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Una noche loca

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Hola, mi nombre es Carolina y aprovecharé la cuenta de mi primo Francis para contar lo que me ocurrió recién el sábado pasado, debo aclarar que ocupo esta cuenta solo por petición de mi primo y que gracias a esta historia él se llevó una buen mamada.

Muy pronto creare mi cuenta personal.

El sábado pasado me llamo Luisa para invitarme a una disco en el barrio Bellavista, acordamos juntarnos en su casa a eso de las 10 de la noche para tomar algo y salir “Prendidas” a la disco pasado la media noche.

Desde hace más de un año que no iba a una disco y la idea me entusiasmo, me di un largo baño y me tome el tiempo de escoger la ropa que usaría esa noche, busque una polera ajustada con tirantes, corta y bien escotada, unos jeans azules ajustados que levantaban y marcaban bien la forma de mi cuerpo, una chaquetita de cuero negra y unos zapatos de tacón, busque unos calzones pequeños que no se marcaran en el pantalón y no me puse sostén, me maquille y cerca de las nueve treinta llame a mi novio para decirle que saldría esta noche con Luisa, que regresaría cerca de las tres y me quedaría con él en su casa, con el tenemos mucha confianza, Matías me dijo que se quedaría en su casa bebiendo cervezas con sus amigos viendo futbol, le dije que lo amaba y la llamada se cortó. Me mire en el espejo, me veía realmente atractiva, el maquillaje resaltaba mi mirada y el grosor de mis labios, el escote dejaba gran parte de mis pechos a la vista y los jeans resaltaban la forma redonda de mi culo.

Cuando llegue a casa de mi amiga, ella estaba con sus hermanos bebiendo cervezas y conversando, los salude y me senté junto a Mauricio, él es el mayor, de unos 30 años, Luisa y yo tenemos 22 años y somos amigas desde la escuela, estuvimos bebiendo y conversando hasta cerca de las medianoche y Mauricio se ofreció a llevarnos en su auto, Luisa me prometió que el lugar al que íbamos me encantaría, y si no nos vamos a otro, le dije.

Nos despedimos de Mauricio y entramos en un local de salsa cubana, había un escenario en el centro y estaba rodeado por mesas, había un pequeño y vacío segundo piso, a la derecha de la entrada había una barra y lo que pagamos de acceso nos daba derecho a un trago, nos sentamos cerca de la barra en una mesa pegada al escenario, había música ambiente y poco a poco se iba llenando el local, el ambiente se veía bueno y tranquilo, pedimos unos tragos y conversamos, en un momento se apagaron las luces y apareció un hombre en el centro del escenario, presento a un grupo de bailarines y comenzó el espectáculo.

