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El genio

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Antes que nada aclare que tengo disgrafía debido a un accidente que tuve hace un año, así que si ven un error ortográfico no critiquen de manera muy agria y tengan ese detalle en consideración.

En la casa reinaba el silencio, Marisabel se levantó temprano para hacer algo muy desacostumbrado para ella, cocinar, a la poca servidumbre que tenía en casa les había dado una semana de vacaciones, en parte para evitar que le demandarán por no darles las vacaciones que marca la ley, en parte para poder llevar a cabo su plan.

Un par de huevos con jamón y un vaso de jugo apenas comestibles en una mesa de cama eran subidos a la habitación de su hijastro Daniel, el muchacho que hasta el día de ayer contaba con diecisiete años estaba durmiendo plácidamente cuando su aún joven y atractiva madrastra llamaba a la puerta.

Marisabel colocó la mesa frente a la puerta y bajó a la estancia de la mansión, sabía que su hijastro no se levantaría hasta pasadas las doce, pues se mantuvo trabajando en su laboratorio hasta muy entrada la madrugada.

La única razón de la mujer para soportar a su hijastro era la fortuna que desde niño estaba amasando.

Marisabel se había casado con el padre de Daniel cuando éste no tenía más de nueve años de edad, Daniel era un genio, a los nueve años ya había subido varias aplicaciones que se vendían bastante bien, a los quince, se había graduado con varias condecoraciones de la Universidad y a sus diecisiete ya tenía varios doctorados en bioquímica, psiquiatría, y biomedicina.

Así pues, solo por la fortuna que el padre controlaba mientras su hijo no fuera mayor era el aliciente que tuvo para casarse con él, cuando murió de causas naturales, ella siguió manejando al menor a su antojo. Ella sabía que en cuanto cumpliera la mayoría de edad lo más seguro es que la abandonaría, por lo cuál tenía pensado envenenarlo lentamente desde el momento en que cumpliera los dieciocho, para quedarse con la fortuna familiar.

Daniel despertó a las diez, media hora después de que su madrastra tocará a la puerta, encendió el sistema de sonido de la casa y volvió a dormir hasta pasadas las dos de la tarde.

Cuando bajó al jardín, Marisabel se encontraba tomando el sol, él se acercó y la saludo despreocupadamente.

Y bien, qué es lo que envenenaste, la comida o el jugo, porque la única razón para que me cocines es que piensas envenenarme- soltó Daniel despreocupadamente con una sonrisa tan cordial que Marisabel creyó que lo decía por hacer una broma.

El jugo, le puse un poco de arsénico, solo un microgramo - comentó despreocupadamente la madrastra.

Ella se sorprendió bastante, si, había sucedido todo tal y como lo contó, pero la forma tan casual y franca con la que lo dijo la asustó bastante.

-Seguramente te preguntas porque has contestado a una pregunta directa de ese tipo, la razón es muy sencilla pero dudo que me creas, así que antes de contestar quiero que te levantes y te quites el top del bañador que estás usando.

Marisabel sin siquiera pensarlo hizo exactamente lo que su hijastro le pedía, luchando consigo misma se levantó y se quitó el top del traje de baño dejando al descubierto sus enormes y redondeadas tetas, que por el esfuerzo de Marisabel al luchar para deshacerse de la prenda rebotaban débilmente.

Bien- dijo Daniel con una sonrisa burlona- lo que sucede es que desde esta mañana has estado escuchando un débil sonido, tan débil que es irregistrable para el oído humano, pero no por eso deja de surtir efecto en él.

Simplemente el sonido te implantó la orden de obedecer a la primera voz que escucharás en todo lo que te pida y créeme es muy efectivo mi método de control.

No puede ser cierto- se quejó la mujer débilmente- no te creo capaz de hacer algo así.

