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Follado en baños públicos con espectador inesperado

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Esto que voy a contar, ocurrió hace ya unos cuantos años. En la ciudad que ocurrieron los acontecimientos; totalmente reales; hoy a cambiado algo, pero los que conozcan la ciudad, se darán cuenta de cuál es, y los lugares en que ocurrió.

Aquél día andaba caliente como un perro, y tenía ganas de que me follaran bien follado.

Serían las 10 de la noche, cuando me empecé a duchar, y prepararme bien, por si había suerte.

Una vez preparado, recién duchado, y con el culito bien preparado, salí de marcha al centro de la ciudad, a ver si ese día había suerte.

Después de dar una vuelta por la zona de pubs de moda; zona del Orzán; y tomar algo, como ya era algo tarde, fui paseando por los cantones, mirando de cruzar a los jardines que corren en paralelo, donde suele haber marcha. Como no me atreví; aún era algo temprano para ir por esa zona, se me ocurrió seguir a la plaza de Pontevedra.

Allí había una plaza con una cafetería, parking subterráneo, y en uno de los costados de la plaza, había unos aseos públicos.

Para ir a los aseos había que bajar unas escaleras, al llegar abajo, había 3 puertas. Aseo para niños, señoras y caballeros; entré en este último. Al entrar, a la izquierda, quedaba una pileta para lavar las manos, a la derecha, seguía el pasillo, y nada más empezar había 2 o 3 urinarios, justo en el lado derecho. Al seguir el pasillo, había 3 servicios, y al fondo y de frente, una puerta cerrada, donde guardaban los útiles para la limpieza.

Al entrar, fui hasta el último aseo, viendo que no había nadie.

En este último aseo, se me ocurrió entrar para aprovechar a mear, y así vaciar la vejiga, ya que me estaba apretando un poco.

Nada más terminar de mear, escuché entrar a alguien. Sabía que era tarde; 1 o 2 de la madrugada, realmente no recuerdo muy bien la hora; y que ese día no era de mucha afluencia de gente.

La persona que entró, al percatarse de mi presencia, siguió hasta el final, que era donde yo estaba, y con la puerta totalmente abierta. Al llegar a donde estaba, me giró por el hombro, y ver mi herramienta.

Al llegar a donde yo estaba, ya pude ver quien era; era conocido; lo conocía de ver por la zona de la Marina, concretamente en el pub Salón. Me fijé, y ya venía con la polla de fuera.

Él agarró mi polla, al cual yo respondí, agarrando la suya. Era algo más larga de la media, y lo que me llamó la atención, fue lo suave que se notaba, al tacto con mi mano.

Daba realmente gusto acariciar aquella polla, por lo suave que resultaba, y como ya he comentado, algo más larga de lo normal.

La moví haciendo una ligera masturbación, pero seguía con la boca abierta, por lo suave de aquella polla, larga y bien formada; no era gruesa, ni desproporcionada; era larga bien derechita, y nada gruesa; más bien tirando a delgada.

Empezó a desabrocharme el cinturón, siguiendo por el pantalón, mientras yo seguía acariciando aquella suave y maravillosa polla; hoy me pregunto como no se me ocurrió agacharme a chupar aquel maravilloso manjar; si fuese hoy, no quedaría sin una buena mamada.

Cuando terminó de desabrocharme el pantalón, me bajó el mismo hasta las rodillas, junto al slip, que llevaba, y agarrándome por la polla, tiró por mi hacia él.

Me giró, quedando yo de frente al pasillo, y mirando hacia la puerta de entrada. Acto seguido, levantó mi ropa, hasta los hombros. Con una mano en mi espalda, me invitaba a que me inclinase un poco hacia delante, y con la otra, estaba echando saliva a su hermosa y suave polla. Yo había girado la cabeza, para ver lo que hacía, justo cuando metía su mano en la boca, llevando su saliva a mi caliente agujerito.

Volvió a presionar con la otra mano en mi espalda, para que me inclinara un poco más, y al mismo tiempo, arrimando su hermosa polla a mi agujerito, con un movimiento de cadera, procedió a clavarme aquella lanza larga y suave en un movimiento rápido y sin parar.

En ese momento di un respingo, pero ya estaba toda dentro de mi culito aquella maravilla de polla.

Notaba sus huevos y pelvis pegados a mi culo, me dio un par de culeadas, y con la polla en lo más profundo de mi culo, me agarro fuertemente por la cintura, y tirando por mi hacia él, fue entonces cuando me habló. Me dijo, tranquilo, no pasa nada, vamos para aquí; refiriéndose a que fuese un poco hacia atrás, para que él se apoyase en la puerta donde se guardaban los útiles de limpieza, así estaría más cómodo. El problema era que yo no tenía donde agarrarme; solo podía poner la mano izquierda en el marco de la puerta de ese último aseo, y la derecha, apoyarla a la pared de azulejos, que quedaban en paralelo a nosotros, con lo que cada vez que el me culeaba, yo no me daba sujetado.