Mientras se desarrollaba el show, mi amiga y yo pedimos más tragos, el pisco sour estaba delicioso, luego de terminado el show pusieron música y la gente se fue al escenario que quedaba como pista de baile, Luisa me tomo de la mano y nos fuimos a bailar, se acercaron dos hombres y nos sacaron a bailar, el que bailaba conmigo era alto, usaba una frondosa barba y bailaba muy bien, era un hombre de unos treinta años, bastante atractivo, estuvimos bailando cerca de media hora y le pedí descansar un momento, regrese a la mesa y  me bebí el pisco sour, en seguida pedí otro y volví a la pista de baile, ese hombre bailaba muy bien y no quería dejar de bailar con él, mientras bailábamos hablamos muy poco, luego me invito a tomar otro trago para poder conversar, tome otro pisco sour con Felipe en la barra, me conto que era separado hace poco y que desde mucho no bailaba tanto, me pregunto si tenía novio y la respuesta que le di me sorprendió a mí misma – Así como me vez, así estoy, soltera –le dije sonriendo, sin darme cuenta le estaba coqueteando, el alcohol estaba haciendo efecto, pensé, busque a Luisa y estaba bailando con el amigo de Felipe mientras yo conversaba  con él, note que Felipe miraba mi escote, mis pechos son grandes y firmes y a cualquier hombre le cuesta no mirarme cuando me pongo ropa tan escotada como esa noche, lo invite a bailar, en ese momento sonaba una salsa suave y lenta, bailamos muy abrazados, mire a mi amiga y estaba en un rincón del salón besándose con el amigo de Felipe, en ese momento lo mire a los ojos y él me beso, me deje llevar y nos besamos mientras bailamos, cambio la música por una más movida, pero nosotros no nos despegábamos, seguíamos abrazados besándonos, de pronto el me tomo de la mano y me llevo al segundo piso y nos sentamos en la última mesa del rincón más alejado, había solo una pareja en una mesa al otro extremo, nos besábamos con pasión, yo a esa altura de la situación estaba muy excitada y no pensaba en lo que hacía, no culpo al alcohol de lo que sucedió luego, pero sin duda aporto al comportamiento que tuve la noche del sábado que recién paso, Felipe besaba mi cuello y una de sus manos subió hasta uno de mis senos mientras su boca bajaba por mi cuello, baje los tirantes de mi polera y mis pechos quedaron desnudos y Felipe los recorría con su boca besándolos y acariciándolos deliciosamente, yo le acariciaba los cabellos, estaba entregada al placer de sus caricias en mis pechos, una de sus manos bajo y se metió entre mis piernas, acariciaba suavemente mi vagina por encima de mis jeans, yo  gemía con sus caricias, sentía como me mojaba cada vez más y deseaba quitarme los pantalones y sentir sus manos en mi piel, lo bese nuevamente en la boca y mi mano busco casi por instinto la entrepierna Felipe, pude sentir la dureza de su pene por encima de sus jeans, lo acaricie un momento por encima del pantalón mientras nos besábamos, el siguió acariciando mis pechos con su boca, intente bajar la cremallera de su pantalón para liberar a su miembro del encierro de sus pantalones, solté el cinturón y abrí su pantalón, metí mi mano  bajo su bóxer y toque su duro miembro, lo libere de su encierro y se asomó al exterior, erguido apuntando hacia el cielo, duro y caliente, empecé a acariciarlo y a masturbarlo mientras el acariciaba mis senos y manoseaba mi culo, estaba de rodillas en la silla frente a él, con los pechos al aire y acariciando su pene, que no era tan grueso pero si largo, de unos 19 centímetros, su base  y sus testículos cubiertos por abundante vello púbico, mi mano subía y bajaba por su duro falo mojándose con sus fluidos, mire su glande rojo e hinchado, pidiéndome a gritos una caricia, un beso de mis labios, me arrodille bajo la mesa y le di un suave beso en la punta de su glande, mientras lo masturbaba busque sus testículos y los acaricie con mi lengua, recorrí todo su largo tronco con mi lengua hasta la cima de su glande, lo abrace con mis labios y poco apoco lo introduje en mi boca para acariciarlo suavemente con mi legua en forma de círculos, saque su pene de mi boca y pase suavemente mi lengua por su roja cabeza, luego abrí mi boca y metí su pene hasta mi garganta, mi boca subía y bajaba por su falo, los movimientos de sus caderas iban al ritmo de la mamada, mientras me tragaba su duro miembro lo miraba a los ojos, su mirada, la expresión de su rostro me decía lo mucho que disfrutaba con mi boca tanto como yo disfrutaba de su duro tronco, sus gemidos eran más fuertes y sus caderas comenzaron a moverse más rápido, su pene entraba y salía de mi boca con más fuerza y velocidad, Felipe se estaba cogiendo mi boca y eso me excitaba más y más, metí mi mano bajo mi pantalón y empecé a acariciar mi vagina, estaba mojada, mis dedos jugaban con mi clítoris mientras la dura herramienta de Felipe entraba hasta mi garganta, los jadeos de él se hicieron más intensos, sus piernas empezaron a ponerse rígidas, en ese momento supe que acabaría en mi boca, como deseaba tener su semen en mi boca, me encanta el semen, concentre mi lengua en su glande mientras masturbaba su tronco con mi mano derecha y con la izquierda me masturbaba yo, tardo solo unos segundos más y se derramo en mi boca llenándola por completo con su espeso y caliente líquido, tres, cuatro chorros de su semen, me trague hasta la última gota y se lo chupe hasta dejarlo limpio, luego nos besamos y nos quedamos abrazados durante un rato, la vibración de mi teléfono me devolvió al mundo real, era Luisa que me llamaba, ya debíamos irnos, Mauricio nos esperaba fuera del local, me despedí de Felipe con un apasionado beso, el anoto mi número de teléfono y quedo de llamarme para volver a vernos.

El hermano de Luisa me dejo en casa de Matías cerca de las tres de la madrugada, el me esperaba sentado en su sofá, compartimos una cerveza y nos fuimos a la cama, hicimos varias veces el amor antes de dormirnos, gracias a eso me quite la calentura. Antes de dormirme pensé que mi amiga tenía toda la razón, el lugar al que me llevo me encanto.

Hoy me llamo Felipe y me invito a salir este viernes por la noche, le dije que me llevara a un motel, la verdad ya quiero que llegue el viernes para cogérmelo y disfrutar nuevamente de su pene, pero esta vez por todos lados, no solo por mi boca.

La próxima semana les cuento como estuvo,

Un beso bien rico donde ustedes quieran.

Carolina

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