¿No me crees? Vaya con que quieres la prueba definitiva de lo que te digo, veamos! Ya se Marisabel, te ordeno que en este instante comiences a ponerte caliente, y entre más pasen los segundos tu deseo por sexo aumentará cada vez más hasta el punto en el que suplicaras que te folle, sin embargo no serás capaz de moverte del lugar donde te encuentras hasta que te ordene lo contrario-  dijo Daniel entre risas.

Marisabel sintió como su rajita se iba poniendo húmeda, como sus pezones se comenzaban a poner duros y erectos y sintió una ola de calor cada vez más intensa recorriendo su cuerpo. Cada que trataba de pensar, de asimilar lo que estaba ocurriendo, esos pensamientos eran sustituidos por la visión de pollas grandes y duras y de ella siendo llenada por todos sus agujeros por ellas. La sensación de hizo cada vez más insoportable, al punto en el que su cuerpo comenzó a dolerle, su cuerpo ardía de ansias de sentir placer y ya ni siquiera era capaz de recordar la causa de ello, solo sabía que frente a ella se encontraba alguien que podría mitigar esas ansías.

Por favor- dijo con la voz entrecortada por la emoción- follame, lléname de tu leche, hazme sentir placer, te necesito.

-Bueno, no puedo resistirme a esa cara que pones, ven ya puedes moverte libremente.

La mujer se abalanzó como una fiera salvaje a una presa, derribó a su hijastro y le desvistió frenéticamente, una vez que tuvo ante ella su polla comenzó a lamerla y a degustarla como si fuera el manjar más delicioso del mundo, Daniel se mantuvo en el piso mientras su madrastra le daba la mamada más placentera que había tenido en su corta vida, cierto, muy pocas veces había tenido relaciones sexuales, pero de lejos esta era la mejor de todas.

Marisabel se encontraba extasiada, entre más degustaba el miembro de Daniel, más lo quería, y más caliente se sentía, pronto sintió como aquel duro miembro comenzaba a temblar, mientras el joven en el piso arqueaba ligeramente el cuerpo al contenerse, pues aún no quería tener el orgasmo.

-Papi dame tu lechita- dijo ella con la voz más sensual que pudo, con los ojos suplicantes- la quiero toda en mi boquita.

Daniel no pudo contenerse más y recompensó a su madrastra con una abundante corrida; ella la degusto y la tragó toda, incluso lamió y limpio el pene del joven hasta no dejar rastro alguno de su lefa.

¡Pero aún  se sentía tan caliente! se sintió defraudada cuando vio que la erección de su hijastro se mantenía apenas, se abalanzó nuevamente sobre él, apenas y escucho su orden.

Ahora quieta- ordenó- quiero que te quedes donde estás mientras voy por unas cosas a mi habitación, quiero que te dirijas a la sala, si lo haces tal y como te digo recibirás tu recompensa.

Marisabel hizo las cosas tal y como se las pidió Daniel, en cuanto él desapareció, ella fue corriendo a la sala y espero cada vez más caliente y ansiosa. En cuanto él apareció en la sala levantó la mano izquierda y con voz firme ordenó:

Ahora te vas a dejar  inyectar está sustancia y después mientras te esté follando pondrás atención solo a mi voz, no te preocupes por nada más, acabo de tomar algo que cumplirá cabalmente con nuestras expectativas.

Marisabel asintió y se acomodó en el sofá mientras el muchacho preparaba unas jeringas, ella sintió un par de pinchazos en su culo respingón y luego sintió el miembro de Daniel mucho más duro y grande de cómo lo recordaba cuando se deleitó lamiéndole y saboreándolo.

La mujer sintió un hormigueo en su culo, chochito y en sus tetas, mientras era embestida de perrito por el hijastro, se sentía invadida por un éxtasis que nunca creyó posible sentir.

Y bien- comenzó él- ya te diste cuenta de que eres una mujer inútil; trataste de matarme y en cambio estás siendo follada por la persona a quién querías liquidar, te das cuenta de lo torpe que fuiste.

