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Auxilio deportivo

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El nuevo condominio donde vive Tania es más grande que el anterior, y queda en una zona más céntrica lo que me conviene al momento de ir a visitarla y poder salir a pasear o a comer a algún sitio. Son una serie de edificios y en el medio de todos hay un pequeño parque con juegos para niños, y a unas 6 o 7 cuadras queda un parque ecológico donde Tania sale a correr casi todos los días.

Este condominio no tiene gimnasio ni piscina, pero hay zonas de ejercicios en el parque ecológico así que Tania se pasa un buen rato por ahí.

Un domingo Tania salió a correr, llevaba su licra camuflada, verde militar y un top blanco; como siempre, un culo hermoso. Por esta época el calor se está poniendo mucho más fuerte y Tania no escuchó mis consejos, es importante hidratarse bien cuando se hace ejercicio, y más aún en días tan calurosos.

Luego de correr por aproximadamente media hora, Tania sintió la pegada, se sentía muy cansada, mareada y le dolían mucho las piernas; se sintió asustada así que decidió volver a su casa, necesitaba agua y no había llevado nada, ni siquiera dinero. Caminaba mareada, tambaleándose, hasta que sintió que las piernas no le respondían y por un momento se desvaneció.

Se había caído en el jardín de un extremo del parque y a duras penas pudo acercarse a una banca y sentarse ahí, con la vista un poco nublada miró a su alrededor y no encontraba a nadie que la pueda ayudar, hasta que vio a un señor que se acercaba a paso rápido, era mayor, tendría sus sesenta y tantos.

-Hola muñeca, vi que te caíste, estas bien?-No -balbuceó Tania- me siento muy mareada y no tengo fuerzas, creo que me deshidraté.-Vives cerca?-Como a 7 cuadras -dijo Tania.-Vamos, mi departamento está en la esquina, te voy a ayudar y te llevo en mi carro, estas desgastada -dijo el desconocido tendiéndole la mano a Tania.

Tania lo pensó unos segundos, pero el malestar que sentía era muy fuerte y no quería tener que caminar tanto, así que acepto la ayuda.

-Está bien -dijo Tania, mientras cogía la mano del señor.-Por cierto, soy Sergio, cómo te llamas muñeca?-Tania, mucho gusto y gracias por ayudarme.-El gusto es mío Tania y no podría dejar de ayudar a una dama.

Sergio pasó el brazo de Tania alrededor de su cuello y con una mano le cogió la mano y con la otra la sostuvo de la cintura ayudándola a caminar.

Caminaron media cuadra hasta llegar a la esquina donde había un edificio blanco de unos seis pisos. Sergio sacó su llave y abrió la puerta de la entrada, pasaron al hall de la recepción donde llamaron el ascensor, luego subieron hasta el piso 5, salieron y caminaron por el corredor hasta el final, Tania no pudo ver el número del departamento e ingresaron.

-Espérame aquí -dijo Sergio mientras la ayudaba a sentarse en el sillón de la sala- voy a traerte algo de tomar.

Tania se recostó en el sillón con una pierna arriba y la otra en el suelo, estaba muy fatigada.

Sergio salió de la cocina con una bebida rehidratante y un chocolate.

-Toma esto Tania, esto te va a ayudar a reanimarte.-Gracias -dijo Tania.

Estaba muy sedienta y tomó el rehidratante muy rápido hasta que se atoró y botó un poco en el sillón y otro poco se chorreó por su polo.

-Ay! disculpa Sergio -dijo avergonzada Tania.

Intentó pararse para limpiar pero las piernas le temblaron y nuevamente cayó en el sillón.

-No, tranquila Tania, no pasa nada, yo lo limpio.

Sergio entró en la cocina y salió con papel toalla. Puso un poco en el sillón y el resto se lo dio a Tania para que se pueda secar. El rehidratante había mojado buena parte de su polo y se le había pegado al cuerpo, transluciendo un poco sus senos.

-Toma, sécate, no pasa nada -repitió Sergio amablemente.-De verdad muchas gracias Sergio -dijo Tania un poco avergonzada.-No te preocupes, pero parece que aún estás un poco débil, cómete el chocolate, te va a hacer bien.

Tania lo abrió y se lo comió todo, se terminó el rehidratante y descansó un poco.

