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Las cosas más importantes son las más ignoradas (2)

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Capítulo 2: Los medios de comunicación.

Lo que sea que dijera ese certificado digital en otro idioma, no lo podía traducir. De él, solo conocía que podría ser la causa que me dio el poder de controlar mentes. Sin embargo, el idioma no parecía alguno que yo conociera; la procedencia en el historial no estaba, esto porque usé la pestaña de incógnito de Google Chrome.

Duré cerca de tres horas buscando, comparando las letras con diferentes idiomas. Nada. El sueño me terminó ganando y mejor me dormí. Había tenido una noche muy exhaustiva cogiéndome a Nicole ¡Qué bello recuerdo!

A la mañana siguiente comencé con mi rutina. Primero le ordené mentalmente a la recepcionista, que solo me dijera lo más importante y que tuviera que ver con la administración de la institución. Luego, fui a dar clases de bioquímica al grupo donde estaba Nicole. Ambos actuamos como si nada hubiera pasado la noche anterior. De todas maneras, más tarde me la volvería a coger a la misma hora, y ahora si se lo haría analmente.

Terminé de dar clases a los 9 grupos correspondientes. Y me dispuse a irme a mi oficina, en menos de tres horas llegaría Nicole, y debía terminar mis deberes antes de que ella arribara, pues solo pensaba darme placer con su cuerpo una vez que ella estuviera ahí. Solo que recordé el problema que hubo la noche anterior: terminé eyaculando dos veces dentro de su vagina, y lo último que ambos quisiéramos es que ella terminara embarazada de mí. Así que hice un experimento nuevo con mi poder, algo que no se me había ocurrido antes: controlar mentalmente a una persona a distancia.

Me concentré mentalmente en Nicole, y le ordené que de camino a mi oficina, comprara condones, los que a ella más le gustara. Y confíe en que ella haría el resto. Me dispuse a trabajar con mis “papers” de mi última investigación, pero alguien tocó a la puerta de mi oficina.

-Adelante, está abierto.- dije pensando que era una secretaria.

-Buenas tardes Dr. Ramos.- dijo una muchacha de unos 22 años, de cabello negro brilloso, tez muy blanca, cejas pobladas pero le quedaban bien. Su cuerpo era, para algunas personas el ideal, para mí no tanto. Tenía pechos muy grandes, pero trasero pequeño y casi no tenía caderas anchas. Yo le pondría un 7 de 10. Traía una cámara réflex colgando del cuello.

-Buenas tardes, por favor tome asiento.- dije amablemente mientras me levantaba y estiraba la mano para estrechar la suya.

-Me presento: soy María Caballero, estudio en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la carrera de ciencias de la comunicación. Soy reportera del periódico semanal de la Universidad.- cuando dijo eso, recordé que iban a venir reporteros de tal periódico a la Facultad de Ciencias Médicas, donde imparto clases, según tenía entendido, ellos entrevistarían investigadores para uno de sus artículos, algo así.

-¿En qué le puedo ayudar? Debo suponer que viene por la entrevista a los investigadores destacados.- dije alardeando acerca de mi trabajo.

-No realmente. Tiene linda vista a través de su ventana, veo que le ofrecieron una oficina en el tercer piso, con vista al aparcamiento.- ella tenía razón, mi vista era buena, además del aparcamiento, se deslumbraba la ciudad a lo lejos. Al mismo tiempo, prendió su cámara, y seleccionó unas fotos en su pantalla. Me pasó la cámara para que pudiera ver las fotografías.- No piense que esas fotografías son las únicas que tengo. Hice un respaldo en mi computadora personal.

Eran varias fotografías de la noche anterior, en la que me cogí a Nicole. Claramente se veía que era ella y yo teniendo sexo, inclusive, la reportera alcanzó a tomar fotos del creampie que hizo Nicole.

Debo admitir que por un momento me asusté. Pero conforme iba cambiando de imagen, iba recordando la noche maravillosa en la que abusé de esa hermosa chica. Me fui excitando cada vez más, hasta recordar: puedo controlar las mentes.

-¿Cómo consiguió estas fotografías?- dije sin preocupación alguna.

-Justo en el edificio de enfrente, fui a entrevistar a una doctora, sobre su investigación. Cuando mira a través de la ventana de la oficina de ella, se puede ver su oficina Dr. Ramos. Claro, la vista humana no es capaz de distinguir cómo disfrutó de aquella jovencita exquisita. Da la mera casualidad que quise tomar unas fotografías desde aquella ventana, y cuando hice zoom, pude vislumbrar lo que ustedes hacían. Luego, me dediqué a guardar evidencia.

-¡Pero qué mala suerte tenemos ambos!- reí un poco, la verdad no tenía nada de qué preocuparme.- Y dígame Srta. Caballero ¿A qué quiere llegar exactamente?

