el morbo de ser infiel, una vez que había empezado a tener sexo con Javier se había sorprendido de lo bien que se sentía, no tenía sentimiento de culpa, es más, ahora estaba segura que no sería la última vez.

Con todas las caricias y la sensación extraña pero excitante de tener ese dilatador en el ano, Lidia estaba deseando empalarse con el pollón que tenía en la mano, se levantó y poniéndose a horcajadas sobre Javier comenzó a frotarlo en su raja u después de unos instantes lo colocó en la entrada de su lubricada vagina, introduciéndoselo despacio hasta la mitad con un suspiro para a continuación dejarse caer y clavárselo a tope,¡ Dios como sentía el chocho lleno de polla dura!

Su cuerpo subía y bajaba balanceándose, notando como se movía la polla en su vagina, disfrutando de follar al ritmo y la intensidad que le apetecía en ese momento, mientras Javier le mordisqueaba los pezones y le estimulaba el culo con el dilatador, se sentía sexy y lasciva, era consciente del poder de su cuerpo sobre Javier y aunque deseaba alargar este momento, al cabo de unos instantes sintió como como el placer y la tensión del orgasmo crecía en su interior con unas potentes oleadas que la hicieron gemir de puro gusto, al terminar se recostó contra el pecho de Javier con la respiración jadeante.

Yo disfrute intensamente de su orgasmo, tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no correrme, quería hacerlo en su culo. La deje reposar un rato sobre mí con la polla aún clavada en su caliente sexo, después de un rato me levante y me limpie el abundante flujo de mi pubis, le llevé un pañuelo de papel para que lidia hiciera lo mismo en su sexo y nos relajamos besándonos, tomando una copa de cava.

Al cabo de un rato Lidia empezó a masturbarme mientras se metía mi polla en la boca, chupándola bastante bien, le enseñe a no rozármela con sus dientes y mejoro su técnica, poniéndomela otra vez dura mientras le estimulaba el ano con el dilatador, que a estas alturas de la noche se movía con facilidad en su culo.

-Ahora voy a follarte el culo.

-Se delicado, ya sabes que es mi primera vez.

-No te preocupes, vas a disfrutarlo, te dolerá un poco al principio pero al poco se tornará en placer.

La coloqué a lo perro apoyada en el brazo de la chaise longue, me coloque detrás de ella con la polla bien lubricada con crema y quitándole con suavidad el dilatador le apoyé la punta en su abierto ano a la vez que la incorporaba un poco, mi glande quedó a medias encajado en su culo mientras le acariciaba las tetas y la masturbaba.

-Ahora haz un poco de fuerza hacia fuera y tú misma te la iras metiendo poco a poco.

Lidia se sentía a la vez excitada y un poco nerviosa, hizo lo que le pedía Javier y aunque como le había dicho al principio le dolió un poco, se la fue metiendo hasta la mitad más fácil de lo pensaba.

La seguí acariciando dejándole que ella se la clavara al ritmo que deseara, notando como su caliente culo iba apretando mi polla conforme entraba y resistiendo el impulso de metérsela entera.

Lidia lo hacía lentamente metiéndosela un poco dejando que su ano se acostumbrara, algo asombrada de lo fácil que estaba siendo, ya no sentía dolor, ahora más relajada, esa sensación extraña cambio poco a poco a placer, excitándose mientras recordaba la escena de Javier follándole el culo a su tía.

Cuando se la metió toda, comencé a sodomizarla lentamente sacándola poco, Lidia comenzó a jadear acompañándome en el ritmo haciendo la penetración poco a poco más profunda hasta que su culo chocó contra mi pubis, en ese momento acelere progresivamente la velocidad de la penetración a la vez que las caricias en su clítoris, disfrutando de su cuerpo y del morbo de follarle el primero su apretado culo.

Al poco sentí como mi orgasmo se acercaba, la penetre más intensamente corriéndome dentro de su culo y regándoselo de abundante y caliente esperma, Lidia se corrió al sentir eyaculación dentro de ella.

Relajados y cansado nos duchamos juntos y nos tumbamos a dormir en el dormitorio principal disfrutando de la suavidad de las sabanas de satén.

Por la mañana Lidia me despertó chupándome la polla con un considerable vicio, no me quedo más remedio que comérselo y dejarme follar como ella quiso, volví a dormirme y cuando desperté Lidia se había ido dejándome una nota que decía:

Gracias por esta noche tan sensual y lujuriosa. ¿Si te llamo me dejaras que te folle otra vez?

PD. Me molesta un poco el culo pero me dio  gusto mucho.

Con este último relato, acabo la serie de “Clases de inglés pagadas con sexo”.

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