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Celia una tormenta pasional

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Lo que voy a relatar sucedió cuando tenía 23 años. Conocía a Celia hacia unos 4 o 5 años, mi madre y ella eran amigas del barrio pero se distanciaron cuando ambas se casaron y volvieron a verse para la fecha en que yo la conocí.

Celia es una mina espectacular. Aparenta menos edad de los 42 que tiene. De baja estatura 1,62 m., y físicamente muy bien dotada, sus medidas 92-67–94, es casada tiene 2 hijos.

Esa mañana fui hasta el negocio de mi madre y la vi, conservaba ese prodigioso cuerpo, cabello negro, largo hasta la mitad de su espalda, de piel blanca, ojos grandes y vivaces de color verde, maquillada muy delicada en párpados y ojos,  labios finos con un suave rouge rosado, 1,65 de altura, llevaba puesta una remera negra de finos breteles, media espalda y brazos descubiertos, la remera era corta, unos 5 cm por encima de su cintura dejando su pancita libre, y con un escote que dejaba ver los comienzos de sus imponentes senos,  un jean ajustado azul y unos zapatos de taco alto negro, abierto y con taco bastante alto. Aparte de su cuerpo cuando nos vimos me enloqueció su sonrisa

La saludé con un beso en la mejilla, pero sentí tantos deseos por ella que la besé prácticamente en la comisura de los labios, todo en ella era tentador, a tal punto que por primera vez le tiré onda y dije

G- Como haces?

C- Que cosa?

G- Para estar cada día más linda

C- Yo no hago nada, pero si vos me ves cada día más linda es porque necesitas anteojos.

Estuvimos hablando bastante, mamá no podía participar mucho de la charla porque tenía muchos clientes

Ella le dijo a mi madre que iría a verla el domingo a casa, en clara señal de que se iba y yo aproveché para irme también. Salimos del negocio, la tomé de la mano y fuimos a un restaurante, tomamos una gaseosa y comimos tostados: La charla aumentó aún más mis deseos por ella, su matrimonio era casi inexistente, dormían en camas separadas, sus hijos se casaron, y cada uno hacia su vida.

Al salir de ahí fuimos al garaje a buscar el auto, me ofrecí a llevarla a su casa, aunque mis intenciones no eran esas, prefería llevarla a la mía, pasamos por un parque que estaba a dos cuadras de mi departamento, fue cuando ella dijo:

C- Como me encanta este parque, las veces que traía a mis hijos cuando eran chicos, íbamos a la calesita y juntábamos semillas de eucalipto que caían de los árboles.

Y entonces rápido de reflejos dije:

G- Yo vivo enfrente. Querés ir?

Paramos caminamos por él, hacerlo le trajo muchos recuerdos.

Cuando volvíamos dije:

G- Yo vivo en ese edificio, te invito a tomar unos mates y de paso conoces mi casa

Entramos, le gusto la casa en especial esa vista al parque, y ella preparó el mate

Cuando ella fue hacía la cocina, mis ojos se deleitaron con el ondular de sus caderas y el movimiento de esas nalgas. Yo fui hacia la cocina, quería estar con ella la mayor cantidad de tiempo posible, miraba su cabello cayendo por su espalda, sus curvas, sus nalgas apretaditas por ese jean ajustado, y sus tetas asomando por el escote de su remera. Tomamos mate, charlamos, nos reímos disfrutamos sobre manera el estar juntos.

Ella fue hasta el balcón y dijo:

C- No hace falta que me lleves, puedo tomar el colectivo en la esquina

G- Dije que te iba a llevar y además  nadie te está echando salvo que no te sientas a gusto y te quieras ir

C- No para nada, estoy muy a gusto la paso muy bien con vos

Me acerque al balcón y dije

G- Es la primera vez que charlamos solo sos muy agradable, además de dulce tierna y hermosa 

C- ¡¡¡Guau!!!... gracias pero en serio anda urgente al oculista, pero aunque sea mentira gracias de todos modos, siempre es agradable oír esa clase de piropos aunque no sean ciertos

G- No estoy mintiendo, en todo caso cualquier calificativo que use no alcanzaría para describirte… bonita, preciosa, divina, bella, hermosa, espectacular, en realidad ninguna ni siquiera todas juntas alcanzar para describirte

C- ¿Qué decís?

