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Me tiro a mi rubia madrastra

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Esa mañana estaba la putona madura de mi madrastra Catalina haciéndose su acostumbrado masaje mamario. La muy guarra se sobaba con lujuriosa fruición y depravado regodeo sus gordos melones, arriba y abajo, abajo y arriba y de un lado a otro y se pellizcaba sus pezones con lasciva felicidad.

En ese momento llegué yo y la pillé de ese modo.

— supongo que no le dirás a tu padre que me has encontrado así — reveló Catalina un poco azorada.

— pues si quieres que me calle, ya sabes lo que debes hacer, Catalina — largué

— ¿te gustaría comprobar lo zorra que puedo ser contigo, cariño? — dijo Catalina

La muy puerca de Catalina, hizo que me desabrochara los pantalones, me desprendió el calzón y vio la erección tan brutal que yo tenía

— ¿a ver que hay aquí?, ¡guau, que erección tan fantástica tiene mi niño! — reveló Catalina

La zorrona de mi madrastra, abrió su caliente bocaza y sacó su mojada lengua y emprendió a darme lametazos y lengüetazos que me pusieron rijoso, caliente y muy cachondo.

— ¡Chuik!, ¡sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡Chlok!.¡Chuik!, ¡slurp! —  chupaba Catalina mi polla

— ¡pero que puta eres "Cata", que bien me la comes, zorra! — manifesté enfervorizado

— ¡Chlok!.¡Chuik!, ¡slurp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡Chlok! — mamaba Cata con deleite y pasión

— Eres toda una guarra profesional, "Cata". Me estás dando mucho gusto — manifesté entre jadeos y ayes lujuriosos

La muy guarra me trabajaba el rabo con lasciva profesionalidad cual ramera de burdel y yo procedí a quitarme la camiseta pues me estaba poniendo acalorado y enardecido y subía progresivamente mi temperatura corporal y sexual.

Los ruidos que producía la guarra de mi madrastra me estaban volviendo loco y me encendían y entusiasmaban, pues me llevaban  un paroxismo que me estimulaba.

Catalina jugaba y se recreaba con mi pollastrón dentro de su bocaza de guarrona en celo y cada lamida y lametazo que me daba al rabo me producía placer y satisfacción sexual, pues yo profería gañidos, gemidos, jadeos,  y mil vagidos de lo muy bien que me trabajaba y comía el rabo con presteza, agilidad y lujuria. También me mordía las pelotas y eso me electrizaba y apasionaba y me advertía lo fulana y ramera que la golfa de mi puta madrastra estaba siendo conmigo.

Después de juguetear con mi enhiesta pero dura verga, la muy golfa de "Cata", procedió a quitarse los pantalones vaqueros que le remarcaban su fenomenal culazo y luego su sexy braga negra y procedió a ponerse a cuatro patas sobre el negro butacón de cuero negro que había en el livíng donde estaba teniendo este encuentro sexual.

— ¡vamos, Charlie, cariño, Enfílame, clavamela ya, cabrón — evidenció "Cata" toda calentorra

— ¡te voy a dar rabo mas y mejor que mi padre, cacho zorra — manifesté todo lujurioso

Mientras le daba rabo sin parar como a una fulana depravada, ambos gemíamos y jadeábamos presos de la acalorada lujuria que tenían nuestros cuerpos en celo.

— ¡Toma rabo, zorra!.¡traga puta!, ¡agh! — jadeaba yo

— ¡que gusssstooo meee daaaasss!, ¡así cariño, así! — gañía la putona de Cata

— ¡calla zorra, que me vuelves loco, guarra! — grité colericamente sexual al tiempo que le dí un sonoro y fuerte azote pues me volvía loco con los gemidos y los improperios sexuales que me lanzaba la zorrona de mi madrastra

— ¿te gusta como te jodo, puta? — pregunté todo lascivo

— ¡me estás poniendo muy perra, cariño. Eres un buen semental — testimonió "Cata" entre vagidos.

— ¡qué cara de puta se te pone cuando te jodo, cacho guarra! — grité de goce

— ¡me estás poniendo salvaje como a una puta perra! — jadeó "Cata" lasciva

Después de darla rabo en esta postura, me senté en el butacón y la guarrona de "Cata" sobre mi para clavarse y henderse mi verga

— ¡vamos, cabrón, jode a esta puta zorra! — jadeaba "Cata"

— ¡si, toma rabo, golfa! — bramaba yo muy salido

— ¡me vuelves loca, cabronazo! — se deleitaba "Cata"

— ¡eres una fulana muy depravada! — gozaba yo

—¡estás haciendo cabrón a tu padre! — aullaba de gustazo "Cata"

— ¡si, eres una puta muy guarra — resoplaba yo de goce lujurioso

— ¡cabrón, cabronazo!, ¡como taladras mi coño, sigue así, hijo puta! — aullaba "Cata" de delirio erótico

— ¡toma polla, guarra!, ¡me encanta follarte, golfa! — jadeaba yo entre sofocos

— ¡Vamos a cambiar de postura! — ordenó "Cata"

