Nuevos relatos publicados: 13

Una madre especial: la mía

  • 18
  • 65.316
  • 9,58 (79 Val.)
  • 0

Estaba yo casi de 14 años cuando mi padre nos abandonó para irse con su secretaria a vivir a otra ciudad, mi madre y yo nos quedamos solos y lo pasamos muy mal, mi madre siempre se ocupó de que no me falte nada y dedico todos sus esfuerzos para ser padre y madre a la vez. Mis abuelos siempre la apoyaron en todo y gracias a ellos, mi madre consiguió un buen trabajo que nos dejaba vivir con comodidad.

Durante los años siguientes nuestra relación fue magnifica, más que madre e hijo éramos amigos, nos contábamos todo y no habían secretos entre nosotros, había veces después de ya algunos años que a ella le gustaba alguien y me consultaba si estaba de acuerdo yo casi siempre decía que no, pues era muy celoso con ella.

Al llegar los 18 años empecé a salir con una chica del barrio así que siempre estábamos en casa viendo TV y conversando algunas veces aprovechando la ausencia de mi madre nos encerrábamos en mi habitación y hacíamos el amor, Milagros que así se llama mi novia no era muy bien vista por mama, ella decía que no le gustaba el que siempre estuviese en casa metida conmigo, yo me reía y le respondía que a mí tampoco me gustaba el que últimamente estuviese saliendo con Francisco, el cual era un compañero de trabajo y al parecer estaba enamorado de ella.

Yo me burlaba de el con ella, me reía de lo disparejos que eran, Francisco era un hombre de casi 45 años pequeñito y regordete, eso sí era muy buena gente y se le notaba enamorado de ella ,en cambio Angélica así es el nombre de mi madre, es todo lo contrario, para empezar que en ese momento tenía 38 años y era muy guapa, en ella todo es bello no sé cómo mi padre pudo dejarla siendo tan bella, sus cabellos son ondulados y de color castaño, sus cejas son pobladas y los ojos enormes y bonitos su mirada es penetrante y sensual, la nariz pequeña al igual que la boca, los labios son finos y el tamaño de la boca es pequeña, y de cuerpo es quizá una de las mujeres más bien formadas que conozco, nada que ver con las madres de mis amigos angélica tiene un cuerpo muy contorneado y duro no se le nota barriga ni nada de eso, hay que decir también que le encanta el ir todos los días al gimnasio, por esta razón se mantiene tan bien.

Ella siempre se reía de mis comentarios respecto a Francisco.

"tienes que comprender que algún día tengo que rehacer mi vida, y Francisco es un buen hombre, quizás no es tan guapo ni nada de eso pero tiene un gran corazón" me decía.

Yo me quedaba callado no me gustaba la idea de verla con nadie, en fin prefería no hacerme bolas en la cabeza con esto.

Algunos días Francisco venía a casa a cenar con mama y yo invitaba a Milagros así nos quedábamos conversando después de cenar hasta muy tarde luego mi madre y él se iban al salón a conversar y Mila y yo nos quedábamos en el comedor o íbamos a mi habitación a escuchar un poco de música y si nos daba el tiempo echábamos un polvo para relajarnos e irnos a dormir tranquilos.

Una noche vino Francisco con mi madre a cenar y Milagros no llego pues tenía que estudiar para un examen así que estábamos los tres solos platicando de cosas sin importancia, mi madre estaba bellísima, se había puesto un vestido que le dejaba ver lo bello de su cuerpo, a Francisco se le iban los ojos detrás de ella cada vez que se paraba para servirnos otro plato, a mí esto no me hacía mucha gracia, el ver a este tipo mirándole el culo a mi madre era algo que no me apetecía, así que una vez terminada la cena me disculpe con ellos y me retire a mi habitación .

Me puse a escuchar música y hacer algunos apuntes, no se cuánto tiempo paso lo cierto es que me provoco el ir a tomar agua así que me dirigí a la cocina y al pasar por el salón me quede sorprendido al ver a mi madre recostada sobre Francisco, él estaba echado en el sofá y ella sobre el besándolo, las manos de él estaban acariciando sus nalgas, al parecer estaban tan concentrados en sus caricias que ni se percataron de mi presencia yo no sabía que hacer me quede callado y sin moverme, sin querer repare en lo bello que era el culo de ella, sus nalgas eran redondas y grandes tenían una forma perfecta y las bragas se metían en medio de las nalgas de lo grandes que eran, el muy cabron no dejaba de tocarla, vi como con una de las manos empezó a separar el hilo que se metía en el culo de ella y con la otra mano empezaba a jugar por debajo de las bragas directamente en el ano, ella daba unos gemidos pequeños cada vez que sentía el movimiento de los dedos de él.

