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5 - La noche avanza, madrugada

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Me dejó fuera de juego. Ella seguía con su obstinación y de nuevo lentamente el penetrador fue inducido a penetrar profundamente y ella se apoyó en mi cuerpo, descansó, se movía inquieta y en silencio.

No le puse, la valoración está en base del resultado.

No entiendo lo que dices – Dijo hablando despacio.

Preciso de tu valoración, es decir, la suma de todo lo que está ocurriendo y sobre todo el fin que pretendemos.

No sabía de esta complicación.

No es complicación, piensa por un momento lo que nos separa y lo que nos une.

Silencio y risa, leve risa, hizo que se moviera y ese movimiento llegó a su vagina.

Lo que nos une es una cosa dura que me roza y lo que nos separa en la luz.

Esperaba más mística, pero sirve. Entiendo que esa luz es la del día no tu hermana.

Supongo que follar con Luz es más interesante que conmigo, ella sí sabe yo no. ¿Crees que está bien roto?, estoy cansada de la postura.

Cierto tono de queja.

Tú decides, esa molestia puede desaparecer si introducimos algo suave. Y tu hermana no me interesa nada, desprende hostilidad y eso para mí funciona como un repelente, te prefiero a ti.

No, ya te dije que no, necesito saber si se produce de forma natural.

Estás equivocada, la mente va con el cuerpo, no el cuerpo con la mente, tu hermetismo está en tu mente, eres ciega por tanto veo un aislamiento natural, y posiblemente estés en constante lucha interna, debes de apartarlo y pensar como mujer y sobre todo en el sexo, ahora céntrate en el sexo y posiblemente tus fluidos sexuales abran sus manantiales.

No se me había ocurrido pensar lo que dices.

El tono de su expresión me pareció el de una tonta, cuando no lo es.

Ahora mismo, tal y como está la situación, yo te llevaría a una cafetería que conozco, siempre tiene ocupadas todas las mesas, es lugar donde se puede ligar, ambos sexos cazan la pieza y después de un revolcón sueltan la presa obtenida, en frente hay un hostal que se dedica a alquilar habitaciones para follar, por horas, incluso su cafetería se ha visto infectada de la otra, es la distancia más corta.

Mi idea, ahora mismo, sería levantarnos e ir a esa cafetería, pero tú vestida como yo te diga, falda amplia que te permita separar las rodillas y sin bragas, yo te diría las presas que tienes, te describiría a los tíos que quieren follar en esos momentos y tú decides, al verte acompañada se cortarán un poco, pero puede suceder que no, y es precisamente lo que te interesa, algunos se acercarán y preguntan o te hacen un gesto con las manos, los dedos indican que quieren penetrarte, puedes aceptar y le dices que soy tu marido y que me gusta ver cómo te follan, hay muchos casos de esos, ese morbo que les produce dolor y angustia pero les gusta, piénsalo.

De nuevo silencio.

No me gusta, un desconocido, no estará limpio, no.

Piensa los límites, es decir, te exhibes y dices a todos que no, pero te permitirá saber tu nivel de atracción, ellos se darán cuenta de que eres ciega, tampoco tienes por qué ocultarlo. Eres una mujer, eso no te es negativo ni te imposibilita a que ellos sepan echarte un buen polvo.

Nueva pausa.  Y movió su cuerpo sacando y volviendo a introducirse el penetrador muy lentamente. Levemente su gemido escapó de su boca.

El clítoris es igual a excitación, y excitación puede ser la llave de paso, puede abrir tus manantiales.

Prueba, pero un poco, solo un poco, me produce un malestar interior, como si estuviera haciendo algo malo.

¿Quién te juzga?

Algo invisible, no se describirlo.

Deséchalo y piensa que de seguir así terminaremos en un hospital, haremos el ridículo cuando digamos que nos pasa, se van a partir de risa por ser tan ignorantes.

No puedo evitarlo.

Cuando te roce, ese roce será un mimo, debería hacerlo con la lengua, pero desde allí el penetrador no me llega y además debo repasar en qué estado se encuentra esa rotura, piensa que el orificio vaginal es un esfínter, solo que este permite entrada y salida, y cuando termina el sexo se relaja y cierra, por el contrario si hay excitación se dilata levemente, espera que el penetrador haga el resto.

Adelante, primero los dedos, luego veremos.

Dos dedos le buscaron, pero no le rocé hasta que le tuve cogido con la punta de los dedos y tampoco rocé su pequeño glande, luego mis dedos se adentraron hacia el fondo, ese fino cordón no estaba excitado y en su fondo, fui rozándole de adentro afuera, poca presión.

