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Convirtiendo a mi esposa en puta (2)

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Paso el tiempo y después de aquella noche mi esposita se mostraba más suelta, más contenta con su papel de mujer sexy. La experiencia que tuvimos al aire libre realmente liberó un ser escondido dentro de ella. Finalmente estábamos avanzando en el tema del voyeur y sin ningún peligro.

Esa noche lo disfrute como nunca, pero paso muy rápido pues siendo la primera experiencia ella y yo estábamos muy nerviosos, sin embargo, yo a diferencia de ella soy más atrevido pues me mueve la calentura. He de reconocer que si no la dominas acabas metiendo en problemas, pero ya no había vuelta atrás, yo sabía que ella ardería en fiebre con mis más oscuros pensamientos. Tenía que seguir avanzando.

Los días transcurrieron y teníamos encuentros principalmente en moteles las veces que se podían, mi hijo lo dejábamos con mis papas o con sus papas. Ya en el motel nos gustaba abrir las ventanas y asomarnos un poco, cogerla en frente de los ventanales eso nos ponía a 100. Alguna vez repetimos la ida a aquella carretera, pero era tanta mi excitación que eyaculaba muy rápido y solo alcanzaba a aguantar unos 5 o 7 minutos antes de eyacularla. Tenía que terminar masturbándola a ella para que pudiera terminar. Con el día a día a día del trabajo, el niño, el cansancio… estaba perdiendo el filing por lo que me di a la tarea de hacer ejercicio para mantener duradero mi cuerpo. Hacía ejercicios de respiración, de concentración, de esfuerzo, tenía que ser un semental si quería que ella ardiera en deseo. Necesitaba verla arder de fiebre por mi reata.

En una de esas idas a los moteles, que dicho sea de paso conocimos varios, nos tocó un motel que tenía unos ventanales localizados en las escaleras que sirven para subir al cuarto del motel, dichas ventanas daban a la carretera principal que va a Xalapa, estaban por fuera del cuarto y si cerrabas la puerta ya no se veía nada por el ventanal. Aun así, si abre la puerta, pero apagas todo y abres las ventanas los conductores no logran ver lo que sucede a dentro, pero uno alcanza a ver todos los carros que pasan en ese momento. Esta situación nos provocó un morbo en exceso, pero ella aún no estaba preparada a dejarse coger con una vista más clara de personas que pudiesen voltear a ver hacia el cuarto, lo supe cuando al proponérselo ella dio un rotundo no. Pero a pesar de su negativa yo no dude ni por un instante en llevar a cabo el plan, en mi mente ya se había plasmado la manera en que me la iba a coger en frente de ese ventanal.

Entramos al motel y dejamos el carro abajo, subimos por las escaleras y ella iba contoneando su rico trasero; yo desde abajo lo veía moviéndose de lado a lado, ver sus prominentes nalgas moviéndose de un lado a otro hace que se me engorde el palo y me pone ansioso de verla en la posición que más me gusta, de perrito y viendo como chocan sus frondosas nalgas en mi abdomen. Antes de entrar al cuarto le di un faje en la puerta, esto con el fin de comenzar a calentarla. Ya cuando entramos a la habitación ella empezó a revisarla toda, supongo que muchas mujeres realizaran ese ritual, como que desean curiosear donde van a ser cogidas.

Ella entró al tocador del cuarto y se empezó a arreglar, tiene lencería sexy que van desde baby doll hasta lencería erótica, en ese momento llevaba un traje de colegiala, una putifalta escocesa que dejaba ver la parte de debajo de sus nalgas bien redondas y una blusa transparente que marcaba sus pezones cafés claros, dos colas en el pelo y maquillaje de golfa, como a mí me gusta. Jugamos a que ella era la estudiante y yo el malandro que quería desvirgarla, para ella era un juego, pero en realidad quería desvirgarle el culito je je.

Me acerqué a ella y la empecé a fajar, a abrazarla y a colocarme en posición de macho alfa, la senté en mis piernas y comencé a masturbarla de manera lenta, pausada, hasta incrementar la presión gradualmente, se leer su vagina pues noto cuando comienza a babear en señal de querer reata. Fue entonces que empezó la labor de convencimiento.