-Le aseguro que nadie más tiene conocimiento de esta situación. Solamente existen dos copias de las fotografías: las de la cámara y las de mi laptop. Sería una lástima que dichas imágenes se divulgaran por la red ¿No lo cree, Dr. Ramos?

-Realmente no veo de qué preocuparme. Ella en todo momento quiso tener sexo conmigo, y yo jamás utilicé mi autoridad como profesor para llevármela a la cama, o mejor dicho, al escritorio.- me reí.- Incluso veo que usted realmente se metería en problemas por divulgar estas imágenes. Son bastante privadas.

-Mire, Dr. Ramos. Soy buena persona, nadie más sabrá de esto, claro, todo tiene un precio. Y pagar mi maestría en esta universidad no es precisamente algo barato. No andemos con más rodeos: usted me da 15 000 US $, y yo me deshago de todas las imágenes. Es más, hasta le imprimo las fotografías para que usted se quede con un recuerdo. Tiene hasta mañana en la noche para darme su respuesta.- se dispuso a levantarse y salir de mi oficina.

-Espere, Srta. Caballero.- ella se detuvo instantáneamente.- por favor regrese y tome asiento.- así lo hizo.- ¿Actualmente tiene novio?

-No Doctor. Estoy comprometida con mi novia Estefany.- dijo mientras su mirada presentaba mucha confusión.

-¡Así que comprometida con una lesbiana! ¡Felicidades! Nunca he estado en contra de las parejas homosexuales. A ambos tipos de parejas, por igual, se les rompe el corazón por amor. Por favor présteme su cámara.- ella inmediatamente lo hizo.- debo suponer que con este botón se toman las fotografías, y con este otro el vídeo.- ella asintió.

Me levanté de mi silla, y me puse detrás de la Srta. Caballero. Le ordené mentalmente que se tranquilizara y se quedara quieta. Mientras con mi mano derecha movía botones de la cámara, con mi otra mano apretaba los enormes senos de la Srta.

Ella seguía sentada, y yo me puse enfrente de ella. Le ordené mentalmente que sacara mi pene y comenzara a darme una felación.

La Srta. Caballero sí que sabía cómo dar una buena mamada. A diferencia de Nicole, ella sí podía tragarse todo mi pene, a tal grado que este desaparecía de mi vista quedando todo dentro de la garganta de ella. Al mismo tiempo, le ordenaba que se pusiera muy excitada.

Obviamente le tomé varias fotos mientras me la mamaba. Inclusive vídeos muy cortos, de modo que solo se viera mi pene y ella disfrutando de él. También le ordené que se desnudara. Tenía unos pechos muy grandes. Pero aun así prefería los de Nicole.

También me empezó a masturbar poniendo mi pene entre sus pechos, al mismo tiempo que mi glande entraba en su boca. Obviamente volví a tomar fotos.

Luego, la puse de perrito en el suelo. Empecé a tomar vídeo. A través de la cámara se veía como daba pequeños golpecitos a su vagina, hasta que me decidí a meter mi pene lentamente. Y luego empecé a embestirla con cierta frecuencia que ella disfrutara. Todo estaba quedando grabado en vídeo.

Mentalmente le ordené que disfrutara mucho del momento, así, sus gemidos quedarían grabados en el vídeo. También le ordené tener un súper orgasmo, así como se lo hice a Nicole; pero esta vez no eyaculé. Duramos así varios minutos, hasta que me decidí cambiar de hoyo.

Le escupí varias veces a su ano, mientras mi pene seguí dentro de su vagina. Con mi dedo pulgar comencé a abrir camino en su culo. Como lo tenía muy apretado, le ordené mentalmente que lo relajara y disfrutara. Inmediatamente se vio la diferencia en su ano. Por fin me dispuse a poner la punta de mi pene en su ano. Comencé a empujar poco a poco, y parecía que mi pene se doblaría, hasta que de un solo golpe entró, y yo me excité tanto que la embestí con todas mis fuerzas.

Duré como media hora dándole sexo anal, obviamente cambiando de posiciones. En el vídeo no se escuchaba mi voz, puesto que yo ordenaba todo mentalmente.

Al parecer la batería de la cámara estaba agotándose, y tenía que venirme antes de que dejara de grabar. Para ello. Le ordené a la Srta. Caballero, que me diera la mejor mamada que jamás ella hubiera otorgado. Hizo un excelente trabajo, y terminé eyaculando en su cara y boca, de ese modo ella se tragó todo mi semen en vídeo. Justo cuando ella terminó, la cámara dejó de grabar.

Luego de unos minutos, ambos volvimos a vestirnos, y antes de que ella se fuera la detuve un momento.