Dime que sientes, pero debes esperar un poco, posiblemente tarde en llegar a tu cerebro, estás cerrada, te niegas sentir el sexo y eso lo complica.

No dijo nada, sabía de mi cambio, ahora podía poner precio y buen precio al ver la clase y status social, pero no, me embargaba una extraña sensación de ofuscación. Mi pensamiento era modelo-artista y con resultado, yo era un personaje secundario debido a su estado.

Cambiemos de postura, aparte de que descanses, podrás sentir algo diferente, al macho dominador encima y las nuevas sensaciones del penetrador entrando en tu vagina, abierta. Tu postura será diferente, ya que tendrás las almohadas debajo de las nalgas, de esa forma estarás cómoda y como sumisa, tus rodillas separadas mostrándome tu vulva, rendida, entonces yo, dejaré descansar tu dolorido arco, y mamaré tu clítoris, ese pequeño pene que no penetrará nunca, es muy parecido al penetrador, dispone de prepucio aunque se retira por sí solo, dejando fuera al glande, ese que mamaré muy despacio y cuando te retuerzas de placer, entonces te penetraré muy despacio, y lo que sentirás será diferente, y no anticipo más ya que necesito respuesta de tu cuerpo, exactamente del nivel de placer que sientas, y tranquilízate, no me correré dentro, eso espero que me lo produzcas tu fuera de tu vagina ¿Qué te parece el cambio?

Silencio de nuevo, era un espacio uniforme.

Aceptadas, todas aceptadas, aunque reprimo muchas, en el fondo me da vergüenza sentirlas, no sé.

Mujer sumisa, eres libre, nada ni nadie puede impedirte disfrutar del placer del sexo, tu condición de mujer te hace sentir más placer que el hombre, no la desaproveches, esto no se puede repetir, es la primera vez y te aseguro que la siguiente no es igual.

Espera, ahora siento el correr de una gota, estarás manchado, te lavaré.

Me apartó de una forma sorprendente y escapó de la cama, desapareciendo, bueno, como si la viera, vaya tontería, supuse ganar tiempo por lo que estaba por llegarla.

Volvió al poco tiempo, y me pasó una enorme gasa humedecida por donde creía que me había goteado, aunque tampoco la dejé que se distrajera, le dije que se acostara en el centro de la cama, levanté sus piernas y debajo puse la almohada, de esa forma la pelvis quedó ligeramente elevada, y al tacto medí la distancia, serviría, me arrodillé entre sus piernas separadas.

Medí la altura de su vulva y cambié de idea en un sentido, aunque la oscuridad permitía cierta impunidad, puse la mano izquierda extendida en su vientre, eso permitiría controlar las vibraciones que sentiría de forma de corregir la forma de excitarla, algunas veces el orgasmo se da la vuelta rompiendo la armonía y lo peor, nunca lo olvidará.

Mi boca recorrió su vulva, ella se encogió instintivamente y sus dedos se introdujeron en mi pelo, se cerraron sujetando mechones. Seguí con mi idea y en el orificio vaginal probé su sangre, después introduje la lengua, esperaba alguna señal, pero no se movió, todo parecía estar en orden.

Entonces volví a la carga y con la punta de mi lengua rocé el clítoris, se estremeció ahogando un grito, intentó juntar las piernas sin conseguirlo, entonces mojé con saliva el clítoris, sin rozarle, en su vientre algo se movió, un ligero temblor muy conocido, la raíz del orgasmo estaba siendo regada, faltaba asaltar su mente y entonces llevé la punta de la lengua por detrás del clítoris, ese cordón empezaba a endurecerse y le recorrí despacio desde afuera hacia adentro, ocupa la parte superior en el interior de los labios interiores, más pequeños, y de nuevo movió sus caderas, jadeó levemente.

Volví al clítoris, nuevo roce y fue cuando sus manos sujetaron mi cabeza suplicándome.

¡No por favor!, ¡no lo resisto!, siento miedo de lo que siento en mi interior, tengo estremecimientos desconocidos, pierdo el sentido de la realidad, me lo voy hacer todo encima, tiemblo y me hace perder el control de mi cuerpo.

Levanté la cabeza, absurdo, iba a mirarla sin verla.

Debes resistir, esa fotografía necesita que te hayas retorcido de placer, y en escala alta, alejado de la vulgaridad, no sé si me entiendes.

No, no entiendo nada del sentido del placer, he crecido aislada del mundo. No me reconozco por todo lo que he hecho para mantenerte a mi lado, si te hubieras marchado seguramente hubiera puesto fin a todo, no debí nacer.

