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El abuelo de mi amiga Camila

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Buenas Noches, sé que los tenía muy abandonados; hace rato que no subía relatos ya que me encontraba fuera de todas las redes sociales.

Bueno, esta historia me ocurrió hace unas semanas. Una amiga mía me pidió que cuidara de su pequeño hijo de tan solo 5 años, Samuel. Ya que ella se encontraría fuera de la ciudad unos dias, 5 días para ser exactos, como ambas somos tan buenas amigas yo accedí a cuidarlo sin ningún dinero a cambio.

Me tendría que quedar en su apartamento estos 5 días. Así que me puse en marcha para alistar mi maleta e irme a su apartamento. En cuanto llegué el portero fue muy amable conmigo (como siempre los hombres lo son, debido a mi cuerpo claro está). Pero como ya estoy acostumbrada no tuve ningún problema con eso. Ella le dijo a aquel portero que me entregara las llaves del apartamento y como el ya me había visto un par de veces me las entregó.

Era el apartamento 502, al subir (Por las escaleras, ya que allí o había ascensor). Llegué al apartamento y abrí la puerta, entré y subí al segundo piso y allí pude comprobar que Samuel estaba dormido como mi amiga me había avisado por la llamada que me hizo cuando me pidió que cuidara al pequeño.

Después de acomodar mis cosas en la habitación de huéspedes, bajé a la cocina para preparar algo de comer para Samuel y para mí, hice un par de sándwich y jugo de naranja. Subí a darme una ducha y dejé mi ropa lista encima de la cama en la que dormiría. Mientras me vestía escuché que alguien estaba en la cocina, pensé que era Samuel; pero, cuando entré en la habitación de Samuel ví que continuaba dormido, así que me asusté. Bajé las escaleras con mucho cuidado y llegué hasta la cocina. Una vez allí vi que quién se encontraba era el abuelo de mi amiga y bisabuelo de Samuel. Me saludó y yo le devolví el saludo, el se estaba comiendo una de los sándwich y estaba muy sonriente. Nos sentamos en el comedor y me dijo:

Hola, ¿Cómo estás?, espero no haberte asustado, llegué hace 10 minutos y vine a quedarme estos días.

Hola, que bueno que no me asustaste, creí que eras Samuel; que bueno verte de nuevo, yo también me voy a quedar unos días, ya que Camila salió de la ciudad y me pidió que cuidara a Samuel.

El solo sonrió pícaramente, y yo me imaginé que a el intentaría sacar algo de todo esto, así que como mis gustos por los hombres maduritos de avanzada edad no tienen límites me planteé seriamente seducirlo y que ambos tuviéramos diversión. Platicamos un buen rato y comimos mas sándwich con jugo de naranja. Me comentó que hace ya varios años que estaba viudo, yo eso ya lo sabía porque Camila me contaba varias cosas de su familia, me dijo que en sus ratos libres veía videos, leía relatos, y compraban revistas y películas, yo inmediatamente me imaginé que tipo de cosas le gustaban, pero no le dije nada.

Samuel se levantó cerca de las 7:30 P.M. nos saludó a ambos, fue al baño, comió algo, se cepilló los dientes y se acostó en su habitación a ver caricaturas.

Yo, saqué mi ropa de las maletas y la puse en el armario; había empacado mucha ropa sexy (usualmente llevó ropa sexy, aunque esta vez creí que el único que me iba a ver con ella puesta era Samuel). Ahora sí podría usar esta ropa a cambio de algo, me puse una pijama muy corta y escotada sin sostén y con una pequeña tanga negra.

Fui al baño (Que tenía que compatirlo con el), me cepillé los dientes y fui a dormir. Dejé la puerta un poco abierta por si él quería entrar, me quedé dormida y desperté al día siguiente gracias a mi alarma que puse a las 7 A.M. Me puse un short corto y bajé a preparar el desayuno, allí me encontré con que don Carlo (Que así se llamaba) estaba despierto y se estaba tomando un café, al verme vestia con esa pijama me miró que me comía, yo sentí un poco de sorpresa ya que no sabía que él estaba ahí. Lo saludé amablemente y el me devolvió el saludo; tuvimos una pequeña charla:

Amaneciste muy linda hoy, ¿Quieres un café?

Hola, gracias. Si, si quiero uno. ¿Cómo durmió anoche?

