Tienes un aire bravío pero aun así me dejo llevar y arrastrar por tu grandeza de placer infinita.
Tienes esas olas que cuando me acuesto en la arena esperando tu visita, siento como esas oleadas y oleadas tuyas desean entrar en mi cuevita húmeda y me retuerzo, me producen unos pequeños gemidos de lujuriosa felicidad al saber que vienes a envolverme.
Recorres mi cuerpo, todo mi ser
Mis pechos, mi estómago, mi cuevita que está muy ansiosa de recibirte.
Así eres vienes y vas.
Vas y vienes.
El mar una visita infinita y me llena de placer al recibirte una vez más.