Alberto: Hola princesa, ¿Cómo estás?, ¿Cómo está tu cosita?, ¿Me la has cuidado?, acuérdate que ningún compañerito tuyo te la debe de meter, esa cosita es mía… (Obviamente estoy en mi papel)

Ariana: Hay hola, claro que si papi, te la he cuidado. Ningún otro va a tener mi conchita. (Obviamente está en su papel)

Alberto: Bueno pues ya que estamos solos en este cuarto y sin que nadie nos moleste que te parece si aprovechamos y te hago algo he…

Ariana: Bueno es que solo vine a platicar un rato, pero ya se me hace tarde, mis papas estarán preocupados y mi novio también, y si se enteran que no fui a la escuela la que se me arma…

Alberto: No tan rápido chiquita… a poco no quieres… si tu conchita dice lo contrario (y la comienzo a tocar por debajo de su faldita), ay estas bien húmeda, ándale… te meto la puntita sale…

Ariana: haaayy… Alberto… Mmmmm…. No papi déjame ir… suéltame… ya me tengo que ir… mmmmm… suéltame…

Alberto: Ándale Ariana, solo la puntita sale, te prometo que te meto la puntita y con la misma te la saco, solo deseo que mi verga pruebe tus jugos, que te resbale un ratito ok

Ariana: hay papi por dios que rico… mmmm… Que delicioso…

Alberto: Entonces que, te meto la puntita…

Ariana: mmmm… no porque luego se los van a contar a todos mis amigos y donde va a quedar mi reputación…

Alberto: Si nadie lo va a saber… esto es entre nosotros… ándale… si bien qué quieres… Si tu conchita te está traicionando… si no porque babeas de allá abajo… (y le empiezo a sobar más rápido)

Ariana: haaaayyy paaapiii… Huuyyyy que deliciosooo… buenoo, pero nada más la puntita siiii…

Alberto: Claro mi reina… Solo la puntita… Je je je.

En eso se levanta y la hago poner de pie contra la cama, la empino así parada como esta, me coloco detrás de ella, la sigo masturbando con mi mano izquierda rodeándola por la cintura mientras que con la mano derecha tomo mi fierro bien parado y lo llevo a su sexo, la empiezo a rozar con la cabeza la concha y ella se retuerce de excitación, me doy cuenta que ya está a punto por que se mueve de atrás para adelante sus caderas y es cuando le digo al oído:

Alberto: que inocente eres mami, te la voy a clavar TODA…

Y de un certero arponazo se la dejo ir hasta el fondo de su concha. Ella grita de placer, pero me dice:

Ariana: haaayyyy maloooo, me dijiste que solo la puntita…

Alberto: que puntita ni que la chingada, una colegiala como tu necesita verga y de las gordas…

Y comienzo a bombearla desde atrás, me encanta escuchar el sonido de sus nalgas cuando chocan con mi abdomen mientras taladro su concha con mi reata, plaf… plaf… plaf… plaf…

Ariana: Dame papi dame, haaaa, haaaa, haaaa, chingame papi chingame… hay que ricoooo

Alberto: No que no eras puta, hay si mi reputación, re puta que eres…

En esas estamos cuando le sobo el clítoris. Yo sé que arponeando a mi vieja y con su clítoris en mis manos ella se suelta y comienza a elevar sus gritos pero antes de que empiece a perder el control la como por la cintura y la levanto de un envión, la cargo y le digo: “ya estas lista putita”…

Me acerco a la ventana y ella comienza a entender que quiero hacer con ella, presa del pánico ahora me dice:

Ariana: no amor no, ahí no, nos van a ver… No no quiero… nooo

Alberto: Como de que no, ahorita van a ver los conductores como se coge una puta.

Ariana: Noooo, noooo, méteme al cuarto por favor méteme, nooo quieroooo.

Abrí la puerta del cuarto y me dirigí al ventanal, con una mano logré abrir toda la ventana de par en par, por lo que se veían los carros pasar. No era hora pico pues los carros pasaban no con tanta frecuencia. Sin embargo, si había el suficiente morbo para continuar mi plan.

