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¡Qué vacaciones...! (Capítulo 3 de 3)

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Tal y como habíamos acabado no estábamos para muchos trotes, así que nos dimos un pequeño baño en la piscina, de lo más pueril, y nos pusimos a tomar el sol, las niñas se pusieron a hacer top less y se dieron cremita mutuamente en los pechos, que en seguida denotaron excitación a la vista de los pezones. Seguimos un rato más medio adormilados cuando nos despertó la voz de la animadora del hotel que pedía un poco de ayudar para hacer el Gaita en la piscina, en el mini golf y por la tarde en las pistas de tenis y baloncesto.

Se nos acercó para invitarnos a las actividades ......

―Hola, soy Vanesa, soy la animadora del hotel, de donde sois? ... y siguió con la retahíla típica.

Juan y yo nos presentamos y nos hicimos los graciosillos con las cosas que nos comentaba, vamos, le metimos un poquito de caña, ante las miradas de nuestras mujeres, que contenían las risas, y para despedirse nos dijo:

―Si os puedo ayudar en algo, ya sabeis.

Aquí fue cuando la interrumpieron las niñas, y parecía que la estaban esperando.

―Perdona, Vanesa, - comentó Sylvia - pero necesitamos alguna cosilla que no se si vamos a ser capaces de conseguir, ....

La cara de Vanesa era un poema, en un principio pensó que queríamos coca, extasis o algo así, aunque ella fue algo más suave .....

―Mira, es que hemos venido con muchas ganas de hacer otros tipos de deporte, no sé si me entiendes, y parece que nuestros maridos están algo desentrenados, .....

Ahora la cara simplemente se le sonrojó, pero ya estaba más tranquila ......

―Vamos que necesitan vitaminas, tu no sabrás por aquí si podemos conseguir Viagra, verdad?

―Uy, que apuro, contesto Vanesa, no os preocupéis, esto ya nos ha pasado antes, si bien que con personas algo mayores, - Comentó con una cara de ironía increíble. Se os pueden conseguir, pero son algo carillas, y creo que en chicos jóvenes hay que tener cuidado, que os podeis pasar todo el dia alerta, eh?

―Eso es lo que andamos buscando, disponibilidad 24 horas, tu nos entiendes Vanesa, concluyó Lucía.

―Pues pasaros esta tarde por la pista de básquet y os las doy, y de paso echáis unos tiritos.

La verdad es que no costó mucho hacer contactos en el hotel, después de esto se nos vino la hora de la comida encima, nos fuimos a nuestras habitaciones, nos duchamos, vestimos y fuimos al comedor, que tenía un Buffet de ensueño, nos pusimos hasta arriba de todo, con lo que al terminar de comer no teníamos ganas más que de echarnos una siesta, y así lo hicimos, aunque Sylvia propuso que fuéramos a nuestro cuarto por si alguien quería hacer uso del Jacuzzi.

Así fue, nos metimos en nuestra habitación, y nada más entrar, como si fuéramos un Ballet, empezamos a quitarnos la ropa todos, para estar más cómodos, encendimos la tele y nos empezamos a acomodar por la cama, Juan se quedó completamente en pelotas, y yo no fui menos, Sylvia se quedó con unas braguitas tipo slip en color negro y Lucía con un tanguita blanco, nos acomodamos en la cama, y Lucía se fue al baño, nos quedamos en la cama Sylvia Juan y yo, ella nos agarró las poyas y empezó un suave masaje que de repente paró, se quedó dormida con nuestros cipotes en sus manos, Juan y yo nos miramos y también quedamos dormidos.

Como al cabo de una hora noté como mi polla crecía, pensé que era un sueño, pero era demasiado real, efectivamente Sylvia había despertado y continuaba con la labor que había empezado, mientras tanto Lucía le comía el coño, por lo visto le había encantado, ya que no paraba de hacerlo casi desde que desencadenamos esta lujuria sin freno, estábamos empezando otra vez cuando sonó el teléfono de la habitación, llamaban de recepción para recordarnos la partida de baloncesto, las niñas saltaron como un resorte diciendo que teníamos que ir por las vitaminas, así que nos pusimos todos un poco deportivos y nos fuimos a las canastas, allí estaba Vanesa esperando, con un pelota y dos tios más con otra chica, los tres tenía pinta de hacer deporte, y según nos comentaron es que jugaban frecuentemente al baloncesto, Juan y yo jugamos a todo, y las niñas son algo más sedentarias, pero en el instituto jugaron al baloncesto, ahora sólo hacía jogging, step y esas cosas. Empezamos a charlar, Vanesa nos dijo que ya tenía nuestras vitaminas a lo que uno de los chavales, Jose se llamaba dijo:

―No jugareis dopados?