-Vives solo? -preguntó Tania.-Si, en realidad a veces viene mi hijo a visitarme con su familia, pero por lo general me gusta mi soledad, vivo tranquilo y desde acá manejo algunos negocios que tengo. Y tú? A que te dedicas.-Bueno yo soy profesora de inicial y me gusta hacer deporte, siempre vengo a correr, pero esta vez parece que el sol estaba muy fuerte y no me hidraté bien. -contó Tania.-Bueno, si haces ejercicio, no descuides tu hidratación, igual siempre es bueno que traigas alguna botella con agua o rehidratante. Tu polo, no quieres que te lo lave?, tengo secadora y estaría listo en un rato, que dices? -preguntó Sergio.-Bueno, me parece bien -dijo Tania- pero necesitaría que me prestes algo.-Tania se ruborizó.-No entiendo, como que algo? -preguntó Sergio.-Es que... -Tania se mira los pechos- no tengo nada más abajo, solo salgo con este top.

Sergio se rió coquetamente. Tania también, hubo un momento de silencio.

-Si gustas te presto un polo mío o una toalla. -Ofreció Sergio.-Te molestaría prestarme tu ducha un rato? -Preguntó Tania- así cuando salga, ya me podría poner mi top.-Claro! no hay ningún problema muñeca, ven por acá.

Sergio le tendió la mano a Tania y esta hizo lo propio. Sergio la abrazó por la cintura y la llevó por el pasillo hasta la última habitación, era su cuarto. Era grande, tenía un walking closet y un baño grande con una tina. La cama era grande y se veía súper cómoda.

Los dos entraron al baño y Tania se sentó al borde de la tina.

-Mira acá hay toallas, usa las que quieras, esta es el agua caliente y esta es el agua fría, si quieres puedes usar la tina y tómate todo el tiempo que quieras, voy a cerrar la puerta del cuarto y esperaré ahí. -dijo Sergio.-Gracias. -dijo Tania mientras se daba vuelta.

Entonces se sacó el top y se cubrió los senos con un brazo. Volvió a dar la vuelta y Sergio estaba con cara de sorpresa. Tania le extendió el top y Sergio se quedó inmóvil por un momento hasta que reaccionó.

-Ehmm, lo siento, me puse nervioso. -dijo Sergio riendo.

Tania también rio y sin decir nada más Sergio se retiró y cerró la puerta del cuarto.

Tania, prendió la ducha y llenó la tina, se desnudó y se metió al agua, estaba refrescante, no quería que el agua esté caliente para que no le suba la presión. Mientras estaba en el agua, Tania se excitó, su imaginación daba vueltas, se empezó a tocar, se tocaba pensando en Sergio. Lo pensó, lo proyectó en su mente, le latía la vagina.

Tania salió de la tina, se secó un poco el cabello y se amarró la toalla en el cuerpo, cubriendo apenas desde los senos hasta un poco más abajo de las nalgas. No llevaba nada más encima. Salió del baño hacia el cuarto y abrió muy suavemente la puerta, se escuchaba la televisión encendida y Sergio hablaba por teléfono, parecía que hablaba de negocios, entonces el colgó y Tania salió caminando lentamente por el pasillo, asomó su cabeza hacia la sala y Sergio estaba viendo la televisión, retrocedió. Su corazón latía a mil de la adrenalina, pero más le latía la vulva, estaba mojada, tanto de la excitación como del baño que había tomado.

Entonces salió caminando muy sexy, inmediatamente Sergio volteó y la vio, no lo podía creer, Tania se acercó lentamente, moviendo sus caderas y se paró justo delante de Sergio.

-Solo quería agradecerte por tu ayuda. -dijo Tania.

Sergio pasó sus manos suavemente por las piernas de Tania, subiendo hasta sus caderas, la jaló hacia él. Tania se arrodilló en el sillón justo encima de Sergio, se besaron. Sergio la besaba apasionadamente mientras con una mano le acariciaba el cuello y la parte de atrás de la cabeza y con la otra la sostenía del culo.

Tania le sacó el polo mientras seguían besándose. Se pararon y Sergio giró y le dio la vuelta a Tania, le besaba el cuello mientras con las manos le recorría las caderas, Tania estaba muy excitada, sentía la verga de Sergio por debajo del pantalón, duro como una piedra.

Sergio la acomodó en el sillón y Tania terminó en cuatro, entonces el le sacó la toalla, quedándose pasmado con el tremendo culo que tiene. Fue besándola poco a poco mientras bajaba por el cuello, pasando por la espalda, hasta llegar el culo, le pasó la lengua por un buen rato. Tania tenía la cola levantada y estaba muy arrecha y mojada, Sergio le sacaba los fluidos de la vagina y Tania gemía.

-Que rico culo tienes Tania.-Cometelo, hoy es todo tuyo, comete todo lo que quieras. -dijo Tania excitada.

Sergio se puso de pie y se sacó lo que le quedaba de ropa, tenía una verga fuerte y venosa curvada un poco hacia arriba, se volvió a agachar hacia el culo de Tania, le escupió el anito que ya empezaba a dilatarse, se escupió la verga y la empezó a meter lentamente por el culo.

