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Mi amigo Nicko

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Hola, esto que les vengo a contar sucedió cuando yo tenía 20 años, en ese entonces yo estaba saliendo con un chico muy lindo y divertido y la relación iba bastante bien. Por otro lado, yo era muy amiga de una compañera del trabajo que desempeñaba y era común que saliendo de trabajar nos fuéramos a cenar a su casa, y con el tiempo fui conociendo a su familia, todos eran muy agradables, incluso "Nicko", su hermano mayor, que no obstante saber que yo tenía novio, siempre intentó tener avances conmigo. Nicko era un chigo no muy guapo, pero era muy simpático y amable, a veces me incluso me sentía culpable por rechazar sus intentos de conquista, pero pues yo estaba en una relación estable y no pretendía serle infiel a mi novio. Conforme el tiempo pasó, las insinuaciones de Nicko fueron haciéndose cada vez menos frecuentes, pero no desaparecieron del todo, y como nos llevábamos muy bien, a veces hasta bromeábamos con eso, pero siempre traté de dejarle en claro que él no tenía oportunidad conmigo, no porque no se lo mereciera, sino porque yo ya estaba "apartada".

El tiempo pasó, y se dio una de esas cuestiones de la vida que una nunca termina de entender, el asunto es que mi novio me cortó por una güera piernuda y yo me sentí devastada por algún tiempo, no quería ver ni hablar con nadie. Después de un par de semanas en las tinieblas sentimentales, me acordé de Nicko y decidí que era tiempo de darle una oportunidad, así que un sábado al medio día decidí ir a buscarlo a su casa. Me vestí de manera coqueta aunque traté de no verme vulgar y me dirigí a su casa. Cuando llegué, sus padres me pasaron a su casa y como había confianza fui a buscarlo a su habitación, y lo encontré trabajando en su computadora. So saludé y me sorprendió mucho su respuesta, ya que me dijo: "Hola Amanda, que bueno que vienes, necesito decirte algo muy importante", me senté en su cama y él se sentó junto a mí y me dijo: "mira tú sabes que yo estoy enamorado de ti prácticamente desde que te conocí, y lamento haber sido tan insistente con eso a pesar de saber que tu estas comprometida, te juro que no era mi intención incomodarte con eso, pero ahora ha pasado algo y necesito tu ayuda" Yo me asusté un poco, creí que se trataba de algo malo, que tal vez se había enfermado el o alguien de la familia, pero entonces el prosiguió: "mira, recibí una oferta de empleo increíble y decidí aceptarla, el problema es que tengo que mudarme a Canadá" Entonces me tranquilicé un poco y me alegre y lo felicité, obviamente mis planes de "darle una oportunidad" se habían ido al caño, pero entonces el me sorprendió de nuevo con una petición bomba, me dijo "me da mucha pena esto que te voy a pedir, probablemente eche a perder nuestra amistad, pero si no lo hago sé que me arrepentiré por el resto de mi vida, y siendo que es probable que nunca más te vuelva a ver, creo que no tengo mucho que perder, la cosa es que, ¿Podrías regalarme una de tus pantaletas usadas para masturbarme? Yo me quedé muy sorprendida, no tanto por lo que él me pedía, sino por los huevos que demostró al hacerlo, me reí un poco para aliviar la tensión y le dije ¿A ver o sea como, quieres que te regale mis calzones para que te la jales con ellos? y él respondió tímidamente que si con la cabeza, entonces lo pensé un momento y le dije: "está bien, te daré mis calzones pero con una condición, que me dejes ver como lo haces" y el me respondió que la idea era llevárselos y "usarlos" cuando sintiera la necesidad, y yo le respondí "si me dejas ver ahora como lo haces, te regalo un par más" Entonces el abrió los ojos grandes como huevos, y me dijo: "¿es en serio?, ¿no se va a enojar tu novio por eso? y ¿Por qué quieres ver cómo me masturbo? y yo le contesté: "Si es en serio, mi novio no se va a enojar porque no se va a enterar, lo mantendremos en secreto ¿vale? (estuve a punto de decirle que había terminado mi relación, pero temía que el cancelara sus planes por eso, así que decidí no hacerlo) y quiero verte porque así como a los hombres les gustan las tetas a las mujeres nos gustan los penes, no me quita nada ver el tuyo, así que anda, no me digas que no quieres. Entonces él aceptó, se dirigió lentamente a cerrar su puerta con seguro y me volteo a ver y yo, de la manera más casual que pude, me levanté un poco la falda, me bajé los calzones y se los entregué, el los tomó y los olió con fuerza, me dijo que olían delicioso, sin apartar mis bragas de su cara, se bajó el cierre del pantalón, metió su mano y se sacó la verga, no era una verga espectacular, de hecho era bastante promedio, pero no la tenía fea, entonces tomó, envolvió su pene con mis calzones y comenzó a masturbarse, yo estaba muy excitada, en un momento dado pensé en dedearme, pero me resistí, no quería distraerlo, pero en fin, al parecer él se concentró mucho, desenvolvió su pito y volvió a llevar mis calzones a su cara, entonces me di cuenta de que estaba a punto de venirse, así que rápidamente me acerque hasta quedar justo frente a él, aunque sin llegar a tocarlo, y levanté un poco mi fada, el me vio a los ojos y entonces sentí su chorro hirviente cayendo en mi pelvis, luego soltó otros 3 o 4 chorros que fueron a aterrizar en mis muslos y algunas gotas cayeron en la falda.

Cuando había finalizado su faena, solté mi falda y cayó en su lugar y empezó a humedecerse un poco con su semen que poco a poco iba enfriándose, lo abracé y le desee mucha suerte en Canadá, el solo respondió con un tembloroso "gracias". Le dije: "'¿me das mis chones porfis?" y el solo me volteó a ver raro, y le dije "¿No pensarás que me iré a casa sin calzones verdad? jajaja, te prometo que mañana te los traigo junto con otro par, ¿De acuerdo? Entonces me dio mis calzones, me los puse y me fui caminando a casa. Sobra decir que a cada paso que daba sentía como su semen escurría y se embarraba en mis piernas, y esa sensación me hizo hervir en excitación, así que llegué a casa corriendo, me metí a la ducha con mi dildo favorito y lo usé como nunca lo había usado, solo para que se den una idea, tuve 4 orgasmos.

Una semana después, el día de su partida a Canadá, fui a despedirme de él y en un momento en privado que tuvimos, le entregué 2 pantaletas usadas, tal y como se lo había prometido, él fue corriendo a guardarlas en su maleta y me abrazó en agradecimiento, nos despedimos y se fue. No lo he vuelto a ver desde entonces.

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