Nuevos relatos publicados: 9

Morbo a ciegas

  • 9
  • 15.247
  • 9,50 (28 Val.)
  • 0

Por fin lo habíamos conseguido. Nacho, mi chico y yo llevábamos tiempo buscando un sitio donde vivir todas y cada una de nuestras fantasías eróticas. Nacho alquiló un estudio en una playa de la costa andaluza, que nos venía genial para esas escapadas. Fuera de allí, nuestra vida "A", como nosotros la llamábamos, trabajo, diversión amistad, morbo, sexo… pero en ese estudio, desatábamos todos y cada uno de nuestros deseos más prohibidos. Era nuestra vida "B".

Hay un fin de semana en ese estudio, que recuerdo especialmente y es la historia que quiero compartir: Ese fin de semana, Nacho andaba liado con su trabajo y yo tenía vacaciones. Una tarde, despues de follar como locos, en un ataque de euforia, Nacho me dio las llaves de su estudio y me animó para que me adelantara unos días antes de los que habíamos planeado bajar juntos. A Nacho, le encantaba fantasear con la idea de verme con otros hombres y de hecho ya me había regalado mi primer trio (lo contare en otro relato), pero la idea de dejarme sola le ponía muy caliente y a mí, como él decía... me emputecía.

Por supuesto me encantó la idea y adelanté ese viaje tres días; carretera, música y poca ropa... no la iba a necesitar. Ese fin de semana prometía. De viaje no podía evitar notar cómo se mojaba mi coñito sólo de pensar lo puta que me apetecía ser allí. Era como convertirme en otra María, mucho más atrevida, dispuesta a TODO.

Recuerdo con sorpresa cuando al abrir la maleta había ropa que yo no había metido: algún tanga para la playa, un vestido con pronunciado escote. También había una cinta roja de terciopelo y dos corbatas. Y una nota: "ÚSALAS COMO TU QUIERAS Y SE MUY PUTA CARIÑO". Aún no se si él es consciente del efecto que tiene en mi ese lenguaje tan soez. Consigue que desee convertirme en la mayor zorra. Su zorra.

A la mañana siguiente, al despertar, sin dudarlo estrené mi nuevo tanga, me puse una camiseta blanca y a la playita nudista que tanto nos gusta. Era la primera vez que iría sola. Me daba un morbazo increíble. Cuando me quité la camiseta, notar el calor en mis pezones, y ser consciente de las miradas de otros mientras bajaba mi tanga, esa sensación hizo que notase cómo se humedecía mi coño. Realmente, me encanta provocar. Es mi yo exhibicionista.

El rollo de la playita nudista me puso muy cachonda y decidí volver al estudio, pasando antes por una tienda cercana. Cuando iba a pagar mi compra me percaté de que había un hombre mirándome detenidamente. Al centrarme en él, me di cuenta que era de uno de los que estaba con un grupo de gente en la playa nudista. Le había visto observarme un par de veces. Llevaba una camisa blanca y unos vaqueros que le hacían un culo de escándalo. Tenía barba de tres días y su mirada me desnudaba. -Eres la chica de la playa- me dijo acercándose. -Me estaba costando seguir la conversación de mis amigos, mientras observaba lo caliente que estabas- continuó. Ahí estaba, sin rodeos, directo al grano. Perfecto para mí.

En ese momento, decidí empezar a disfrutar de mi fin de semana "B". Nos bastaron dos cañas en el chiringuito de la playa para dejar claro que nos apetecía algo más que unas cañas. Sin saber cómo, me encontré en el estudio desnudándome para él, poniéndome en cuclillas para meter su polla en mi boca, mientras con mis piernas abiertas restregaba mi coño empapado en las suyas. Pasaba mi lengua y mis labios por el interior de sus muslos y le chupaba los huevos, apretando con mis manos su perfecto culo. -Haz que me ponga muy zorra -le dije mirándole a los ojos. Cogió mi cabeza y empezó a apretarla contra su polla, sin para de gemir. Yo notaba que me llenaba de polla mientras me decía: -Cómeme la polla zorra.

El tío sabía moverse; me puso a gatas sobre la cama y comenzó a follarme desde atrás. Mis tetas se balanceaban y mi culo pedía más. El soltaba su saliva sobre mi culo y con sus manos lo extendía tocando mi ano y metiendo sus dedos. En ese momento, desnortada, le di mi móvil y le pedí que me grabase mientras me follaba. Eso al tío le puso muy cachondo y sus embestidas eras bestiales mientras grababa. Me dio la vuelta, me puso sobre la cama abierta y noté toda su lefa cayendo sobre mi coño. Seguía grabando. Me uso zorra, muy zorra y metió su cabeza en mi coño y con la mezcla de su lefa y mi líquido, me comió hasta llevarme a un tremendo orgasmo. Recogió con su lengua hasta la última gota desde el coño hasta mi culito empapado. No podía quedarse mucho más y yo estaba deseando ver ese vídeo. Al rato de irse, me encontraba sola en la cama, enviando el vídeo a Nacho. Solo de pensar en su reacción volvía a estar caliente. Nos corrimos juntos a kilómetros de distancia. Todo aquello nos ponía muy bestias a los dos. Para Nacho, ver cómo me había follado otro hombre, sabiéndome suya, era total.