Todos nos reimos y para disimular dijimos de jugar un cuatro contra cuatro, sorteamos los equipos y a mi tocó con el tal Jose, con Lucía y con Sylvia. Vicente, que es como se llamaba el otro chaval nos dijo que para que fuera entretenido hay que esforzarse un poco, y querer ganar, que si no nos ibamos a aburrir en cinco minutos, y así empezamos.

Efectivamente era divertido lo del esfuerzo, entre bloqueos y rebotes y defensa, podías tocar carne fresca con permiso, Vanesa estaba impresionante, tenía un culito duro impresionante, y Amalia, la otra muchacha, unas tetas pequeñitas pero con unos pezones grandes, lo digo porque se le marcaron con el sudor de la camiseta, a través del top deportivo que llevaba, Juan no podía tocar nuevos cuerpos pero lo llevaba bien con su mujer y la mía, imagino que los otros pensarían raro, pero que les dieran por allí mismo ......

Acabamos sudando como pollos, y Vanesa nos dijo ......

―Ahora para terminar de quemar los excesos del verano, que? Nos damos una sauna? Ya ha pasado la hora del Spa, pero pueden pasar los de las actividades extras, si os apetece, yo voy todas las tardes, y no hay nada más tranquilo ........

No hizo falta ni decir que sí, los siete como hipnotizados por la simpatía de Vanesa, morena, ojos azules, 1,60/1,65, buenas curvas sin ser exageradas ...... la seguimos casi en silencio por los pasillos del bajo del hotel, ella iba abriendo puertas y nosotros mientras callados como si fueramos a robar, cuando abrió la sala de la sauna y entramos volvió a echar la llave y accionó las luces, eran algo tenues, había un par de piscinas de burbujas muy grandes, y otro pasillo que nos llevó a una pequeña sala con perchas y toallas, una vez allí los siete, Vanesa se empezó a quitar la ropa y se tapó con una toalla, todos las imitamos, y con nuestras toallas terminamos de acompañarla a la sauna, abrió, subió la temperatura, accionó el temporizador y se adentró con nosotros,

―Ahora a relajarse, - dijo Vanesa mientras se soltaba la toalla y se recostaba sobre las maderas de la sauna.

Tenía unos pechos perfectos, como pequeñas manzanas, desafiaban la ley de la gravedad, con unos pezones marrones oscuros, tenía el pubis completamente rasuradito a excepción de una pequeña hilera de pelillos en el medio. Nos quedamos medio embobados y muy cortados mirándola, pero a nuestra mujeres no las dejaba atrás, hicieron lo mismo, apoyándose la una en la otra y recostándose en la balda que quedaba encima de Vanesa, Amalia no parecía estar en la misma onda, y se tumbó sin quitarse la toalla, sin embargo Jose y Vicente ya estaban desnudos y sentados, con dos tremendas pollas colgando, yo tenía un empalme del quince, pero estos dos estaban flácidos, que tios, con el espectáculo que tenían delante, a lo mejor les iba más otra cosa, y me entraron ganas de comprobarlo, me quede mirándolos de forma un poco disimulada, y me quité la toalla, dejando que vieran mi polla totalmente tiesa, me la cojí con una mano y me la toque un poco, pude ver como Jose le daba un pellizco en el culo a Vicente mientras decía en voz baja, aunque perfectamente claro ....

―Aquí hay mucho vicio.

Y acto seguido se agarraron los rabos mutuamente, mientras se empezaban a morrear, no sé si los demás pudieron verlo, Vanesa, Sylvia y Lucía seguro que no porque estaban casi en semi inconsciencia, pero Amalia y Juan seguro que si, es más, Amalia se levantó, e intentó salir, pero no podía, no se podía abrir hasta que terminara el ciclo.

―Perdona Vanesa, pero quiero irme ya, te importa?

―Pero Amalia, que te pasa? Dijo Vanesa que no se había inmutado.

―Que aquí hace demasiado calor, - continuó Amalia sin quitar vista del espectáculo de nuestros amigos, algo que ya comprobó Vanesa.

―Pero hija, si esto es muy divertido, verás que bien te lo pasas ......

―No, Vanesa, que yo estoy de viaje de Novios y paso, por favor .......

―Hay chicos, hay que convencer a Amalia para que se quede, seguro que se lo va a pasar mejor aquí que esperando a su maridito en la habitación.

Me levanté y me acerqué a Amalia, iba completamente desnudo y completamente empalmado, ella, sin embargo, se mantenía quieta, erguida junto a la puerta, con su toalla tapándola por completo, al llegar a su altura la cogí por la cintura y la atraje hasta mi, para que notara mi erección, ella se resistió y se soltó con rudeza, así que llamé a Juan y a nuestra mujeres y les dije que me la sujetaran, y a ella le dije .......

―No te preocupes, no vamos a hacerte nada que te haga daño, sólo vamos a pasar un buen rato, ya verás como cuando salgas de aquí no te vas a acordar de tu marido ....

