Nuevos relatos publicados: 13

Film amateur

  • 5
  • 5.764
  • 9,73 (15 Val.)
  • 0

Estás frente a la cámara; te pregunto cuál es tu nombre; luego tu edad. Más adelante te converso sobre si tienes novio. Dices que sí, pero que no te satisface lo suficiente. ¿En lo sexual? Sí, en lo sexual. Dices que lo haces por dinero pero también porque buscas experiencias nuevas; usas una máscara de conejita que te hace ver tierna. Cruzas la pierna y detrás de la máscara veo una mirada que es como un rayo láser atravesando mi mente. Me pregunto si intentas leerme a mí como yo intento leerte a ti. ¿Qué pensarán tus padres y tu novio de esto? Ríes divertida. Supongo que les disgustará pero porque los criaron en una cultura anticuada; una cultura de odio y autodesprecio; nos enseñan que nuestro cuerpo y nuestros deseos son sucios, que la naturaleza se equivoca, que los sacerdotes tienen razón. Pero los sacerdotes fornican niños y eso me parece más antinatural que tener sexo por consenso entre dos personas mayores. Si Dios me dio una vagina es para que disfrutara de ella, ese es el Dios en el que creo, un Dios que quiere que forniquemos como animales, que saciemos nuestros instintos básicos, dices y luego ríes abiertamente, terminando en un ataque de carcajadas. Creo en Dios y creo en la política; pero creo en mi Dios y en mi política… Sexo y libertad. Tu sonrisa es perfecta, tus dientes están parejos y tus labios delgados y rosas.

¿Qué quieres que haga? Preguntas coqueta y miras fijamente al lente de la cámara. Levantas un poco tu falda que es de mezclilla y cortísima; muevo la cámara para enfocarla desde tus pantorrillas y subiendo lentamente por tus piernas. Debajo de tu blusa de Hello Kittie logró distinguir un par de pezones erguidos. Hago zoom sobre las pequeñas areolas. ¿Y tu novio? No creo que una persona sea dueña de otra persona; ya le dije que creo en la libertad… Eso significa que si está conmigo por amor, seguirá conmigo por lo mismo… No por posesión, la posesión es estúpida, posees una estatua de yeso de un unicornio, pero no puedes poseer a una persona. Menos a una persona como tú. Sonríes y te sonrojas un poco. Quítate la blusa. Te la quitas y ahí están, un par de pequeños senos erguidos, son deliciosos y tiernos, con pezones rosáceos y, estoy seguro, sabor a caramelo. Las delicias de la juventud, digo y pongo un pulgar arriba enfrente de la cámara. Tomo la cámara en mis manos y la muevo suavemente sobre tus pezones. El cristal choca contra tus pezones, lanzas un pequeño gemido. De verdad eres una chica traviesa, te calientas rápido. Aprieta tus pezones. Lo haces. Entonces percibo por primera vez que tus uñas están pintadas de rosa. Uñas largas, dedos delgados; aprietas inmisericorde las puntas erguidas, sobas la areola, agitas toda la teta.

¿Me quito el short? Quítatelo y muéstrame tu culo. Lo haces, me muestras el culo pero sin quitarte las bragas. Las bragas también son de Hello Kittie, está el gatito justo en el lugar del ojo de Sodoma. Mueves tus nalguitas para allá y para acá; tu culo es pequeño pero antojable, compacto, redondo. Doy una pequeña nalgada y volteas a verme, primero con cara de susto y después esbozas una sonrisa de lo más coqueta. Te volteas y alcanzo a ver la humedad en tus bragas, ¿qué es esto? Pregunto y toco con mis dedos por encima de tus labios vaginales; en verdad humedeces a prisa. Mamádmela pequeña pervertida, sacas mi pene del pantalón y sin quitarte tu antifaz de gatita ni un momento, comienzas a lengüetear despacio mi glande y a bajar en espirales hasta meter mis huevos en tu boca. Tu lengua experta y tu ímpetu hace que mi verga de inmediato se ponga gruesa en tu garganta, volteas a ver la cámara y sonríes. Besa la cámara. Lo haces y vuelves a mi sexo, subes y bajas, la mamas, la besas, la mantienes en tu garganta por mucho tiempo, hasta que unas pequeñas lágrimas resbalan por tus ojos. Escupes mi pene y lo vuelves a meter en tu boca. Tocas tu clítoris. Te masturbas mientras mamas mi verga. Te tomo de los cabellos con la mano izquierda mientras sujeto la cámara con la derecha y te atraigo, te fornico la boca y me vengo sobre tu antifaz de gatita. Filmo las gotas de semen resbalando que tratas de agarrar, inútilmente, con tu lengua.

Te estás vistiendo, pero te digo Espera, todavía no terminamos. Más que mostrar decepción, muestras una especie de alegría infantil; el juego inesperado, el infinito y el caos abierto de par en par para sorprender tu mente inquieta. Estás muy húmeda. Tu lubricación es tanta que está resbalando por tus muslos. En este trabajo apreciamos esa dedicación. ¿Te gusta sentirte como una puta? Sí, me encanta, dices y metes un dedo a tu boca con coquetería. ¿Te han cogido dos tipos al mismo tiempo antes? No, sería la primera vez. Bueno, lo vamos a intentar ahora. Ya por esto cobrarás lo acordado, aunque todavía es casting. ¿Lista? Sí. Dos tipos entran en escena, uno gordo y uno flaco, ambos con pene de unos 20 centímetros. Están desnudos y erectos. Te montas de espaldas inmediatamente en el gordo, mientras el flaco se agacha para morderte los pequeños pezones y lanzas un ligero aullido. Luego el flaco mete su miembro en tu boca. Ambos penes entran sin problema. Tú brillas cada vez más, produces luz propia como una verdadera pornstar. Hago un zoom de tu boca entreabierta, tu pequeño gemido, tu pequeña muerte. No sé qué número de orgasmo sea este, pero captar el momento fue como captar un poema. Uno te penetra por la vagina y el otro por el ano. Gritar y arañas el tapiz del sillón. No me quiero quedar atrás y con la lente de la cámara acaricio tus pezones y tu pubis. Capto tus gemidos. Los dos penes dentro de ti. Tu luz que se va haciendo más brillante hasta explotar y resplandecer a todos. Corte. Te quedas. 

(9,73)