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Mi regalo de navidad: Jadoy me invitó a su casa y nos entregamos al amor sublime

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Era la víspera de la navidad del 2016 y arribé a Madrid al aeropuerto por la tarde-noche. Tomo un taxi y le digo la dirección al taxista; llego a un bonito barrio de Madrid y el chofer detiene su auto, me indica que llegamos a la dirección que me dio Jadoy. Le pago el servicio y me dirijo a la casa de mi amigo virtual donde toco la puerta; mi corazón se acelera, pues tengo muchos días esperando esa cita con mi destino. Me arreglé lo mejor que pude y mi aroma es a durazno, un perfume que a mí me encanta y espero que a Jadoy también.

Se abre la puerta y siento que me pongo lívido, me da miedito que al verme le cause repulsión y me rechace; ¡qué ansiedaaaaad! Se asoma un hombre sonriente y afable, me gusta, se me acabaron los nervios, me siento en confianza... es un amor de hombre.

-¿Tú eres la nena Toshkita de cuentorelatos.com?- me mira lindooooo.

-Sí, ¿eres tú el hombre que me hace sentir mujer con sus bellas palabras?-

-A tus órdenes, muñeca- me extiende su mano y me guiña un ojo.

Lo saludo y siento que una emocionante descarga eléctrica nace en mi mano y me sacude lentamente por todo mi cuerpo, no quiero soltarlo, me hechiza, me extasía... lo adoro.

-Gracias, Jad- sonrío de oreja a oreja.

Lleva mi mano a su boca y me la besa tiernamente... ¡no puedo creerlooooo!; lo miro como se mira a un dios... es un dios.

-Adelante, nena- me da paso a su casa.

-Gracias, Jad; con permisito- me quito el saco y veo su sala, muy bonita, con adornos exquisitos.

Me pide el saco y lo cuelga en el perchero mientras camino hacia el interior, todavía si creer que estoy con él. Siento una intensa mirada en mi trasero; es que me vestí con un pantalón algo ajustado que muestra mis glúteos y mis caderas dejando poco a la imaginación de un hombre que conoce mucho de eso. Me detengo y Jad me alcanza, tomándome de la cintura con delicadeza me invita a seguir rumbo a un hermoso sofá de fina tela color blanco hueso. Como no queriendo recuesto mi cabeza en su hombro.

-Siéntete en tu casa Toshkita, por esta noche es toda tuya-

-Ay que amable, eres; llegué a creer que tu caballerosidad virtual era solo una pantalla-

-No, soy como soy, siempre- Me ofreció asiento en el sofá con un ademán.

-¿Gustas alguna bebida? tengo jerez, vinito, cerveza-

-Lo que tú vayas a beber, por favor- me siento y lo veo partir. Camina muy seguro, viste sobriamente sin ser ropa para algún evento especial... me gusta más... me muerdo el labio inferior -papacitooo- pienso.

Un minutito después reaparece con 2 copas de vino tinto, avanza hacia mi con su gran sonrisa contagiosa. No puedo hacer otra cosa que verlo con ojos de amor. Me ofrece una copa y se siento junto a mí... muy cerca... mi respiración se acelera... mi corazón se hincha de felicidad.

-¿Brindamos, princesa?- pasa un brazo sobre mis hombros... me siento mujer... un gran hombre me está conquistando, la copa tiembla en mi mano.

-Sip, brindo por conocerte, guapo- agarro valor y lo miro a los ojos.

-Yo brindo por esta noche que estará llena de amor y de pasión- me mira intensamente, sus ojos muestran libido contenida. Se acaba mi valentía... me sonrojo y bajo la mirada.

-Me encanta tu rubor, Toshkita, pareces una quinceañera en su primera cita- así me siento, una niña conviviendo con un hombre muy de mundo y experimentado.

-¿Chocamos copas, linda?- lo hacemos y damos un traguito al vino

Platicamos, nos hacemos preguntas; cosas interesantes, banales... tomamos copa tras copa... 3... deja su copa en la mesita de centro... quita la mía y hace lo mismo. Pone su mano en mi pierna y acerca su cara a la mía... mi corazón a mil... mi piel erizada... me toma de una mejilla y planta un beso delicado como si temiera romperme, cierro los ojos y mis labios se deleitan con los suyos. Dulcemente mueve su mano hacia mi cuello acariciando con la yema de sus dedos, mientras sus labios se pegan más a los míos; abro mi boca un poco gozando el sabor de sus labios, siento su respiración cálida... besos y más besos, su boca mueve mis labios a su gusto. Se separa y me mira muy de cerca, medio abro mis ojos extasiado.

