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Cumple de Ernesto: María Teresa le metió largo a Estela

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Pero con Estela nunca se acaba la cosa. Después del tremendo sexo de cumpleaños con Ernesto, iba a verse con María Teresa. Porque por más que ese 19 lo reservó para el marido, por supuesto también le echó el ojito a la dulce de Tere, muy pero muy elegante como siempre, fina, linda, de cuero, muy maquillada, con esos labios gorditos con brillito. Y como les había contado, durante los primeros momentos de la fiesta Estela se sentó con ella y comieron sandwichitos de miga mientras charlaban. Pero luego se pegó a Ernesto y se fue poniendo en clima para la noche de batalla campal que el matrimonio tuvo.

Pero obvio que Estela no se conformaba con eso, quería también tras un cumple tener su noche con María Teresa. Y bueno, la llamó excitada y mimosa, ella dijo sí loca como es y arreglaron. Y aparte, Tere le prometió que le iba a dar una sorpresa con un juguete superlargo, el más largo que jamás haya conocido. Más caliente que nunca, Estelita se puso espectacular ropa de cuero, chaqueta y pollera de cuero ajustada, blusita crema, lencería superfina, medias negras, tacos altos, muy maquillada y perfume exquisito, crema para las manos, se colgó cartera de cuero fina al hombro y la pasó a buscar con un auto por su casa. Tipo 9 y media llegó, tocó el timbre y cuando María Teresa salió Estela casi se hace encima: estaba con ropa de cuero negra, botas con taco, guantes y muy pero muy maquillada, de riquísimo perfume y cartera fina de cuero. Haciendo ruidazo con sus botas, Teresa fue al auto, subió, cerró y ahí nomás las dos mujeres se dieron un pico largo apenas arrancaron para un hotel cerca de lo de su amiga Patri, muy lindo y que Teli reservó para cambiar el de su casa por otro más lindo para sorprender a su dulce amorcito Teresa. Las dos se mimaron, besaron, agarraron de la manito y se dieron un pico largo al bajar del auto. Y en la pieza del hotel, cenaron fiambre, queso, comida fría y cerveza, luego masas con crema y champagne, todo bien fuerte y potente para una noche bien larga. María Teresa, muy elegante, paqueta, de cuero, con esa boca roja con brillo, le hacía mimos con sus manos suaves encremaditas y sus uñas rojas larguísimas mientras le convidaba queso y fiambre, y Estela a ella lo mismo mientras se hacían mimitos y hablaban dulce.

Llegó el postre, le dieron al champagne que les encanta y empezaron a ponerse mimosas y pegaditas, pegajositas. María Teresa había traído la cartera bien cargada, eso excitaba a su amiguita, seguro llena de cremita, juguetes y otras cositas de aquéllas. Y seguro ese largo juguete que le prometió, que le intrigaba y excitaba. Tere, reloca, le dio un polvito, Estela lo aspiró, ella también y lo mezclaron con alcohol. Y eso fue lo que terminó de prender la mecha de la bomba.

La bomba atómica María Teresa. sacada, borracha, drogada, la empezó a manosear a Estela, que se dejó nomás reputa como es, le hizo caricias y se empezaron a sacar todo, Teli a Teresa y ésta a Estela, mientras empezaban a jadear y se decían piropos primero y luego porquerías de lo peor, conchuda, vaginuda, clítoris, semen, pija, flujo, de todo. Fluía su locura y amor al compás del alcohol que seguían tomando. Estela, amante del champagne, no paraba mientras la loquita María Teresa le servía y servía, y se servía ella. Tanto, que del pedo no se dieron cuenta de que estaban en ropita interior bien fuerte y a punto de hacerse de todo.