Si, cometí un error- apenas logro decir ella, la oleada de placer que sentía apenas la dejaba pensar- te odio porque me engañaste, fingiste ser un débil pero estabas planeando humillarme de esta manera- las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, su voz denotaba furia y tristeza.

Y sin embargo estás siendo recompensada con la mayor follada de tu vida- continuó él sin inmutarse- otro te habría denunciado y te enviaría a pudrirte en la prisión, pero en vez de eso estás teniendo el orgasmo de tu vida y estás siendo mejorada, el hormigueo placentero que sientes está jugando con tu hermoso cuerpo, moldeándolo a mi antojo pero créeme, seguro que a ti también te encantará el resultado.

Marisabel sentía un peso mayor en sus tetas, cada rebote mientras era embestida sentía que sus pechos rebotaban con más fuerza; se comenzó a percatar de que sus tetas  copa 34D iban aumentando de talla hasta terminar por llegar de acuerdo a sus cálculos a un 38DD de aspecto natural. Su culo también había cambiado, ella tenía un culo respingón y de tamaño proporcionado a sus tetas, ahora su trasero había  doblado su tamaño y adquirido una encantadora forma de corazón que hacía juego con una breve cintura apenas creíble para los nuevos encantos que lucía, no solo eso, su abdomen plano se había marcado ligeramente al igual que los músculos de sus piernas y sus brazos estaban trabajados ligeramente dándole una apariencia atlética pero atractiva, seguía conservando un encanto femenino, pero se notaba que el gimnasio y no el bisturí era el encargado de moldear la figura de diosa que adquirió.

Además del cuerpo, sus labios se habían vuelto carnosos y sensuales, su pelo se había alisado y caía en largos mechones, y aunque ella no podía notarlo, sus ojos adquirieron una apariencia que recordaba a los felinos dándoles una provocativa mirada.

Mientras era embestida noto también que su clítoris era más sensible al igual que el resto de su piel, la sensación la llenó de un embriagador orgasmo, apenas y escucho a Daniel cuando siguió con la conversación.

-Lo ves, no te guardo rencor alguno, como eres tan débil y necesitas a alguien que te diga que hacer te tomaré como mi esclava personal. ¿Dime hay algún nombre que te guste más que el tuyo?

Ella busco a duras penas en su memoria y un nombre apareció ante ella, apenas y pudo pronunciarlo entre tantas oleadas de placer- Sherezade.

-Bello y exótico nombre, te llamaré así, ahora mi bella Sherezade, el placer que sientes ¿verdad que es adictivo? Sabes solo lo puedes sentir si yo o alguna mujer que viva en esta casa te lo proporcionamos, todo el día estarás caliente y ansiosa por sexo, y serás recompensada con el si cumples con las tareas que se te asignen.

-Pero si no se hacer nada- gimió Sherezade - solo se follar.

Para eso es este aparato- dijo el mientras señalaba un casco en el comedor- cuando termines aquí te lo pones.

Ellos siguieron follando una hora más, en todas las posiciones que a él le fueron llegando a la cabeza, cuando se vino en seco le ordenó a su nueva esclava que parara, que tuviera una serie de orgasmos, cada uno más  intenso que el anterior, ella se convulsionó víctima del mayor placer de su vida, al octavo orgasmo sintió verdaderos fuegos artificiales estallando en su cabeza, la sensación fue tan intensa que se desmayó mientras su cuerpo seguía reaccionando a esa maratónica sesión de placer.

Cuando despertó, aún sentía hormigueo en el cuerpo, pero no le importaba, solo importaba cumplir con la orden de su nuevo amo, no sabía que había sido su vida anterior y no le preocupaba, solo sabía que tenía un amo generoso que la llenaría de placer si acataba dócilmente sus órdenes y esa imagen bastaba para que fuera al comedor y sin vacilar se colocará el casco que su amo le había pedido que usará.

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