Bien querida, espero que tu también, Samuel continúa durmiendo, anoche tú te quedaste dormida y yo fui quién apagó su televisión.

Tenía mucho sueño, estaba tan cansada; a partir de hoy tendré mas cuidado.

Está bien, ya sabes que soy un hombre de edad y no puedo estar tan pendiente de mi bisnieto, ese es tu trabajo.

Si señor, por cierto, ¿Qué edad tiene?

77, pero a veces, cuando veo una de mis películas me convierto en alguien más joven.

Usted es gracioso don Carlos. Ahora, me iré a bañar, gracias por el café.

Subí al segundo piso, alisté mi ropa en la cama de la habitación y me dirigí al baño. Una vez allí me desnudé y puse el agua caliente, me tomé mi tiempo en el baño porque quería relajarme (Dejé la puerta entre abierta por si el quería observar un poco del espectáculo). En un momento sentí que alguien me observaba, volteé disimuladamente a ver y don Carlos se encontraba espiándome desde el otro lado de la puerta. Seguí duchándome como si no lo hubiera visto, me agaché a recoger el jabón que "por accidente" se cayó al suelo. Me estregué todas mis partes muy suavemente mientras el seguía observándome. Luego, cuando ya estaba terminando de ducharme el se fue para su habitación y yo salí del baño.

Me vestí con un conjunto de tanga y sostén color rojo, me puse una blusa pequeña que tenía un escote un poco pronunciado y unos shorts de jean. Salí de mi habitación y me dirigí a la de el. Encontré la puerta entre abierta (supongo que el entendió lo de dejar las puertas entre abiertas), desde mi posición pude observar como el viejo se jalaba su pija, la tenía bien grande y regordeta; supongo que estaba cachondísimo con la escena que había presenciado en el baño.

Más tarde, después de darle un baño a Samuel, bajamos los tres a desayunar; mientras lo hacíamos, Don Carlos no me quitaba el ojo de encima, creo que mi ropa le gustó mucho. Terminado el desayuno; Samuel subió a su habitación y Don Carlos y yo quedamos solos en la cocina; me dispuse a lavar los platos; mientras lo hacía, el no me quitaba el miraba mi trasero; ya que yo lo estaba moviendo descaradamente para que el pudiera observar mis movimientos.

Al cabo de unos minutos, cuando yo ya estaba terminando de lavar los platos me tire un poco de agua justo en la zona del pecho, como estaba fría; mis pezones empezaron a pararse y el lo notó. Maldije un poco para que pensara que había sido por accidente y que eso me molestaba. El, tomó una pequeña toalla de la cocina y se ofreció a limpiarme un poco; yo accedí ya que soy una "devora ancianos compulsiva y cachonda". Mientras me limpiaba por encima del escote y rozaba levemente mis senos me dijo:

Laurita, espero no ser una molestia para ti, pero quiero que me ayudes a poner una de mis películas en el DVD, ya que yo no sé manejar el de mi nieta, el mío en mi casa es una tanto más sencillo, traje algunas de mis películas favoritas y espero que me hagas ese favor esta misma noche.

Si señor, no se preocupe.

El resto del día transcurrió en unas cuantas rozadas cada que nos topábamos por la casa. La cena se pasó volando y yo lo noté ya que él se veía muy entusiasmado. Samuel se acostó a dormir temprano tipo 9:30 P.M. y esta vez yo apagué su televisor. Llamé a Camila y le dije que todo se encontraba muy bien, que su abuelo y si hijo estaban en buenas manos y que ninguno de los dos era una molestia para mí.

Me duché y me puse lo mismo de la noche anterior, pero sin mi tanga que por cierto no la encontraba. Pasé por la habitación de Don Carlos para observar que estaba haciendo antes de entrar y ponerle sus películas. Cuando lo ví se estaba haciendo de nuevo un gran pajaso; pero esta vez tenía algo en su mano; algo que le olía y luego pasaba por su gran pija; no tardé mucho en darme cuenta que se trataba de mi tanga la que yo no encontraba. Me sentí tan deseada y tan cachonda al mismo tiempo; esperé a que terminara su maniobra y unos 15 minutos después entré en la habitación. El sonrió y me indicó donde estaban sus películas; tuve que buscarlas muy bien ya que estaban ocultas entre sus cosas. Tomé una y se la enseñé; el asintió y yo la puse en el DVD. Me dispuse a irme de la habitación; pero no sin antes decirle: "Don Carlos, se puede quedar con mi tanga, yo ya no la necesito". Y me fuí a mi cuarto.