Creo que me hubiese quedado así para siempre con tal de verle ese culo tan bello, pero me sentí horrorizado al ver que me estaba excitando viendo cómo se estaban empezando a tratar de follar a mi madre y peor aún el pene lo tenía erecto de ver lo buena que estaba, mi novia no tenía ni punto de comparación con este cuerpo de mujer.

Entre en la cocina y trate de hacer ruido les di unos segundos como para que se arreglen y volví a salir con el vaso lleno de agua en las manos, los vi sentados ella estaba roja de la vergüenza, se daba cuenta que si yo había llegado a la cocina había tenido que pasar por delante de ellos en consecuencia había visto lo que hacían.

"cariño, ven un momento para que te despidas, Francisco ya se va" me dijo nerviosa, él estaba sudando.

"estoy ocupado, adiós Francisco" me despedí así fríamente y de dos zancadas estaba en mi habitación, me eche llave y espere a verlo salir por la ventana, a los minutos salió él y al despedirse la beso en los labios, el estómago se me revolvió, el muy hijo de puta le metía mano a mi madre y yo ni siquiera me había dado cuenta, yo que pensaba que era un tonto y era más listo que cualquiera.

Me contuve para no salir y gritarle a mi madre que no quería verlo por ahí y menos verlo así casi follándola en nuestra casa.

Estaba pensando en eso cuando ella toco a mi puerta "hijo abre que quiero hablar contigo".

"mama vete a dormir estoy muy cansado y quiero descansar" conteste.

Silencio.

Sentí como se alejaba hacia su dormitorio, me dio pena el que se sintiera mal, quería salir abrazarla y decirle cuanto la quería y que la apoyaba en todo pero era imposible, la imagen esa me venía a lamente una y otra vez, recuerdo que me puse casi a llorar y me dormí con la imagen de sus nalgas en mi mente.

A la mañana siguiente me desperté pensando en lo que había pasado y una y otra vez la imagen de las nalgas de mi madre venían a mi mente, no pude más y casi avergonzado me fui al baño y me masturbe pensando en ella, al terminar me sentí mal, era como si todos mis principios se hicieran añicos.

Por la tarde Milagros llego a casa y de inmediato nos metimos en mi cuarto, estuvimos haciendo el amor por varias horas, se me fue el tiempo y sin querer no me di cuenta de que mi madre había llegado, se dirigió a mi habitación seguramente para hablar de la noche anterior y nos vio desnudos en la cama, se puso de muy mal humor y le dijo a Milagros de que se retirara, discutimos y me fui con Milagros a la calle, al regresar me la encontré sentada esperándome para platicar .

"no me gusta que Milagros este metida todo el día en casa, no me importa que tengan relaciones, es más lo veo algo normal ya eres un hombre, pero no quiero que te obsesiones con esta chica" dijo ella.

"y a mí no me gusta el salir de mi cuarto y encontrarte casi desnuda con un tipo que te está tocando las nalgas" le respondí.

Ella se puso roja de la vergüenza "es verdad discúlpame, te prometo que no volverá a pasar, pero quiero que sepas que mi relación con Francisco va a más" contesto.

Me daba pena el estar así con ella así que le di un beso y le pedí disculpas.

"anda vente conmigo a mi cuarto a ver TV, como cuando eras pequeño cuando te de sueño te vas" dijo ella.

Nos fuimos a su habitación, mientras yo buscaba algo que ver ella se metió en el baño y se puso una bata de dormir, llego a mi lado y se recostó, me tomo los cabellos y empezó a hacerme cariño, yo me sentía feliz de estar ahí con ella, siempre que ella me hacía caricias yo me sentía el hijo más querido del mundo.

No sé cuánto tiempo paso pero luego de un buen rato ella se durmió estaba muy cansada por el trabajo, yo me quede viendo un programa, estaba concentrado en la TV, en esos momentos vi cómo se giraba sobre su brazo y me dejaba una linda vista de sus piernas, pues la bata se le había subido casi hasta las nalgas, me quede mirando esa imagen preciosa de mi madre con el culito parado y sus nalgas casi asomando por debajo de la pequeña bata de dormir. No podía soportar tanto con mucho cuidado tome el filo de la bata y lo levante por encima de sus nalgas, el pene se me puso como una piedra al contemplar semejante espectáculo, era el culo más divino que había visto hasta ahora, el tamaño la forma y lo perfecto de sus curvas hacían que mi erección cada vez fuese mayor.

Me quede mucho tempo mirándole las nalgas no me atrevía a nada más, quizás si sentía un roce o algo se hubiese enfadado así que solo me quedaba mirar, apague la TV con cuidado y me fui al baño a masturbarme, al terminar la leche me salía a borbotones de la tremenda excitación que tena, en la noche no podía dormir y me levante una vez más para volver a masturbarme, me quede asustado de mí mismo me estaba convirtiendo en un pajero, y lo peor que las pajas me las hacía con mi propia madre.

