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La chica del bañador amarillo

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La había visto ya varias veces por esa piscina. Una mujer alta, bonita, con un cuerpo fabuloso. Se notaba que era consciente de las miradas que atraía. Y encima con ese cuerpo enfundado en un bañador amarillo claro. Era raro que ningún hombre o alguna mujer no le quitase la vista de encima e incluso alguno mas la mirase de espaldas hacia su hermoso culo, cuando ella se daba la vuelta. Yo, para que mentir, también me había fijado en ella, pero desde la seguridad que hace que una mujer como esa nunca se fijaría en ti.

Después de un mes de vacaciones en la playa volví a esa piscina. No esperaba verla de nuevo por allí, ya casi a finales de agosto, pero allí estaba, tumbada en una hamaca y con su eterno bañador amarillo.

-¡Hola! ¿Qué tal? Me dijo.

-Bien. Respondí yo sorprendido. No había nadie más delante de ella en ese momento, así que solo podía dirigirse a mí.

-Veo que sigues por aquí a estas alturas del verano. Como yo claro, jeje.

Su risa me fascinó tanto como su cuerpo.

-Claro, le contesté. Me gusta apurar el verano hasta el final.

-Y a mi, ya estoy muy bronceada pero aun así me gusta tostarme un poco mas.

-¿Cómo te llamas? Me preguntó.

-David me llamo… ¿Y tú?

-Sofía.

-Encantado Sofía.

-Igualmente David.

-Veo que ya casi nos hemos quedado solos.

-A estas horas si, ya casi están a punto de cerrar.

-¿Te apetece tomar algo en el bar? Me dijo Sofía.

-Pues si claro, le dije. Si una mujer así habla contigo y luego te invita a tomar algo, hay que estar tonto para decirle que no.

Después de una pequeña charla y tomar un par de refrescos, me confesó que no bebía alcohol, acabamos despidiéndonos.

-¿Vendrás mañana? Me pregunto.

-Pues creo que si, por aquí estaré.

Nos despedimos y no pude evitar volverme a mirar su culo. Ya que en el bar no pude fijarme en sus tetas… ¡Vista al frente! ¡A sus ojos! pensé, no le mires las tetas, no le mires las tetas, pues ahora me recreé en su cuerpazo de espaldas.

Cuando llegué a las duchas tenía una erección de caballo y no puede aguantarme, me la casqué allí mismo y dejé que el semen saliera a chorro. Me aguanté el placer que sentía para no gemir por si acaso algún despistado seguía aún por allí.

El día siguiente amaneció nublado y temí que lloviese y no pudiera ir a la piscina. A las 6 de la tarde el día seguía nublado pero me presenté allí esperando ver a Sofía, la chica del bañador amarillo.

Al entrar en la piscina me llamó desde su hamaca. ¡Hola! ¡Uf! estaba increíble, aunque la había visto solo hacia un día me parecía más guapa aunque el día anterior.

-Ven aquí guapo, me dijo. Creo que ya sabía por dónde iba.

-¿Qué tal Sofía?

-Muy bien. Se acercó a mi oído y me dijo: ¿Sabes? me pones a cien.

-Tengo que confesarte que tú también a mí. Estás muy buena y ayer no pude evitar hacerme una paja pensando de ti después de irte. Después de irte tu, me fui yo, jejejeje.

-Que malo eres, jejeje. Bueno he pensado que hay por ahí un rincón solitario donde tu y yo podríamos ya sabes, conocernos mejor.

-Vale, pero tengo que decirte que no he traído condones.

-Yo tampoco, no importa, pareces un tío sano. Cuando vayas a correrte me avisas y te sales.

Me quedé un poco sorprendido por su normalidad. ¿Quieres follar sin condón con un tío al que acabas de conocer? Bueno que mas da. La vida es corta y hay que aprovecharla.

-Yo iré primero y tu me sigues en un par de minutos. ¿Ok?

-Claro Sofía, te sigo en dos minutos.

Después de ese tiempo me fui a donde me dijo y me la encontré con la parte de arriba del bañador bajada enseñando ese par de hermosas tetas que me imaginé que tendría con el bañador puesto.

-¿Qué, te gustan? -Claro, le dije. -No podía dejar de darme cuenta que ayer en el bar hacías esfuerzos para no mirarlas, jejeje.

-Pues sí, para que voy a mentirte.

-Ahora deja de hablar y cómemelas

-Ummmm... empecé con un pezón y luego fui alternando con el otro.

-Aahhhh!!! Siii guapetón, que bien me chupas!!!!

Entonces agarré su teta izquierda y la chupé con todas mis ganas. Después la otra. Para entonces mi rabo estaba como un mástil y ella lo notaba. Entonces se abrió de piernas y empezó a frotar mi polla entre sus piernas.

-¡¡¡Ufff como me pones David!!!

-Siiii, Sofía, frótate toda….

-Siiii, siiii, aaaaaahhhhh. Me voy a correr, me voy a correr.

Me estaba poniendo mas cachondo aún de lo que estaba, viendo esa cara que ponía al borde del éxtasis. Se tapó la boca para no gritar al correrse porque aunque estábamos lejos de la gente no había mucha distancia y alguien podría oírnos. Su coño rezumaba jugos que mancharon su bañador. Yo no me había corrido pero estaba en éxtasis.

Cuando se recuperó me pidió que entrara ya en ella. Se levantó el bañador de un lado y yo dócil como un corderillo se la metí. Aaaaaaahhhh, la tienes muy grande, me dijo. La verdad es que mi tamaño de polla es normal pero para ella en ese momento era lo mas.

Empecé a bombearla despacio, porque sabía que con lo excitado que estaba, no iba a durar mucho. No era fácil follársela porque el bañador rozaba mi pene, estábamos haciéndolo contra una pared y mi pene rozaba su bañador por arriba. No era lo mas cómodo pero yo disfrutaba mucho. Después de unos cinco minutos de bombeo la avisé: No puedo aguantar mucho, voy a correrme.

-Vale, me dijo, puedes sacarla. La saqué y justo en ese momento me corrí en su bañador.

-Jo, me has puesto perdida, jejeje. No pasa nada, ya tocaba lavarlo.

-La próxima vez traeré condones.

-¿Tu crees que habrá próxima vez? Me pregunto algo seria.

-¿Eh? ¿No te ha gustado?

-Claro, su cara cambió y empezó a reírse. Tonto, me ha encantado. Pero la próxima vez quiero que te corras dentro de mi. Hacerlo así es satisfactorio pero prefiero tenerte dentro hasta el final.

-A mi también. La próxima vez con gomita hasta el final, jejeje.

-Bueno, ahora volvamos por separado como antes, que no sospechen.

Estaban a punto de cerrar la piscina y yo me fui después de ella. Quien me iba a decir un día antes que me follaría a una mujer como esa.

Nos despedimos hasta otro día. Me quedé como un idiota mirando cómo se marchaba Sofía, la chica del bañador amarillo.

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