Al día siguiente, volví a la playa, pero esta vez me dirigí directamente al chiringuito del día anterior con mi vestido regalo de mi chico. Y allí estaba, y como era de esperar, volvimos a terminar en el estudio, desnudándonos uno al otro. De repente, recordé los regalos de Nacho. -Hoy me toca mandar a mí- le dije traviesa. Y con mirada desafiante, saqué las dos corbatas y la cinta roja. Le tape los ojos con la cinta y con las corbatas le até al cabecero de la cama. Jugué con su cuerpo, le chupe, lamí su pezones, mi coño en su boca lo acercaba y retiraba cuando lo iba a lamer...le hacía rabiar y ver su deseo creciendo, me ponía más y más zorra. Está claro que yo no me hubiese ganado la vida haciendo nudos marineros, porque de repente, se soltó y fui yo la que terminó amarrada a la cama, con los ojos vendados. En realidad, buscaba esa sensación, y ahora era él quien lamía todos los rincones de mi cuerpo. Mientras estábamos entretenidos en nuestro juego a ciegas, Nacho que por supuesto había adelantado su viaje, entró sigiloso en la casa, avisado por los gemidos de ambos. Como luego me contó, se quedó un rato observando cómo un desconocido lamía y mordía los pezones de su chica para pasar a sacar esa enorme polla, dura y empezar a follarme, sin que yo no pudiese parar de gemir. Así estuvo un buen rato, tocándose la polla sobre los pantalones, duro y caliente.

En un movimiento de Nacho, mi amigo se percató de su presencia, pero enseguida, ayudado por los gestos de complicidad de Nacho, se dio cuenta que esa situación era agradable para los tres y siguió follandome. Yo, en ese momento, no era consciente pero el aumento de la intensidad de sus embestidas y sus gemidos se debía también a aquella situación desconocida por mí.

A Nacho esa imagen le tenía enloquecido. De pronto noté cómo mi amigo sacaba su polla de mi coño, escupía en él y lo lamía con fuerza, del coño al culo, restregaba su lengua empapándolo todo. Se incorporó y noté cómo se levantaba y se ponía debajo mío boca arriba. Ahora lo que notaba era su enorme polla jugado con mi culo. Cuerpo contra cuerpo y yo atada. Me abrió bien las piernas y comenzó a follarme el culo, entrando poco a poco... era una mezcla de dolor y ufff... placer. Yo abría mis piernas y él con una mano tocaba mi coño.

De repente, retiró su mano de mi coñito y para mi sorpresa, noté como una boca comenzaba a chupar mis labios y una lengua se introducía en mi coño. ¡No me lo podía creer! No podía ser mi amigo, ya que estaba debajo de mi follandome. Entonces ¿quién era? ¿No estábamos solos? Me puse nerviosa e intenté desatarme pero me fue imposible... no podía ver nada y mi amigo gemía cada vez más.

Los nervios fueron dando paso al placer e intenté relajarme y disfrutar. Sin duda, me estaba gustando cómo lo hacía y esa forma de lamerme...El desconocido, lamía mi coño empapado y bajaba hasta mi culito donde su lengua chupaba mi ano y la polla que lo follaba. Yo era consciente de todo y los tres gemíamos como locos. Decidido a llevarme al orgasmo, el silencioso desconocido, volvió a mi coñito y lo chupó sin compasión, llevándose a un tremendo y extenuante orgasmo que hacía que mis gemidos se convirtiesen en gritos de placer. No podía creer lo que estaba pasando, pero ese olor... me resultaba tan familiar...

Cuando aún me latía el coño de la excitación, noté como mi amigo salía de mi culito y me incorporaban entre los dos. Me pidieron que me pusiera de rodillas y entre gemidos deshicieron el nudo de mi pañuelo. La imagen que vi fue impresionante. Los dos hombres desnudos frente a mí, tocándose sus pollas duras. Nacho me miraba con cara de deseo y orgullo, fuera de sí, ambos. Tardé unos segundos en reaccionar al ver a mi chico allí... me puso cachondisima todo lo que había pasado y de rodillas comencé a chupar ansiosa ambas pollas, primero una y luego otra, masturbando a la vez... -Dos pollas para ti nena- me decía Nacho muy excitado. Sus pollas comenzaban a soltar líquido que yo recogía con mi lengua hasta llevar a ambos al orgasmo, soltando toda su lefa sobre mi cara, mi boca, mis tetas, pezones. A la vez con mis manos restregaba toda esa lefa por mi cuerpo... por mi coño. Chupe sus pollas hasta dejarlas sin una gota.

Cuando ya se relajaron, Nacho me tumbó en la cama, lamió todo mi cuerpo, mientras me besaba y me miraba muy cómplice. Le encanta besarme. Pasamos así un rato y después nos fuimos a darnos una ducha juntos. Desde aquel día.... no hemos dejado de disfrutar en ese estudio playero de nuestra vida "B".

(9,50)