Me estaba asustando, sabía mantenerme en jaque y tomé buena nota de ello y sus palabras. La pelota seguía en mi tejado.

No veo tu sumisión, tampoco tu humillación voluntaria, desecha los falsos tabúes, esto no es un juego, eres de mi propiedad y por tanto me debes obediencia absoluta, quiero que resistas y asumas el placer que te niegas de esa parte de tu cuerpo, es decir que te niegas al deleite que produce la excitación que crece lentamente.

No le dije la verdad, la fotografía precisaba de llegar al final, del éxtasis, yo llenaría su vagina de semen, era necesario para elevar ese espíritu, la fotografía tenía que hacerse en un instante preciso, el cual yo ignoraba, incluso llegando a interrumpir el movimiento de penetración y retroceso para volver a penetrar hasta el fondo de su vagina, todo formaba parte de un todo.

Ahora si me humillas al recordarme mis palabras y el lugar en que me puesto, no entiendo que destruyas lo que construyo a tu lado, no sabes valorar mi daño, lo he hecho por ti y tu me apartas, me sitúas en un lugar desconocido, no sé si tendrás más sumisas, y eso me haces sentirme mal.

No te humillo, no te he pedido nada, no sabes nada de las perversiones que existen, te trato con respeto y si no es así demuéstrame lo contrario.

Temo ese gusto que siento, me desconcierta y tampoco se explicarme. Se comprensivo por mi torpeza.

Seguí rozándole levemente y ella tensaba su cuerpo, gemía desconsolada pero obediente. Mi mano extendida en su vientre controlaba su excitación, presentí que se resistía a los orgasmos, y eso le haría daño, el placer rechazado de su fuente se revierte convirtiéndose en lo contrario y en cada uno es diferente, algo me dijo que en ella, una mente limpia podría ser fatal. Por tanto decidí buscar otra salida y de nuevo volví a la penetración, ella parecía menos tensa y le dije al oído.

Ahora vamos a terminar lo que hemos empezado, yo penetro en tu abierta vagina y tú vas a mi ritmo, empujas o retrocedes, debemos armonizar ese movimiento, pero te aviso que ese placer que sientes cambiará, te producirá impulsos que se convertirán en algo parecido temblores internos, es cuando reconocerás a los orgasmos, ese placer que procuraré mantener en un bajo nivel, más adelante procuraré que subas un escalón, el orgasmo no es básico, hay que encontrar ese punto para escalar ese escalón, te aseguro que ese nivel de placer puede llegar a hacerte flotar en un extraño sueño, no es como cuando duermes, ese estado del que te habló te lo produce el reflejo del placer que sientes.

No dijo nada y lentamente el penetrador llegó hasta el fondo, sujeté sus caderas y le fui incitando cual debía ser su movimiento, y la vez siguiente lo hizo regular, hasta que lo consiguió, fue cuando mis dedos volvieron al clítoris, me di cuenta que se despistaba, perdía el control de su movimiento y otras veces movía su cuerpo de otra forma, jadeaba en silencio y sus manos extendidas mostraban sus dedos que apuntaban con sus uñas a mi vientre, había veces que entraba hasta el final  y que sus uñas se clavaban  como si fueran estacas defensivas, y otra vez su garra se cerró, gemía de forma diferente, me hizo pensar que estaba en el buen camino, y me pareció que tuvo el primer aviso de orgasmo leve.

Refrené la marcha, entré muy despacio y más despacio salía, ella se removía y arqueaba levemente su cuerpo, un murmullo inteligible escapaba de su boca, no estaba seguro, pero el momento de la fotografía se acercaba y no tenía nada montado.

Para un poco, algo ha cambiado en mi interior ¿Lo sientes?

Era cierto, su vagina disponía de cierta humedad, insuficiente pero de momento aceptable. Detuve mi andar, y puse mi mano extendida en su monte de venus, ese era otro punto de excitación, se dice del punto G pudiera encontrarse en la vertical, pero la experiencia me ha demostrado que presionando el monte de venus te llevas sorpresa, como ellas.

Y Presioné esa almohadilla que absorbe las envestidas del macho, fui cambiando de lugar y en la parte baja, cerca del clítoris, se movió, y gimió como si fuera un lamento.

Es una extraña sensación, debes parar, procuro pensar que es agradable, pero hay algo que lo obstruye.

Debes ver el sexo como es.

De nuevo silencio. Su cuerpo se movía pero sin la forma que lo hace cuando te lo pasas bien.

Ahora pienso cuando te corras dentro, antes me gustaría ver qué ocurre, como es.

¡De acuerdo! – Respondí conforme.