-Sabes deliciosa, nenita; y me fascina tu perfume-

Mis manos, antes quietas, una toma uno de sus brazos y la otra se mueve a su vientre pasando por su pierna. Mi Jad lanza un gemidito y cierra los ojos cuando mi mano llega a donde se esconde un paquete de carne de macho ya muy voluminoso y endurecido. Lo acaricio sobándolo suavemente... mi macho abre los labios y jadea... yo aprovecho y me lanzo a tapar su antojable boca con la mía. Le estrujo su verga y literalmente, me como sus labios deliciosos. Mi culo muestra señales de necesidad, y late al ritmo de mi corazón... se dilata.

Mi hombre me separa con delicadeza y me quita hábilmente la playera, ¿un segundo?, a mí me pareció. Se subió en mis piernas y me tomó a besos, los labios, las mejillas, el cuello... -Oooooooh- mi macho pasando apenas sus dedos por mis hombros... mi piel erizada... mis manos acariciando su cabello.  Jad se hinca en el piso y me jala hacia sí... su mirada lujuriosa y la mía libidinosa se cruzan.

No tengo pelo en pecho ni en muslos; solo en la parte baja de mis piernas, pero en esa ocasión me depilé lo que tenía. Mi piel es suave, me lo dicen los hombres que la han tocado.

-Que hermosas tetillas, muñeca; parecen de hembra- me ataca los pezones con furor, besando, lengûeteando, mordizcando.

-Ooooooooohhhhhhhhhh- mis pezones se llenan de placer, me arqueo, me muevo como culebrita -¡amooooooorrrr!... ¡cielo míooooo!-

Mis dedos se hunden en su cabello y jalo a mi macho hacia mí, quedando recostado en el respaldo del sofá, mi Jad baja por mi estómago comiéndome ansiosamente cada milímetro de piel -¡aaaaaaaggggggggg!- mi cuerpo se mueve sensual. Jadoy me desabrocha el pantalón y trata de bajármelo. Es difícil, tiene unos botones entramados.

Mi Jad se levanta y me ofrece su mano, me levanto y me indica una puerta con persiana; quiero caminar y mis piernas no obedecen, estoy en éxtasis sexual. Mi Jad me abraza por atrás y me ayuda a caminar... siento su verga acariciar mis nalgas en ese tramo. Atravesando a la puerta levanto mi trasero y lo muevo con contoneos y hacia atrás y adelante... mi hombre no resiste y me culea a través de nuestras ropas, su verga me raspa el trasero y nos movemos en una danza de sexo puro.

Mi macho me lleva a empujones hacia la cama y me pide desnudarme todo, ahí lo hago y me quedo quieto; escucho que él se quita la ropa también.

Me pide que ponga las manos en la cama y lo hago, quedando con las nalgas levantadas... -¡que nalgaaaaasss princesssss!- me estruja los glúteos y se arrodilla... me las separa con sus manos y me da largas y extasiantes lengüetadas -¡mmmmmaaaaahhhh!... ¡macho míoooooo!-.

Frente a mi hay un espejo y veo cómo se me desfigura la cara con cada pase de lengua por toda mi rajada; deja de lengüetearme pero me come las nalgas con desesperación. Se oyen chasquidos y chupeteadas... mi Jad se levanta y me pide que me siente en la cama; lo hago y clavo la mirada en su verga, que erectísima, apunta hacia mí y late como si tuviera corazón propio. Se acerca a mi... mi boca se prende de ese bello montón de carne y nervios tan masculinos... -¡shurpp! ¡gglllbbb! ¡mmffff!- que cosa tan más sabrosaaaaaaaa.

-¡Oooh nenaaaaa! ¡asíiiii!- Jad me toma la cabeza y hunde toda su verga hasta donde cabe... me ahoga, no importa, me aguanto... 1, 2, 5 10, 20 segundos… me aguanto... 30 segundos... ¡me ahogooooo!... justo a tiempo mi Jad saca su deliciosa macana. Me da un acceso de tos y expulso lechita clara de macho mezclada con mi saliva.