— ¡si, cambiemos! — asentí

Cambiamos de postura y la muy cerda de mi puta madrastra se tumbó bien abierta de patas para recibir mas y mejor los acalorados y agitados embates en todo su coñargón de guarra madura en celo

— ¡ahh!, ¡ay!, ¡ahh!, ¡ay!, ¡me estás matando de gusto, cabrón!,  ¡ahh!, ¡ay!, ¡ahh!, ¡ay! — gimoteaba "Cata" al recibir mis pollazos en todo su espumoso e hirviente coñargón

— ¡goza, zorra!, ¡goza, guarra!, ¡siénteme!, ¡gózame! — ordenada libidinosamente

— ¡sí, canalla, vuelveme loca!, ¡lo necesitaba!, ¡dame rabo, cabrón! — revelaba "Cata" entre vagidos sexuales

— ¡te voy a comer el coño, guarra! — advertí lascivamente

— ¡si, canalla, cómemelo! — ordenó "Cata" entre mil gemidos

Nos separamos brevemente y puse mi boca en el coño de Cata y la fulanona empezó a sofocarse, resoplar y dar gemidos y vagidos como una autentica fulana de burdel

— ¡que careto de zorra viciosa se te pone cuando te como el coño, puta! — observé depravadamente

— ¡si, me encanta que me taladres el coño con tu lengua!, ¡que vicio tienes, bribón! — advirtió "Cata" todo corrida de gusto

— ¡te hierve el coño, guarra!, ¡lo tienes muy mojado, puta! — proclamé lujurioso

— ¡nadie me lo come tan bien como tu, bribón!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡no pares hijo puta!, ¡me pone mas libidinosa como me lo comes, cabrón! — gimoteaba de placer la zorra de mi madrastra.

— ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj, ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj, ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj — le comía el coño a la golfa de mi madrastra.

— ¡me estás matando de gusto, canalla!, ¡ahhh!, ¡aaaaaahhhhh!, ¡ay! — jadeó "Cata" lascivamente

— ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj, ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj, ¡shuj !, ¡shuj !, ¡shuj — proseguía comiéndole el coño a la guarra de mi madrastra

— ¡me estás matando de gusto, cabronazo!, ¡quéee guuuuusssstooo! — bramaba "Cata" toda corrida con los ojos en blanco,

Mientras le metía dos dedos y aumentaba su ardor y arrebato sexual y se acrecentaba su brutal temperatura sexual y comenzaba a largar una grosera retahila de insultos sexuales que me incitaban mas y mas

Después de taladrar su coñargón y lamer progresivamente su agitado y borboteante coñargón de fulana madura, retomé la brutal jodienda a la que estaba sometiendo a la fulana enloquecida de mi madrastra

— ¡hacía tiempo que nadie me jode así, cabrón! — vociferaba "Cata" lasciva

— ¿no te jode mi padre?, ¡te joderé ahora yo, cacho guarra! — amenacé libidinoso

— ¡el cabrón de tu padre me tiene abandonada! — testimonió "Cata" lujuriosa

— ¡ahora te joderé siempre que me lo pidas, puta! — exteriorice concupiscente

Volvimos a cambar de postura y la fulana de Catalina, mi madrastra", me ofreció golosa su lascivo y gordo culazo y no dude ni por un segundo agarrar de sus nalgas y comenzar a follarlo

— ¡que buenas estás, "Cata"!, ¡me encanta petarte, zorra! — grité lascivamente

— ¡si, cariño, si!, ¡pétame el ojete, bribón!, ¡pétamelo bien petado, cabrón! — ordeno libidinosamente "Cata"

— ¡toma rabo, zorra!, ¡toma polla, puerca! — gritaba apasionado

— ¡sigue cabrón, sigue!, ¡que bien me jodes, cabrón! — observo "Cata" lascivamente

— ¡toma rabo, puta!, ¡gózame, puerca! — aullaba libidinosamente

— ¡no pares cabrón!, ¡, mátame a polvos, cariño! — resollaba "Cata" viciosa

Saqué mi enhiesto rabo del febril y agitado culo de mi madrastra y se tiró a tragar mi rabo como una loca posesa de lujuria

— ¡qué bien me la comes, zorra! — observaba yo todo corrido

— ¡Chuik!, ¡sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡Chlok!.¡Chuik!, ¡slurp! — mamaba la puta "Cata"

— ¡sigue, guarra, sigue!, ¡no pares, zorra! — ordenaba yo con lujuria

—  ¡Chuik!, ¡sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡Chlok!.¡Chuik!, ¡slurp! — seguía mamando "Cata"

— ¡queee guuuusssstooo meeee daaassssss, zorra! — observaba yo

— ¡Chuik!, ¡sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡Chlok!.¡Chuik!, ¡slurp! — proseguía "Cata"— ¡queee meee cooooorrrrooooo! — grité todo vicioso

Tuve un espasmo de lujuria y a medias la zorra mamona de "Cata" tragó mi lefa de macho y a medias dejó caer al suelo, mientras me sonreía con avaricia sexual por la follada que la había metido.

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