Y- Algo que hasta hoy no me atreví a decir.

Aproveché su quedo, tomé muy suavemente su cintura entre mis manos y dije:

Y- Estoy loco por vos Celia. Sos maravillosa como persona, y hermosa como mujer

Ella quedó inmóvil en mis brazos como asimilando lo que acababa de decirle, mis manos siento  la piel de su cintura, suave  y tersa entonces acerque mis labios a su cuello y lo besé giró me miró y dijo:

C- Es una locura... puedo ser tu madre; tenes la misma edad de mis hijos… tu mamá es mi mejor amiga... jamás imaginé algo así, pero ahora que sucedió quiero envolverme en esa locura porque yo también siento por vos algo demasiado especial... bésame vida.

La tomé fuertemente por la cintura, ella llevó sus manos a mi cuello y nos besamos envueltos en un deseo irrefrenable. A medida que el beso se fue prolongando todo fue convirtiéndose en vorágine, yo la sujetaba por sus nalgas, ella movía su cuerpo contra el mío, haciendo que mi pene se endureciese cada vez más, cada segundo que pasaba la pasión y el deseo se hacía más ardiente e incontrolable; el beso se prolongó... no sé tal vez durante 15 o 20 minutos, luego ella dijo con voz entrecortada:

C- Mi amor... me siento tan distinta en tus brazos... quisiera que este instante fuese eterno... no puedo creer que estoy así con vos... te deseo desde que te vi por primera vez… quiero sentirme nuevamente mujer en tus brazos... quiero ser tuya aunque más no sea una sola vez.

Volvimos a besarnos con violenta pasión, y en medio de ese acalorado encuentro fuimos al dormitorio sin dejar de besarnos, de acariciarnos, hasta caer en la cama, con ella arriba mío, sus manos hacía rato habían desprendido parte de los botones de mi camisa, mientras continuaba desabotonándola, su boca besaba mi cuello, su lengua comenzó a recorrer mi pecho, a lamer mis tetillas, a besarla provocando en mí una excitación inigualable.

Ella con desesperación quitó mi camisa, incorporó su tórax quedando sentada con parte de mi cuerpo en medio y con su cola apoyada sobre mi miembro ya erecto por demás, ella tomó su remera y se la quitó quedándose con un diminuto y corpiño gris oscuro con pequeñas rayas negras , mis manos acariciaban su tórax ella jugueteaba con su caballera en medio de gemidos, entonces se quitó el corpiño, sus senos eran maravillosos, más duros de lo que pude imaginar, redondos, con sus pezones erguidos rodeado de dos enormes aureolas rosadas; la llevé hacia mi ahora ella quedó sobre la cama y mi boca deseosa fue en busca de sus senos, los lamí, los besé, los succione con mi boca, mis manos gozaron acariciándolos mientras ella gemía y daba gritos de placer, varios minutos pasamos así, hasta incorporarnos y comenzamos a desnudarnos hasta quedar yo en slip y en ella con una diminuta tanguita negra haciendo juego con su corpiño.

Sentir su piel, acariciar y lamer sus senos, ver su nalga apenas cubierta por una tirita me hizo comprender que tenía delante de mí a una mujer esplendorosa y que era más perfecta de lo que mi mente imaginaba. La tomé en mis brazos por la cintura y dije:

D- Sos más hermosa de lo que mi mente siempre imaginó

Mientras volvíamos a besarnos, yo bajé su tanga y ella mi slip. Cuando sintió mi erecto pene contra su cuerpo, un profundo gemido ahogado por mi beso se apoderó de ella, se colocó en puntas de pie hasta ubicar mi pene en las puertas de su vagina. Ella se movía para poder sentirlo más en posición, entonces dijo:

C- Mi amor quiero tenerlo dentro mío, no aguanto más, quiero que me tengas como nadie jamás lo hizo y quiero saber cómo se siente ser penetrada por vos, te deseo no me hagas sufrir más.