Baje a Ariana y la coloque de costado al ventanal, ella estaba realmente nerviosa, pero logre apoderarme de su clítoris y la comencé a masturbar nuevamente, la besaba y abrazaba y le decía al oído: “solo va a ser un rato ok, termino y cerramos la ventana”, ella no muy convencida asintió con su cabeza y comencé a penetrarla desde atrás. Ahí estábamos yo dándole a la panocha y ella recibiendo camote, los carros de vez en cuando pasaban y yo notaba como se excitaba, en esas estábamos cuando un taxi ingresó al motel a dejar una pareja, supongo, pero al ingresar al motel de reojo alcance a ver que nos había visto, Ariana quiso soltarse y me imagino que su idea era ingresar al cuarto, pero la tomé con fuerza y le di más duro todavía…

Ariana: Dios mío ya nos vieron, ya por favor vamos a meternos…

Alberto: Como crees, ahora es cuando más duro te doy…

Plaf… plaf… plaf… Plaf…

Ariana: Ya papi haaayyy, ya papito que nos van a decir algo, hay... hay... hay... plaf… plaf… plaf...

Después de un rato vimos salir al taxista salir y le dije ya vez no pasó nada, ahora a darte camote…

Ariana: haaayy papi chingameee… chingameee

En esas estábamos cuando observamos que del lado de enfrente de la carretera se detuvo un carro a la altura de nuestro cuarto, puso sus estacionarias y observamos como el chofer del vehículo se bajaba. Ariana de nuevo se alarmó pero la convencí de que estábamos seguros dentro del cuarto. Estaba excitada pero su instinto de supervivencia no cedía.

Alcanzamos a ver que era el mismo taxista que nos había visto pues el foco de pasaje libre lo llevaba de color rojo y era la misma luz de aquel carro, seguramente se retornó más adelante y volvió a donde estábamos cogiendo. Como estaba oscura la carretera y los carros pasaban con poca frecuencia se notaba que el tipo se había bajado a orinar (generalmente los hombres hacemos eso) pero después de un rato me percate que nos estaba observando. A pesar de estar lejos era la situación ideal para hacer vouyerismo, puse más atención y con un reflejo de su luz estacionaria definí lo que estaba haciendo… y se lo dije a Ariana…

Alberto: Mira amor, mira al chofer de ese taxi, ¿sabes que está haciendo?

Ariana: Hay dios ¿nos está viendo verdad?

Alberto: No solo eso amor, se está masturbando viéndonos…

Ariana: Vámonos por favor, vamos al cuarto… y si nos reconoce… Y si nos espera a que salgamos y nos intenta hacer algo… por favor vámonos…

Alberto: No perrita, ahorita vas a saber que se siente ser puta y observada…

Y comencé a bombearla y a tocar suavemente su clítoris, sabía que se había desconectado por la situación, su miedo pudo más que su excitación y tenía que actuar rápido y a la vez suave… Lentamente me movía por detrás empujando mis caderas mientras se la ensartaba muy lentamente, deseaba que volviera a tomar ritmo, la pajeaba suavemente mientras le decía:

Alberto: mira putita, como se masturba viéndote coger conmigo mmmmmm está tocándose su verga a tu saludo, te imaginas esa verga… ¿Estará venosa o cómo será?

Ariana: haaaaaa… Vámonos… haaaaa, haaaaa, haaaay paaaapiiii…

Alberto: se nota que te gusta putita, que te vean, te estoy cogiendo con espectador incluido heee, se está puñeteando a tu salud…

Ariana: mmm… mmmmmm… mmmmm…

Alberto: Te gusta sentirla adentro reinita. Pero que putita me saliste, si bien que te gusta que te vean puta… putaaaaa… eres una puuutaaaa…

Ariana: haaaaaa, que ricoooo… huuuummm… haaaaaa… Bombeame… bombeameeee… Pizameeeeee

Y no me lo pidió dos veces, la comencé a bombear empezando pausado en un principio y aumentando el ritmo de mis embestidas posteriormente, durooo, duroooo, durooooo

