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Jalada de verga en un hostal

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Andando vacacionando por el viejo continente es imposible no acabar alojándose en esos hostales de habitaciones mixtas grandes con 6-8 y hasta 10 camas por cuarto. Y bueno, uno pues es joven y la calentura no respeta horario para ponerlo a uno cachondo viendo pasar a las europeas semi desnudas frente de uno.

Así andaba, viendo un desfile de tetas suecas, americanas, holandesas y de todo lo demás enfrente de mí. Más caliente que un marrano en época de reproducción, con el mástil erecto en estado permanente. Y pues un día estando creo que en Zúrich, o Múnich (?), no recuerdo, decidí tomarme el día y quedarme en el hostal para disfrutar mi soledad jalándome la verga todo el día en horas en que las habitaciones se quedan vacías de huéspedes.

Sin embargo, para mi mala suerte, veo que una de las francesas de las que habían llegado la noche anterior se sentía enferma y se quedaría en el hostal todo el día para descansar. Su litera era la que estaba exactamente enfrente de la mía. Yo estaba arriba y ella abajo y la vista, aunque no total, si me delataría en caso de que decidiera sacarme la leche tal y como tenía planeado hacer durante todo ese día. La consigna para ese día era matarme a jaladas de verga y expulsar todo ese espeso y aglomerado semen que mis guevos habían estado produciendo esos días buscando aparearme con alguna de las chicas que alegres se paseaban por la habitación con las tetas bamboleando el aire.

En fin, que la francesa no se iría en todo el día no iba a detener mis planes de placer para ese día. Y allí andaba yo, recostado con la pija de fuera y la cabeza inflamada luciendo como casco de bombero cabezón. Y mi mano derecha empezó a subir y bajar por todo el extremo del tronco deteniéndome y sobando la cabeza para aumentar el placer. Ya entrado en el onanismo puro incline discretamente mi cabeza hacia mi lado derecho en dirección hacia la cama inferior de la litera de al lado y qué creen que vi? La francesita con los ojos pelados viendo curiosa cómo me la jalaba mientras yo pensaba que dormía profundamente. Uff, no saben qué sensación, mi primera reacción fue detenerme y fingir demencia pero los ojos y la cara boquiabierta de la muchachita me obligaron a seguir con mi actividad así que, después de unos segundos, mi mano volvió a sus quehaceres con velocidad redoblada pero ahora sobándome a dos manos sin pudor alguno sabiendo que la chica de abajo se estaba llevando tremendo show VIP de forma gratuita. Con todo el cinismo del mundo estire la pelvis lo más que pude al momento de eyacular mientras sentí como un shock eléctrico que salía de mi espina dorsal salía disparado hacia todos los nervios de mi cuerpo tensando todos los músculos del cuerpo al mismo tiempo que violentos cañonazos de esperma salían disparados en todas direcciones. Los primeros chisguetes, los más potentes, salieron de la litera de arriba para irse a embarrar al piso en el angosto pasillo que separaba mi litera de la de mi espectadora colocada en primera fila.

Me limpie con lo que pude e intente quitar las manchas de esperma de las sábanas de mi cama pero era totalmente imposible. Mi abdomen, ombligo, pecho y hasta mi cuello mantenían huellas pegajosas del pecado que había cometido.

A continuación y sin querer voltear hacia mi compañera percibo que está se levanta y se inclina de espaldas a mí buscando algo en su mochila otorgándome una vista privilegiada de su hermoso culo respingado anhelando verga. Instintivamente mi mano se volvió a posicionar en posición de combate mientras mi falo crecía enorme nuevamente logrando una poderosa erección que hacía marcar las venas a lo largo de todo el tronco. Pasaban los segundos y la chica seguía en esa posición de "dame por el culo por favor" hasta que ya de plano me incorporé y me la empecé a puñetear rápido y furioso a espaldas de la chica. Incorporado y ya totalmente desnudo me flotaba la verga a dos manos implorando que la güerita volteara y me viera morbosa en esa situación. En un dos por tres la rubia voltea y se me queda viendo fijamente parada frente a mi justo en el momento en que vuelvo a eyacular ahora prácticamente en su cara. Ya no supe si la salpique o no pero lo que si vi fue su cara roja de deseo, o vergüenza. De una u otra forma fingió demencia, se sentó en su litera y dobló uno de sus pies para examinarlo. Fue cuando me di cuenta que lo tenía mojado de mi esperma de mi primera venida y vi que eróticamente se expandía todo mi semen por entre los dedos de su pie como si fuera crema. Al terminar se secó los restos de mi esperma sobre sus desnudos muslos y volteó para decirme algo en francés que no entendí y que no tuve ocasión de averiguar porque fue justo cuando los guardias de seguridad del hostal llegaban para llevarme a la comisaría. Las cámaras de circuito cerrado de seguridad habían visto y grabado todo mi show.

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