La noche siguiente no salí de casa estaba esperándola a que llegar para irme a ver TV con ella y esperar a que se durmiera para disfrutar del espectáculo, pasaron las horas y no llegaba, por fin casi a las 1am apareció un poco bebida en compañía de Francisco, me di cuenta que el muy cabron pensaba quedarse a dormir con ella así que sin dudarlo le dije "gracias Francisco no te preocupes por ella yo me ocupo de acostarla" vi que él se sentía decepcionado, seguro de que se había imaginado haciéndolo con ella y yo le estaba jodiendo el plan, por fin se fue y la tome de la cintura.

"Vamos que te voy a acostar está bastante mareada" le dije.

"discúlpame por favor te prometo no beber más, es que Francisco me invito unas copas y se me paso la mano" me contesto.

La mire, esta bellísima, como siempre, tenía una cara de ángel y sus formas eran para volver loco a cualquiera, llegamos a su habitación y le puse la bata encima de la cama, "voltéate un momento que me voy a desnudar" me dijo en medio de su borrachera, yo me di la vuelta pero en frente mío estaba el espejo del tocador con lo cual la imagen era perfecta ella con un poco de dificultad se sacó la ropa y se quedó desnuda, por primera vez en muchos años vi sus senos eran hermosas, los pezones eran de un marrón claro y terminaban en una especie de botón, la forma era como las de una pera, muy puntiagudas y firmes, es más al quitarse el sujetador sus senos apenas se movieron eran duros y firmes, no tardo en ponerse la bata, "ya puedes voltear” me dijo al mismo tiempo que se echaba en la cama.

Solo me quedaba esperar, esta noche sería mejor pues al estar mareada no se había percatado que no tenía puesta la ropa interior, no paso mucho tiempo pero a mí me pareció una eternidad, por fin se durmió, esa noche era mi oportunidad de mirar en lo más recóndito de ese majestuoso cuerpo, lentamente y con mucho cuidado subí la bata hasta la cintura, ella estaba echada de costado así que el culo estaba justo en una posición como para comérselo ,acerque mi cara a sus nalgas y con mucho miedo y excitación le di un beso, ella no sentía nada, con cuidado y usando las dos manos separe sus nalgas solo lo necesario para verle el ano. Era un huequito precioso cerradito y pequeño, la arrechura que tenía en esos momentos me hacía hacer cosas arriesgadas.

Tenía las dos manos separando sus nalgas y acerque mi lengua hasta tocarle el ano con ella, solo fue un toque pequeño pero suficiente para sentir ese precioso hueco que tenía en medio de esas nalgotas, una y otra vez hacia lo mismo, en un momento me agache un poco más y vi la rajita de su vagina solo se notaba la parte de abajo, se había depilado y se notaba lo rosadita que era esa cosita tan rica, otra vez mi lengua se encargó de saborear sus jugos, yo estaba a mil, cada minuto que pasaba me atrevía a más cosas, la excitación llego a su punto máximo al sacarme la polla y comenzar a tocarme mientras con la otra mano acariciaba las nalgas de ella.

Me anime a poner la punta de mi polla en la entrada del culo, le frote un poquito y la lubrique por la cantidad de líquido que botaba de la polla, ella solo hacía de vez en cuando algún movimiento pero nada más estaba tan borracha que si la hubiese penetrado no lo hubiera sentido.

Después de mucho rato, decidí retirarme a hacerme una paja, no quería que se despertase, y esto si bien era casi imposible, podría pasar porque dada mi arrechura cada vez tocaba con más fuerza sus partes íntimas. Me fui a mi habitación y después de auto complacerme me dormí.

Me levante al sentir la presencia de ella en mi habitación, seria las 10am, estaba recién levantada, vino a mi cama y se arrimó a mí, mi cama es pequeña y esto nos obligaba a estar pegados el uno al otro, me puse de costado y ella llego y se echó a mi lado dándome la espalda, puso directamente sus nalgas contra mi verga, me quede quieto, no quería pensar en qué pasaría si ella sintiese mi erección, ella se quedó ahí a mi lado hasta que comenzó a hablar.

"sabes una cosa, ayer no estaba tan borracha como parecía, y sentí todas las cosas que hacías, quiero que ahora lo vuelvas a hacer"

Me quede mudo, no sabía que decir, no pensé nunca que pudiese sentir todo lo que le había hecho pensando en su borrachera.

"porque no dijiste nada" pregunte con la voz muy baja.

"porque quería ver hasta donde llegabas y después aunque me moría porque siguieras me sentía mal de hacerlo, esta mañana me desperté pensando en tu lengua pasando por mi vagina y no quiero quedarme con las ganas" contesto.