-Srta. Caballero, fue todo un placer, literalmente un placer, tenerla aquí.- ella no decía nada, su mirada era un tanto de furia.

-Ya debo retirarme, Dr. Ramos.

-Por supuesto, pero no sin antes decirle esto: toda evidencia que tenga de mí teniendo sexo con Nicole deberá borrarla inmediatamente. Por cierto ¿Trae baterías extra para su cámara?

-Sí, nunca salgo sin dos más.

-Bueno, como es obvio, usted no puede decir quién es la persona que tuvo sexo con usted en el vídeo. Pero, saliendo de mi oficina, irá a casa de su prometida. De camino a ella, le preguntará a hombres jóvenes y solos que se tope en la calle, si es que ellos quieren tener sexo con usted. Algunos dirán que sí se la cogerán, y ellos deberán tomarle fotos mientras usted coge con ellos ¿Entiende esto?

-Sí, Doctor.

-Cuando por fin llegue a la casa de su prometida, le dirá emocionadamente que ha hecho algo muy emocionante de lo cual no se arrepiente. Conectará la cámara a la pantalla más grande que tenga en su casa y pondrá el vídeo donde me la cogí, así como todas las fotografías donde más hombres se la cogieron ¿Entendido?

-Sí, señor.

-¡Espero tengan una linda boda! Siempre he tenido curiosidad de cómo son las bodas entre lesbianas. Si es que su boda se efectúa, espero mi invitación.- me reí un poco.- Puede retirarse Srta. Caballero, que tengo un buen día.

Desde que se fue la Srta. Caballero, inmediatamente seguí con mis trabajos de investigación, debía terminarlos antes de que Nicole llegara a mi oficina. El tiempo se me fue tan rápido que ella llegó a las 7:00pm y entró en mi oficina sin avisar. Aún no terminaba mis trabajos.

-Hola, Nicole ¿Qué tal estuvo tu día?

-Pues bastante mal, no dormí ayer en toda la noche, sigo asustada de si puedo quedarme embarazada de usted, Dr. Ramos.

-No te preocupes.- sonreí un poco, mientras seguía trabajando en mi computadora.- Y por favor no me digas Dr. Ramos, ya hubo suficiente intimidad, y habrá mucho más como para que me sigas diciendo así. Por favor dime Tom. Por cierto, a medio día ¿No sentiste la necesidad de comprar condones?

-No, no se me ocurrió comprar condones.- cuando dijo eso, me percaté que el poder no servía a distancia. Al parecer tenía que ver a la persona con mis propios ojos para que tuviera efecto.

-Pero igual ¿no pensaste que podría ocurrir otro accidente cómo el de ayer, y vuelva a eyacular dentro de ti?

-¿Vamos a volver a tener sexo?- dijo ella un tanto preocupada.

-¡Anda ternura! Claro que vamos a tener mucho sexo, durante varios meses, inclusive años. Pero por el momento, debo trabajar en mis investigaciones. Pero no te preocupes, hoy eyacularé en tu preciosa boca y te tragarás mi semen, ya sabes, para evitar otro accidente.

-Pero yo nunca he hecho eso.

-Siempre hay una primera vez para todo. Préstame tu celular.- ella me lo pasó y yo puse la dirección de mi apartamento en Google Maps.- Traes automóvil ¿Verdad?- ella asintió.- Sé que vives con otras compañeras, háblales y dile que hoy no dormirás en su casa. Hoy vamos a pasar la noche en mi departamento.

Le di mi llave del apartamento, la llave electrónica que abre el garaje para huéspedes del edificio, y suficiente dinero. Le dije que comprara su cena preferida y condones de lo que más prefiera ella. También le di la contraseña del Wifi, por si quería navegar en internet. Le dije que llegaría un poco tarde, pues debía hacer varios deberes. Y que podía ponerse cómoda y dormir un rato si así lo deseaba. Obviamente le dije que no alertara a nadie de lo nuestro.

Ella se retiró de mi oficina. No podía arriesgarme a que alguien más se diera cuenta de que me la cogería cada noche. En verdad esto de controlar la mente era algo muy bueno.

Cuando por fin terminé mis deberes, fui a mi carro por mi laptop, y me dispuse a ir a la Facultad de Historia y Arqueología. Ahí tenía un conocido: el Dr. Holguín. Le iba a dar una copia del certificado digital que no entendía su idioma, para ver qué me podía decir. Obviamente le ordenaría que mantuviera la información solo para él. Luego de ello, iría a disfrutar del maravilloso cuerpo de Nicole, el cual me esperaba en mi cama dentro de mi apartamento. Esperaba que hubiera comprado algo rico de cenar, porque en verdad tenía hambre, y de por sí, me iba a fatigar otro rato dándole su primer sexo anal.

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