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El negro que más odiaba se quedó con mi madre (Parte 3)

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Continuación del relato...

Si bien pude notar como Zantiago ni tarde ni perezoso bajo lo más rápido que podía las escales de la planta alta del gimnasio y así fue como llego al tan esperado mostrador.

Zantiago al llegar al lugar donde mi madre estaba lo saludo y él se notaba muy feliz al ver a mi madre ¿curioso no?, aunque mi madre lo saludo tan normalmente como se saluda a cualquier hijo de vecino, esto lo noto Zantiago y tuvo que probar su suerte sacando meramente estúpidos temas de conversación... ¿cómo se yo esto? es fácil porque a lo lejos yo miraba.

El adolescente negro hablaba demasiada tontería, mi madre solo respondía, pero después de unos 10 minutos de hablar estupideces sin sentido, dio un giro inesperado la plática cuando comenzó el tipo a hablar de su vida, en todo sentido, es ahí cuando dio en el clavo ya que mi mama comenzó también a desahogarse, acto seguido a que Zantiago se volvió un mártir a su lado, se hacia el que la escuchaba, el que la entendía, pude ver en sus ojos y su gesto el enorme tono de burla con el que fingía interés alguno en lo que mi mamá le decía, de solo verlo como se regodeaba seguro por dentro de burla cuando mi madre le empezó a tomar más confianza y dejo de verlo como "el amigo de mi hijo" y le dio importancia como un amigo más de ella, si lo hubieran visto tan solo les hubiera dado nauseas en todo sentido, o es porque realmente me sentía enojado por ver tal acto vil y descabellado.

Yo por mi parte, cerca de ellos. Enojado al ver ese acto de burla por parte de Zantiago, pero estando custodiado por el coach del gimnasio el cual me puso una rutuna para irme acoplando al ambiente de dicho lugar y todo lo que conlleva eso. Después de haber pasado casi media hora decidí "tomar un descanso" es cuando me acerque donde estaba mi madre, pero cada que me acercaba veía como ellos dos seguían platicando, parados, en plena recepción del gym y sin titubear dos veces dije...

Yo: Hola mamá pensé que te habías ido, no sabía que aun estabas aquí

Mamá: Si, eso pensaba cariño irme, pero pues me quede hablando con Zantiago unos minutos que se nos hicieron más de media hora.

Zantiago: Si hermano, no pensé que podría yo entablar una conversación tan bien con un adulto, pero vaya que si tenemos cosas en común que en nuestra vida nos ha pasado, la plática con "TU MAMA ESTA TAAAAN BUENA" que el tiempo paso sumamente rápido. (Se tornó a tomo sumamente sarcástico)

Yo: Ah, sí, veo que te encanto platicar con mi mama, mírate, te ves tan en confianza eh negro (era obvio que había entendido la indirecta, era demasiado estúpido no haberlo entendido)

Mamá: Tranquilo cariño, no le digas así al pobre Zantiago, sonaste demasiado racista, el me comento que toda su vida ha sido objeto de burlas por su color de piel y por los típicos prejuicios tontos de la gente.

Zantiago: No se preocupe señora, sé que su hijo no me lo dice adrede, él es un muchacho respetable y se ve que ustedes no presentan los síntomas del prejuicioso en etapa final.

Yo: Disculpen por interrumpir tan amena plática, pero debemos irnos mamá me comenzó a dolor la cabeza y el estómago.

Mamá: ¿En verdad? Eso te pasa por no comer bien a tus horas y desvelarte mucho.

Yo: Si madre, lo lamento pero la universidad consume casi toda mi energía, tú debes saberlo mejor que nadie.

Mamá: Es verdad, tienes razón, vámonos casa entonces para que te recuestes un rato y te tomes una pastilla para el dolor.

Yo: Bueno compañero (le dije a Zantiago) nos vemos la próxima en la escuela (haciendo gesto de triunfo por haber podido romper esa platica entre el negro y mi mama)

Zantiago: Si hermano nos vemos en la universidad (con tono de resignación y algo de molestia)

Así salimos en el auto rumbo a casa, pero mientras las calles y semáforos transcurrían no me quitaba de la mente la cara del negro cuando mi madre le comenzó a contar cosas sobre la vida de ella, de tal manera que hasta cosas mías le comento que llegarían a ser una completa molestia total en el futuro. Pasaron 5 minutos y ninguno de los dos hablamos hasta que yo decidí romper el hielo...

