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Teresa, una mami viuda

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Corría el mes de agosto, estaba en Córdoba en haciendo un trabajo para la empresa que trabajaba con dedicación exclusiva luego de finalizar mi función en la docencia.

A los 2 días de estar ahí recibí de mi madre una comunicación telefónica, bastante infausta, en ella me informó que mi amigo Roberto y su padre habían fallecido en un accidente de tránsito. La noticia me shockeó. Roberto fue compañero de la primaria y amigo del barrio, vivía a la vuelta de mi casa. Los padres eran españoles y no tenían familiares en Argentina, ya que sus abuelos habían fallecido hacia unos años.

Pensaba en Teresa, la madre de Roberto, tenía 45 años, y debía estar destrozada. Cuando volví 15 días después lo primero que hice fue ir a su casa, no era grata la situación, pero debía ir a verla, nos abrazamos y lloramos juntos. Teresa estaba realmente mal tanto sentimental como físicamente, estaba muy cambiada, era una mujer elegante, alegre, era modista por lo cual siempre estaba bien vestida. Ese día hablamos mucho de Roberto, recordábamos los momentos vividos, el cole, el fútbol, nuestra infancia.

A pesar de que la escuela secundaria la hicimos en distintos colegios jamás dejamos de vernos, aunque si vi mucho menos a Teresa y su marido Francisco. Ese día cené con ella, estaba muy delgada, demacrada, y decidí pasar a verla todos los días, no podía dejarla sola, debía ayudarla a reaccionar.

Pasaron 2 meses, y Teresa se había recuperado bastante al menos en su aspecto físico, se había vuelto a arreglar, había subido de peso y dentro de todo había mejorado su aspecto emocional, aunque siempre por cada recuerdo había una lágrima.

Yo seguía viéndola todos los días, la consolaba, la protegía, y la cuidaba, las veces que iba al cementerio también yo estaba a su lado, pero me destrozaba cuando lloraba en mi hombro, me estremecía verla así. Ella volvió a retomar su trabajo como modista, diseñaba ropa para una importante empresa.

El tiempo poco a poco iba curando las heridas, en mis visitas ya no se hablaba tanto del accidente y sus consecuencias, lentamente Teresa había retomado su vida, la actividad laboral la estaba ayudando, se estaba arreglando, tenía unos dos o tres kilos de más pero la habían mejorado, su vestimenta había dejado un poco el luto de lado, ahora sonreía con más frecuencia.

Estaba a punto de irme cuando surgió la siguiente charla

T- Debo agradecerte todo lo que hiciste por mi este tiempo me ayudaste mucho pero no quiero que te ates a mí, es hora de que hagas tu vida

G- No tenés que agradecer nada, y si estoy acá con vos es porque deseo hacerlo, me gusta estar con vos, hablar y cuidarte

Nos abrazamos, Tere me dio un beso en la mejilla, y sentí que mi cuerpo se estremecía. Ese fue el momento que sentí que mis sentimientos por Teresa eran otros, cuando la abracé pude ver por el escote de su musculosa negra los bordes de su corpiño blanco cubriendo sus senos redondos.

Esa noche me costó dormir no podía dejar de pensar en ella, en cuanto había cambiado estos 2 meses, y en lo linda que estaba. El día siguiente era sábado pase por la mañana por su casa y la invité ir al cine y luego a cenar. Me costó convencerla, tenía muchos tapujos, pero logré mi objetivo.

Pasé por su casa a la noche y como toda mujer aún no estaba lista, mientras la esperaba sentí en mi cuerpo un cierto nerviosismo, que se aplacó cuando ella irrumpió en el living, estaba hermosa y muy juvenil, cabello suelto largo apenas bajo los hombros de color castaño oscuro, cara redonda, ojos color café suavemente delineado, labios finos, maquillado con un rouge rosa, con una sonrisa muy dulce y tierna, un bléiser azul marino arremangado apenas un poco por debajo de sus codos, entallado y con botones dorados, camisa blanca de mangas largas con sus dos primeros botones desprendidos y arremangada un poquito por arriba de las mangas del saco, un reloj pulsera en su mano izquierda y jean azules levemente ajustados, y zapatos abiertos blancos de taco alto me miró y dijo:

T- Me puse lo más juvenil que encontré, espero no te disguste, traté de parecer lo menos vieja posible, así no te sentís mal

G- como puedo sentirme mal si estás muy bonita, voy a ser la envidia de todos…

Realmente nunca había visto a Teresa así, se la veía muy atractiva, muy seductora, era delgada pero tenía muy buenos atributos femeninos 89-62-92

Fuimos al cine a ver una película cómica, a comer pizza y a tomar helado. Llegamos a su casa cerca de las 3 de la mañana y acepté su invitación a tomar un café. No me quería ir por lo que acepté otro café, sentí que mis sentimientos por Teresa habían cambiado, ya no la veía como la madre de mi amigo, la veía como una mujer súper apetecible, dulce, tierna y muy bien dotada, una mujer a quien debía volver a hacer sentir la pasión…era la primera vez que degustaba cada uno de sus atributos físicos.

