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Ama de casa alquila habitación

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AMA DE CASA ALQUILA HABITACIÓN

He puesto un anuncio por la calle. Alquilo una habitación espaciosa y soleada para estudiantes.

Espero encontrar buenas personas y sacar algo de dinero.

Después de una semana, recibo una llamada de un joven. Es muy amable, estudia filosofía y quedamos para enseñarle la habitación.

Llega puntual a las cinco y le hago subir.

-Hola buenas tardes, soy José.

-Hola encantada, soy Luisa. Pues pasa por aquí. Esta es la habitación.

-Ah, está muy bien, es justo como decía el anuncio.

-¿Te gusta? Pues entonces es tuya.

-¿Y el precio? Porque no lo decía el anuncio.

-El precio es este. Me quito el vestido y me quedo en ropa interior delante de él.

-Te alquilo la habitación por 50€ y sexo conmigo, eso sí, tendrás que follarme siempre que te lo pida.

El chico me mira con cara de asombro.

-¿Qué dice?

-Lo que oyes. Necesito el dinero y un poco de sexo también.

-Yo solo quiero la habitación, no quiero líos.

Me quito el sujetador y le muestro mis tetas grandes y preciosas.

 A José se le cae al suelo la carpeta, nervioso. Me quito las bragas y me quedo desnuda delante de él.

José se acerca a mí y me besa con pasión, con lengua. Me acaricia el culo y yo le desabrocho el pantalón. Le bajo el calzoncillo y agarro su polla. No está circuncidado, pero su glande queda al descubierto enseguida y lamo su pene.

-Luisa, esta Ud. muy buena.

-Gracias José, tú también. Tu pene es grande.

Se agacha delante de mí y me abre un poco las piernas. Me abre los labios y me acaricia el clítoris.

-Ufff, José, me vuelves loca, sigue comiéndomelo así. José se ha desnudado del todo y está empalmado al máximo.

-Ahora quiero que entres en mí. Le digo dándole un preservativo.

José se lo pone con cuidado, me apoya contra la mesilla de la habitación, alza mi pierna derecha y me penetra rápido.

-Despacio José, le digo. No tengas prisa.

-Perdona, lo haré más despacio.

Afloja el ritmo y aun así disfruto como una loca.

-La habitación es tuya si la... la... qui... qui... eres. Le digo gimiendo.

-Si, si, si, la... la... qui... ero.

Me penetra más y más duro y la mesilla golpea la pared con fuerza. Araño su espalda y me corro con un grito.

-Aaaaah, Aaaaaah. ¡Que gustooo!

José me sigue bombeando, él aguanta mucho y al cabo de un rato me corro por segunda vez.

Después de unos minutos más, ya no puede aguantar más y se corre dentro de mí.

Se queda dentro de mí y me besa la boca de nuevo. Nos miramos un rato como dos tontos y luego saca su pene de mí.

-No esperaba que buscar habitación fuera tan excitante. Me dice.

-Pues sí. Como te dije, si la quieres la habitación es tuya.

-Pues sí, ya sabes que la quiero. ¿Cuándo puedo mudarme?

-Hoy mismo. Anda, vete a darte una ducha y te instalas.

-Iré al piso de mis amigos y traeré mis cosas. ¿Dónde está la ducha?

-Segunda puerta a la izquierda. Tienes toallas en el colgador.

Mientras José se ducha, me visto y cotilleo sus apuntes de filosofía. ¿Follarán todos los filósofos así de bien?

Al cabo de un rato José sale de la ducha con la toalla puesta y me dice que le deje una fregona, que ha puesto el suelo perdido de agua.

-Lo siento, la cortina se ha salido y se ha mojado todo.

-No pasa nada, ya recojo yo el agua.

Voy a por la fregona y recojo todo bien. Me agacho y le pongo mi culo casi en su cara. Noto como José acaricia su polla contra mi culo. Le tengo enganchado a mí.

Se quita la toalla y me restriega su pene ya sin nada encima. Me baja la braguita y me quiere penetrar.

-No, le digo, aún no.

-¿No? Pero si tengo ganas otra vez.

-Has sido malo, le digo, y has puesto todo perdido. Ahora te aguantas las ganas.

-Vaya, hombre. Se viste y sale del baño.

-Me voy a por mis cosas, vuelvo en un rato.

Al cabo de una hora, José vuelve con sus cosas y se instala en la habitación que alquilo. Esa habitación que presiento nos va a dar muy buenos momentos.

-¿Qué te apetece cenar?

-Pues no sé, me da igual. Lo que fuera Ud. a cenar.

-No me llames de Ud., que hemos follado hace nada.

-Bueno, sí, es verdad. Luisa, lo que tú quieras.

-Iba a preparar merluza al horno, ¿te gusta el pescado?

-Sí, y los moluscos sobre todo, me dice picarón.

-Si te portas bien, tendrás almeja de postre. Anda ayúdame con el pescado.

Nos ponemos a preparar la cena y en un rato está todo listo. Cenamos animadamente y charlamos de todo un poco.

-Bueno, y ahora el postre. Saco pudin y nos lo comemos en dos bocados.

Recogemos la mesa y me pongo a fregar los platos, no le dejo que me ayude.

-Y ahora el verdadero postre, le digo. Me levanto el vestido y le dejo ver mis braguitas rosa.

-Ufff, Luisa, que gran postre.

-¿A que si? Ahora verás.

Me subo a la mesa y me acerco a él a gatas por la mesa. José también se sube a la mesa y nos encontramos en medio. Nos besamos con pasión como dos enamorados. Me mete el dedo por la braguita y yo me humedezco enseguida.

-José, me pones a cien. Métemela ya.

-Espera, espera, cómemela un rato.

Le hago caso y le como la polla con ardor. Enseguida se pone duro y yo me masturbo. Nos tiramos por la mesa y entonces nos desnudamos, nos ponemos a hacer un 69 muy rico.

-¡Aaaaaah! ¡Aaaaaah! ¡Más! ¡Más!¡Más!

-Sí, sí. Me lo come como nadie. Ni siquiera mis novios me lo han comido así.

Entonces me levanto y le pido que me folle. Me pongo a cuatro patas y le digo que me lo haga así.

José se pone detrás de mí y me empuja su polla hasta el fondo de mi coño húmedo. Me penetra con mucha ansia, se nota que me desea un montón. Se está follando a su casera como si no existiera nada más en el mundo.

La mesa tiembla como loca con sus embestidas, yo me corro como una loca al poco rato, pero no se lo demuestro. El aguanta mucho, y tampoco se corre. Después de media hora haciéndolo, yo me he corrido 3 veces y el sigue ahí.

-Luisa, me estoy yendo, me voy...

-Vete ya, vete ya, correteeee...

Da unos espasmos y se corre dentro de mí.

-Ah, ah, que gusto joder, que bien me he quedado. Dice recuperando la respiración.

-Me ha gustado mucho a mí también, José. ¿Qué, entonces aceptas darme sexo cuando yo quiera?

-Claro que si Luisa, la habitación por 50€ y sexo cuando quieras.

Por la noche le llevo un vaso de leche caliente a su habitación.

Ahora tengo un inquilino, me gano un dinerito y me hace gozar como una loca.

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