Cuando me sujetó por las caderas, y tiró por mí hacia atrás, y al yo inclinarme para sujetar el pantalón y slip, y poder ir hacia atrás, le salió la polla de mi culito, pero tan pronto di un par de pasos hacia atrás, la misma se volvió a introducir sin ningún problema, dándome un gran placer.

De esta manera, empezó a bombear, llegando la polla de aquel semental, hasta lo más profundo de mis entrañas, causándome un gran placer, por lo que pronto con el vaivén de las embestidas, mi pobre polla, se bamboleaba salpicando semen, por todo el pasillo.

Empezaba gemir cada vez más, y queriendo que la  polla me llegase a lo más profundo de mis entrañas; me estaba haciendo poner de puntillas, además de no poderme sujetar bien. Pero como me estaba gustando aquella follada, de aquel semental; follaba divinamente.

Estando en plena faena, y escuchando nuestros gemidos, de repente apareció en los aseos, un joven de unos 25 o 27  años, quedando el mismo sorprendido, y mirándonos fijamente, y sin perder nada del espectáculo, hasta que terminó el semental que me estaba follando de aquella manera tan salvaje y majestuosamente.

Cuando vimos entrar al joven, el semental que me culeaba, volvió a hablarme, y decir de nuevo, que tranquilo, que no pasaba nada. La verdad que a aquellas alturas, y con la calentura, y lo bien que estaba siendo follado, poco me importaba que tuviéramos espectadores. Como si en aquel momento, me ve toda la ciudad. Seguiría inclinado, con los pantalones y slip por los tobillos, y dejando que me follaran toda la noche. 

Al poco el semental que me follaba, empezó a darme más fuerte, y con culeadas más profundas, haciéndome poner de puntillas, cada vez que me la metía, por lo que supe que estaba a punto de llenarme el culo de leche. Dio 4 o 5 estocadas más fuertes, y noté como me llenaba el culito de leche; aaah, que gusto me estaba dando.

Cuando el semental terminó de darme esa gran follada, que aún ahora recuerdo, y me pone tan cachondo, que me vuelvo a correr yo solito, y si llego a saber que folla tan maravillosamente, y lo hermosa, y suave polla que tiene, más de una vez me hubiera dejado follar por aquel semental, al menos en los baños de la playa, donde lo vi una vez, y otra en el baño del Salón, donde una vez coincidí con él, al entrar yo a mear; al terminar él de culearme, se fue hasta la pileta, la cual quedaba a la entrada; justo donde estaba el espectador, y allí se empezó a lavar esa suave y  larga polla.

Yo al mismo tiempo, levantando mis pantalones, y slip, y con mi polla chorreando semen, saqué un papel del bolsillo del pantalón, y lo pasé por mi culito, para limpiar el mismo, de la gran cantidad de leche que me estaba escurriendo, de aquella grandiosa follada que terminaban de darme.

Pero como todavía estaba más caliente que cuando empecé, y con el morbo de aquel inesperado espectador, el cual no dejaba de mirar como me follaban, con la mano le hice señas, para que se acercara. El joven ya tenía la polla fuera del pantalón, y se mostraba como un burro de empalmado que estaba.

Este era algo más alto que el que terminaba de follarme, y sin haber salido aún de los baños, el joven espectador, se acercó con aquella herramienta. Era más o menos igual de grande, pero esta era algo más gruesa, pero también muy apetecible.  Así que sin más preámbulos, me giré hacia el aseo, poniendo el culo a su entera disposición.

Al momento y sin pensarlo 2 veces, el joven, se dispuso a penetrarme con aquel caliente falo que se gastaba.

Nada más meterlo, empezó a bombear, haciendo que chillara de placer. Aquella noche, 2 grandes pollas me estaban follando y terminado de romper mi cerradito culito.  Esta segunda polla, me llenaba más el culo, pero con lo lubricado que tenía yo el culo en esos momentos; lleno de leche de la follada que terminaban de darme, y la gran calentura que tenía, estaba disfrutando de lo lindo, además no paraba de chorrear leche por mi polla, salpicando por todas partes, con el vaivén de las embestidas. Ahora de este segundo semental.

En poco tiempo, empezó a clavarme la polla más profundo, y rápido. Justo cuando yo empezaba a correrme abundantemente, y sin tocarme para nada la polla, el joven espectador que ahora me culeaba, me llenaba el culo de una espesa y abundante leche, parecía que llevaba tiempo sin correrse, porque de verdad que fue una gran cantidad de leche la que me soltó en mi culito. O llevaba tiempo sin correrse, o fue el calentón que tuvo  mientras estaba de espectador en la primera follada que me daban.

Terminada esta segunda cogida de la noche, y después de limpiarnos, él se guardó la polla y subiendo sus pantalones, se marchó.

Lo mismo que hice yo, una vez que me lavé un poco el culo en la pileta; al menos refrescaba el culito, no se fuera quedar caliente, y con más ganas de follar. Subí el slip y pantalón, me coloqué la ropa, y marché andando para casa, muy contento, feliz, y bien follado.

Por cierto, que esto no es fantasía. Es auténticamente real.

En otra ocasión ya contaré otras buenas folladas, que recibí en estos baños públicos, y en otros lugares de mi ciudad.

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