-Dame tus nalgas, princesa; mi verga necesita explotar en tu culo- mi macho súper excitado saca un condón de un buró y me lo entrega. Rápidamente lo extraigo y se lo coloco con más lujuria que amor, yo también estoy desesperado por recibir su macana dentro de mí. Me acuesto boca abajo en la cama y más que pronto se acomoda mi hombre sobre mí; toma su monda y la coloca entre mis nalgas, creí que me dejaría ir su miembro de un empujón pero al contrario, me tomó de los hombros y poco a poco presionó hacia abajo... lentamente entró en mis intestinos su carne dura y caliente.

-¡Aaaaaoooooggggghhhh!- cuanto gozooooo

-¡Nenitaa míaaaaa! ¡ooooooohhhh!-

Llega hasta donde topa su bajo vientre con mis nalgas e inicia la danza del placer

-Muñequita preciosa, me encantaaaaassss-

-Mi cieloooo... mi amoooorrr-

Su verga entrando y saliendo... sus manos en mis hombros... la piel de su tronco acariciando y presionando mi espalda... su respiración ardiente en mi nuca; me llegó un dulce orgasmo que me hizo languidecer brevemente. Mi Jad aumentó la rapidez de las cogidas y de nuevo mi gozo se prendió, me moví sensualmente bajo mi macho y eso le encantó a mi sensacional amante.

-Así, putita preciosa... asíiiii-

-Sí, mi amo, como digas-

Mi Jad dejó de moverse y permitió que yo moviera su verga con mis aputados movimientos... la puntilla para que mi macho explotara dentro de mí. Me arrequintó su durísima verga y me aplastó con su cuerpo quemante causándome dificultad para respirar... no importa, mi macho tiene que ser totalmente satisfecho.

Fuertes borbollones de esperma fueron expulsados a gran velocidad con cientos de eyaculaciones mientras mi Jad rugía como un rey león sobre una de sus leonas -graaaaaaaarrrrrrr-

Sentí como toda su leche caliente se fue infiltrando en mis entrañas que mi recto succionaba para que llegaran muy profundamente en mi ser. Mis ojos en blanco, mis babas fluyendo, mis jadeos difíciles, mi macho dentro de mí... mi fantasía hecha realidad.

Mi Jad... ¡me siguió conquistando!

-No quiero sacarte la verga, nalgona. Así quiero estar para siempre. Eres una real hembra, me has dejado conmocionado y totalmente satisfecho con tu entrega-

-Mmmmmggg... qué bueno mi amor, tu eres un macho extraordinario y me llevaste al extremo de la lujuria y del amor, la verdad nunca pensé que llegaría a ser tuyita... gracias de todo corazón por hacerme sentir tan mujer-

-Eso es lo que eres, una mujer completa en un cuerpo equivocado; aun así, eres capaz de satisfacer los deseos de cualquier hombre-

-Hermosoooooo... te amo, Jadoy... mjmmmm, que rico siento estando protegido bajo tu cuerpo divino-

-Tu piel, muñeca... tu piel es muy finita, como de niña... y tus preciosas, deliciosas y abultadas nalgas... eres un todo un bombón, Toshkita mía-

Empecé a lagrimar de alegría

-No llores, princesa ¿a poco te arrepientes?-

-No, mi cielo, son lágrimas de felicidad-

Mi Jad se acostó de lado sin sacar su monda de mí, me abrazó y así seguimos entre arrumacos y caricias; su verga no perdía volumen, me tenía bien empotrado el culo. Nos fuimos quedando dormiditos y nos despertó un rayo de sol por la ventana de su recámara; ¡su verga seguía erecta y caliente! Mi amante precioso se movió quedando sobre mi otra vez y de nuevo me hizo "víctima" de sus penetraciones mientras me decía palabras de amor; yo lo escuchaba anonadado y "sufriendo" de cada metida que me llegaba hasta el fondo, acariciando mis dentros y estremeciéndome hasta el éxtasis.

-Ya vienen otros chorros de lechita, princesaaaaa-

-Siiiiiii, lléname de nuevo, papacitoooo- Mi hombre coloca su mejilla pegada a la mía y me aprieta contra su cuerpo

Otro montón de eyaculaciones y sacudidas de verga en mis intestinos me produjeron otro placentero orgasmo... ¡lo hicimos juntos! Nuestros gemidos y jadeos se mezclaron aquel amanecer y nuestra felicidad fue completa... nos llegó el cansancio. Mi Jad se acuesta de nuevo de lado sin sacar su aun poderosa verga... de nuevo nos gana el sueño y nos quedamos así, eternamente abrazaditos y enamorados.

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