Es que tengo miedo a que lo hagas ahora, la próxima vez que me folles podrás hacerlo, tendré puesto el preservativo femenino, ahora no, me produce inquietud estar desprotegida.

Podía ser la causa del bloqueo.

Puedes estar en poder de la razón, vamos a plantarnos aquí, tu mente no puede estar ocupada por el temor a que me corra dentro sin tu permiso.

Y despacio retrocedí saliendo, y cuando el glande llegó al arco, ese anillo se dilató para permitirme la salida, ella ocultó un corto suspiro. Nos sentamos en la cama, ella rodeo el penetrador con su mano y empezó, sujeté su mano.

Precisa de humedad.

Lo entendió perfectamente, lo introdujo en su boca despacio, su lengua le rozó y empezó a sacarle y meterle en su boca, fue despacio. No le di importancia y pensé que terminara cuando antes, sabía que no le gustaba nada lo que estaba haciendo y cuando estuve a punto, retiré su cabeza, ella entonces siguió con la mano y exploté.

Quedé tendido en la cama, ella movía la mano de vez en cuando, parecía que procuraba extraer todo el semen. Y cuál fue mi sorpresa cuando de nuevo mete el penetrador en su boca, lo mantuvo dentro y luego le sacó despacio.

¿Qué has hecho? – Pregunté perplejo.

Fue un consejo de mi hermana.

Soy un desconocido, has arriesgado mucho.

Mi hermana sabe mucho y me dijo que no muestras rasgos del tío con problemas que se chuta mierdas para estar en forma. Tu pulso, tus retinas y tus ojos en constante movimiento, buscas, cazas y esa fragancia que desprende tu cuerpo, tu forma de hablar, pronuncias al hablar, piensas, tienes ideas, y terminó diciendo que un tipo infectado no se comporta así, y sobre todo un detalle, tu pulso no tiembla, y el color de tu rostro indica que no eres alcohólico, como tú aliento.

Tenía cerrados los ojos, pero según la iba escuchando iba apartando de mi mente de lo que me hacía sentir la ciega, ya que estaba pasando sus dedos por el semen. Intentaba recoger semen del pequeño charco que se había formado en su base.

Luz, le pusieron el nombre adecuado, su proximidad anulaba todos mis sistemas, era brillante y me cegaba, y me hizo llegar a la conclusión que había sido observado, además con detenimiento. Decidí salir de dudas.

¿Esa conclusión en tan poco tiempo?

Mi tono fue de incredulidad.

No seas torpe, tampoco ingenuo – Dijo jugando con su dedo en el semen, sentí su pelo en la parte interior del muslo, intentaba oler el semen - La fotocopia de tu DNI no estuvo quieta desde que la hicieron, mi hermana puso en marcha tu picha, quise decir tu ficha. Tenemos una empresa de seguridad, ya viste a los muermos de la entrada, es del grupo de empresas que mi madre creó, en realidad es un pequeño imperio, y esta empresa empezó a rastrear tu número, sabemos más de ti que tú mismo, incluso donde te gastas el dinero, tu visa habla por ti. Tenemos acceso a las facturas de compras de los supermercados, sabemos que vino te gusta más, como las frutas exóticas las combinas con ciertos alcoholes y por la frecuencia que las compras sabemos tu nivel de alcohólico que puedas ser, sabemos que pagas la comunidad y deudas que tienes.

Compras el pan en una antigua tahona, no te gusta el pan que hay en la actualidad, también sabemos los datos de tu coche y multas, tienes una fotografía de un radar móvil, la velocidad permitida era de 70 y tu ibas a 91 y mala suerte, te pilló cuando abandonabas la A-5.

Tenemos fotografías del pub donde vas todos los viernes.., en invierno, apareces el 21 de diciembre y desapareces cuando termina febrero, la visa se chiva, y estamos rastreando a tus amigos. También de tus aventuras con las borrachas de tus amigas, que no te las tiras. Estoy tan protegida que no puedo ir a mear sin que Luz se entere, obedece órdenes de mi madre, es una perfecta y completa copia de ella.

Risa por su parte, mi penetrador seguía erecto en su mano izquierda le agarraba, pero su revelación hizo que se encogiera, quedando flácido en sus dedos.

Mis padres murieron en un accidente de tráfico, pero ella sabía que no se marchaba del todo de la vida, Luz es ella, se ha reencarnado nada más morir y una pregunta mía, no interviene Luz “Que es lo que más prefieres o te gusta del cuerpo de una mujer”.

Su abrazo, paso hambre del abrazo de una mujer, mi rostro entre sus pechos y su abrazo protector.

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