Se sentó un poco y se quitó la bata, ahora estaba ahí delante mío sin nada de ropa, la mire, no podía creer que en mi cama tenia semejante hembra a mi disposición, la bese, sentía su pequeña lengua dentro de la boca, era sabrosísima, tan sabrosa como su vagina, la bese largamente, con pasión con deseo, ella no dejaba de hacerlo y sentía su cuerpo con las tetas totalmente duras encima de mi camiseta, mis manos bajaron hasta sus nalgas y comenzaron a masajear ese tremendo culo, mientras no dejaba de lamerle la lengua, chupar sus labios era lo más perfecto que podía hacerse.

"quítate la ropa, quiero verte desnudo" me suplico.

Me quite todo y mi pene se mostró totalmente erecto, se agacho hasta el y comenzó a metérselo en la boca, me dio una chupada riquísima, hasta ahora nunca nadie me lo ha chupado de esa manera, no dejo ninguna parte sin pasarle la lengua, mientras me lo chupaba con sus manos estiraba mis huevos hacia abajo y luego pasaba la lengua sobre estos, por momentos se los metía en la boca y tiraba hacia abajo, que rico me sentía en las nubes, la tome de los cabellos y la recosté en la cama ahora quería se yo el que disfrutase de su sexo, levanto un poco las piernas y metí la cara ahí en su vagina, era sabrosísima, y preciosa tan pequeña que no s podía abrir mucho, la lengua entraba y salía de ahí, de vez en cuando estiraba la lengua un poco más hasta llegar a su ano para luego regresar a la vagina, al poco de estar saboreando sus jugos sentí como se corría, me tomo de los cabellos y me hundió en su sexo, casi no podía respirar, solo podía chuparle ese hueco tan sabroso.

Luego de terminar se quedó con los ojos cerrados acariciando mis cabellos, subí por su cuerpo hasta sus senos los bese, los pezones continuaban duros los mordí y comencé a acomodar mi polla en medio de las piernas, abrió los ojos y me miro con amor me agarro por la cintura y comenzó a empujarme hacia ella, mi pene no lograba abrirse campo dentro de ella, la vagina era pequeña y aunque no me lo hubiese imaginado hacia mucho que no la follaban, me dijo que Francisco no lo había hecho y que la vez que los sorprendí era lo más cerca que estuvo de hacerlo con él, me alegre de haberlo hecho, ahora esa cosita rica que tenía entre las piernas seria solo para mí.

Empuje una vez más y la penetre, echo la cabeza hacia atrás y grito de placer, yo metí mi cara entre sus senos y también gemí de placer era la concha más caliente que me había comido, parecía que tenía fuego ahí adentro, además las paredes de la vagina se amoldaron a mi pene totalmente, cada movimiento mío encontraba un gemido como respuesta, esta situación comenzó a calentarme más aun, el escuchar a una hembra gritando al ser penetrada es una de las cosas que más me excitan.

Le hice el amor durante mucho tiempo, además la cama pequeña no nos dejaba mucho espacio para movernos, solo podíamos estar uno encima del otro, y yo lo aprovechaba al máximo, le di una tremenda follada, por momentos sentía que la leche se me salía, la retiraba y volvía a empezar, no quería terminar hubiese querido estar así para siempre, "espera déjame que mede la vuelta quiero que me comas por el culo" me dijo sin pudor.

Ante mis ojos quedaron esas nalgas que me volvían loco, las bese las lamí le metí otra vez la lengua en el ano y me dispuse a penetrarla, se la puse en la puerta del culo y presione mi glande hasta que logre meterlo, al entrar ella metió la cabeza en la almohada y dejo escapar un grito de dolor, eso me termino de arrechar, me volví loco, me coloque mejor y sin más se la metí toda, otro grito, y yo peor aún más fuerte y más seguido, ella ya no paraba de gritar de placer ,y de dolor, le estaba prácticamente desflorando por segunda vez, después me dijo que desde que se separó de mi padre nunca nadie más se la había metido por ahí, el saber que solo mi padre y yo habíamos compartido ese culito me alegro, al fin y al cabo el culito ese era demasiado bueno como para que se lo como un extraño.

Después de metérsela repetidamente por detrás termine de una forma salvaje dentro de ella, ella se quedó quieta ahí debajo mío, le bese la espalda y me puse a su lado la abrace, la leche empezó a salir por sus nalgas, a mí eso no me importaba, ella se quedó quieta ahí, "vamos a dormir un poquito, estoy muy cansada, me has hecho polvo" dijo cerrando sus bellos ojos, yo la rodee con mis brazos puse mis manos en sus enormes senos y me quede ahí con la polla en medio de sus nalgas vigilando su sueño.

Desde ese día Francisco dejo de venir por casa y a Milagros comencé a evitarla, no me podía permitir la posibilidad de perder a mi nuevo amor, además mama es muy celosa y no quiere que salga con nadie, cada día hacemos el amor y espero que sea por mucho tiempo.

(9,58)