Ariana: haaayyyy pendejoooo… Méteme la vergaaaa… rompemeeee… dameee maaaass

Alberto: Así puta así, grita, grita, dime quien es tu verga… Quien te está matando pendeja…

Ariana: Tuuuu papiiiii tu eres mi macho, soy tu puta, soy tu putaaaa, soy tu putaaaaaa… haaaayyy… haaaaaayyyy… haaaaayyyy

Note como sus jugos babeaban de manera abundante en mi mano, ella soltó unos alaridos que no había escuchado en ninguna otra ocasión. Realmente le explote la concha a pijazos y ella estaba más que satisfecha. La tuve que tomar de la cintura pues sus piernas flaquearon, el taxista seguramente oyó sus gritos y supongo que su eyaculación fue abundante pues fue uno de esas situaciones eróticas emocionantes para nosotros y supongo que para el también.

Llevaba a Ariana apoyada en mis hombros pues estaba agotada y observamos que el taxi arranco y se fue agradeciendo seguramente los 10 minutos de sexo, que por cierto fueron gratis.

La acosté en la cama boca abajo dándome un banquete observando sus nalgas blancas. Yo no había eyaculado por lo que estaba aun con energía. No estaba tan duro como hace un momento pues las piernas me dolían por la posición, pero si aguantaba un round más. Se lo hice saber a Ariana y solo contestó con una sonrisa.

Ariana: Hay mi amor que rico, se nota que se calentó el del taxi ¿verdad?

Alberto: y no solo el del taxi, ¿que no te calentaste tú también?, si bien que te gustó que te vieran coger ¿he?, ¿o estoy equivocado?

Ariana: Hay papi, si me gustó, pero me dio mucho miedo, ¿y si corremos peligro?

Alberto: Nada, nada, todo está bajo control, pero por cuidarte a ti yo no me concentre muy bien y no me vine, mira... todavía la tengo inflamada. (Y se la muestro)

Ariana: ssssssss, papiii… Si estas duro…

Alberto: Pues si y todo porque te desconcentraste, pero me voy a desquitar, ponte de perrito…

Ariana: ¿De perrito?

Alberto: Si puta, de perrito, te la voy a clavar por el culo, eso voy a aceptar a cambio de no haber eyaculado hace rato… ¿Cómo vez?

Pensé que mi amada esposita no iba a acceder, todo lo contrario, se iba a enojar por que la estaba chantajeando, pero grande fue mi sorpresa al ver que se ponía de perrito y empinaba lo más que podía su culito, verla así hizo que se terminara de endurecerme la reata. Cada que ella empina sus nalgas es como ver dos lomas en el atardecer… un espectáculo único. Me volteo a verme con la cara más puta que tenía y me dijo “Asíiiii”.

Alberto: Hay perrita, ya te estas poniendo pendeja… se ve que te gustó que te vieran perrita… te voy a dejar bien abierto ese agujero mami….

Ariana: Hay papi, pero despacito por favor, que nunca me lo has hecho por ahí con tu pene… despacito por favor.

Alberto: Claro que si putita, despacito… despacito… despacito…

Y me coloque de rodillas detrás de ella, se veía impresionante sus caderas ensanchadas a tope y se le veía una cintura bien definida, todo ese culotote y me lo iba a comer por primera vez…

Le separe las piernas pues no le llegaba, y al abrirse más me dio un panorama que sentía que ahora si me iba a explotar la reata… En verdad llegue a pensar que desflorarle el culo a mi mujer sería algo mágico y ahí estaba yo, a punto de visitar sus intestinos…

Tope mi glande con su orto y ella dio un saltito,

Alberto: Tranquila bebe, tranquila… despacito… despacito…

Ariana: Haaaaayy, despacito papi, me duele, me dueleeee, hay hay, déjala quieta papi, me dueleee

Sentía como se abría su dona, sentía la presión alrededor de mi glande… apretaba rico… que delicia, lo sentía caliente, suave, terso, y muy, muy apretado…

Ariana: Haaaayyy pendejooo, sácalo, sacalooooo, haaay yay yay yay…

Alberto: Quieta mami quieta, me voy a salir un poco ok…

Y me salí unos dos centímetros, al parecer al momento que se la hundí un poco le abrí el orto muy rápido y ella lo sintió hasta en la punta de sus cabellos.