A pesar de no querer hacerlo, estábamos a punto de despedirnos, cuanto más la miraba, más me gustaba, llegamos a la puerta de calle y cuando le iba a dar un beso en la mejilla, noté que su camisa había perdido un botón con lo cual podía ver parte de sus redondos senos cubiertos por un corpiño de color blanco, y ahí no aguante más… la tomé en mis brazos y hundí mi boca en la suya saboreando sus delicados labios, pasaron tres o cuatro segundos cuando sus brazos y cabeza comenzaron a hacer fuerza para retirarme , ella se movía para impedírmelo era como una víbora intentando escurrirse de mis brazos e impedir ese contacto, cuando creía que sus fuerzas flaqueaban ella volvía a insistir en el rechazo, pasaron no sé dos minutos así, cuando empecé a sentir que sus fuerzas flaqueaban, y no solo eso ahora ella empezó a participar de ese beso.

Segundos después sus manos tomaban mi cintura y a partir de ahí y por varios minutos nos dimos el más dulce de los besos.

Cuando nuestras bocas se separaron ella dijo:

T- No debimos hacerlo

G- Porque no ninguno tiene nada que lo impida.

No le permití volver a hablar le dije que la amaba y volví a hundir mi boca en ella , volví a besarla apretándola a mi cuerpo sujetándola por sus nalgas y así fuimos hasta su habitación, ya en ella nuestros labios se separaron nuestra respiración era agitada, ella besó mi cara y mi cuello, yo comenzaba a desprender su camisa, hasta retirarla de su cuerpo tenía un corpiño blanco de encaje por el que asomaban las redondeces de sus senos , volvimos a besarnos apasionadamente y así entre besos y caricias fui desprendiendo su jean, hasta quedarse en bombacha y corpiño, ella hizo lo mismo con mi ropa, por último y antes de caer ambos sobre la cama desprendí su corpiño exhibiendo sus senos en forma de pera con sus pezones rosados erguidos y una aureola rosa rodeándolos.

Ambos nos metimos en la cama sujete su cuerpo con mis manos y volvimos a besarnos mientras en mi pecho sentía sus senos y mis manos sujetaban sus nalgas.

Luego mi boca bajo de sus labios besando su cuello en dirección a sus senos, ella se agitaba en la cama, gemía, daba pequeños alaridos, y su cuerpo se revolcaba sobre el colchón constantemente, mi boca besó sus pechos, luego sus pezones, deslicé mi lengua por ellos hasta introducirlos dentro de mi boca, los que se irguieron aún más, su cuerpo sobre la cama se agitaba y su boca no paraba de gemir y gritar, después de largos minutos saboreando sus pechos baje por su tórax hasta su cintura tome su bombacha y comencé a bajarla mientras mi boca besaba su cuerpo a medida que su bombacha se retiraba de él, así hasta descubrir su concha depilada entonces deslicé mi lengua por ella y hundí mi boca en ella.

 Teresa gritó profundamente y con desesperación tomo mi cabeza haciendo que su cuerpo se contorsionara hasta que sus labios se hundieran en los míos, yo fui retirando en la medida que la besaba la bombacha de su cuerpo, ella hacia lo mismo con mi slip, hasta hacerle sentir a las puertas de su vagina mi pene totalmente erguido ella gimió como nunca, su cabello revuelto cubría parte de su cara y me miró diciendo:

T- Es hermoso estar en tus brazos

G- Me encanta disfrutar tu cuerpo

Entonces nos acomodamos en posición listo para penetrarla, mi pene erguido se deslizo en las puertas de su vagina durante tal vez un minuto jugué de esa manera Teresa gemía y gritaba constantemente, sus manos me acariciaban y su cuerpo viboreaba en contorsiones sobre las revueltas sábanas hasta que casi a modo de súplica y con voz agitada me pidió que la penetrase, y aunque disfrutaba viéndola así caliente, apasionada y desesperada a mí ya me costaba continuar con esto deseaba entrar en su cuerpo…

Entonces ubique mi pene en la entrada de su vagina húmeda y lo introduje lentamente ella gritó llena de pasión, sus uñas casi se clavaron en mi espalda, nos besamos durante segundos y dije: "quieres más hermosa " y ella respondió "si dámela toda".

Su ruego casi fue una orden mi pene deseoso comenzó a introducirse en su vagina mojada hasta hacerlo por completo ella me acariciaba, y nuestros cuerpos vibraban, mi pene ya no soportaba más, por lo que acelere los movimientos, sus manos se deslizaban por mi espalda y su boca y la mía emitían gemidos de placer enloquecedor, su cuerpo se arqueaba y mi boca la besaba el clímax era infernal entonces su boca gritó como nunca y su cuerpo comenzó a agitarse en miles de violentas contracciones mientras mi pene comenzaba a eyacular en su interior, nos abrazamos nos besamos mientras nuestros cuerpos vibraban, poco a poco volvieron a la calma pero nuestras bocas nuestras manos y nuestros cuerpos seguían unidos por la pasión. Pasaron varios minutos para que nuestras bocas comenzasen a emitir palabras. Cuando la calma dominó nuestros cuerpos dije:

G- Sos hermosa, amo cada milímetro de tu cuerpo

T- Fue hermoso nunca sentí nada igual

Volví a besarla, volvimos a recorrer nuestros cuerpos, y esos besos, esas caricias volvieron a despertar nuevos deseos que nos llevaron a tener un nuevo encuentro sexual.

Luego nos fuimos a duchar, y dormimos sin ropa y abrazados y por la mañana volví a penetrarla

Estuvimos en pareja hasta enero ahí comprendimos que el deseo se había apagado y decidimos de común acuerdo separarnos, con el tiempo ella se mudó y formó un nuevo hogar, pero mientras duro lo nuestro fue puro y hermoso.

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