Caímos en la cama pero no cumplí inmediatamente su deseo, quise seguir disfrutándola, sentirla vibrar bajo mi cuerpo, que mis manos y mi boca continuasen disfrutando su cuerpo, su piel aterciopelada y juguetear con mi pene en las puertas de su depilada vagina entonces su voz dijo:

C- Mi amor no puedo más me vas a hacer acabar…

Lleve mi mano sobre su concha, y dije “hacelo mi amor”, mi mano jugueteo friccionándola, bese su vagina depilada y un profundo grito de placer invadió la habitación, luego ella me tomó en sus brazos, buscó mi boca con desesperación y su cuerpo comenzó a sacudirse en un interminable orgasmo y mi mano sobre su vagina sentía las contracciones de ese sublime instante.

Siguieron los besos las caricias y luego de unos instantes comencé a penetrarla lentamente pero de manera continua fui ingresando en ella hasta entregárselo por completo, y comencé a deslizarlo muy lentamente dentro de su vagina sin dejar de moverme me recosté sobre ella y busque su boca volviendo a saborear el placer del sabor de sus labios. Nos besamos con desesperación y ella luego dijo:

C- Jamás me hicieron sentir algo igual, sos maravilloso... mi vida...

Ambos comenzamos a movernos haciendo sentir que ese instante sería el más inolvidable de nuestras vidas, mi pene deslizándose vigorosamente dentro de su vagina: No sé cuánto tiempo permanecimos así, varias veces nos contuvimos para prolongar ese encuentro, hasta que no pudimos más, nuestros cuerpos explotaron al mismo tiempo, su cuerpo volvió a sacudirse de manera interminable, nos abrazamos y nos besamos con desesperación, su cuerpo se agitaba bajo el mío, mientras mi pene le entregaba a sus entrañas la calidez de ese semen tan deseado.

Nos fuimos a duchar juntos, el agua al igual que nuestros besos y nuestras manos recorrían cada milímetro de nuestros cuerpos, salimos del baño ella rodeando mi cintura con sus piernas, mis manos sujetándola por la cola, sus brazos envolviendo mi cuello y nuestras bocas y lenguas hundidos en un dulce y apasionado beso húmedo, así hasta depositar su adorable cuerpo sobre la cama y acostarme a su lado haciendo cada segundo más inolvidable ese acto de amor, pasión y deseo.

Entonces ese juego amoroso terminó en un perfecto 69, ella besando y lamiendo mi pene yo abriendo y lengüeteando su vagina saboreando el néctar que ella me ofrecía, yo sentía mi pene hinchado dentro de su boca, sus gemidos ahogados parecían interminables, sentía sus besos y su lengua en mi glande entonces dije en medio de una respiración entrecortada:

D- No puedo más estoy a punto de acabar

C_ Estoy esperando ese momento, quiero sentir tu lechita en mi boca

Y volvimos a acabar juntos torrentes de semen invadieron su boca mientras su cuerpo se agitaba en un nuevo orgasmo

Pasó un largo tiempo hasta que llegó la quietud, pero en realidad duró poco ambos volvimos a buscarnos con caricias, con besos, no podíamos contenernos, Celia era espectacular en la cama, más la tenía y más la deseaba, y así llegamos a otra relación en donde me apoderé de todo su cuerpo desde el instante en que ella me entregó su cola.

Ya había entrado la noche, la miré a los ojos y dije:

G- Tenés que volver a tu casa?

C- Solo si vos no querés que me quede

G- Si es por eso nunca más vas a volver

C- Ninguno de los dos pedimos; ni damos explicaciones

Me besó con pasión… ya era tarde para cocinar, fuimos a comprar comida hecha, luego de cenar fuimos a caminar juntos, abrazados, volvimos a casa nos acostamos y volvimos nuevamente a tener sexo, era viernes y ella se quedó el fin de semana

Durante varios meses estuvimos en pareja, luego ella decidió que lo nuestro no debía pasar de lo sexual, dijo:

C- Es hermoso nunca olvidaré estos momentos, pero lo nuestro solo tiene el futuro que puede dar el sexo, ni tu mamá ni mis hijos aceptarían lo nuestro, y yo sé que con el tiempo vos te vas a alejar de mí, hoy es hermoso con el tiempo vas a salir a buscar alguien más joven.

Esa fue casi la despedida, ella ya vivía sola, nos seguimos viendo de vez en cuando  hasta que casi sin darnos cuenta y sin un adiós, lo nuestro llegó al final, un final no deseado pero tal vez inevitable

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