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Fracasé con un hotdoguero, pero me consolé con su chalán, que me fascinó

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Uno de esos largos períodos que mi Fredy se iba a trabajar al otro lado de la frontera, mi necesidad me obligó a buscar un sustituto y una tarde, después de ponerme agradable a la vista, salí a buscar en un parque recién inaugurado. Me vestí de deportista con una camisetita pegada al cuerpo y un pantaloncillo corto (short) de tela fina que resaltaba mis glúteos, mis tenis ligeros, una toallita para el sudor... y mi sonrisa para seducir; seguramente encontraría algún atleta de buen ver al que le gustasen mis nalgas paraditas.

Llegué al lugar y estacioné mi auto cerca del lugar asignado a los puestos de comida, pasé de largo viendo hacia la pista de correr buscando rostros y cuerpos que me engancharan. Hice mi calistenia y caminé por la pista una vuelta, dos vueltas, tres... mucha gente, pocos machos como para mí. Me senté a esperar un poco, tal vez más noche aparecían los "míos"... nada, media hora después di otra vueltecita y decidí regresar a casa, tal vez los martes no eran buen día para conseguir machos.

Camino al estacionamiento, las aromas de la comida me provocaron ganas de comer y se me antojó un menudo que olía muy bien; me dirigí al puesto pero casi llegando lo vi... alto, cara dura pero mirada agradable, parecía soldado raso de unos 40 años y 1.85. Tenía un gorro blanco y un delantal de igual color, atendía un carrito de hotdogs... se me antojó entonces una salchicha; su salchicha para que la metiera entre mis dos panes (nalgas). En vez de ir con la menudera desvié mi caminar con el hotdoguero, una fila de 2 personas nos separaban y yo no perdía oportunidad para sonreírle coquetamente cada vez que parecía voltear hacia mi; él parecía no darse cuenta de mí, en cambio, el chalán que le ayudaba e iba y venía preparando las verduras y cocinando las salchichas y los chiles se dio cuenta de mis flirteos, me fijé en él y me sonrió como con burla. Lo miré entre sonriendo y enojado para decirle en voz bajita para solo oír yo -feo- y le guiñé un ojo; él hizo lo mismo -fea- y me enseñó el dedo medio, -groseroooo- le regresé moviendo los labios y volteándome muy dignamente.

Me tocó el turno de ser atendido y con la mejor de mis sonrisas le pedí un dogo con todo, me sonrió apenas el "soldado" y me sirvió; con un mohín de disgusto tomé mi dogo y me fui a sentar; en ese momento pasó el chalán tras de mí y me manoseó disimuladamente las nalgas con una mano.

-Qué buen culo, ¿me lo prestas?- siguió su camino y lo seguí; traté de ponerle una zancadilla así, "sin querer" pero solo trastabilló un poco.

-Ay, perdón, no me fijé- le dije burlonamente y pasé a sentarme en una banca con mesita. Se acercó a mi mesa y la limpió con un trapito, esmerándose.

-Qué bonito sonríes, pareces una niña cuando lo haces- me desarmó, no supe que decir y solo le sonreí me imagino que con una sonrisa de tonto.

-¿Un refresco?-

-Si, por favor, una Coca-Cola- Me guiñó un ojo y se retiró. No era feo... lo escanee en su caminar y me percaté que tenía cuerpo atlético, 25 años, 1.70... no estaba mal y parecía traer calentura sexual.

Regresa y me entrega el refresco, lo tomo pero acariciando un poco su mano con mis dedos, lo miro intensamente y me muerdo brevemente el labio para que solo él se dé cuenta.

-Termino como a la media noche, nalguitas- guiño de ojo conquistador y se retira. ¿Me conformo con el ayudante?... ¿intento de nuevo con el grandote?; esto último, sí.

Paso con el "soldado" a pagar y le ofrezco el billete casi cubierto con toda mi mano para que haya contacto con la de él... el muy burro lo toma con la punta de los dedos y me regresa el cambio con una sonrisa de "lo siento mucho, pero no me gustas". Hago la señal de "ni modo" con los hombros y le sonrío comprendiendo, él debe tener una hembra en toda la palabra o tal vez muchas, es un semental completo; que afortunada su hembra... o hembras.

Camino a mi auto y volteo a ver al chalán, que me ve en retirada, le hago señas de "regreso", me hace la señal de "ok"; esa noche me lo llevaría a un departamento que rento pero en esos días estaba desocupado por el estudiante que lo rentaba por estar de vacaciones.

Llegada la hora arribé al parque, que ya se estaba vaciando, en una banca solitaria estaba mi futuro caballero armado, sin delantal y gorra se veía más atractivo. Yo con ropa deportiva, ahora con pants.

Me siento a su lado y se sorprende, pues no me había visto.