Tania volteó mirando a Sergio con cara de dolor pero al mismo tiempo de placer, mordiéndose los labios y gozando mientras Sergio entraba poco a poco en ese culito. Fue subiendo la intensidad e iba cada vez más rápido y fuerte, Tania gemía mucho, y eso a Sergio le excitaba.

En cuatro, el culo de Tania se ve mucho más grande incluso, se notan las caderas y la verga de Sergio no paraba de entrar y salir. Mientras la seguía cogiendo se recostó sobre la espalda de Tania para seguir besándola.

Después de un buen rato, Sergio le dijo a Tania para seguir en el cuarto.

Tania se paró y esta vez ella le tendió la mano a Sergio, mientras lo jalaba por el pasillo, meneando la cola. Entraron al cuarto, Tania lo empujó a la cama y se trepó encima suyo, para hacer su pose favorita. Lo cabalgó, Sergio no necesitó moverse, Tania sabe mover el culo, siguió más fuerte, Sergio aguantaba hasta que Tania llegó, se contorsionó, le arañó el pecho a Sergio y gritaba como una perra en celo, chillaba, hasta que terminó.

-Ahora te toca a ti, muñeco. -dijo Tania, hecha una fiera.-Quiero llenarte el culo de leche mi amor.-Tus deseos son órdenes.

Sergio giró junto con Tania, esta vez él estaba arriba, le levantó las piernas hasta los hombros de Tania dejando indefenso su ano.

Esta vez Sergio no tuvo piedad, la metió con todo, Tania empezó a chillar nuevamente, gritaba de dolor, se cogió fuerte de la cama, mientras que Sergio la destruía, siguió más fuerte, más rápido, salía todo y volvía a entrar de golpe, hasta que llegó el clímax, la cogió de las caderas y Tania sintió como un chorro de leche, casi hirviendo entraba a sus entrañas, mientras que Sergio, agotado pero victorioso, sacaba la verga y se echaba a su costado, agitado, pero feliz.

Tania seguía con las piernas levantadas, le dolía mucho el culo y sentía que estaba completamente llena.

-Espera, siempre quise ver algo así, lo puedo grabar? Para mí, lo prometo. -dijo Sergio.-Esta bien. -dijo Tania complaciente.

Sergio sacó su celular y se acercó al culo de Tania. Puso una toalla debajo de ella y Tania empezó a botar lentamente la leche, salía mucho semen, chorreaba por sus nalgas, lo iba expulsando poco a poco, hasta que finalmente no salió más.

-Tenías un litro de leche. -dijo Tania desnuda en su cama.-Toda es para ti mi amor. -Dijo Sergio.-Cuando me la podré tomar?-Espera que me recupere y tomas toda la leche que quieras.

Sergio la abrazó y se quedaron dormidos desnudos.

Tania despertó y vio la hora, había pasado casi una hora, vio su celular y tenía varias llamadas perdidas, mías y de sus papás.

-Sergio, despierta, me tengo que ir, ya es tarde.-Uy se nos pasó la hora, no te preocupes muñeca, vamos, yo te llevo a tu casa.

Se cambiaron, Sergio le trajo el top ya seco, pero un poco encogido por la secadora, se le veían hermosas las tetas. Salieron al ascensor para bajar al estacionamiento, Tania se le acercó y lo beso hasta que el ascensor llegó. Subieron al carro y Sergio se quedó pensando un rato.

-Qué pasa? -preguntó Tania.-De verdad quería que te tomaras mi leche. -dijo Sergio excitado.

Tania lo miró y le sonrió.

Se inclinó hacia Sergio y le desabrochó el pantalón, le sacó la correa y le sacó la verga, que ya estaba erecta, lo masturbó un momento y luego se lo metió a la boca.

A Sergio de verdad le gustaba que se la chuparan, lo disfrutaba mucho, estaba muy excitado, y Tania sí que sabía hacer lo suyo, lo chupaba, lo lamía, lo escupía, le lamió los huevos y se lo metió hasta el fondo. A Sergio le excitó más cuando Tania se atoraba y lo miraba con cara de zorra.

El la cogió del pelo y la hacía subir y bajar, Tania la chupaba y al mismo tiempo lo masturbó hasta que Sergio empezó a sentir que se venía con todo, gimió un poco, y llegó en la boca de Tania. Ella por supuesto se tomó todo, hasta la última gota, y lo dejó limpio, le dio un beso entre el cuello y los huevos, la guardó en su sitio muy ordenado, y volvió a cerrarle el pantalón a Sergio.

Ahí recién Sergio arrancó el auto hacia la casa de Tania. La dejó en la puerta de su casa y se despidieron con un beso.

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