Me acosté y dejé la puerta entre abierta como la noche anterior. Me quedé dormida; y un rato después sentí un poco de frio. Abrí los ojos y me di cuenta que estaba sin la sábana encima; la busqué en la oscuridad de la habitación y no la encontré; cuando me iba a disponer a levantarme una mano me tomó de la cintura y me apretó con sus gruesos dedos hasta que me acostó de nuevo en la cama, luego sentí como con otra mano me tapaban la boca; sentí un poco de pánico pues no sabía quién era. Cuando por fin esta persona habló:

No te asustes Laurita querida, soy Carlos; solo entré en tu habitación porque quería ver como dormías; no era mi intensión despertarte en el momento en que levanté la sábana; quería observar tu hermoso cuerpo, me tienes encantado.

Don Carlos, Me asustó un poco; pero bueno está bien, yo entiendo que sintiera curiosidad por entrar ya que es normal que alguien entre a una habitación cuando esta está medio abierta.

Que bueno que me entiendas, pero sé que tu misma has estado provocándome, desde que me viste aquí me has seducido, dejaste que te viera bañándote, me dejaste limpiar tu escote y ahora me regalas tu tanga, sé que quieres una dosis de sexo y eso es lo que estoy dispuesto a darte cariño. ¿Estas preparada?

Don Carlos, yo solo lo hice por ser amable, no quiero sexo con usted, me gustó que me observara cuando me bañaba, pero no quiero, por favor no me obligue.

Se que si quieres, se te nota en la cara lo puta que eres, y lo mucho que deseas mi verga dentro de tí, los hombres mayores son de los que mas te gustan y eso se te nota.

En algo tiene razón, pero por favor no me obligue, yo no quiero.

Yo no te voy a obligar putita, con los toquecitos que te voy a hacer vas a pedirme a gritos que te de toda mi verga hasta que llegues al orgasmo.

El prosiguió a tocarme por encima de mi pijama, sus largos y gruesos dedos recorrieron mi cuerpo hasta que comenzó a quitarme la pijama; cuando vio que no tenía ropa interior se calentó más; encendió la pequeña lámpara de la mesa de noche porque quería ver mi cuerpo y mi cara de placer (Eso fue lo que el dijo). Empezó a tocar mis pezones en cuanto me desnudó completamente; se desnudó el también y pude ver su pija enorme que tanto me emocionaba probar; se subió encima de mi y empezó a masajear su paquete en mi concha, que para ese momento ya estaba bien mojada; mordisqueó mis senos y pasó su lengua por ellos todo lo que se le antojó. Tomó mis piernas y las separó; se acomodó en la mitad de ellas y empezó a hacerme sexo oral; movía su lengua en círculos y de arriba a abajo; metia y sacaba sus dedos de mi concha que estaba a reventar; así estuvo un buen rato hasta que se levantó de la cama y me dijo:

Ahora si perra, vas a chuparme la pija hasta que yo te diga que pares.

Me arrodillé por lo excitada que me encontraba y tomé su enorme miembro entre mis manos; lo masajeé un poco e introduje su punta en mi boca, la lamí y saboreé; luego, me la tragué y empecé con el mete y saca salvaje; pasé la lengua por toda su pija y succioné todo.

Luego, el me pidió que parara porque esta a punto de penetrarme; prosiguió a acostarse encima de mí; ubicó su enorme pija en mi concha y la introdujo de un solo golpe, yo lo maldije pero en cuanto comenzó el mete y saca no pude parar de gemir y disfrutar, el también gemía y agarraba mis tetas a mas no poder. Decía guarradas en mis oídos para que yo me excitara mucho más. Me puso en 4 e inició la penetración por ahí; metía y sacaba su miembro de mi concha mientras tomaba mis grandes tetas y las amasaba. Después noté que el estaba por venirse y me dijo: "Abre la boca perrita que te vas a tragar toda mi leche". Yo obedecí inmediatamente y me arrodillé; pasaron unos segundos cuando todo ese chorro de leche entró en mi boca, se sentía muy rico y muy caliente; me la tragué todita como la niña obediente que soy.

Espero que les haya gustado tanto como a mi me gustó vivirlo.

(8,98)