-Hola- me dice un poco nervioso. No parecía el conquistador de antes.

-Hola, ¿terminaron antes?-

-Sí, así es casi todos los martes, calculamos que no hay mucha clientela y traemos lo necesario-

Pasa nos muchachas en pants y él las desviste con la mirada; lo veo comprensivo.

-¿Querrás mejor compañía femenina?- Se avergüenza y baja la mirada, es un niño sin experiencia con mujeres o...

-¿Cómo te llamas, corazón?-

-Fabián, perdón-

-Arturo, para servirte en lo que desees- le di mi mano y nos saludamos, al retirar mi mano acaricié la suya; eso le dio ánimos.

-¿De verdad deseas complacerme?- me mira con cariño y ansiedad... todavía no ha usado su aparato reproductor en hembras o...

-Te daré el placer que necesita un hombre, pero tú me pagas igual y estamos pagados ¿te parece?-

-Creo que sí... espero también complacerte-

-No te preocupes, hermoso, yo te guiaré. Acompáñame-

Subimos al auto y entre manejando y platicando, a veces acariciaba sus muslos hasta rozar su miembro levemente, solo para excitarlo. Cuando tocó un semáforo, alargué mi mano y tomé su verga sobra la ropa y lo masturbé suavemente; Fabián tomó mi mano y la apretó contra su verga que ya se sentía de buen tamaño y endurecida. Seguí maniobrando solo con mi mano izquierda y no solté su parte masculina hasta llegar al depa, soltaba gemidos muy continuamente.

Bajamos y en la puerta de entrada Fabián manoseó mis nalgas mientras abría yo la puerta; sentí rico y las paré más haciendo como que no podía abrir la puerta, él bajó más su mano casi llegando a mis testículos, desde ahí pasó su mano por toda mi rajada, provocándome un hondo suspiro.

Ahí mismo me volví y le planté un beso, colgándome de su cuello, Faby me correspondió tomando bruscamente mis glúteos y estrujándolos con lujuria.

Caí en cuenta que nos podían ver y lo jalé hacia adentro, donde me siguió hurgando las nalgas sin despegar sus labios de los míos; nuestras respiraciones cálidas y con más ritmo eran el preludio de una noche completa.

Me voltea contra la puerta y me apachurra contra ella, tomando mis brazos y sujetándomelos contra la puerta; me aplasta con su cuerpo y me culea sobre la ropa, con su mejilla izquierda acaricia mi derecha.

-¿Te la meto ya, mamacita?-

-Uy que desesperado, mi cielo; mejor nos ponemos más a tono para terminar 100% satisfechos, yo sé lo que de digo-

-Ok, ¿qué sigue?-

-Voy a chuparte la verga ¿si puedo?-

-Ok, ojalá te guste- Me suelta pero lo sujeto para que me siga abrazando por la espalda, lo guío hacia la recámara contoneándome para que su macana sienta el bamboleo de mis nalgas... lo logro, me aprieta y me culea mientras alcanzamos la cama. -Me gustará, papacito-. Llegamos a la cama y prendo la lámpara tenue.

Lo empujo suavemente en la cama y queda sentado, me hinco y entre caricias y manoseos de verga le desabrocho el pantalón, meto una mano entre su trusa y siento la carne dura, nerviosa y caliente, batallo para sacar esa cosa, es grande. Asoma una cabeza brillante y remojada, ya salía algo de lechita clara y pegajosa que me provoca hambre, mi boca ávida ataca la presa y meto todo su glande, dándole grandes chupeteados que hacen jadear a mi Faby, que abre sus piernas para que salga más verga de entre sus calzones.

-Oooooohhhhhh... uuuffffff-

Chuepteadas sonadas

-¡Slurppp! ¡shuppp!-

-¡Aaaaaagggghhhh! ¡me está doliendoooo!- Me quita con algo de violencia, me levanto relamiéndome los labios... es la primara chupada que recibe aquel macho neófito.

-Perdón, amor, creo que lo hice muy fuerte- creí que se iría y me dejaría ganoso.

-Ya quiero metértela- Me mira con lujuria contenida, en sus ojos brilla la libido... me volteo y me desprendo de mi ropa, sudadera, pants, calzón rosita. Mi macho se me acomoda atrás para penetrarme pero le indico que saque vaselina de mi buró, sé que le puede doler la verga si la tiene muy sensible y mi culo la raspa con el movimiento y lo apretado del esfínter.

-Espera, cielo, saca un frasquito de ese cajón, vamos a hacerlo sin dolor para ti-

Lo extrae y de inmediato lo abre y se unta en toda su macana la vaselina. Coloco mis manos en la cama con la colita parada y las piernas abiertas.

