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Mi nuevo novio. Un pequeño adelanto

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Bien, en todos estos meses fuera de la red han sucedido muchos cambios. Alejandro y yo hemos cortado. Aún mantenemos contacto, pero cada uno ha empezado una nueva relación. En mi caso, con un muchacho menor que yo. Sí, por primera vez en mis 20 años, con alguien menor. Él tiene apenas 18 y recién termina la secundaria. Sin embargo, y aunque las cosas pasaron muy rápido, no estoy nada arrepentida. En la cama le doy un diez. Con sus 18 años me ha dado incluso más placer que Felipe, con 26 años colmados de experiencia y su increíble talento para el sexo. 

Su nombre es Teo. Su físico: unos 1.68 cm de estatura, piel blanca, cabello negro, contextura normal, labios gruesos, un trasero redondito y levantado, y un pene largo y grueso que sabe a gloria. En general su apariencia es bastante atractiva; si no fuera por su baja estatura sería el galán de telenovelas. Y haciendo el amor sí que podría ser fácilmente un galán de película porno. 

En el poco tiempo que llevamos saliendo, hemos tenido un par de experiencias fuera de lo común. En una ocasión tuvimos sexo en la habitación de mi mejor amiga mientras ella y un amigo de él nos escuchaban desde la sala. Dios, fue realmente excitante saber que alguien más podía escuchar todo el placer que mi pequeño amante me daba en esos momentos. Recuerdo que al salir, el amigo de él me miraba con tanto deseo, y yo me sentía como una diosa. 

Otro día teniendo sexo en su casa, su padre le llamaba insistentemente. Contestó y hablaron por un largo rato mientras me penetraba una y otra vez, sin pena ni gloria. Su padre seguramente entendió en lo que estábamos, pero creo que le gustaba escucharme gemir de placer y quizá en esos momentos fantaseaba conmigo, lo que sin duda me ponía y mucho.

En general, me ha dado el mejor sexo de mi vida, superando por mucho mis expectativas. Me he vuelto adicta a él. Hacemos el amor casi a diario y nos sorprendemos el uno al otro en cada ocasión. No existe un rinconcito de su casa en el que no nos hayamos revolcado envueltos en el deseo. Lo hemos hecho mientras otros nos escuchan, nos hemos masturbado bajo la mesa en un restaurant. Sin duda, espero seguir probando cosas nuevas junto a mi pequeño y retorcido novio nuevo.

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