Y explotaron. Furiosa, sacada, loca, sexópata, María Teresa, borrachísima, agarró a Estela y la manoseó, la besuqueó toda y le sacó el corpiño mientras ella la manoseaba y le quitaba todo. Se besuquearon y mimaron, se piropearon y se dijeron asquerosidades mientras las tetas de Estelita se fueron para adelante. Tere le exprimió las gomas y se las mordió, le apretó los pezones y Estela le hizo lo mismo cuando sus tetas de vaca gorda quedaron desnuditas a sus ojos. Manos, cuerpo, muslos, piernas, Teresa se sacó jadeando su bombacha, acarició a Estelita y mimó, le exigió que se pusiera en pelotas y en lugar de hacerse rogar, de lo sacadita que estaba Estela no tardó y se sacó de una su fina y erótica bombacha, la levantó, se la pasó por la cara a María Teresa y provocativa, despacito la revoleó al suelo.

Y ahí la guerra. María Teresa, desatada de la furia, se le fue encima, le apretujó todo como naranjas y la aplastó un rato contra la pared. Cuando Estela estuvo exhausta y lista, aquélla le dijo que cerrara los ojitos, abrió la cartera y Teli se mojó la vagi al oír el cierre y que ella sacaba los juguetitos. María Teresa le pidió abrirse, Estela se puso en cuatro y la gordota pelirroja la penetró con un salchichón por la vagina y con un plástico por la cola, y le dio con tutti hasta que las dos acabaron terrible bañando todo. Eso fue el principio nomás. Luego, Tere, cada vez más furiosa por el alcohol, la acostó a su novia sobre la cama, ésta se puso en posición, Tere se le zambulló con otro salchi y la re violó hasta explotar de flujo. Después hizo lo mismo pero por la cola, y Estela bañó de líquido todo el colchón, mientras María Teresa gritaba de placer al acabar. Teli gemía y gritaba como loca cuando Teresa le metía cosas, y más cuando al fin, tras una cepillada doble y un descansito, la ató con el cordón erótico, le untó con cremita de su cartera y me le los extremos largos largos dándole con furia, sacadura y locura hasta volver a terminar un tremendo orgasmo las dos. Luego manos, besoss, pelo, Estela superexictada le sacó su pintura de labios, ella la de Teli, se salivaron, se orinaron y pasaron la lengua por sus mojaditas vaginas, se masturbaron, fotos, filmada, se chuparon y se manosearon todo el cuerpo sin que faltara un centímetro. Excitada, Estela largaba y largaba flujo mientras la gordota, con la voz ida por el champagne, jadeaba, gritaba, puteaba y le hacía de todo.

Y para rematar, la promesa que María Teresa le hizo se hizo realidad. Tere le hizo una adivinanza a su mujer. SI la contestaba bien, terminábamos, estaba hecha mierda. Pero si no la adivinaba, Tere le metía el juguete más largo y grueso jamás visto. Estela no supo responder la adivinanza, la zorra la preparó bien para que no la supiera. Entonces loca y bien castigadora, María Teresa le dijo “ahora vas a recibir tu merecido, conchuda puta y amor dulce”. Eso la hizo hacerse encima. María Teresa le dijo excitada “preparate”, le vendó los ojos con una tela erótica de su cartera (no te digo que se trajo todo), la ató con el cordón de nuevo y tras ponerle cremita en el cuerpo, le puso en sus orificios. Y tras decirle “Ahí voy Teli y la reputa que te remilparió”, María Teresa se le subió y le dio con un terrible y larguísimo salchichón, más grueso que el pene de Ernesto, frotando y frotando, poniendo y sacando, haciéndola gritar a Estela de locura y al final, explotando las dos en un interminable orgasmo y flujo en cantidad industrial. Terminaron, ella la abrazó, la besó, le hizo mimitos para atenuar la locura de la cogida, se bañaron y durmieron, y luego desayuno, café con leche, tostadas, queso, mermelada, unos besos, se vistieron y se fueron a sus casas. A revivir otra de sus noches de bodas. Y de intensísimo amor entre María Teresa y su novia Estela.

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