Yo: Mamá ya no quiero ir al gym, este tiempo que ocupo en ese lugar, debería ocuparlo para relajarme ya que como dije mis estudios me consumen tiempo y sobre todo energía física, así que no le veo el caso desgastarse aún más.

Mamá: Deberías seguir, es una forma en la que tomas condición física más estable, además para que no andes de holgazán en casa, ya que los estudios es tu deber pero te la pasa todo el día cuando no vas a clases mirando tv o en el internet (típico regaño de madre al hijo común)

Yo: (Haciendo un gesto de disgusto)

Mamá: Jajaja que flojo eres cariño

Y así llegamos a casa y el término del día transcurrió con normalidad.

A la mañana siguiente, día de universidad, mi madre dijo que pasaría por mí para ir a almorzar.... todo en orden, clases, estudios, todo normal, llego el momento en que mi mamá se dirigía a mí, y me sentía relajado... ¡no era para más! Zantiago no había aparecido en todo el día, pero nada es para siempre...

Zantiago: ¡Heey amigo!

Yo: (No, carajo, no)

Yo: Ah... hola negro ¿qué tal?

Zantiago: Muchas clases tuve pero veo que esperas a alguien porque ya te hubieras ido... dejame adivinar ¿esperas a tu mama verdad?

Yo: Pues... si, así es, quedamos de acuerdo en ir a almorzar

Zantiago: Oh que bien, dos muchachas juntas van a comer.

Yo: Disculpa... ¿qué dijiste? (con tono de enojo)

Zantiago: ¡Oh nada nada disculpa! (con tono sarcástico)

En ese momento el claxon del auto de mi madre sonó enérgicamente.... ¡al fin ya me iría de ahí!

Mi madre bajo el espejo y dijo que subiéramos, pero noto la presencia de Zantiago y seguido de eso, el negro la saludo con algarabía, con lo que ella también le regreso el saludo, yo me subí deprisa al auto y le dije a mi mama que se nos hacía tarde (era la única opción para irnos lo más antes posible)

Zantiago: ¿porque tanta prisa amigo?

Mamá: Es verdad cariño, dejame termino de saludar a Zantiago y nos vamos a toda prisa.

Yo: Creo que no hay de otra ¿verdad?

Zantiago comenzó a reír y pregunto a mi madre...

Zantiago: Me comento su hijo que irán a comer las dos juntas ¿verdad?

Yo: ¡Hey cabron! ¿Cómo que "las dos juntas"?

Zantiago: Jajaja perdón men, no sé qué me pasa hoy día.

Mamá: JA-JA-JA (Soltó una enorme carcajada)

¡NO esperaba que ella reaccionara así, pensé incluso que me defendería pero no!

Zantiago: Bueno, yo debo irme, nos vemos en el gym más en la tarde eh amigo.

Yo: No no no yo al gym ya no volveré a ir, es pérdida total de tiempo.

Zantiago: ¿perdida? para nada, lo único que pierdes son kilos y ganas masa muscular.

Mamá: Bueno ya niños, cada quien para su destino (irrumpiendo y cortando esa patética charla)

Zantiago: Es verdad, los dejo que vayan a comer en paz, por cierto señora perdone el atrevimiento pero ¿no le gustaría también ingresar al gimnasio? es una forma de distracción y ayuda bastante.

Mi mamá solo sonrió y nos fuimos... Y así el almuerzo paso normal, hablamos de todo un poco pero nada de lo acontecido en la salida de la universidad. Paso una semana, todo normal, hasta que el día lunes por la mañana al dejarme a la universidad me dijo mi madre...

Mamá: Cariño, hoy pasare por ti puntual a la hora de tu salida.

Yo: ¿ah sí? ¿Y a qué se debe? ¿Sales temprano de trabajar?

Mamá: Al contrario, es que estuve meditándolo y decidí que... ¡ENTRARE AL GIMNASIO!

CONTINUARA...

NOTA #1: En la sección de comentarios les dejare unos cuantos enlaces de fotos de mi mamá (no, no son subidas de tono) pero varios usuarios me lo han pedido así que las compartiré.

NOTA #2: Dejen sus comentarios sobre qué les pareció el relato y sobre cada foto de mi mama, quiero leerlos amigos.

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