Ariana: haaayy me duele (gemía) me duele… me está ardiendo el culo cabrón…

Alberto: Aquí me quedo, aquí me quedo, tranquila… Ya no me voy a mover… aquí me quedo...

Permanecí quieto por unos segundos, noté que todo volvía a la normalidad, no se la había sacado por completo, la tenía enganchada digamos así por la puntita. De pronto recordé que no la estaba tocando en su cosita, era tanta mi excitación que no me percate. Fue entonces que comencé a masturbarla, primero lo más lento posible de manera de ir aumentando gradualmente el movimiento, le tocaba el clítoris en círculos, lo oprimía con mi yema de los dedos, lo hurgaba, lo aprisionaba con dos dedos hasta que noté que ella empezó a moverse de atrás para adelante. Entonces comencé nuevamente la invasión a su agujero. Poco a poco entraba más, me escupía la reata desde arriba para darle más lubricación.

Y así fue como entro… entrooo… entroooo… hasta topar mis huevos con sus nalgas... Huffffff.

Ariana: (Apretando los dientes y con su carita roja del esfuerzo) Haaayyy pendejooo… uuuuuu… uuuuuu… me entró todaaa… aaaaaa…

Alberto: Huuufff… mamiiiiii… que culote mamiiii… haaaaa que rico aprietas… Huuuffffff.

Podía sentir como su culo me comía el falo hasta la empuñadura, sentía a todo lo largo de mi pene su calidez y su presión. Yo la seguía masturbando y basto con que me empezara a mover solo un poco, a bombearla un par de veces cuando ambos comenzamos a temblar señal de que nos estaba atacando una venida de aquellas…

Ariana: Sumelooo… sumemelooo… métemelo mas adentro… Muy adentroooo… adentrooo… haggggg… haaaaggg… haaaayyyyy

Alberto: Huuuuffffff mami… tu culoooo… tu culoooo… me vengo en tu culoooo… haaaaa… haaaa…

Me contorsione como pocas veces, bien adentro mi verga en el culo de mi mujer… Sentí los espasmos míos y de ella… podía sentir como si una mano agarrase mi verga y me la apretaba, me la apretaba con fuerza una y otra vez, que experiencia más deliciosa, solo que no era su mano… Era su recto… su recto que acababa ser el mío de ahora en adelante… Mío y quien sabe de cuantos mas.

Eyacule como burro. Al sacar mi pene seguía duro, lo saque despacio a petición de ella, a medida que lo sacaba ella soltaba ayes en su boca y se retorcía como de ardor. Luego me dijo que sintió unas enormes ganas de ensuciar combinadas con excitación y ardor. Pero le encantó la forma en que lo hice, sin presión, con toda la cordialidad del mundo. Al levantarnos al baño a ella se le empezó a escurrir mi semen por su ano y corrimos al baño a que se limpiara, fue algo chusco, pero con mucho amor.

Nos vestimos y salimos súper cansados a nuestro hogar. Cogidos, deslechados y con dolor, ella en su culo y yo en mi pene, creo que nos recuperamos unos días después. En son de bromear luego le decía, “imagínate que con mi reata sufriste, “¿Qué tal que el del taxi la tuviera enorme?, te va a dar una trabada…”, ella se reía y me decía “¿cómo tú no la vas a recibir”?

Pero en el fondo sabía que le excitaba de sobremanera que le recordara al del taxi, que le dijera que se la iba a coger, esos cometarios sabía que la ponían a mil.

Finalmente, ese día estrené su culo. Las veces posteriores no desaprovechábamos el tiempo y lo hacíamos por ahí, siempre de manera cautelosa y precavida, pero me di cuenta que eso no bastaba para mí. Uno como hombre sabe que es muy diferente abrir un culo que romperlo y sinceramente mi esposa algún día se lo iban a romper. Tenía que decidir si yo sería el ojete que se lo iba a entumir o lo dejaría para alguien más.

Supongo que adivinan que no me aguante las ganas, pero eso se los contare en el siguiente relato… Saludos mi pueblo.

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