Diciéndole esto le retiré la toalla y le puse la mano entre las piernas, efectivamente no se había humedecido ni un poquito, la pobre estaba aterrada, me dio un poco de cargo de conciencia, así que rectifiqué y le dije ........

―Mira, nosotros nos lo vamos a montar con Vanesa y creo que no estaría bien que te fueras, por el que dirán, pero si de verdad no quieres, no te vamos a forzar, siéntate y mira, o duerme un rato, pero para Vanesa y su trabajo es mejor que te quedes con nosotros.

―Venga vale, pero dejarme tranquila, y no os preocupéis que no voy a contar nada.

Seguramente al ver que no intenté utilizar la fuerza ni nada se debió tranquilizar un poco, así que cuando me quise dar cuenta Vanesa estaba chupándole la polla a Juan con la ayuda de Sylvia, mientras Lucía me estaba mirando pidiéndome guerra, me fui hacia ella y le di un morreo de impresión, a la par que la abría de piernas contra la pared de madera, la alcé un poco y la penetré sin dilación, nuestros cuerpos estaban sudorosos, y resbalan nuestras caricias, aguanté el equilibrio y me fui al banco con Lucía insertada en mi nabo, me senté y ella empezó a cabalgar como una loca, desde donde estaba ya casí no podía ver, con tanto movimiento se había creado una densa nube que no permitía distinguir, sólo se oían algunos gemidos aislados, y mucho movimiento, después de un rato penetrando a Lucía noté como agarraban a Lucía por detrás, alguien le estaba sujetando las tetas, y al instante alguien detrás mía hacía lo mismo, a la par que empezó a darme pequeños mordiscos por el cuello, entonces me di cuenta de que era un tío, porque noté una polla recta en mi espalda, y como está fue bajando, ya que el individuo en cuestión empezó a bajar hasta sentarse alrededor mía, y meter su polla en la ranura de mi culo, me estaba poniendo cardiaco, ni intenté separarlo, debía ser Vicente, ya que lo imaginé más pequeño por el contacto de nuestros cuerpos, eché mis manos hacia atrás y agarré fuerte su polla, haciéndole una paja en difícil situación, entonces escuché su voz que me dijo.

―Sigue cabrón, que buenas pajas haces, te voy a llenar el culo de leche, subete encima, verás como disfrutas .........

Ni en las más remotas de mis fantasías había imaginado algo así, pero como un resorte me levanté con Lucía en mi polla aún y me senté sobra la polla de Vicente, que aplasté con mi culo, noté como su punta tocaba mis huevos, y me hizo enloquecer, empezó a abrirme el culo con sus manos, mientras me pasaba saliba, sudor, y otros jugos por la raja, acomodó su rabo y empezó a empujar, yo intenté hacer fuerza para que entrara del todo, pero no había forma .....

―Me la vas partir, relájate un poquito, - Me djijo Vicente mientras me rodeaba con sus brazos y agarraba el trozo de polla que salía del coño de Lucía, ....

Esto hizo que Lucía empezara a correrse de una forma bestial, se convulsionaba de manera extrema, agarrando mi polla con su coño, que se contraía y dilataba como a pequeños espasmos, después de esto se salió y vi que quien estaba de tras de ella era Jose, con su rabo tieso, apartó a Lucía, y alzando mis piernas por encima de sus hombros, me empezó a chupar la polla, lo hacía de escándolo, y se la metía entera en la boca, parecía que iba a comérsela, en esto Lucía había ido a avisar a Sylvia y a Vanesa, que como imaginaréis ya había dejado ko a Juan, hicieron un corro alrededor mía y empezaron a besarnos a Vicente y a mi, con tanto movimiento y lengua en mis bajos la polla de Vicente ya estaba casi completamente dentro, me agarró fuerte y ....... zas, hasta la bola, me entró entera, noté un calor y un placer extremos, y más cuando Vicente vació su polla en mi culo, lo que me hizó explotar en la cara de Jose, que se levantó, y dándome un morreo junto con mi mujer me dijo ......

―Vaya, vaya como son los hombres de hoy en día.

Así que sonó el final de las calderas y la densidad fue desapareciendo, Juan estaba exhausto, recostado sobre las maderas, con su polla flácida, Lucía estaba sentada en el suelo a mis pies, acariciándome los pectorales, Jose se estaba limpiando con una toalla, Vicente se retiraba de mi culo y Sylvia y Vanesa se morreaban dulcemente mientras se acercaron a Amalia, que seguía envuelta con la toalla, se levantó me dio un beso en la mejilla y acarició mi rabo y dijo ........

―Muchas gracias por el espectáculo y por la comprensión, perdonar que no haya participado ................

Nuestros horizontes sexuales en el hotel no habían hecho más que empezar ...

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