-Tu hembra espera, "niño", ¿será el primer culo que vas a matar con tu pistola?-

No hay respuesta, me busca el orificio con el dedo medio y me lo mete y saca rápidamente; ya sabe dónde está el blanco y apunta... me agarra de la cintura con una mano y al parecer guía su verga con la otra. Me entierra su miembro de un empujón y llega rápido hasta el tope... me duele.

-¡Aaaaaayyyyysssshhhh salavajeeee!-

Le vale madres, ya me enganchó y sambute y saca su verga rítmicamente, oyéndose los chasquidos al chocar nuestros cuerpos; se me olvida el dolor y mi necesidad pone atención a la raspada de recto que su macana me está proporcionando.

-¡Aaaahhhh  aaaaaahhhh  aaahhh!-

-¡Mmmhh mmmmmhhh mmmmhhh!-

Sus jadeos, mis gemidos... me ataca con más vigor.

-¡Oooooohhh! ¡mmmmmggggghhhhh!-

-¡Mamacitaaaaa!-

-¡Maaaaaaassssss!-

Se desboca el caballo... me clava a la velocidad de la luz... veo estrellitas... casi me desmayo... me dejo caer en la cama... su verga sale disparada... estoy muerto... mi Faby me penetra contra la cama... me aplasta y sigue acariciando con violencia mi recto... rebotamos en la mullida cama... me estruja con fuerza los hombros... explota su verga dentro de mí... su manguera bombea semen y cada expulsión le provoca un estertor y a mi un berrido. Aprieto mi culo y succiono con él la verga de mi macho hasta que me deposita la última gota de lechita de ex-niño.

Mi nuevo macho queda con la respiración entrecortada y temblando sobre mí; me sofoca el peso de su cuerpo.

-¿Te gustó, mi cielo"- sigue temblando, empieza a sollozar

-Mi amoooorrr!, no llores, bebé; ya te convertiste en hombre y debes estar feliz, no llorando-

Se quita de mí y se acurruca en la cama hecho bolita, me da miedito que tenga algún problema psicológico; me acuesto junto y lo acaricio del cabello.

-No pasa nada, nene; has hecho lo más natural del mundo y lo has hecho muy bien, me has dejado más que satisfecho-

Poco a poco se calma hasta llegar a lo normal, me abraza y me da besos por toda la cara; yo lo dejo ser, creo que ya estamos bien.

-Muchísimas gracias, Arturo, perdona mi arrebato. No sé qué me pasó, es algo nuevo para mí, inesperado y diferente. Gracias por dejarme ser hombre contigo-

-¡Mi bebéeee!, nada de gracias, macho mío; cómo habíamos quedado, nos pagamos con la misma moneda, nos hicimos mutuamente felices. Eres todo un hombre, Fabián... y estás muy bien hecho y mejor dotado. Las mujeres serán muy afortunadas las que tengas para ti-

Lo miro a los ojos con amor y me corresponde, me da un beso tierno.

-Tú serás mi mujer-

-Mientras dure-

-¿Te puedo tener todos los días?-

-Jajajajaja, ay cosito; eres como un niño con juguete nuevo. Por esta semana que está desocupado el depa, sí, después veremos-

-Creí que aquí vivías-

-Nope, lo rento a un estudiante de la universidad-

-Dime dónde vives para visitarte-

-Nope, después nos veremos en otra parte, corazón. Tengo una vida aparte que tengo que vivir, si acaso nos vemos será en algún lugarcito reservado- algo entristecido, aceptó la propuesta.

-¿Te llevo a casa o te quieres quedar aquí?

-Me voy, temprano tengo que conseguir el material para los dogos de mañana-

-Sí, los dogos...- me quedé pensando en el soldado que no quiso ser mío, tan hermoso.

-¿Tú querías conquistar a Pepe el toro, verdad?-

-¿Qué? ¿Cuál Pepe el toro?-

-Mi jefe, el hotdoguero-

-Aaahhh...- me sonrojé y suspiré -pues sí, era mi intención-

-¿Quieres que te ayude a que sea tuyo?- lo noté un poco triste.

-No bebé, tú me complaces como macho; ya no lo necesito- me abracé de él y me colgué de su cuello. Me sonrió y me besó.

-¿Nos vemos mañana igual?-

-Sipi, paso por ti a las 12-

Nos vestimos y llevé a Fabián, mi Fabián, dejándolo en las cercanías de su casa. Pasaron 5 noches similares, después nos veíamos más y más esporádicamente por unos 8 meses, hasta que me dijo que ya tenía novia. Yo entendí y en la última revolcada que nos dimos, le dije adiós sin remordimientos para ninguno; cumplimos nuestro destino y se cerró el ciclo… además, ya había regresado mi Fredy, el amor de mi vida… suspiro.

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