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El Sexólogo

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Las cosas no iban bien, nuestra relación estaba fría… el casi ausente, ya no sabía qué hacer, me sentía sola y vulnerable, es por eso que decidí buscar ayuda profesional, y acudimos a un sexólogo, cuando llegamos nos preguntó mil cosas, y nos dejó hablar, hace mucho que no hablábamos de sexo, mi mente rápidamente voló y no me di cuenta que ya me estaba calentando, el sexólogo seguía con su relato y yo lo empecé a ver ya de otra forma….

Hasta que dijo algo que realmente llamo mi atención, una terapia alternativa que él estaba experimentando con algunas parejas, creo que a mi marido también le llamo la atención, por lo que decidimos empezar con ella para salvar nuestra relación, el doctor nos dio una tarjeta solo con una dirección, y no nos explicó nada más. Nos dijo que lo mejor era que no supiéramos ningún detalle para que la experiencia esté libre de prejuicios. Esa noche no cruzamos palabras sobre el tema, pero al día siguiente fuimos a la dirección señalada y al entrar lo primero que llamo nuestra atención fue la decoración, paredes de terciopelo o algo así en color rojo con siluetas de parejas teniendo sexo. Al llegar nos recibió una mujer de cuerpo perfecto con un diminuto traje de mucama que recibió nuestras pertenencias y nos entregó dos trajes. Era más bien una ropa interior erótica, entramos a una sala distinta cada uno y nos cambiamos. Luego de eso nos reunimos en una tercera sala con una pareja que estaba vestida con trajes muy similares, ellos nos hablaron que eran pacientes hace mucho tiempo de nuestro sexólogo y que gracias a él tenían una hermosa familia y los problemas se habían ido, claro nos advirtieron que esta terapia es alternativa y que se encontraba fuera de todo lo conocido medicamente, pero que a ellos y muchas otras parejas les funciono y así sin más detalles nos preguntaron si estábamos dispuestos a continuar… nosotros nos miramos, al ver esa curiosidad en los ojos de él y pensar en mi propio deseo decidimos hacerlo,

La parejas saco de un cajón dos carpetas, en ambas habían contratos de confidencialidad, pero eso no fue lo que llamo mi atención. Fue una frase, que decía: “ACEPTAS ENTRAR AL MUNDO DEL PLACER MAS PROHIBIDO”, fue lo que me hizo firmar definitivamente, creo que a mi marido le sucedió lo mismo.

Una vez firmado nos llevaron a un gran salón llenos de cadenas y maquinas que yo no había visto antes. Ellos nos acompañaron en todo momento, ese salón tenía muchas puertas y de todas ella empezaron a salir parejas, todos con atuendos similares. La escena era muy caliente y sentí la cálida mano de mi marido tocar mis glúteos, también él estaba excitado, sentí su agitada respiración mirando este erótico cuadro.

Contemplábamos esto, cuando la pareja que nos recibió nos invitó a un bar y nos ofreció un trago, yo acepte enseguida, la verdad lo necesitaba, lo pedí con mucho hielo, el hombre me miro y sonrió con una picara mirada que me hizo erotizar hasta endurecer mis pezones, se acercó a mí y me pregunto si me gustaba jugar con hielo. Yo aun sin comprender mucho le dije que no entendía su pregunta, él sonrió, tomo mi mano y me condujo hacia un lado, a una banca acolchada con una suave tela aterciopelada roja, mire a mi marido y el solo observaba esta situación como si esperara algo. La mujer estaba a su lado y vi como su mano se acercó lentamente al pene de mi hombre y yo solo me sentí excitada, sabía que él me miraba a mí, pero ella estimulaba su físico.

En ese minuto sentí en mi cuerpo un frio muy excitante y era él, el tipo que nos recibió, pasando suavemente un hielo por mi pecho, mi cuerpo estaba tan caliente que el hielo rápidamente se empezó a derretir y el agua corría por mis formas lentamente, en ese momento el hombre acercó su lengua a mis pechos y seco las gotas de agua, volví a mirar a mi marido y él estaba mirándome fijamente mientas ella se arrodillaba frente a él y empezaba a lamer su pene… sus ojos fijos en mi me excitaban aún más…

Era increíble ver todo el deseo que salía por sus ojos, fue en ese momento en el que el hombre me saco el traje y quede desnuda y expuesta a todas esas parejas, cuando esto paso sentí las miradas de todos ellos… ufff… eso me calentó más aun y fue automático, ellos se acercaron a mí y me empezaron a tocar… ooohhh… tantas manos, tantos hombres, rápidamente me humedecí… que calentura… que excitación… que riiiicooooo…. Sentí su lenguas por mi cuerpo… su dedos… su respiración excitada, su penes se erectaban al verme retorcer de placer… y él, mi marido, se acercó lentamente… como esperando mi autorización… tenía su pene en la mano como nunca lo había visto, grande, enormeee…. Duro… oooooohhhhhhhh…. Que placer verlo… Llegó frente a mí y me miró fijamente, sonrió y empezó a masturbarse al mirar como otros lamian mi húmeda e hinchada concha…. Yo lo veía y sentía lenguas entrando en mí y lamiendo mi clítoris... manos tocando mis senos y dedos buscando entre mis nalgas para estimular todo mi ser…. Como podía sentir tanto placer… no lo sé… ya estaba por reventar y el también… en ese minuto él quiso meter ese enorme pene en mi… me tomo en sus brazos y lo introdujo…. Ooohhh… que rico se sentía…. el tipo que nos recibió se acercó por mi espalda y me penetro… oooohhhhhh… un exquisito dolor y placer… mi marido de frente y el por detrás… que ricooo se sentía… ya no daba más… sentí que venía un orgasmo… era el más increíble de todos los que había tenido en mi vida…. Ooohhh… fue delicioso… y aún faltaban ellos…

Veía a mucho hombres masturbarse y querer terminar en mi… las mujeres también miraban excitadas, tocándose y lamiéndose entre ellas con desesperación… sabía que mi experiencia las calentaba tanto como a mi… que escena era esa que rico era todo. Ahí sentí que mi marido iba a reventar y solo quería que me lanzara su semen en mis pechos, me soltó sobre la banca roja y vi como todos se acercaban a mí con deseos de lanzarme sus jugos… Las mujeres tan calientes como yo se acercaron para recibir algo de esa lluvia de semen caliente que empezó a caer… Ooohhh… todas disfrutamos mucho…. De pronto vi a lo lejos un rostro conocido observando todo… sonriendo con mucho placer… era el sexólogo… el solo quería mirar… eso le gustaba…

Y desde ese día… no hubo semana que no fuéramos a nuestro tratamiento… Somos una pareja feliz, agradecida y muy generosa con los amigos.

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